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Germán Fajardo Dolci (Ciudad de México, 1966) es médico cirujano, especialista en otorrinolaringología y maestro en alta dirección. Ha sido subdirector del Hospital General de México, director general del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, comisionado nacional de Arbitraje Médico, subsecretario de Integración y Desarrollo en la Secretaría de Salud y titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social. Desde 2016 es director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.

BIBLIOTECA DE LA SALUD


RITMO Y RUMBO DE LA SALUD EN MÉXICO

Ritmo y rumbo
de la salud en México

CONVERSACIONES CON LOS SECRETARIOS DE SALUD 1982-2018

Germán Fajardo Dolci
(coordinador)

Fondo de Cultura Económica

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE MEDICINA
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

Primera edición, 2018
Primera edición en libro electrónico, 2018

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contraportada

ÍNDICE

Presentación, Enrique Graue Wiechers

Prólogo, Germán Fajardo Dolci

Introducción. La Secretaría de Salubridad y Asistencia 1943-1983, Carlos Viesca Treviño

Entrevista con:

  1. Guillermo Soberón Acevedo
  2. Jaime Sepúlveda Amor, a nombre del doctor Jesús Kumate Rodríguez
  3. Juan Ramón de la Fuente Ramírez
  4. José Antonio González Fernández
  5. Julio Frenk Mora
  6. José Ángel Córdova Villalobos
  7. Salomón Chertorivski Woldenberg
  8. Mercedes Juan López
  9. José Narro Robles

Epílogo. Los rumbos de la salud en México, Germán Fajardo Dolci

Semblanzas

PRESENTACIÓN

México cuenta hoy con un sistema de salud robusto y maduro, resultado del esfuerzo de varias generaciones de mexicanos comprometidos con el bienestar de sus conciudadanos. Como médico, puedo valorar en su justa dimensión la oportunidad única que hoy nos brinda la Facultad de Medicina de nuestra Universidad al reunir en este libro el testimonio que sobre su gestión al frente de ese esfuerzo colectivo compartieron con la comunidad universitaria el secretario de Salud y los ocho exsecretarios que han asumido el cargo desde 1982. Constituye un orgullo añadido el que muchos de ellos son egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México y tres fueron además rectores de esta casa de estudios.

La reflexión sobre los muy diversos aspectos que conforman la vida de nuestra nación es una de las razones de ser de nuestra Universidad. Por ello celebro la aparición de este libro, que alberga una amplia y educada reflexión sobre el sistema nacional de salud, no sólo haciendo un diagnóstico en términos médicos, sino también adelantando un pronóstico y proponiendo el tratamiento adecuado.

Nuestra Universidad en general y la Facultad de Medicina en particular tienen una sólida tradición en la publicación de libros, misma que hoy se enriquece con Ritmo y rumbo de la salud en México. Hay también una larga historia de colaboración editorial entre la Universidad y el Fondo de Cultura Económica, que aquí también se ve fortalecida. Enhorabuena al sector salud, que cuenta en estas páginas con un valioso instrumento para mantener su ritmo y vislumbrar su rumbo hacia el futuro.

ENRIQUE GRAUE WIECHERS
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
RECTOR

PRÓLOGO

La serie de entrevistas que conforman Ritmo y rumbo de la salud en México se hizo con la idea de reflexionar por qué estamos donde estamos y cómo estamos en el ámbito de la salud, uno de los sectores en los que ha habido mayor continuidad en las políticas públicas en nuestro país. Tenemos la fortuna de contar con el testimonio del actual secretario de Salud y de ocho exsecretarios que en conjunto cubren una historia ininterrumpida de cerca de cuarenta años en la evolución de nuestro sistema nacional de salud, por lo que en estas páginas se plasma una historia contada por quienes la vivieron. La experiencia y el conocimiento de cada uno de ellos aportan además una visión de futuro.

Cada uno de nuestros invitados llegó de manera diferente, como es natural, a ser secretario de Salud. Algunos se prepararon por años para esa función y a otros el nombramiento les llegó de manera intempestiva. Todos, sin embargo, son personas de Estado sumamente reconocidas no sólo por el gremio médico sino por la sociedad en su conjunto. Y todos, en mi opinión, hicieron grandes aportaciones al sistema nacional de salud.

Destacan, a mi juicio, dos momentos en esta historia: el primero con el doctor Guillermo Soberón, cuando plantea y realiza la segunda gran reforma del sistema, con la incorporación del derecho a la protección de la salud en el artículo 4º constitucional y el comienzo de la descentralización de los servicios de salud; y el segundo con el doctor Julio Frenk, que lleva a cabo la tercera gran reforma con la creación del Sistema Nacional de Protección Social en Salud y su brazo operativo, el Seguro Popular. Esto sin demeritar en lo más mínimo los logros que se alcanzaron en cada una de las gestiones, como la atención de la niñez mexicana que enfatizó el doctor Jesús Kumate, la descentralización que culminó el doctor Juan Ramón de la Fuente, los ajustes legales que implementó el licenciado José Antonio González Fernández, la consolidación del Seguro Popular que impulsaron el doctor José Ángel Córdova y el maestro Salomón Chertorivski y los pasos que dio la doctora Mercedes Juan hacia la universalización de los servicios de salud, mismos que sigue dando el doctor José Narro, por destacar solamente algunos de los puntos más relevantes.

Además de las circunstancias que les tocó vivir, cada uno de los sucesivos secretarios de Salud le puso un sello personal a su gestión. Ha habido científicos básicos de formación, como el doctor Soberón, que es bioquímico, y hay quien llegó desde la medicina clínica, como el doctor Kumate, pediatra e infectólogo del Hospital Infantil; el doctor De la Fuente, que es psiquiatra y que también tuvo una práctica en la investigación; el doctor Córdova, que es cirujano general y que hasta la fecha sigue practicando, y la doctora Juan, especializada en rehabilitación. Hubo también quien hizo su vida dentro de la salud pública, como el secretario Narro o el doctor Frenk, y quien llegó a ser secretario de Salud sin ser médico, como el caso del licenciado Fernández González, abogado, y del maestro Chertorivski, economista. En fin, una pluralidad de abordajes, pero siempre con un importante reconocimiento por la trayectoria de cada uno en el servicio público.

Si está claro cuál fue el ritmo que cada quien le imprimió a su gestión, ese estilo propio siempre se ha basado en los acontecimientos y las exigencias de la salud en los diferentes momentos históricos, a la vez que siempre se ha acompañado de los logros anteriores, reforzándolos y ajustándolos donde ha sido necesario. Esto forma parte central de la fortaleza del sistema. Está muy claro que en todos estos años cada una de las personas que llegaron al puesto de secretario de Salud empezó por hacer un reconocimiento de la administración precedente. No escuché a nadie hablar mal de su predecesor, a diferencia de lo que suele ocurrir en la política mexicana. Sé que todos tienen un gran respeto mutuo, en lo personal desde luego, pero también por su trayectoria y por sus logros al frente de la Secretaría de Salud, y por eso ha sido factible ir construyendo sobre bases sólidas, además de que es un sector donde se ha logrado que las políticas públicas se basen cada vez más en evidencias científicas. El rumbo de la salud se ha definido no con base en creencias, tendencias del momento u ocurrencias políticas, sino con bases científicas.

Hay que destacar, además, que en muchas ocasiones la cabeza del sector ha tenido que trabajar a contracorriente en medio de crisis financieras profundas, como se ve en el testimonio del doctor Soberón, cuando habla de la crisis de la década de 1980 y todos los programas que hizo siendo secretario, o en el testimonio del doctor De la Fuente, al que le tocó el famoso error de diciembre y a pesar de lo cual pudo culminar la descentralización. No obstante los momentos de crisis económica, la Secretaría de Salud encuentra la manera de tener aportaciones importantes en su materia.

Analizar el ritmo que cada secretario de Salud impuso a su gestión puede darnos una idea de cuál es el rumbo que debe seguir el sistema nacional de salud para desarrollarse plenamente. Todos o casi todos hablan de la necesidad de realizar una cuarta reforma en el sector y necesitamos seguir avanzando en ese sentido. Por definición, el trabajo desarrollado durante una gestión al frente de la Secretaría de Salud, ya sea durante todo un sexenio o durante una fracción de él, siempre será un trabajo inconcluso, un trabajo sobre el que hay que seguir abonando. El sistema se ha ido modificando de manera muy importante con la llegada del Seguro Popular, que, sin embargo, ha sido muy cuestionado en su aplicación, y tenemos que dilucidar qué sigue.

Ha sido un verdadero privilegio escuchar los testimonios del secretario de Salud y de los ocho exsecretarios —por motivos de salud el doctor Kumate no pudo estar presente y para hablar de su gestión nos hizo el favor de acompañarnos el doctor Jaime Sepúlveda Amor, que como subsecretario estuvo a su lado durante ese lapso— y la Facultad de Medicina tiene ahora el gusto de hacer extensivo ese privilegio al lector del presente libro. Como complemento, en la Introducción el doctor Carlos Viesca Treviño, profesor del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de esta Facultad, hace un recuento de los primeros 40 años de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, desde su fundación en 1943 hasta la llegada a la Secretaría del doctor Soberón en 1982.

Sé que este libro probará ser de gran utilidad para las nuevas generaciones de médicos, administradores, enfermeros y demás trabajadores de la salud que enfrentarán el reto de llevar hacia delante nuestro sistema nacional de salud, en pos de lo que todos buscamos: mejorar la salud de los mexicanos y hacer efectivo el derecho de todo ciudadano a la protección de su salud.

Por último, agradezco el apoyo de Johnson & Johnson para el proyecto de las entrevistas y la realización del presente texto.

G F D