La marihuana y su uso medicinal

Santiago García












Autor: Santiago García

EDITORIAL EL ÁNGEL

www.elangel.es

info@elangel.es

ISBN: 9788494587542

ACNÉ. ALZHEIMER. ANSIEDAD Y DEPRESIÓN. ARTROSIS Y ARTRITIS. ASMA. AUTISMO. CÁNCER. CAQUEXIA. DIABETES. DOLOR CRÓNICO. ELA. ENFERMEDADES INTESTINALES. ENFERMEDADES RARAS. ESCLEROSIS MÚLTIPLE. EPILEPSIA. ESQUIZOFRENIA. ESTRÉS POSTRAUMÁTICO. FIBROMIALGIA. GLAUCOMA. MIGRAÑA. PARKINSON. VÓMITOS Y NÁUSEAS

Testimonios de pacientes, ensayos científicos y la opinión de médicos especializados en el cannabis

ÍNDICE

4 PRÓLOGO

7 PON MARIHUANA EN TU VIDA

12 MÉDICOS ESPECIALISTAS

14 EL CANNABIS POR DENTRO Y POR FUERA

29 ENFERMEDADES

32 ACNÉ

33 ALZHEIMER

36 ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

38 ASMA

40 AUTISMO

42 CÁNCER

49 CAQUEXIA

51 DIABETES

55 DOLOR CRÓNICO

58 ELA

59 ENFERMEDADES INTESTINALES

61 ENFERMEDADES ÓSEAS

63 ENFERMEDADES RARAS

64 EPILEPSIA

70 ESCLEROSIS MÚLTIPLE

73 ESQUIZOFRENIA

76 ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

77 FIBROMIALGIA

79 GLAUCOMA

81 MIGRAÑA

83 PARKINSON

88 VÓMITOS Y NÁUSEAS

91 OTRAS ENFERMEDADES

92 FARMACIA

97 USOS DE LA MARIHUANA

103 LA LEY

111 REFERENCIAS










PRÓLOGO


Hace 35 años se celebró en un pueblo de Segovia un “Encuentro de medicinas alternativas” en el que sanadores de varios países mostraban sus métodos diagnósticos y terapéuticos, algunos francamente pintorescos, otros más solventes. Yo acababa de ser nombrado Jefe del servicio de Metodología de la Investigación y Análisis Estadístico del hospital de la Universidad de La laguna. Acudía a aquel evento llevado por mi curiosidad personal en todo lo que pueda ser una aportación seria a la medicina y no podía – ni quería – prescindir de mi condición de médico “ortodoxo” especialista en evaluar la potencialidad real de cualquier propuesta nueva en este campo.

Al acabar la presentación, hecha por un sanador británico sobre las posibilidades de la hipnosis, se me acercó un joven periodista pidiendo mi opinión al respecto. Le respondí con cierta brusquedad que si buscaba un titular llamativo para su crónica no contara conmigo para entrar en ese juego. Pero el joven reportero no se desalentó por mi negativa inicial e insistió, asegurándome que solo buscaba información acreditada y opiniones cualificadas. Decidí creerle y comenzamos una larga conversación sobre los muchos logros y las muchas limitaciones de la medicina “oficial”. El tema daba para mucho y a aquella primera charla siguieron otras y otras… Y aún continúan.

Santiago García reunía el entusiasmo de su juventud y una precoz madurez que hacían de él un conversador ameno y documentado, siempre buscaba información veraz, tenía una notable capacidad parar separar el trigo de la paja, el ruido de fondo de la melodía sustanciosa. Desde entonces, he podido seguir su trayectoria profesional, desenvolviéndose con éxito y solidez en todos los medios de comunicación. Siempre que he recibido su invitación para participar en programas de radio o televisión o para colaborar en las revistas que dirigía, he acudido con gusto, sabiendo que nunca me iba a sentir engañado por un cazador de titulares vistosos.

Al leer este libro compruebo que Santiago conserva aquella inquietud juvenil, enriquecida por una capacidad de trabajo que le permite afrontar retos inalcanzables para quien no tenga ese don. Y es para mi un deber prologarlo, por el interés que tiene para muchos ciudadanos que pudieran en su día beneficiarse del uso de productos cannabinoides. Al hacerlo cumplo con mi compromiso al asumir el juramento hipocrático que hice al licenciarme como médico.

Son muchos, muchísimos, los problemas de salud que la medicina actual evita, resuelve o palía; y muchos más los que aún están pendientes de solucionar. El médico tiene la obligación de buscar información sobre todo lo que pueda ayudar a mitigar el dolor y la invalidez causada por todo tipo de enfermedades o disfunciones somáticas o psíquicas.

En algunas ocasiones ha ocurrido que un paciente, con problemas graves no solucionados por los recursos que la medicina tiene hasta el momento, le dice a su médico que en revistas cualificadas de medicina hay trabajos que sugieren que algún componente del cannabis podría curarlo o aliviarlo. Aunque parezca increíble, algunos médicos han respondido con hostilidad diciendo que ellos no quieren implicarse en “cuestiones de drogas”. Parece evidente que tan absurda respuesta solo puede ser un burdo intento de ocultar la ignorancia o la pereza. Si investigadores responsables han publicado en prestigiosas revistas médicas trabajos mostrando posibles efectos beneficiosos y mínimos efectos secundarios, lo único que puede hacer un médico decente es leer esos trabajos y averiguar si hay en ellos información útil para su paciente. Si su médico no lo hace o no le recomienda a un colega que lo haga, búsquese usted otro médico, uno que sea honesto, serio y trabajador.

Aquí encontrarán los pacientes mucha información expuesta para que sea entendida por los verdaderos protagonistas de la medicina, que son, obviamente, los enfermos. No es un libro para médicos, pero a los médicos que quieran información profesional rigurosa se les dice dónde encontrarla. El autor ha consultado decenas de documentos buscando en ellos, no la certeza científica, que solo los médicos - algunos - pueden calificar como tal, sino datos que ponen en la pista de posibles efectos beneficiosos para los pacientes. Datos que justifican la tarea de indagación sistemática que los médicos interesados pueden y deben realizar. Datos que justifican que los pacientes pidan a sus médicos que se documenten sobre el tema.

Actualmente, algunos de los grandes laboratorios farmacéuticos están invirtiendo muchos millones de dólares en investigación sobre las posibilidades terapéuticas del cannabis en muy distintos tipos de patología. Estas estrategias de investigación solo se implementan si hay muy fuertes razones a favor del efecto beneficioso de estos productos. En este libro se exponen esas razones.

Luis Prieto Valiente

Doctor en Medicina

Catedrático de Bioestadística Médica.

Ex jefe de servicio de Metodología de la Investigación y Análisis Estadístico del

hospital universitario de La Laguna.







PON MARIHUANA EN TU VIDA

Aunque el cannabis está lejos de ser una panacea terapéutica, es evidente que su uso en numerosas enfermedades mejora la calidad de vida y en algunos casos de manera inmediata. Lo que no es poco. Pongamos por caso que te duele el cuerpo por todas partes y además duermes mal, no descansas. Tras hacerte diversas pruebas te diagnostican que padeces fibromialgia. En realidad, para ti es un trámite saber cómo se llama lo que tienes, lo que te preocupa es que te duele hasta el alma, que cuando te ataca te subes por las paredes, y que no entiendes de dónde sale ese penoso dolor que te consume un día y otro, y otro... Nada logra detenerlo. El médico y el fisiólogo hablan, sugieren, pero tu dolor sigue ahí. Cada día es un horror. Inhalas entonces el cannabis y el dolor desaparece en instantes. No te lo acabas de creer y miras alrededor con recelo. ¿Cuándo volverá? Pero lo cierto es que no está y que te puedes mover, puedes hablar, caminar, ser una persona normal. Sí, el dolor que marcaba los pasos de tu vida diaria ya no está ahí y no lo estará durante un tiempo. Eres de nuevo libre. Son los efectos de los principios activos de la marihuana, una planta a la que durante los últimos 60 años se le ha calificado hasta de enemigo público número uno. Una planta que ha sido estigmatizada y que quien la lleva en el bolsillo, en la calle, si es descubierto, puede ser multado, pagando entre 600 y 600.000 €, según decida el juez.

El cannabis controla el dolor crónico de tipo neuropático, reumático y oncológico. Es decir, alegra la vida de personas que sufren, entre otras cosas, cáncer, artrosis, diabetes... Y la del dolor es solo una de sus aplicaciones, una que está, parece, además, admitida por todos, incluida la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., donde se ha hecho un análisis de 10.000 estudios en torno al cannabis, concluyendo que actúa de manera positiva, hablando en términos médicos, cuando se aplica para disminuir las náuseas y vómitos que causa la quimioterapia, y en el alivio de algunos síntomas de la esclerosis múltiple. Más personas beneficiadas en el mundo.

Aunque hay que reconocer que el sistema endocannabinoide es uno más de los sistemas de comunicación con los que cuentan cerebro y organismo, lo cierto es que interviene en todo tipo de enfermedades: digestivas, neuropáticas, de piel… “Existen evidencias científicas que demuestran que la actividad del sistema endocannabinoide podría estar implicada en todas las enfermedades que afectan al cuerpo humano”, advirtió en Madrid su descubridor, el investigador israelí Rafael Mechoulam. Sin embargo y a pesar de tal evidencia, no hay por qué pensar que el cannabis va a sustituir a los medicamentos existentes para determinadas enfermedades. Lo que sí se puede decir ya es que superan a otros fármacos a la hora de tratar los síntomas y efectos secundarios de enfermedades neurodegenerativas y el cáncer.

HAZTE CULTIVADOR

Solo por estas aplicaciones, el cannabis medicinal está empezando a ser una planta respetada por científicos, médicos, pacientes... De hecho, se espera que solo el negocio de uno de sus principales compuestos químicos, llamado CBD, del que se habla en estas páginas a menudo, crezca en EE.UU., de 2017 a 2020, un 700%, con una facturación de 2,1 billones de dólares. Palabra de Forbes. Un salto cuántico, desproporcionado si tenemos en cuenta que en 2016 su cifra de negocio estaba en 202 millones de dólares, y si observamos que el consumo de solo CBD tiene menor capacidad terapéutica que si se aplica en combinación con THC, el compuesto químico psicoactivo del cannabis. ¿Cuál es el problema? Que el THC es el principio psicotrópico, el del famoso colocón, y que es ilegal comprarlo, está penado por la ley hasta su consumo, salvo en determinadas condiciones. En Estados Unidos, el CBD de la planta se puede importar y comprar sin prescripción previa en 50 estados del país. El THC se puede consumir en solo 8 estados. En España, el THC se puede adquirir y consumir en cientos de asociaciones legalizadas para ello.

¿Cómo conseguirlo entonces? Esa es nuestra propuesta: cultivándolo. ¿Qué se conseguirá con ello? Uno, saber que lo que entra en el cuerpo es auténtico y carece de metales pesados, herbicidas, etc. Cosa que no se sabe si se acude al mercado negro. Dos. Abaratar el precio del gramo. Tanto si se acude al mercado negro como si se va a las Asociaciones Médicas (aquí al menos se sabe que lo que se consume es sano), el precio es elevado. Es difícil encontrar cannabis en la Seguridad Social, eso va para largo. Así que hay que aprender a cultivar, si se quiere tener cannabis para todo el año, para tratar a un hijo que tiene epilepsia refractaria, o porque una madre tiene esclerosis múltiple, o ... Sigue las pautas que damos para cultivarlo en nuestro libro Cultivar Marihuana es fácil. En Chile, hablando de epilepsia, un grupo numeroso de madres ha revolucionado el mapa político y social del país enfrentándose a todo y a todos tras comprobar que el cannabis ayuda a sus hijos a llevar una vida mejor.

Esta enfermedad, la de la epilepsia, no la contempla la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., como tampoco otras muchas aplicaciones terapéuticas. Y es que la ciencia oficial va más lenta, tardará años en descubrir esta realidad. Mientras, los pacientes tienen la planta ahí y la prueban y van viendo si les resulta positiva o no, si con una u otra dosis es suficiente para acabar con su molesta inflamación intestinal, por ejemplo. El biólogo Ekaitz Agirregoitia explicó en una conferencia ante 300 personas como, gracias a la planta, convivía mejor con su terrible colitis ulcerosa.

Casos sobran y de diferentes tipos de enfermedades, muchas englobadas en las neuropáticas. Como el de un hombre, P.F., prefiere ocultar su nombre, que tiene una neuralgia pos herpética que le ataca a la espalda y que es extremadamente dolorosa y la medicación, la morfina, no se la calma. P. F. asegura que le bastan tres caladas de un porro de cualquier marihuana para que el dolor le desaparezca. Este paciente, que se auto médica, también asegura no entender que tenga que esconderse como un prófugo para fumar sus caladas medicinales cuando el dolor le viene en cualquier sitio público.

No pocas veces, debido al buen resultado obtenido en experiencias anecdóticas por pacientes que utilizaban los productos de la planta, extractos, cremas, canutos…, se han llevado a cabo estudios clínicos con cannabinoides aislados y con esos mismos preparados de la planta. El efecto antiemético, estimulante del apetito, relajante, analgésico, y como tratamiento para el Síndrome de Tourette han sido descubiertos de esta forma. Este síndrome es un trastorno neurosiquiátrico que se caracteriza por múltiples tics físicos (motores) y vocales (fónicos).

A veces se han descubierto efectos terapéuticos por casualidad. Por ejemplo, hubo un estudio con pacientes de Alzheimer para evaluar el efecto estimulante del apetito del THC, y además de confirmarse un aumento del mismo y ganancia de peso, se observó una mejoría en el comportamiento de los pacientes estudiados. Otro tanto pasó con el descubrimiento del descenso de la presión intraocular, también con THC. Hay, además, bastantes prácticas clínicas que no han sido investigadas científicamente, por lo que diversos organismos e instituciones foráneas se dedican a realizar encuestas entre quienes usan cannabis con fines terapéuticos. Léase: la "House of Lords Select Committee on Science and Technology," de Gran Bretaña, y el Institute of Medicine, de EE.UU. Hay encuestas anónimas y protocolizadas. Y es que, además, la evidencia científica para una indicación determinada no refleja necesariamente el actual potencial terapéutico para una enfermedad dada.

UN NEGOCIO FLORECIENTE

En otra conferencia, la bioquímica y bióloga molecular de la Universidad Complutense, Cristina Sánchez, una referencia mundial en la búsqueda de explicaciones científicas a cómo actúa el cannabis en los tumores, sobre todo en el cáncer de mama, dijo haber ido al sur de Italia invitada a dar una charla por la Pian Tiamo, asociación creada por un grupo de pacientes con esclerosis múltiple, y que allí vio a una paciente que sufría esa enfermedad y que estaba en silla de ruedas, no se podía levantar, no se podía mantener erguida, fumarse su marihuana medicinal, que extrajo de un bote de cannabis regulado y que venía de Holanda, y que acto seguido la paciente se levantó y se movió como cualquier persona sana. Algo incomprensible si tenemos en cuenta que para la gran mayoría de la población la marihuana es solo una droga, probablemente la más consumida del mundo, se calcula que hay más de 200 millones de personas que la fuman, la inhalan, se comen pastas y tartas elaboradas con ella... Todo con la idea, el afán, de pasárselo bien, como quien se bebe gin tonics o disfruta del sexo.

En este Manual no invitamos al consumo lúdico, pero respetamos a quien lo practica, el cuerpo es de cada uno, y apostamos por la despenalización de quien lo hace, y apoyamos a quien solicita su legalización, como se hizo con el alcohol en 1933. Por el bien de todos sería bueno que se comercie con ella a la luz del día, que se regule de una vez por todas. Hay miles de personas que están en la cárcel o pendientes de juicio solo por llevar unos gramos en el bolsillo. Acabemos con su tráfico a gran escala y que quienes la consuman paguen impuestos... No sabemos qué impide que se legalice la marihuana, si son los intereses económicos de algunas multinacionales, que mueven los hilos desde la sombra, como sucedió en EE.UU., cuando se prohibió en 1937, o si son los intereses de la red que lava la ingente cantidad de dinero negro que mueve: el narcotráfico, entidades financieras situadas en paraísos fiscales, bufetes especializados en mover el dinero sin dejar rastro...

El mercado total del cannabis, según la revista Forbes, que citaba un estudio de ArcView Market Research, está creciendo en EE.UU. más rápido que las punto com. Nada menos que un 30% en 2016. Las ventas alcanzaron los 6 billones de dólares. Datos del mercado blanco. Los del negro, mejor ni recordarlos. Sería bueno legalizar el consumo de una planta con tantas propiedades terapéuticas, que puede ayudar a tanta gente, y de paso limpiar el panorama económico del mundo. Recordemos que en España están ya consumiendo cannabis miles de enfermos de Alzheimer, Parkinson, cáncer, esclerosis múltiple... sin que nadie se entere, no vaya a ser que... Es una situación absurda.

ANTITUMORAL

Desde aquí pedimos su libre consumo, pero para ello también hay que informar y educar a la población. Los primeros, a los médicos, que en su gran mayoría desconocen las propiedades reales de esta planta milenaria. Uno de los más graves problemas con el que se encuentran los pacientes que quieren probar a ver si el cannabis ataja sus problemas es que no saben dónde acudir porque no hay apenas médicos especializados. Las Asociaciones terapéuticas creadas para ayudar a la gente tienen grandes dificultades para encontrarlos. Lo curioso es que haya miles de médicos en el paro y que prefieran seguir en el paro a trabajar con el cannabis. ¿Por qué? Porque desde su punto de vista estaría mal visto en la comunidad médica. Cuestión de castas. Quizás el interés pecuniario les anime, más si les informamos que los médicos que trabajan con el cannabis están cobrando a 75 euros la hora. Unos cuantos miles al mes.

En cualquier caso, lo que realmente hace falta es llevar a las aulas de medicina información de lo que se va descubriendo en los laboratorios con el cannabis; y hace falta que los laboratorios aumenten el número de ensayos clínicos con una planta que consigue el suicidio de las células malignas, al menos en ratones. Así que mientras los oncólogos se dedican a buscar armas contra los tumores en humanos, el cannabis, el THC y el CBD, ofrecen interesantes evidencias de actividad antitumoral. Parece un matrimonio perfecto, el de los oncólogos con el cannabis. Recientemente se ha publicado que GW Pharmaceuticals, la propietaria de Sativex, el único fármaco a base de cannabis autorizado por nuestra Sanidad, ha conseguido que pacientes con un determinado cáncer cerebral muy agresivo aumenten su tiempo de vida varios meses. Pero a pesar de sus muchas cualidades, de manera aislada y en combinación con otros compuestos químicos, con el cannabis se hacen escasos ensayos clínicos. Y es que, resumiendo, hace falta dinero porque un ensayo con 30 pacientes puede tener un coste de alrededor de medio millón de euros.

¿Debería intervenir el Estado como piden algunos? Sin duda. Veámoslo desde el punto de vista solo del dolor, donde la eficacia del cannabis no deja lugar a dudas, y escojamos a la artrosis como muestra. Según los datos que maneja la Sociedad Española de Reumatología (SER) hay más de 7 millones de enfermos reumáticos, que a la Administración le cuestan al año la friolera de 4.800 millones de euros (datos de la Liga Reumatológica Española, LIRE), o sea, el 0,5% del PIB español. ¿Cuánto le costarían si les ofrecieran cannabis? Una simple planta, en lugar de la batería de antiinflamatorios, analgésicos y sedantes que se toman: paracetamol, lyrica, ibuprofeno, nolotil, morfina... Pongamos el caso real de una mujer de 89 años a la que se le administró cannabis en una crema y que en una semana dejó de tomar 2 de las pastillas que ingería 3 veces al día contra el dolor. Tiene una artrosis aguda. Ahora, está tan animada que probará a abandonar una tercera pastilla en unos meses. ¿Cuánto le costarían a la Administración estos enfermos si se dedicaran a cultivar el cannabis en sus casas?

Una sociedad con menos dolores es una sociedad más sana y positiva. No es lo mismo ver a nuestros mayores avanzar por las calles, renqueantes, que verlos moverse con precaución y calma, además de ligereza. No es lo mismo verlos contraer el rostro por el dolor a cada instante, que verlos charlar despreocupados. Por eso, en lugar de dedicarse a criminalizar a los consumidores de cannabis, los Estados y sus gobiernos tienen la obligación de atender las demandas de salud de la población.

Por último, y no menos importante, cabe señalar que, si bien el cannabis no tiene efectos tóxicos ni adicciones extremas, cuando está cargado de THC, sobre todo, hay que alejarlo de determinados grupos de población como son los niños, los adolescentes, podría perjudicar el desarrollo de su cerebro además de causarles problemas de tipo psiquiátrico, y de determinados enfermos, como bipolares y esquizofrénicos. En ningún caso, si se tienen enfermedades graves se debe de utilizar sin consultar con médicos experimentados en su uso.

Añadir que la lectura atenta de esta colección de manuales del cannabis permite ponerse al día en sus diferentes aspectos y sirve para cultivar con garantías de éxito. En Cultivar Marihuana es fáci, hemos informado de todos los estadios del cultivo: germinación de las semillas, trasplantes, crecimiento de la planta, floración, manicura, secado...

¿El futuro? Aunque lo marcará su legalización y el interés de los laboratorios en invertir en ensayos clínicos, uno de los objetivos más claros es el de conseguir terapias lo más individualizadas posibles, es decir, crear genéticamente plantas específicas para cada enfermedad. Es un hecho, que Sanofi, Pfizer, Merck y Johnson & Johnson están investigando en compuestos sintéticos que modulen el sistema endocannabinoide.

MÉDICOS ESPECIALISTAS

Un libro como este no tiene sentido sin el cédito de los doctores, mujeres y hombres que están al pie de la enfermedad. Contamos con la opinión de dos especialistas a los que agradecemos su juicio y experiencia: el doctor Joan Parés Grahit y el doctor Ricardo Navarrete Varo.

El doctor Joan Parés, 22 años de experiencia en el ámbito hospitalario y ambulatorio, comenzó con las aplicaciones médicas de la marihuana porque su mujer tenía cáncer y el cannabis tiene excelentes aplicaciones sobre sus síntomas. Parés dice que a su mujer los cannabinoides le fueron muy bien. Pero él ya era consumidor, recalca, y es consumidor de tipo lúdico. Parés asegura que utiliza el cannabis para dormir mejor. Es de sobra sabido que antes de acostarte un porro da una sensación muy agradable y permite entrar en el sueño fácilmente. Parés también nos cuenta que cuando era más joven consumía porros para las fiestas, para bailar, para hacer el amor, etc.

Joan Parés Grahit, hacemos un alto en el camino para presentarlo, es Ingeniero Técnico Agrónomo y licenciado en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es especialista en Aparato Respiratorio por la Universidad de Barcelona y cuenta con un máster en Gestión Ambiental por la Universidad Politécnica de Barcelona. Además, es fundador del Observatorio Español del Cannabis.

- ¿Qué diferencia hay entre lo lúdico y lo médico? - le preguntamos.

- Todos tenemos un sistema endocannabinoide (ver Pregunta), y cuando tienes enfermedades, algunas enfermedades, este sistema no es suficiente, por lo que favorece consumir desde fuera lo que necesitas para contrarrestar los efectos de la enfermedad. Es el caso de la quimioterapia, del dolor crónico, de las migrañas, de la fibromialgia…

Como se sabe, el cannabis tiene muchísimos cannabinoides, muchos muy importantes, es el caso del THC o el CBD. Cuando quieres tratar una enfermedad normalmente se utiliza el CBD, en algunas también el THC. En cambio, cuando tú quieres un efecto lúdico, colocarte, lo que lo produce es el THC.

¿THC, CBD, endocannabinoides, sistema endocannabinoide...? Será mejor que antes de proseguir nos pongamos al día de qué es la marihuana por dentro y por fuera. Más tarde seguiremos con nuestro doctor. Por cierto, Parés es probablemente uno de los escasos médicos españoles que conoce bien las posibilidades terapéuticas del cannabis. Ha tratado con cannabinoides a pacientes con diferentes enfermedades durante varios años. Ahora colabora con un consultorio terapéutico de una de las páginas webs más populares en materia de semillas y cultivo de cannabis. Tiene pues autoridad en la materia.

También hemos querido conocer la opinión del doctor Ricardo Navarrete Varo sobre los efectos del cannabis en toda la gama de enfermedades de las que hablamos.

- ¿Desde cuándo utiliza el cannabis con sus pacientes? ¿Cuántos años de experiencia tiene?
- Yo no diría que “trato” a mis pacientes con cannabis, pues no tengo una consulta específica con cannabis. A lo que me dedico desde hace unos 17 años es a suministrar información sobre el cannabis medicinal a aquellos que me la solicitan y ellos deciden si hacer el tratamiento con cannabis o no. La totalidad de las consultas me llegan por e-mail y en la mayoría de los casos no vuelvo a tener contacto con el paciente. Solo una pequeña proporción vivían cerca de Málaga y les he podido hacer un seguimiento más cercano, seguimiento que sería necesario en todos los casos para poder decir que yo los he “tratado”.
- ¿Cuál es la mejor vía de tratamiento: fumar, infusiones, aceites…?
- Siempre recomiendo como prioritaria la vía inhalada. La vía digestiva tiene estos inconvenientes:
- Por los tres motivos, es mucho más difícil de dosificar. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces se usa el cannabis de forma auto-dosificada. Si el paciente padece problemas respiratorios, les recomiendo utilicen un vaporizador. Y si no, digestiva o sublingual (ésta última vía tiene las ventajas de la inhalada pues no pasa por el hígado, va directamente de la cavidad bucal al cerebro). La vía cutánea solo es recomendable para problemas cutáneos ya que los cannabinoides son grandes moléculas que difícilmente atraviesan la piel.

El doctor Navarrete Varo, fue médico especialista en Medicina Familiar, ejerció en el Centro de Salud de San Andrés-Torcal, en Málaga, es miembro de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides (SEIC), y de la Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento (IACM) y ha publicado numerosos artículos e impartido charlas sobre esta materia.