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PEREGRINAS POR EL CAMINO DE SANTIAGO

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Investigación y coordinación: Teresa Morales

© De los relatos respectivos, las autoras, 2010

© De esta edición, Casiopea Ediciones, 2013

Ilustración de cubierta: Karen Behr

ISBN: 978-84-946727-6-7

Maquetación y producción: disegraf soluciones gráficas

Reservados todos los derechos

Índice

Agradecimientos, Pilar Tejera

Presentación, Pilar Tejera

La vida es un largo Camino, Panama Jack

Prólogo. La búsqueda de uno mismo: inicio de la peregrinación, Rosa Villada

Mujeres en camino. Relatos de peregrinas

Relatos premiados

Corriendo el Camino, Alexandra Panayotu

Mi propio Camino, M. Monserrat Medalla Cufí

El vestido amarillo de Fisterra, Sofía Peña

Relatos finalistas

Pedaleando el Camino, Marie-Christine Bricard

La estrategia del agua, Castillo Cuberos

Su Camino y el mío, Paula Zubiaur Chalmeta

“Son peregrinos”, Astrid Lander

El Camino de la fuerza, Mony Dojeji

Un viaje de dentro a fuera, Elyn Feinberg Aviva

25 de mayo, Teresa Majeroni Sánchez

Camino mágico, M.ª Vicenta Martínez Silió

El gusanillo y la serpiente, Marisa Vázquez

Un viaje por mi vía láctea, Juana María Arenas Aparicio

El valor de una promesa, Maraya Meseguer

Diarios

Sarriá—Portomarín, Yolanda Barrientos

Portomarín—Casanova, Jazmín

Casanova—Arzúa, Petronela

Arzúa—Arca, Mapi

Arca—Monte de Gozo, Ana Lilia

Monte de Gozo—Santiago de Compostela, Petronela

Camino a mi libertad, Verónica

Leyendo recientemente El abanico de seda que habla del lenguaje secreto de las mujeres chinas de principios del siglo XIX, reconocí de nuevo algo que he pensado siempre particularmente desde aquellos viajes en solitario por Asia, y es que las mujeres sea cual sea nuestra cultura, nivel social, raza o religión tenemos un lenguaje común. Tenemos el lenguaje común del universo femenino.s

De alguna forma amamos, reímos y sufrimos en una misma clave. A lo largo de esos viajes también descubrí que “ellas”, sienten la misma curiosidad por “nosotras” que nosotras por ellas. Curiosamente, el Buda de la compasión inmediata en Asia, es un Buda… femenino: TARA. Y es porque desde el punto de vista budista, la mayor energía que concebimos en el universo, es la energía femenina.

CRISTINA BERNAT

Womens Way (Viajes Sanga)

Agradecimientos

Mi agradecimiento a Teresa Morales, quien me inspiró la idea de hacer este libro y cuyo trabajo de investigación fue crucial para llevarlo a cabo. Gracias Teresa por tu apoyo y tus ánimos en todo momento.

Gracias a Nani Arenas, por su desinteresada colaboración, a Yolanda Barrientos, trabajadora de la Cárcel de Mujeres de Brieva, que nos hizo llegar los preciosos testimonios de las reclusas que participaron en el proyecto “Caminos de Libertad”, a la escritora Rosa Villada, que nos cedió los derechos de reproducir uno de sus relatos, a la atleta griega Alexandra Panayotou por su testimonio de lo que supuso realizar El Camino corriendo y que le ha valido el Primer Premio del Concurso de Relatos que impulsamos, a las Asociaciones de Peregrinos por haber compartido y difundido el Concurso de Relatos, a Lola Escudero, Secretaria de la Sociedad Geográfica Española, que siempre respalda y da a conocer mis iniciativas. Mi agradecimiento especial a Inés Ponce, de la Asociación de apoyo a la mujer en el Pirineo, por su entusiasmo y su inestimable ayuda promoviendo la iniciativa por el camino francés, a Maria Maldonado y Sonia Moya, que me abrieron las puertas del patrocino de Panama Jack y desde del primer momento se mostraron abiertas con el proyecto: Gracias especiales a toda la empresa por el apoyo económico de este libro.

Mi gratitud a todas las peregrinas que respondieron a la llamada y volcaron en papel sus experiencias haciendo posible este libro y como siempre gracias a mi familia y amigos que me animan y dan su aliento en cada locura que se apodera de mí.

PILAR TEJERA

Marzo 2010

Presentación

Todos llevamos dentro rincones secretos, un depósito de anhelos, dudas y sueños, y aunque la mayoría no hurgamos casi nunca en el, ahí sigue estando, esperando el momento y el lugar de aflorar para buscar soluciones a esas preguntas que nos acompañan o regresar a nosotros en forma de miedos superados o de promesas cumplidas.

La idea de publicar ese libro nace por un lado del propio escenario, pues sin escenario, no hay acontecimiento posible y el Camino de Santiago, junto con la celebración este año del Jacobeo, me parecieron dos excusas con peso. Por otro lado, después del resultado obtenido con el Primer Concurso Nacional de Relatos de Mujeres Viajeras, que convocamos el pasado año, me tentó la idea de recoger, bajo una perspectiva femenina, la experiencia que supone el Camino. No hay duda de que algo tiene el Camino, recorrido curiosamente por más mujeres que hombres. Declarado Patrimonio Mundial en 1993, es conocido también como el Camino de Europa o el Camino de las estrellas. Se trata de una de las rutas viajeras y espirituales más importantes y enigmáticas que existen. Un superviviente del pasado podríamos decir, que desborda las simples fronteras de Europa y podríamos decir… del mundo.

Reproducimos el relato que amablemente nos ofrece la escritora Rosa Villada, a la que el Camino cambió en muchos aspecto y supuso un giro de timón en su vida. Es el primero que aparece porque creo que revela muchas de las cosas que se leen a continuación. Alexandra Panayotou, atleta griega que en 2008 se convirtió en la primera mujer en hacer el Camino corriendo. Alexandra cubrió corriendo en solitario los 1.200 kilómetros que separan Barcelona de Santiago de Compostela, cubriendo una media de 60 kilómetros diarios durante 21 seguidos.

Ha sido la única corredora que lo ha conseguido por ahora y posiblemente pasará un tiempo antes de que otra mujer iguale o supere su hazaña. En cuanto al relato que nos envió la peregrina norteamericana Elyn Feinberg Aviva, lo tradujimos al español para incorporarlo como aportación y reflejo del cariz universal de esta ruta milenaria.

Han concurrido más de cien relatos a la convocatoria que lanzamos a finales del año pasado y cuya selección recogemos en este libro. Por último reproducimos los diarios de algunas mujeres que el año pasado participaron en “Caminos de Libertad”, programa que tiene lugar cada año entre un escogido número de reclusos de distintos centros penitenciarios del país. La sencillez y la fuerza de sus palabras, no necesitan presentación.

Este es el fruto de aquella idea. Estoy segura de que al finalizar su lectura, al margen de su discutible calidad literaria, estarán de acuerdo con las palabras de Cristina Bernat cuando afirma en referencia a la mujer: De alguna forma amamos, reímos y sufrimos en una misma clave. De no ser así, espero al menos haber ofrecido una visión diferente del Camino.

PILAR TEJERA

Marzo 2010

La vida es un largo Camino

La vida es un largo camino, una aventura diferente todos los días. Esto supone que todos debemos estar preparados para lo que esta por venir. Con el slogan “nacidos para caminar” empezamos nuestra larga caminata hacia la maravilla de la vida. Durante nuestros recorridos hemos encontrado varios obstáculos pero al mismo tiempo nos hemos reinventado y hemos conocido caminos extraordinarios. Experiencias como la Ruta Quetzal han puesto en contacto nuestros pies con el mundo y ese es el testigo del viaje que emprendemos todos los días.

Hemos querido transportar a todos los amigos de Panama Jack a un mundo que importa de verdad, ese mundo de aventuras que deberíamos estar viviendo, ese mundo de ilusiones y esperanzas, de tristezas y desengaños, ese mundo lleno de vida y humanidad. Y entre esos amigos, se encuentran las miles de peregrinas del Camino de Santiago.

Nuestro recorrido continuará, nuestras aventuras crecerán pero nuestra manera de ver el mundo será la misma. Lo afirmamos con las palabras de Conrad: “Creí que era una aventura y en realidad era la vida”.

PANAMA JACK

Prólogo

La búsqueda de uno mismo: inicio de la peregrinación

“Nacida en Albacete en 1954, ejercí como periodista en esta ciudad durante más de veinte años hasta que, en la primavera de 2000, hice a pie el Camino de Santiago y a la vuelta, decidí abandonar el periodismo para dedicarme a la literatura.”

ROSA VILLADA

Me contó mi buen amigo Tristán, que según su padre, Kabaleb, cuando alguien no hace en su interior los cambios necesarios, surge la necesidad del viaje. Estoy segura de que eso es lo que ocurre con relación al Camino de Santiago.

Cuando realicé la peregrinación por primera vez no sabía qué fuerza me empujaba para dejar trabajo y familia y andar, casi 800 kilómetros, por una ruta de la que apenas sabía nada, y que me iba a mantener alejada, durante un mes, de mi casa y de mi ambiente habitual. Ahora estoy convencida de que ese fuerza que me impulsó a hacer esta peregrinación, no fue otra que la necesidad imperiosa que yo tenía de cambiar mi visión de la vida. Y cómo no fui capaz de realizar ese cambio por dentro, mi Yo Superior me condujo a experimentar esa transmutación alquímica necesaria, andando por el Camino de Santiago.

Durante mi experiencia en esta ruta, pude comprobar como muchos peregrinos no sabían qué estaban haciendo allí. Aunque en todos se podía adivinar un impulso, más o menos claro, de búsqueda de sí mismos.

Luego, con el tiempo, el propio Camino habla a cada uno en su idioma y ofrece respuestas a los interrogantes vitales de cada cual. Aunque claro, esta no es una ley matemática que funciona a la primera, y a veces esa necesidad de cambio nos lleva al Camino de Santiago una y otra vez.

A pesar del despiste inicial que tenemos los peregrinos cuando iniciamos el Camino de Santiago por primera vez, hay algunas señales que nos resultan evidentes en cuanto ponemos los pies en la ruta de las estrellas. La primera es la similitud del Camino con la propia vida. Y, derivada de ésta, te haces consciente de tu condición de peregrino. Sólo estás aquí de paso. Llegas a la Tierra con fecha de caducidad, como los yogures, y lo haces por una razón, con una finalidad que, si no sabes, debes descubrir.

Otra cosa de la que te haces consciente —y cuando hablo de hacerse consciente, no me refiero a una certeza intelectuales de que sólo te sostienen tus propios pies. Nadie puede andar por ti. El Camino es un viaje solitario, aún cuando haya mucha gente a tu lado. Y te das cuenta también de que no es lo mismo “conocer el Camino, que andar el Camino”. Existe la costumbre de querer llevar “controlados” todos los aspectos de la ruta. Cuántos kilómetros vas a andar cada día, dónde se ubican los albergues, qué iglesia hay que visitar… Pretendes planificar el Camino, como quieres planificar la vida, pero es imposible.

Se puede llevar una guía, se puede haber mirado cada palmo de la ruta en Internet, se puede “conocer” perfectamente el Camino, aún antes de haber puesto un pie en él. Pero ese conocimiento virtual o intelectual no te servirá de nada.

El Camino, como la vida, hay que andarlo con los pies, y recorrerlo con todos los sentidos. Mojándose con la lluvia, quemándose con el sol y abiertos a cualquier experiencia. Al igual que la existencia, el Camino de Santiago no te descubrirá sus secretos, si no lo vas recorriendo cada día. Luego, en algún momento, quizás cuando lo hayas hecho muchas veces, te descubrirá el mayor secreto de todos: que tú eres el Camino, y que no hace falta ir a ninguna parte para encontrarte a ti mismo.

Como decía Machado: “caminante, son tus huellas el Camino y nada más. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino, sino estelas en la mar”.

Los grandes descubrimientos no ocurrirán hasta que no seas capaz de hacer los cambios interiores necesarios. Mientras llega ese momento, ¡disfruta con alegría de la experiencia que te ofrece la ruta jacobea y… buen Camino!

ROSA VILLADA

1 de junio de 2008

MUJERES EN CAMINO

RELATOS DE PEREGRINAS

Hay lugares en tu vida que te llegan al alma y que forman parte de ella para siempre. Tal vez sólo se ha estado en ellos una vez, pero esos escenarios han sido testigos de conversaciones que marcaron nuestra vidas, de decisiones trascendentales, de momentos que se graban para siempre en los rincones más inexplotables de nuestra memoria. Un banco en un parque remoto, una farola en el cruce de dos calles, una pequeña plaza, el escalón de un portal. Son lugares del alma, espacios de que fotografiamos mental y anímicamente para la posteridad.

JAUME SAN LLORENTE

Sonrisas de Bombay

RELATOS PREMIADOS

PRIMER PREMIO

Corriendo el Camino

Alexandra Panayotou

1.200 kilómetros en solitario por el Camino de Santiago

“No te rindas, no les des ese gustazo a los que lo esperan”

ALEXANDRA PANAYOTOU

El sábado 26 de abril de 2008, a las 09:30 de la mañana, inicié mi marcha desde la Plaza de Sant Jaume, en el centro de Barcelona. Mi intención era correr, o kilometrar, como empecé a llamarlo durante mi experiencia, hasta la Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, siguiendo el mítico Camino de Santiago. Me había impuesto el reto de completarlo en 21 días.

Cuatro años antes, durante una época muy difícil de mi vida, quizá la más dura por lo que había pasado hasta el momento, oí algo del Camino de Santiago y aquello despertó mi interés. Poco a poco, la idea de hacer el Camino corriendo se instaló en un rincón de mi cerebro y fue tomando forma. Por aquel entonces, yo estaba acostumbrada a correr sólo maratones (unos 42 km cada uno). Digo sólo, porque un desafío de más de 800 kilómetros es algo más serio que correr una maratón. El que entonces era mi pareja y otras personas próximas a mí, intentaron disuadirme alegando que aquello era demasiado duro, que había muchos riesgos o que necesitaría más tiempo. Claro que entonces yo no era como soy ahora y mi falta de seguridad o mi nivel de autoestima me llevaba a dejarme guiar por los demás. Aun así, compré un libro aunque durante un tiempo se quedó en un estantería, casi olvidado, la semilla de aquel desafío fue germinando mientras yo trabajaba para fortalecerme como persona. Era como si las dos fuéramos creciendo con efectos invisibles de cara al exterior, pero con los años, los cambios eran tangibles y obvios.

En diciembre de 2007, yo era una mujer renovada y me encontré en un cruce importante de mi vida. Tenía mi propia empresa de eventos, había dejado de correr maratones y empecé a prepararme en carreras de ultra-fondo. Un día, mi socia y yo decidimos ayudar a la causa de un grupo de personas con discapacidades físicas que se habían impuesto la meta de llegar al Polo Sur. Fue entonces cuando pensé en dedicar el año 2008 a correr 2008 kilómetros en carreras y rutas oficiales para ayudar a este grupo a conseguir financiación y aumentar la notoriedad pública que hiciera posible el triunfo de su expedición. Llamé al proyecto Pole Runner 2008.