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AUTOR

Lourdes González Herrero (Holguín, 1952). Poeta, narradora y editora. Ha publicado, entre otros, los poemarios Tenaces como el fuego, La semejante costumbre que nos une, Una libertad real, La desmemoria, Afuera sangran los caballos, El hijo de la arpista, En la orilla derecha del Nilo (Ediciones Unión, 2000; Premio Nacional de Poesía Julián del Casal, 1999), Los días del verano (Editorial Oriente, 2003; Premio Especial de Poesía Bicentenario de José María Heredia, 2003) y Escripturas (Editorial Caserón, 2015; Premio de Poesía José María Heredia, 2012). Dentro de su obra narrativa se destacan La sombra del paisaje, Papeles de un naufragio (Ediciones Holguín, 1999; Premio de la Ciudad, 1997), las novelas María toda (Editorial Oriente, 2006), Las edades transparentes (Editorial Oriente, 2006; Premio de la Crítica, 2007) y El amanuense (Letras Cubanas, 2011; mención en el Premio Casa de las Américas ese mismo año). Su obra también se ha editado en diferentes países, como Italia y Francia. Ha sido merecedora de varios premios, a los ya mencionados se suman los de cuento La Llama Doble y Guillermo Vidal, y el de novela José Soler Puig. Actualmente dirige el sello editorial Ediciones Holguín y la revista de arte y literatura Diéresis. Es miembro del Consejo Nacional de la UNEAC y ostenta la Distinción por la Cultura Nacional.

El quehacer poético de Lourdes González, que desde sus textos iniciales se ha distinguido por fijar la sustancia del tiempo desde las entrañas más recónditas de una escritura afincada en la vivencia y en sus lecturas, siempre fiel en la notación memoriosa de lo vivido y lo soñado, permutable en sus designios —al decir de Eugenio Marrón—, alcanza en estas páginas una serenidad augusta, ratificación de una aptitud que sabe hacer muy suyos legados verbales tan diversos como tan puntuales. Los ecos de Rubén Darío y César Vallejo, de Pablo Neruda y Eliseo Diego, de Heberto Padilla y Enrique Lihn –y hasta algún instante cáustico de Roberto Bolaño– podrá encontrar el lector en estos poemas donde la añoranza de los días y el testimonio de su calado adquieren plenitud de nombradía en el ámbito de la lengua española en estas orillas.

Hace años dijiste: En el fondo soy un asunto de luz.

Y hoy todavía, al apoyarte en la ancha espalda del sueño,

aun cuando te hunden en el pecho aletargado del mar,

buscas rincones donde la oscuridad se ha gastado y no resiste,

buscas a tientas la daga destinada a perforar tu corazón

y abrirlo a la luz.

Giórgios Seféris