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ÍNDICE

PRÓLOGO

1.PALEONTOLOGÍA DE LA CREATIVIDAD

Una definición; En la noche de los tiempos; Inteligencia técnica, inteligencia social y conciencia; Un niño que no madura, pero sí envejece; Dulces sueños; Herramientas y lenguaje; Redes sociales; FOX2, CNTNAP2, ATPC2, DISC1, DYX1C1…; Homo habilis del futuro

2.GENÓMICA PERSONAL

En el principio… fue la nucleína; La era de la biología genómica; El Grial de la genética humana; Una nueva filosofía en la biología de este milenio; Hacia una nueva filosofía en la medicina; Un futuro de medicina genómica personal; Ruleta rusa genética

3.EL HOMBRE DE SAQQAQ

Una conclusión repugnante; Pasarela de famosos; Paleontología molecular; Un nuevo paradigma: genómica de la prehistoria; Tempo y mode en evolución humana; Póquer neandertal; ¿Qué significa “ser” humano?

4.EL ESPEJO HUMEANTE

Erizos, salamandras y ranas leopardo; Fusion, Copy, Megan, Morag y Dolly; Un Reino Animal paralelo; Vida de clon; Moratorium; Lobo con piel de oveja

5.FOREVER YOUNG

Una profunda obsesión humana; Un trueque con la Naturaleza; Reglas para vivir mucho; El precio de la juventud; Escalera al cielo; El primate más longevo; Mecánicos genéticos; Estado del Arte; Generación Matusalén

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

ciencia
y
técnica

EL ESPEJO HUMEANTE

Ensayos sobre la creatividad
científica en biología

por

GRECO HERNÁNDEZ RAMÍREZ

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siglo xxi editores, méxico
CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERREROS, 04310 MÉXICO, DF
www.sigloxxieditores.com.mx

siglo xxi editores, argentina
GUATEMALA 4824, C1425BUP, BUENOS AIRES, ARGENTINA
www.sigloxxieditores.com.ar

anthropos editorial
LEPANT 241-243, 08013 BARCELONA, ESPAÑA
www.anthropos-editorial.com

QH450.2

H47

2016      Hernández Ramírez, Greco

El espejo humeante : ensayos sobre la creatividad científica en biología / por Greco Hernández Ramírez. — México, Cd. Mx. : Siglo XXI Editores, 2016.

108 p. – (Ciencia y técnica)

ISBN-13: 978-607-03-0869-7

1. Transcripción genética. 2. Genómica funcional. 3. Genómica – Investigación. 4. Genética molecular. I. t. II. ser

caricaturas: cut hernández

primera edición, 2016

© siglo xxi editores, s.a. de c.v.
isbn 978-607-03-0869-7

derechos reservados conforme a la ley

Para Xóchitl

Una nueva civilización está emergiendo en nuestras vidas, y hombres ciegos están intentando en todas partes sofocarla. Esta nueva civilización trae consigo nuevos estilos familiares, formas distintas de trabajar, amar y vivir; una nueva economía; nuevos conflictos políticos, y más allá de todo esto una conciencia modificada también...

Actualmente existen ya fragmentos de esta nueva civilización.

ALVIN TOFFLER, La tercera ola.

PRÓLOGO

Dicen que los viajes ilustran… Eso solía decirme mi abuelo hace muchos años. Y a él también se lo decía su abuelo, en épocas lejanas. Y al abuelo de mi abuelo a su vez se lo decía su abuelo, ya en tiempos inmemoriales. Y así, sucesivamente, en una interminable y profunda retrospectiva hacia el pasado. Hace como 2 000 generaciones, desde sus albores en África, el ser humano empezó a caminar, a emigrar, a viajar, a explorar nuevos ámbitos, a buscar nuevos horizontes. Ciertamente, hacer camino es una característica crucial de lo que significa ser humano, y en su explorar eterno se hizo creativo. Porque el ir más allá demanda tener que adaptarse constantemente a nuevos ambientes y enfrentarse a nuevos retos y peligros. Así, en su capacidad desmedida e innata de ir a buscar, hace ~80 000 años el Homo sapiens emprendió un éxodo que lo llevó fuera de África para colonizar todo el planeta Tierra… y en el futuro cercano quizá nuevos planetas.

Este libro es resultado de mi viaje personal y de mi propia búsqueda, siempre inconclusa. Un viaje que hice intencionalmente pretendiendo alcanzar una formación académica y científica más allá de mi lugar de origen. Pero mi viaje geográfico trajo consigo, oculto y silencioso, otro viaje, uno interior que me enriqueció de manera personal y me transformó desde adentro. Porque ser viajero duele, asusta, lastima y significa mucha soledad; pero también es alegría, vitalidad, descubrimiento, amor, pasión, placer y plenitud; significa maravillarse por llegar a lugares nunca antes vistos, pero sobre todo conocer a excelentes personas por las cuales vale la pena hacer el viaje mil veces. Hace alrededor de un siglo, el escritor griego Konstantinos Kavafis escribiría: “Nada me retuvo. Me liberé y fui. Hacia placeres que estaban tanto en la realidad como en mi ser, a través de la noche iluminada. Y bebí un vino fuerte, como sólo los audaces beben el placer”. Yo también me liberé y fui… y me atreví a recorrer mi propia noche iluminada…

Empecé a escribir ensayos sobre el avance y la innovación conceptual en biología en la sección “Debate actual” de mi anterior libro Naturaleza (México, Cerezo Editores). Ensayos que nacieron para ilustrar aspectos del quehacer científico como la competitividad y la innovación, pero sobre todo para mostrar que muchas de las teorías e ideas actuales de la biología moderna están aún en debate. Así que, si bien es cierto que este nuevo libro es una secuela, una continuación de los ensayos anteriores escritos para Naturaleza, ahora desarrollo una serie de ideas nuevas con un enfoque también nuevo, el de ilustrar la creatividad en el quehacer científico de la biología y sus profundas consecuencias en el ser humano mismo.

Aunque diferentes, los cinco ensayos que contiene este texto están unidos por el mismo afán: ilustrar que la creatividad humana bulle tremenda, audaz y desbocada, como se expresa en el imparable avance de la ciencia y la tecnología; y que este avance nos está llevando a escenarios inéditos, esquizofrénicos, estrafalarios e inimaginables hasta apenas hace veinte años, lo que provocará que muchas de nuestras certezas más firmes sobre el ser humano mismo tengan que cambiar pronto y para siempre. Para ilustrar esto, los ensayos tratan temas diferentes de ciencia de frontera que hoy en día están definiendo el curso de la biología moderna, y que están teniendo un impacto revolucionario y profundo en la vida del ser humano. Con todo ello, el mensaje general y último que el texto transmite es que ya nació una nueva era en el devenir del ser humano, y que es real la fascinante y provocativa metáfora de Alvin Toffler de su libro La tercera ola, de que hoy en día existen ya “fragmentos de la nueva civilización”. Entender esto es clave para la comprensión de los años venideros, porque esta nueva era inexorablemente nos arrastra a todos y nos revuelca como una corriente pertinaz en su loca carrera hacia el mar. Porque esta era es imparable, obsesiva, con ímpetu desbordante y es también embriagadora. El advenimiento de esta nueva civilización nos confrontará con nosotros mismos, ya que su densa marea viene arrastrando en corrientes profundas y oscuras el drama humano de nuestra propia existencia. Es decir, el drama por la brevedad de nuestra vida; por la inmensidad del futuro desconocido, por nuestra vulnerabilidad frente a la naturaleza y por el despiadado paso del tiempo; y también el drama de nuestra fragilidad ante la enfermedad y porque somos conscientes de que algún día vamos a morir. Estos ensayos tratan de sacar a la superficie esta confrontación.

En sí mismo, este libro es un fragmento de la “nueva civilización” y yo, al escribirlo, sólo soy un heraldo que anuncia con estos cinco ensayos su llegada. En su conjunto, el texto es un testimonio del futuro que ya desafía al presente. El primero de los ensayos (“Paleontología de la creatividad”) aborda el origen evolutivo de la misma creatividad. Contrario a lo que se pensaba hasta hace poco, hemos descubierto que no hemos sido la única especie creativa en la Tierra, sino que la creatividad es una característica que está profundamente arraigada en la filogenia de nuestro linaje evolutivo. Los avances tecnológicos en “inteligencia artificial” irremediablemente nos llevarán al desarrollo de la “creatividad artificial”, haciendo que los laboratorios donde ahora se está desarrollando inteligencia artificial sean una nueva “África originaria” de nuevas estirpes de seres creativos del futuro. Esto originará un futuro humano aún inimaginable. El segundo ensayo (“Genómica personal”) trata del advenimiento de una revolución tecnológica, la biología genómica. Esta rama de la biología ha alumbrado un nuevo tipo de medicina que ya está comenzando a ver la luz: la “medicina genómica personalizada”, cuyos beneficios serán enormes y serán parte esencial de la fundación del futuro del ser humano. El tercer ensayo (“El Hombre de Saqqaq”), habla acerca de cómo el estudio de nuestra evolución sufre ahora mismo una de sus grandes revoluciones y, concomitante a ella, se está generando un cambio de paradigma: pasar de interpretar huesos fósiles a estudiar genomas fósiles. Este emergente paradigma, que nació en 2010 con la secuenciación del primer genoma completo de un hombre antiguo, el Hombre de Saqqaq, recuperado de los hielos de Groenlandia, nos llevó al descubrimiento de una nueva especie de humano, el denisovano, con la que cohabitamos el mundo durante miles de años, hasta su extinción. Por otro lado, hemos descubierto que otra especie de humano extinto, el Hombre de Neandertal, en muchos aspectos era muy parecida a nosotros. Todo ello ha provocado que nos preguntemos si la definición misma de lo que significa “ser” humano debe cambiar. El cuarto ensayo y que da título al libro (“El espejo humeante”) discute la posibilidad real de clonar personas, así como de diseñar genéticamente a las nuevas generaciones de seres humanos, lo cual nos plantea dilemas éticos sin precedentes. Cuando existan, las personas clónicas (y quizá modificadas genéticamente) tal vez construirán su propio futuro independiente del nuestro, pero mientras tanto reflejarán, como un espejo humeante, nuestra propia naturaleza humana: multifacética, contradictoria, con defectos, carencias, fallos y maldad, al mismo tiempo que con virtudes, talentos, bondad y belleza propias. A su vez, su existencia también forzará que el significado tradicional de “ser” humano tenga que cambiar. Finalmente, la posibilidad de extender la longevidad humana y quizá no envejecer nunca (aunque sí morir) es descrita en el último ensayo (“Forever young”). Cuando esto suceda, para el ser humano todo cambiará para siempre, incluso nuestras definiciones de “vida” y “muerte”. En resumen, este libro lo conforman cinco ensayos sobre la creatividad científica en biología.

El texto no podría haberse terminado sin la participación de las siguientes personas, quienes hicieron una lectura crítica, aguda y cuidadosa de los ensayos: Hortensia Hernández, con quien tuve un constante intercambio de ideas sobre divulgación de la ciencia y sobre el manuscrito. Además, leyó diferentes versiones del texto entero y corrigió el estilo; Rosa María Martínez, quien también corrigió el estilo del texto entero, y Xóchitl Pérez y Vins G. Osnaya, quienes también leyeron críticamente algunos de los ensayos. Les doy mis más sinceros agradecimientos por las excelentes sugerencias que me ayudaron a mejorar mucho el manuscrito. Además, a Cut Hernández, quien hizo las caricaturas.

También agradezco mucho a mis mentores, a los que les debo mi formación académica y el fomento de mi propia creatividad científica: Teresa Garduño, de la Escuela Activa Paidós en D. F. (México); Nahum Sonenberg y Paul Lasko, de la Universidad McGill, en Montreal (Canadá); José Manuel Sierra, de la Universidad Autónoma de Madrid (España); Hans Trachsel y Michael Altmann, del Instituto de Medicina Molecular de Berna (Suiza); y Thomas Jovin, Donna ArndtJovin y Rolando Rivera, del Instituto Max Planck de Química Biofísica en Göttingen (Alemania).

Agradezco además todo el apoyo y amistad de mi mentor de la licenciatura y amigo Alex García-Carrancá, quien me ayudó muchísimo cuando decidí irme de México, y luego cuando la vida itinerante ya había sido muy larga y cansada, también para regresar a nuestro país a trabajar en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan). Al jefe de investigación básica del INCan, Luis A. Herrera, le debo un excelente recibimiento y apoyo laboral. Y a mi propio grupo de investigación, conformado una vez que estuve de regreso: Ale, Vins, Miguel, Ara, Mitz, Pam y José Luis. Con ellos he aprendido a dar, enseñar, formar y fomentar la creatividad científica.

Como nuestros ancestros, yo también caminé sin parar y realicé un largo viaje durante el cual me hice a mí mismo. Con todo mi cariño agradezco a las siguientes personas que salieron a mi encuentro a lo largo de mi travesía, y cuya agradable compañía iluminó mis noches y alivió el frío de mi soledad. Por ellos, he disfrutado a rabiar la belleza de esta vida. En especial a Paula Vázquez-Pianzola y Kikí Lalioti, mujeres auténticas, generosas, honestas, inteligentes, audaces y excelentes personas; y a Sandra Hernández, Oxana Traksel, Ernesto Cota, Bruno Fonseca, Tommy Alain, Misia Kowanda, Martin Balastik, Milica Stojakovic, Annelies Zechel, Kim Becher, Vlad Cojocaru, Veronique Vìe, Mayel Chirinhos, Federico Vázquez, Mar Castellanos, Juanjo Berlanga y Javier Santoyo. Ellos se hicieron mis amigos para siempre. También a mi madre, una persona maravillosa que me ha dado lo mejor de ella durante toda mi vida; y a mis hermanos y hermanas, por su gran apoyo y cariño desde siempre. Finalmente, a mi amor, Xóchitl, una mujer franca, inteligente, genuina, valerosa, íntegra, admirable, y bella por dentro y por fuera, que en tan poco tiempo ha hecho que yo quiera estar en mi país para siempre.

Ítaca (fragmento)

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento…

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano

en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos …

visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

KONSTANTINOS KAVAFIS, Poesías completas.

1. PALEONTOLOGÍA DE LA CREATIVIDAD

En el día 5 Ahau llegará nuevo poder, nueva palabra a Ichcaansihó, con otros hombres… Habrá grandes maestros, grandes sabios, grandes magos…

Chilam Balam.

Hace alrededor de seis millones de años, en los espesos bosques de África, nuestros ancestros primates divergieron de nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés. Aquellos antecesores pasaban su vida entre el follaje de los árboles y poseían un cerebro muy pequeño en comparación con el nuestro. Además, se desplazaban en cuatro patas. Cuatro millones de años después en los albores del Paleolítico, de esos antecesores primates evolucionaron los primeros homininos que descendían de Australopithecus, quienes ya caminaban erguidos y tenían una capacidad craneana mayor; entonces todo empezó a cambiar. Esta estirpe de homininos, que inicia con el Homo habilis, comenzó a elaborar abstracciones conceptuales e innovaciones tecnológicas, y con ello, de alguna manera, tomó en sus manos su propia evolución. Así, sobre la faz de la Tierra apareció nuestra especie, Homo sapiens.

Su continuo entendimiento de sí mismo y de la naturaleza, así como sus avances en diferentes ámbitos como el tecnológico, científico, ético, artístico, religioso y social, llevaron al ser humano a inventar su propio futuro. Hoy en día, el hombre se plantea retos impensables hace tan sólo una generación, como dejar de envejecer y extender nuestra longevidad, clonar personas, diseñar su propio genoma, colonizar otros planetas, revivir especies extintas, explorar el universo o crear inteligencia artificial. Y en el centro de todo ello está la creatividad. Esta actividad yace profundamente en nuestros orígenes, pues ser creativos nos hizo humanos. Muchos otros animales como chimpancés, ballenas, roedores, delfines y perros, también son inteligentes como nosotros, pero no son creativos. Así, la creatividad es una de las más sorprendentes y poderosas cualidades de nuestra especie.

Si el “ser creativo” es un pilar de la definición de ser humano, ¿qué se necesita para que un individuo sea creativo?; ¿hay otras especies creativas? Y en la evolución, ¿cuándo aparecieron los primeros signos de creatividad?; ¿existieron otras especies que también fueron creativas?; y, siendo un animal inteligente como nuestros parientes primates, ¿qué propició en el ser humano dar el salto cognitivo hacia la creatividad y la innovación, “algo” que nunca sucedió en las otras especies actuales? Estas preguntas son cruciales en la búsqueda de nuestra propia identidad. Hoy en día el tratar de responderlas es ciencia de frontera.

Una definición

El nacimiento de una verdadera filosofía de la evolución debió esperar que… apareciera una inteligencia sintetizadora capaz de manejar un gran cuerpo de datos diversos y de relacionarlos dentro de los límites de una abstracción única.

LOREN EISELEY, El siglo de Darwin.

Inteligencia, talento, prodigiosidad, audacia, genio, trabajo, pasión... Tales cualidades se funden en el crisol de la mente para cristalizar en una labor: creatividad, a la que podríamos definir como la capacidad de concebir y desarrollar “algo” que es nuevo, original, peculiar, único, inesperado, diferente, útil, valioso y trascendente para un grupo social. Este “algo” puede ser un objeto tecnológico, una expresión artística, una idea científica, un movimiento social, o una interpretación del devenir de los hechos y la historia. Creatividad sería la capacidad de añadir algo nuevo a la cultura.

Todos los estudios sobre esta actividad coinciden en que los individuos creativos tienen una personalidad exploradora y curiosa; en que muestran nuevas combinaciones de personalidad e inteligencia y tienen un pensamiento divergente, innovador y hasta irreverente; en que habitualmente están resolviendo problemas, y en que despliegan una gran capacidad para absorber y sintetizar una vasta información de disciplinas alejadas y aparentemente no relacionadas. La asociación de conceptos de campos del conocimiento dispares para formar una idea nueva es un elemento clave en el pensamiento creativo.

Por otro lado, la creatividad y la inspiración imaginativa que genera innovación; el flashazo súbito que resuelve un problema y hace ver lo que nadie más ve; ese pensamiento que ve al mundo de una manera atrevida y no convencional, no es cuestión de azar, es producto de años de trabajo, de hábitos, de disciplina, y de una larguísima rutina diaria de práctica o estudio. Se necesita de un gran dominio de una especialidad antes de dar un giro creativo. Twyla Tharp, una mujer catalogada entre los más grandes coreógrafos de danza y ballet en la historia de Estados Unidos, lo explica muy bien en su libro El hábito creativo:

Se necesitan destrezas específicas para concretar algo que uno ha imaginado: usar ciertas palabras para crear vidas creíbles; seleccionar colores y texturas de pintura para representar un pajar al atardecer; o combinar ingredientes y lograr un platillo delicioso. Pero nadie nace con dichas habilidades. Éstas se desarrollan con la práctica, con la repetición, y a través de una mezcla de aprendizaje y reflexión que es a la vez meticulosa y gratificante. Y todo esto lleva tiempo. Incluso Mozart, con todos sus dones innatos, su pasión por la música, y el tutelaje devoto de su padre, necesitó componer 24 sinfonías en su juventud antes de crear una perdurable en la historia con el número 25.

Finalmente, los investigadores concuerdan en que es indispensable alcanzar una densidad poblacional crítica para crear e innovar en una cultura, ya que se requiere un sólido y culturalmente rico entramado social que sostenga al individuo creador para que éste se desarrolle y exprese. A su vez, las culturas son el producto de muchas innovaciones pequeñas y de mucha gente pensando por muchos años. De hecho, se piensa que el tener poblaciones pequeñas es una barrera para desarrollar tecnologías e ideas complejas. Para ilustrar ese punto fundamental, el antropólogo sueco Johan Lind, de la Universidad de Estocolomo dice que “si uno hubiera puesto a 100 suecos en la luna en los años setenta, el grupo musical ABBA nunca hubiera surgido”.

Entonces… ¿cuándo y cómo surge la creatividad humana? ¿Existieron otras especies que también fueron creativas? Aunque la evolución de nuestra especie (particularmente el cambio anatómico) ha estado sujeta a un intenso estudio desde hace más de un siglo, los orígenes de la mente humana y la creatividad apenas se empiezan a estudiar, tanto desde ciencias tradicionales como la paleontología, como desde nuevos campos de investigación surgidos muy recientemente, como la “arqueología cognitiva”, que usa las ciencias cognitivas como fuente de conceptos para interpretar hallazgos arqueológicos, y la “genómica comparativa”, que usa la secuencia de ADN de genomas completos de muchas especies actuales y extintas para trazar la historia evolutiva de genes que controlan procesos cognitivos. El trabajo conjunto de todas estas disciplinas ha alumbrado un nuevo paradigma que empieza a abrir una página inédita y fascinante en la ciencia contemporánea.

En la noche de los tiempos

El Homo sapiens