Cubierta

La empatía

Entenderla para entender a los demás

Luis Moya Albiol

Plataforma Editorial

A Ornella

Quiero darte las gracias, Denis, pues me has apoyado en todo momento. Gracias por creer en mí y por estar siempre a mi lado.

Índice

  1.  
    1. Introducción
  2.  
    1. 1. ¿Soy una persona empática?
      1. 1.1. El contagio: del bostezo
      2. 1.2. Las neuronas espejo
      3. 1.3. Empatía
      4. 1.4. ¿Cómo ser más empáticos?
    2. 2. ¿Tienen empatía los animales?
    3. 3. ¿Se puede medir la empatía?
    4. 4. Las ventajas de ser empático
    5. 5. ¿Son las mujeres más empáticas?
    6. 6. ¿Quién carece de empatía?
      1. 6.1. Los trastornos del espectro autista
      2. 6.2. Trastornos de la personalidad
      3. 6.3. Depresión
    7. 7. El cerebro empático
      1. 7.1. Ante situaciones cargadas de emoción
      2. 7.2. Al vivenciar el asco
      3. 7.3. Cuando sentimos el dolor de los demás
      4. 7.4. Si perdonamos
    8. 8. Cooperación
      1. 8.1. ¿Nos afecta el resultado obtenido al cooperar?
      2. 8.2. La gestación subrogada como ejemplo de empatía
    9. 9. Empatía
      1. 9.1. Los menores maltratados: el ciclo de la violencia
      2. 9.2. ¿Están en nuestros genes?, ¿se pueden modificar?
      3. 9.3. La empatía como el camino hacia la no violencia
  3.  
    1. Lecturas recomendadas

Introducción

Ponerse en el lugar de los demás, eso es la empatía. Y hacerlo tanto desde el mundo de las ideas, con lo que pensamos o tomando la perspectiva de otra persona, como desde el de las emociones, es decir, de cómo nos sentimos ante lo que ocurre a los demás. Empatizar es fácil para algunos, parece que les viene de fábrica y no tienen que hacer mucho esfuerzo para ello, pero es difícil y complejo para muchos otros. Nacemos con una predisposición biológica a ser más o menos empáticos, marcada por los genes, las hormonas y cómo se ha formado nuestro cerebro. Sin embargo, la educación recibida, las experiencias vividas y el ambiente en el que crecemos hacen que se desarrolle en mayor o menor medida la capacidad de empatizar. Somos empáticos por naturaleza, es una tendencia natural, aunque bien es cierto que diversos estados psicológicos como la depresión y la ansiedad impiden que se pueda ser empático. Algunas personas que padecen diversos trastornos psicológicos o de la personalidad carecen de empatía, lo que dificulta notablemente su relación con los demás.

Estamos en el siglo XXI, el siglo del cerebro, ya que se ha producido un espectacular avance en el conocimiento de su funcionamiento y su implicación en multitud de comportamientos, enfermedades y rasgos de la personalidad. Y la empatía no es una excepción: los estudios de imagen cerebral han permitido avanzar en el conocimiento de las bases cerebrales de la empatía, y empiezan ya a mostrarnos qué le ocurre al cerebro al empatizar con otra persona. Es lo que se ha hecho, por ejemplo, al observar el dolor ajeno. Pero no podemos hablar de empatía sin nombrar la cooperación y el altruismo, pues son aspectos muy relacionados. Las personas empáticas tienen una gran disposición para ayudar a los demás, y no sólo eso, es más difícil que se comporten de forma violenta. La empatía aporta multitud de ventajas en todos los ámbitos de nuestra vida e incluso contribuye a que seamos más felices. A lo largo de este libro se pretende dar una visión global de la empatía, con el fin de acercar al lector a los conocimientos actuales sobre la temática, así como poner de manifiesto los beneficios de la misma para crear una sociedad menos violenta y más solidaria.