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Christie, Nils

Pequeñas palabras para grandes preguntas / Nils Christie ; Carlos Arturo Sierra, traductor. - Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2018.

104 páginas ; 21 cm.

Incluye referencias bibliográficas

ISBN: 9789587729658

1. Sociolingüística 2. Análisis del discurso 3. Comunicación 4. Lingüística 5. Escritura 6. Lenguaje 7. Palabra (Lingüística) I. Sierra, Carlos Arturo, traductor II. Universidad Externado de Colombia III. Título

306.44                     SCDDD 21

Catalogación en la fuente -- Universidad Externado de Colombia. Biblioteca. MCGP

Agosto de 2018

La publicación de esta traducción ha sido posible gracias al apoyo financiero de NORLA, Norwegian Literature Abroad.

Título original: Små ord for store spørsmål, Oslo, Universitetsforlaget, 2. opplag, 2009

ISBN 978-958-772-965-8

© 2018, 2009, NILS CHRISTIE

© 2009, EDITORIAL UNIVERSITERTSFORLAGET

© 2018, UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

Calle 12 n.º 1-17 Este, Bogotá

Teléfono (57-1) 342 02 88

publicaciones@uexternado.edu.co

www.uexternado.edu.co

Primera edición en castellano: octubre de 2018

Diseño de cubierta: Departamento de Publicaciones

Corrección de estilo: José Ignacio Curcio Penen

Composición: Álvaro Alexánder Rodríguez Peña

Impresión y encuadernación: DGP Editores S.A.S.

Tiraje de 1 a 1.000 ejemplares

Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de esta obra, sin autorización expresa y por escrito del Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad del autor.

Diseño epub:

Hipertexto – Netizen Digital Solutions

CONTENIDO

PRESENTACIÓN

PRÓLOGO

CAPÍTULO 1

LA ACCIÓN COMO LENGUAJE

1.1.Primero fue la acción

1.2.Sin palabras

1.3.Dos tipos de defectos del lenguaje

1.4.Danza grupal

CAPÍTULO 2

LAS PALABRAS COMO HERRAMIENTA PELIGROSA

2.1.Palabras que hieren

2.2.¿Se puede cortar el agua?

2.3.Las etiquetas

2.4.Palabras que bloquean

2.5.Cuente, cuente

2.6.El hijo pródigo

2.7.¿Hablar entre sí, o con otros?

CAPÍTULO 3

LLEGAR AL OTRO

3.1.Los sociotopos

3.2.La sociedad de la separación

3.3.La mesa de la cocina

3.4.Desfile de profesiones

3.5.¿Y entonces qué?

3.6.¿Qué tan cerca estás del otro?

CAPÍTULO 4

MI HÉROE INTELECTUAL

CAPÍTULO 5

LA ALEGRÍA DE CREAR

CAPÍTULO 6

¿ES BUENO ENTENDER?

CAPÍTULO 7

CONSEJOS DE ESCRITURA Y DISCURSOS

7.1.El narrador

7.2.Los consejos

7.3.La llamativa fuerza de los accesorios

7.4.Vivir de acuerdo con lo que se va aprendiendo

BIBLIOGRAFÍA

OTROS LIBROS DE NILS CHRISTIE

PRESENTACIÓN

Para el Centro de Investigación en Política Criminal de la Universidad Externado de Colombia es absolutamente grato publicar la traducción del libro Pequeñas palabras para grandes preguntas del profesor Nils Christie de la Universidad de Oslo, quien visitó en varias oportunidades este centro de investigación. Nils ha sido la inspiración de estudiantes y profesores, y de la comunidad académica en general, no solo por sus valiosos argumentos en favor de la libertad sino por la facilidad con que los ha transmitido a todos los destinatarios. Las pequeñas palabras, siempre precisas y adecuadas, han hecho que sus obras tengan gran valor y recordación entre quienes las leen.

Como lo menciona Nils en esta obra: “Las mejores palabras son tal vez las que nos permiten reconocernos en las situaciones y las personas descritas”, y esto es de gran utilidad para los investigadores sociales, ya que “el conocimiento preciso es importante, pero en la medida de lo posible, con el máximo uso de palabras comunes, comprensibles para la mayoría”.

Esta obra es fruto del esfuerzo y apoyo de varias personas e instituciones. Es por ello que agradecemos a su esposa Hedda Giertsen y a nuestro colega David Rodríguez Goyes por su interés en que esta obra se conozca en español. Así mismo, al Departamento de Criminología y Sociología del Derecho de la Universidad de Oslo, a la editorial Universitetsforlaget, a Norwegian Literature Abroad (NORLA) por su apoyo financiero en la traducción realizada por el señor Carlos Arturo Sierra, y al Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia.

Marcela Gutiérrez

Directora

Centro de Investigación en Política Criminal

PRÓLOGO

Este es un libro en el que he estado trabajando desde siempre.

Formar palabras o símbolos, expresarlos, y luego tal vez obtener una respuesta que dice algo más, es una actividad grandiosa.

Las palabras y los símbolos pueden construir puentes. Puentes elegantes y provechosos. Pero también pueden crear barreras, como cuando se usan palabras orales con los sordos o palabras altamente especializadas fuera de un círculo de especialistas.

Mi meta con este libro es trabajar para ampliar la comunidad lingüística, expandir el grupo de personas que se pueden entender entre sí. Son ideales un poco anticuados los que se consideran aquí: es positivo si la mayor cantidad de gente puede participar en esa gran conversación; los cortos de palabras con símbolos que muchos de nosotros podemos intentar comprender, y los especialistas con palabras comunes y corrientes, hasta donde sea posible hacerlo.

Lo que propongo no es una sobresimplificación lingüística. El conocimiento preciso es importante, pero, en la medida de lo posible, con el máximo uso de palabras comunes comprensibles para la mayoría. Es muy raro que en las ciencias sociales haya algo importante que no pueda ser expresado con palabras completamente corrientes.

Desde luego, también acá existen reglas –desde el sentido común en el lenguaje hasta el arte de las palabras. Es muy bueno que esto se conserve y de continuo refine. Pero nuevamente el peligro amenaza. El arte de las palabras puede ser excluyente, hacer que muchos de nosotros nos quedemos callados. La conversación general debe mantenerse. Eso se hace mejor disminuyendo las diferencias entre la gente, y manteniendo el respeto por las pequeñas palabras de la vida cotidiana.

A mi profesora de lenguaje más importante la conocí hace unos ochenta años. Yo le dedico este libro a ella, mi madre, Ruth Christie, nacida el 30 de julio de 1900.

Nils Christie

Oslo, enero de 2009

CAPÍTULO 1

LA ACCIÓN COMO LENGUAJE

1.1. PRIMERO FUE LA ACCIÓN

Las palabras son casos especiales de acción. Las acciones son lenguaje, ellas traen consigo un significado y nosotros nos esforzamos toda la vida para aprenderlo. Una sonrisa cálida cuando uno llega. Una silla que queda libre alrededor de la mesa. Pero tal vez es lo opuesto, todos los que están en la mesa de pronto tienen que irse a casa. O en caso de un encuentro casual, una sombra sobre el rostro, seguido de quietud. El silencio es frecuentemente un lenguaje claro.

Los hechos y las acciones van primero, luego siguen los sonidos que lentamente adquieren un significado. Con Wittgenstein (1996: 67):

El origen de los juegos y las formas primitivas de lenguaje son una reacción; es con base en ello que se van desarrollando formas más complicadas […] lo que quiero decir es que el lenguaje es una depuración, “al comienzo fue la acción”.

Los sonidos adquieren un significado que con el paso del tiempo se vuelve común para muchas personas, pero que, con su transcurrir, y de un lugar a otro, puede cambiar. De la misma forma, a las acciones se les da un significado cambiante. Si la rama judicial aumenta en su alcance y poder, más acciones serán asimiladas y vistas como criminales. Si el sector de la salud crece, en algunos aspectos vamos a estar más rodeados de enfermedad, pues a varios de los hechos se les dará un significado de lo que se interpreta como enfermedad.

Se afirma que en el Valle del Torne (Finlandia y Suecia) hay mucha gente loca. Los psiquiatras los encuentran, pero los lugareños ven el asunto de otra forma. Al respecto Lena Gerholm (1993) señala1:

Parece así, que es típico que al diagnosticar a las personas el énfasis no se ponga en los pensamientos del individuo, sino más bien en sus acciones […] Desde que una persona logre comportarse como un buen aldeano o vecino puede considerarse sana y no loca, a pesar de que la persona en cuestión pueda tener ideas bastante bizarras. Es importante mantener su trabajo y su economía para cuidar de las apariencias y del hogar: apilar ordenadamente la madera, mantener reluciente el piso de madera, accionar las luces externas a horas razonables, y ser colaborador y amigable.

Las normas eran las mismas para todos los habitantes que estaban entre los sanos y no entre los locos, a pesar de haber sido diagnosticados médicamente con esquizofrenia.

Pero con eso sabemos algo importante sobre los lugareños del Valle del Torne: en lo que tiene que ver con la locura se quedan sin palabras. Qué bien, quiero agregar.

Tengo otro ejemplo, en este caso relacionado con la vida organizacional de hace unos años. Veinte o treinta personas nos reuníamos en un comité dos veces al año. La mayoría noruegos. Pero además se hacían presentes una o dos personas de países no nórdicos. El mínimo común denominador, hablando puramente de idiomas, era el inglés. Razón por la cual teníamos que hablar inglés todo el tiempo.

Un inconveniente, pensé yo las primeras veces. Balbuceábamos, nos convertíamos nuevamente en niños, no podíamos expresar nuestros pensamientos de una manera matizada y precisa, y ciertamente no era elegante. Pero con el paso del tiempo llegué a dudar de la magnitud del inconveniente. En un comité los temas son importantes para los miembros. Las opiniones deben expresarse aunque sea de forma torpe e infantil. Y así se reciben de todas maneras, pero de una forma breve, no nos atrevemos a decir mucho y utilizar frases largas en un idioma extranjero, así que los temas de la reunión se van evacuando rápidamente. Y lo que se dice, se dice de un modo sencillo, pues no tenemos palabras tan elegantes en un idioma extranjero. Una desventaja puede ser que somos más sabios de lo que parecemos al escucharnos, pero es una gran ventaja al entender los puntos. Las intervenciones son sencillamente más sinceras, van directo al grano, sin adornos idiomáticos. Los que más se quejan son aquellos que son elocuentes en su idioma materno, se quedan allí sentados maniatados y vuelven a ser personas comunes y corrientes.

1.2. SIN PALABRAS

Tal vez las palabras no sean siempre tan importantes. Algo que inmediatamente llega a nuestros pensamientos son aquellas personas no hablan –desde los que padecen lesiones cerebrales, genes extraordinarios, hasta aquellos que simplemente por razones incomprensibles nunca utilizan lo que llamamos palabras. Pero ellos dicen algo. Algunos tal vez con un movimiento del meñique, otros a través de un lenguaje corporal violento.

Mis pensamientos me llevan a una mujer que conocí alguna vez, déjenme llamarla Marianne, que vivía en la aldea de Vidaråsen, un sitio para personas extraordinarias. En su tiempo libre se sentaba casi siempre en medio de la sala, en la esquina de un sofá y siempre con un libro de imágenes artísticas en su regazo. Nunca intercambié palabras con ella, porque ella no tenía ninguna. Pero recuerdo intensamente un episodio de los años 70 cuando yo vivía allá.

El comité social del parlamento iba a estar de visita y muchos en Vidaråsen estaban un poco agitados. Al mediodía, el comité iba a tomar café y a hablar de las necesidades del pueblo. Eso era algo importante que iba a ocurrir en la casa donde vivía Marianne, concretamente en la sala. El presidente del comité social iba a sentarse en el centro –pensaba el ama de casa– en el sofá, precisamente donde Marianne se sentaba siempre. Marianne no pensaba lo mismo, ella se oponía físicamente contra todo intento de alejarla de allí. Afortunadamente el ama de casa actuó serenamente y con sabiduría como solía hacerlo. Marianne se quedó sentada en el sofá en su lugar habitual haciendo guiños al libro de imágenes. Yo creo que alcancé a divisar una pequeña sonrisa detrás de los guiños.

Para Vidaråsen fue una dicha. Un participante clave estuvo presente durante toda la conversación con el comité de asuntos sociales del parlamento, un recordatorio de sobre qué se trataba todo el asunto.

Pero entonces, algunos meses después, ya Marianne había conseguido un nuevo lugar de trabajo. Durante muchos años había trabajado todas las mañanas en un taller de muñecas introduciendo lana en sus cuerpos. Ahora había sido trasladada al taller de cerámica. Allí estaban sus huellas. Tres imágenes interesantes enmarcadas en vidrio: colores fuertes, según mi interpretación, con claros motivos religiosos. Esas imágenes opacaban todo lo demás en el taller, Marianne las había hecho un día antes. Dibujó todo el día, no tuvo tiempo de tomar los descansos normales, por lo que le acercaron la tasa de café a su mesa de trabajo. Ella era una persona organizada que necesitaba tranquilidad y todo ordenado a su alrededor. El taller de cerámica era frecuentemente un caos ruidoso, pero en esas ocasiones sus pinturas eran más llamativas. El que Marianne hubiera llegado allí se debía a una casualidad: el taller de muñecas había cerrado durante el verano. Marianne fue trasladada al taller de cerámica, le ayudaban con los colores y el papel, y entonces todo ocurrió. Literalmente. Cuando se hizo el cierre del verano alguien la llevó a su antiguo lugar de trabajo en el taller de las muñecas, pero Marianne protestó de tal forma que se escuchó en todo el pueblo, hasta que la devolvieron al lugar donde se hacían las vasijas y los dibujos. Al día siguiente intentaron nuevamente llevarla en dirección al taller de las muñecas con el mismo resultado. Entonces se entendió su lenguaje.

Muchas personas no tienen palabras, y sin embargo son objeto de un entrenamiento lingüístico continuo para convertirlas a nuestro idioma. Para decir ‘comida’, para decir ‘sediento’. O tal vez leer, o incluso escribir. ¿De pronto deberíamos esforzarnos más para entender mejor su lenguaje en lugar de obligarlos a utilizar el nuestro? Turid Horgen (2006) toca el tema en su hermoso libro lleno de contenido Det nære språket (El lenguaje cercano), basado en experiencias de interacción con personas que en un alto grado van más allá del uso de las palabras.

***

¿Será entonces que no me agradan las palabras utilizadas por la mayoría o las palabras que se usan en la gran literatura? Sí, me agradan, pero utilizadas con precaución. Palabras bellas, melodiosas, sencillas, que pueden construir espirales de comprensión. Muchos necesitan consejos al hablar y al escribir, consejos para sobreponerse a la angustia de expresar pensamientos tan sencillos como ellos, para mostrarse desnudos, sin adornos, como realmente lo están. Muchos necesitan también consejos para fortalecer el texto poco claro escrito para ocultar la desnudez. El problema con las palabras no es solamente que algunos no las saben bien, sino que hay muchos que las saben demasiado bien, tanto que pueden ocultar sus debilidades, o que las saben tan bien que el entorno es llevado al silencio.

1.3. DOS TIPOS DE DEFECTOS DEL LENGUAJE