La huella del dolor
La huella del dolor: portada interior

 

 

 

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Tema: Violencia de género

Javier URRA PORTILLO

La huella del dolor

Estrategias de prevención y afrontamiento de la violencia de género

 

 

 

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Fundada en 1920

Nuestra Señora del Rosario, 14, bajo

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© Javier URRA PORTILLO

 

 

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© EDICIONES MORATA, S. L. (2017)

Nuestra Señora del Rosario, 14

28701 San Sebastián de los Reyes (Madrid)

www.edmorata.es - morata@edmorata.es

 

Derechos reservados

ISBNpapel: 978-84-7112-847-8

ISBNebook: 978-84-7112-857-7

Depósito Legal: M-6.614-2017

 

Compuesto por: Sagrario Gallego Simón

Printed in Spain - Impreso en España

Imprime: ELECE Industrias Gráficas, S. L. Algete (Madrid)

 

Imagen de la cubierta: Zapatos rojos (2017), por Íñigo Cosín.

Reproducida con autorización.

 

Fotografía de la cubierta inspirada en el proyecto “Zapatos rojos” que fue impulsado por la artista mexicana Elina Chauret como una instalación colectiva de arte público y reivindicativa en la que un grupo de mujeres de diversas nacionalidades, etnias, situaciones personales y profesionales se reúnen para exigir medidas contra la lacra social de la violencia de género. La muestra echó a andar en 2009 en Ciudad Juárez, México, una localidad especialmente castigada por esta violencia, y ya ha pasado por un sinfín de ciudades del mundo.

Fotografía de Javier Urra de la sobrecubierta realizada por Natalia Kachmar.

 

 

 

 

 

 

Nota editorial

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Contenido

 

 

INTRODUCCIÓN: Colección Urra de Estrategias de Prevención y Afrontamiento

Sobre el autor

PREÁMBULO

CAPÍTULO 1: Diagnóstico de la violencia de género

CAPÍTULO 2: Estrategias de prevención

2.1. Pautas educativas como antídoto contra la violencia

CAPÍTULO 3: Estrategias de afrontamiento

3.1. Ponencia del Senado contra la violencia de género. Estrategias y propuestas. 3.1.1. Educación. 3.1.2. Medios de comunicación. 3.1.3. Menores y jóvenes. 3.1.4. Atención y asistencia a las víctimas. 3.1.5. Otras violencias. 3.1.6. Protección de las víctimas. 3.1.7. Reforma legislativa

CAPÍTULO 4: Adenda

4.1. Menores expuestos a la violencia de género.—4.2. Formas de violencia de género digital.—4.3. Otros aspectos relevantes.—4.4. Anécdota perversa.—4.5. Un penúltimo pensamiento

CAPÍTULO 5: Epílogo

CAPÍTULO 6: Bibliografía, Leyes y Documentos

6.1. Bibliografía.—6.2. Leyes.—6.3. Documentos.—6.4. Instrumentos de evaluación específicos

CAPÍTULO 7: Cine, teatro, música

7.1. Cine.—7.2. Teatro.—7.3. Música.

CAPÍTULO 8: Teléfonos de urgencia y direcciones de interés

8.1. Teléfonos de urgencia.—8.2. Direcciones.—8.3. Direcciones en Latinoamérica.

ANEXO I: Propuesta de modificación legislativa

ANEXO II: Datos estadísticos sobre violencia de género

1. Datos diferenciadores entre los asesinatos de hombres a mujeres y de mujeres a hombres en España en los últimos años.—2. Datos de hombres que han matado a sus hijos por violencia de género y datos de madres que han matado a sus hijos por el mismo motivo en España.—3. Datos de homicidas de violencia de género españoles y extranjeros residentes en España.—4. Datos del número de hombres que después de matar a su mujer se suicidan.—5. Datos del número de hombres que después de matar a sus hijos se suicidan.—6. Datos por edades de homicidas y de víctimas.—7. Datos de homicidios que se producen durante el proceso de separación, lucha por la custodia.—8. Datos sobre la violencia de género a nivel mundial.—9. Datos sobre violencia de género en Latinoamérica.

ANEXO III: Cuentos que nos permiten trabajar con niños y niñas en el tratamiento de la diversidad

1. Algunos cuentos sobre la diversidad, igualdad de género y violencia de género.

ANEXO IV: Comparecencia en la Comisión de Igualdad

ANEXO V: Presentación en el Sistema VioGén del Formulario de Valoración Policial del Riesgo (VPR4.0)

ANEXO VI: Presentación en el Sistema VioGén del Formulario de Valoración Policial de la Evolución del Riesgo (VPR4.0)

AGRADECIMIENTOS

  

INTRODUCCIÓN

 

 

 

 

 

Colección Urra de Estrategias de Prevención y Afrontamiento

La violencia de género. El acoso escolar. El suicidio. Son realidades de las que mucho se habla y bastante escribe, pero se demanda, se precisa aportar estrategias, criterios específicos para minimizar estas lacras.

Javier Urra y Ediciones Morata con su director Paulo Cosín se han comprometido con este reto, por lo que los libros de la colección Estrategias de Prevención y Afrontamiento son verdaderos informes, documentos que aportan lo esencial, que buscan ser referenciados, que agradecen a tantos investigadores su trascendente aportación.

Tres realidades que se desarrollarán en las tres obras siguientes:

1. LA HUELLA DEL DOLOR

Estrategias de prevención y afrontamiento de la violencia de género.

2. LA HUELLA DEL SILENCIO

Estrategias de prevención y afrontamiento del acoso escolar.

3. LA HUELLA DE LA DESESPERANZA

Estrategias de prevención y afrontamiento del suicidio.

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Sobre el autor

Javier Urra es:

Primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.

Psicólogo de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid (en excedencia voluntaria).

Doctor en Psicología y en Ciencias de la Salud. Pedagogo terapeuta y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.

Académico de Número de la Academia de Psicología de España.

Embajador de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica.

Presidente de la Comisión Rectora del Programa recURRA-GINSO para padres e hijos en conflicto.

Trabaja además como:

Profesor de los continuados cursos de especialización de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, a propuesta de la Comisaría General de Policía Judicial.

Tutor de trabajos de fin de Grado y de fin de Máster y miembro de tribunales de tesis doctorales sobre la temática que nos convoca, en Psicología, Derecho y Criminología.

 

 

 

 

 

 

 

 

Preámbulo

“A los hombres se les enseña a pedir perdón por sus fallos, a las mujeres por sus éxitos”.

Lois WYSE

El género no es algo casual ni inocuo, sino que es uno de los principales engranajes de la organización social. Prácticamente el doble de mujeres jóvenes dejan su empleo o reducen la jornada para asumir el cuidado de un familiar (63% frente a un 37%), siendo así que se perpetúa el rol de cuidadora renunciando a su carrera profesional.

Actualizaciones normativas.

Primera definición oficial de Violencia contra la mujer. ONU, 1993:

“Todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

La Asociación Americana de Psicología (Walker, 1999) define la violencia o maltrato doméstico como:

Un patrón de conductas abusivas que incluye un amplio rango de maltrato físico, sexual y psicológico, usado por una persona en una relación íntima contra otra, para ganar poder o para mantener el abuso de poder, control y autoridad sobre esa persona.

Convenio1 del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica. Art. 3. Estambul. Definiciones:

Por “violencia contra las mujeres” se deberá entender una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, y designará todos los actos de violencia basados en el género que implican o pueden implicar para las mujeres daños o sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica, incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, en la vida pública o privada.

Ley 1/2004 de 28 de diciembre, de medidas de protección integralcontra la violencia de género:

La violencia que como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre ésas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia.

Ley 4/2015 de 27 de abril del estatuto de la víctima del delito:

La finalidad de elaborar una ley constitutiva del estatuto jurídico de la víctima del delito es ofrecer desde los poderes públicos una respuesta lo más amplia posible, no solo jurídica sino también social, a las víctimas, no solo reparadora del daño en el marco de un proceso penal, sino también minimizadora de otros efectos traumáticos en lo moral que su condición puede generar, todo ello con independencia de su situación procesal.

La Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia y la Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia:

Mejoran la atención y la protección de los hijos y las hijas de las mujeres víctimas de violencia de género, así como de los menores víctimas de otras formas de violencia, en particular, de la trata de seres humanos.

Hacer justicia no significa hacer igualitarismo, sino tratar diferente a los diferentes”.

Victoria CAMPS

La violencia doméstica y la de género no son conceptos equivalentes y, por tanto, no deben emplearse indistintamente. El Consejo General del Poder Judicial (2013) se manifiesta taxativamente en relación con este estatus diferenciado. Coincidimos con lo afirmado en la Ley 1/2004, que identifica la violencia de género con “una manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres”.

El asesinato de una mujer a manos de su pareja o expareja debe llamarse feminicidio. El lenguaje es importante.

El término más adecuado sería violencia contra la mujer.

Pese a que se lleva luchando contra la violencia de género más de 20 años, da la sensación que se ha producido un estancamiento.

Para la reconstrucción de la identidad es importante la representación que en la sociedad tienen las víctimas.

Es un deber moral luchar por erradicar tan injusta, tan terrible lacra.

La violencia de género es un problema de salud pública, que se debe abordar desde la educación temprana y también desde la política.

El gran error del mundo patriarcal fue pensar que bastaba con darle todo el valor al mundo protagonizado por él.

No hace ni cien años que las mujeres suecas obtuvieron el derecho al voto.

Nacer mujer es nacer en el grupo que siempre ha debido luchar por sus derechos. Una lucha antigua, difícil y esperanzada.

Las causas de la violencia de género, son la combinación de factores socio-culturales, individuales y contextuales que se sustentan en una forma de educación sexista, una visión androcéntrica de la sociedad y una tradición cultural patriarcal.

“Es más fácil desintegrar un átomo, que un prejuicio”.

(Albert EINSTEIN).

Como explicó Martín-Baró, la realidad psicológica adquiere concreción en los individuos, pero en gran medida su origen está en la estructura social. El comportamiento humano es valorado y significado por una sociedad concreta, que la vincula.

No se dude, la violencia tiene género. Los varones sufren violencia en la calle, por peleas, ajustes de cuentas, celos. Las mujeres, y muy mayoritariamente, sufren la violencia en casa de mano de su pareja.

No todos los hombres maltratan a las mujeres, no todas las mujeres “no” maltratan a los hombres, pero todos debemos condenarlos.

Los homosexuales, bisexuales y transgénero sufren también esta violencia, que bien podría ser denominada como de odio.

La violencia de género se compone de actos de violencia, ya sea psicológica, física o sexual, y se manifiesta en los planos emocional, sexual, interpersonal, familiar, laboral, económico, cultural y social.

La violencia de género es un mal transversal a la democracia.

Es violencia de género toda la que sea susceptible de producir menoscabo de la salud, la integridad corporal, la libertad sexual, o cualquier otra situación de angustia o miedo que coarte su libertad. Asimismo, la ejercida sobre los menores y las personas dependientes cuando se agreda a los mismos con ánimo de causar perjuicio a la progenitora. Las conductas que tengan por objeto mantener a la mujer en la sumisión, ya sea forzando su voluntad y su consentimiento o impidiendo el ejercicio de su legítima libertad de decisión. Agresiones físicas, psíquicas, los abusos sexuales, la mutilación genital, la inducción a ejercer la prostitución, el acoso sexual en el ámbito laboral, el tráfico de mujeres.

La violencia aplicada de manera sostenida es un instrumento de dominación.

El 65% de las mujeres no denuncian a sus parejas2, de ellas un 44,6% manifiestan que no lo hacen porque “la violencia que sufren no es suficientemente grave y que forma parte de la normalidad”. Otras, en ocasiones, porque no creen ser maltratadas; por imposibilidad de ver más allá; porque se creen dependientes; por miedo; porque no tienen garantías de que se les proporcione una vida nueva. Un 26,8% informó a la policía de los hechos y un 1,7% acudió directamente al juzgado a denunciar. Un 6,4% no se pronuncia en este sentido.

¡Cuidado! No deben confundirse los factores de probabilidad, con la causa origen de este tipo de violencia. No, no son los trastornos de personalidad, ni la enfermedad mental, ni el alcohol y otras drogas la causa de la violencia de género.

La relación que se establece no es de sujeto a sujeto, sino de sujeto a objeto. El agresor de género suele ser un dictador que impone (o que quiere imponer) su voluntad. Hay varones que desean imponerse a sus mujeres y tenerlas subordinadas.

En las encuestas del CIS3 (Centro de Investigaciones Sociológicas) que toman el pulso periódicamente a los españoles, esta preocupación está en el puesto 22. “Solo el 1% de la población admite que la violencia de género es un problema muy grave para el país”. Tampoco es un asunto importante para los políticos, ya que varios candidatos a la Presidencia del Gobierno no les dieron mucha importancia a las alusiones a esta problemática.

Existe un discurso de regresión donde se indica que la igualdad plena ya se ha conseguido, incluso ha sobrepasado la cuota que correspondía a las mujeres.

En 2017, en España hay 6.786 reclusos por delitos de violencia de género (datos de Instituciones Penitenciarias).

La violencia de género contra las mujeres es trasversal a las clases y a los estamentos sociales y transculturales.

“La maté porque era mía”, esa equívoca, inaceptable, errónea “ética del honor” sigue oculta pero al acecho en bastantes varones. Un sentir visceral, que permite tras cometer un horrible asesinato sentir una aparente calma interior.

Zapatos rojos. El proyecto fue impulsado por la artista mexicana Elina Chauret como una instalación colectiva de arte público y reivindicativa en la que un grupo de mujeres de diversas nacionalidades, etnias, situaciones personales y profesionales se reúnen para exigir medidas contra la lacra social de la violencia de género. La muestra echó a andar en 2009 en Ciudad Juárez, México, una localidad especialmente castigada por esta violencia, y ya ha pasado por un sinfín de ciudades del mundo.

La violencia de género no es un problema de las mujeres, es un problema para las mujeres.

Existe la creencia, bastante extendida de que el varón “no sienta la cabeza” hasta que se casa o inicia la convivencia con la mujer que “lo domestica”. De donde puede concluirse que un varón, sin la supervisión de una mujer, es un ser inmaduro, abocado a conductas de riesgo. A vivir en la aventura “permanente”.

La asunción del papel del héroe protector conlleva de manera implícita que la otra persona, y de forma injusta, deba asumir el rol de sumisión y gratitud.

Hay en la violencia de pareja un número escaso de mujeres que matan a sus maridos (escasos en comparación con la violencia machista), asimismo que matan a sus hijos para dañar a su ex. Como hay chicas que controlan el móvil y los pasos dados por “su” novio. Quede constancia de esta realidad, que debe no solo reflejarse sino abordarse.

Las denuncias falsas4 deberán ser perseguidas pues son innegables y muy dañinas. Claro que hay muchas más situaciones que existiendo no se denuncian. Claro que también hay quien argumenta que es una denuncia falsa, y no lo es. Pero si se comprueba persígase, repito hacen daño a las verdaderas víctimas.

Pareciera en algún momento que estamos dando pasos atrás en la violencia de género, y que inclusive el incendio se aviva en los jóvenes. Haremos bien en analizar los hechos y valorar variables, sin olvidar que también se ha sensibilizado el esquema de tolerancia de la sociedad.

El varón sexista espera que su “media naranja” sea su complemento, cocinera, cuidadora, criadora, secretaria y relaciones públicas.

Hay una enorme bolsa de maltrato oculto, dado que la mayoría de las víctimas no se atreven a denunciar por verdadero temor, por considerar que agrava su situación de riesgo y no sirve para nada, o por subestimar el riesgo que las acecha. Sí, miedo paralizante ante la posible venganza del agresor; desconfianza del sistema policial y judicial; deseo confuso de no perjudicar al agresor con el que mantiene un “lazo” gordiano emocional; sentimiento anticipado de soledad; de ser parcialmente culpable del fracaso; temor a la desintegración; y causar problemas mayores a sus hijos.

El centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, en 2007, nos señala que: hubo en Hungría 12 mujeres muertas por millón de habitantes. En Finlandia 10. En Dinamarca 6. En Noruega 5. En España 3. Derribando el tópico de “el Sur, de sangre caliente”. No es fácil explicar estos datos cuando en Noruega, por ejemplo y como comprobé como Presidente de la Red Europea de Defensores del Menor (E.N.O.C), la mujer está muy justamente valorada.

A veces los familiares no dan mucho crédito a las advertencias de las víctimas y por cobardía, comodidad o equívoca creencia les instan a seguir fatídicamente con ellos. (Bien es cierto que en muchas ocasiones no saben de tan oculta realidad, callada por ellas para evitar un posible conflicto ampliado).

La violencia machista es la máxima expresión de la discriminación de género y exige desmontar prejuicios, falsas creencias y estereotipos, como aquellos que pretendían ubicar la causa en lo personal y aún en lo patológico.

La violencia de género es un tipo de conducta que presenta una serie de características diferenciales que la hacen distinta al resto de las agresiones: se activa por causas injustificadas o nimias y tiene como objetivo dejar de manifiesto quién tiene la autoridad en la relación.

Los modelos de relación entre hombres y mujeres están cambiando más rápido desde el exterior que desde el interior, pues existe una resistencia al cambio en las relaciones de poder incorporadas a nivel interno. Las mujeres suelen percibir la superación del sexismo como ganancia, mientras que los varones suelen percibirla como una pérdida.

El machismo es una ideología y una forma de pensar que lleva a comportarse deleznablemente amparado por un sistema y una sociedad que le “permite” (o no impide) ese comportamiento. El agresor no tiene conciencia de que ejerce la violencia contra la mujer por ser mujer, sino en la errónea convicción de que tiene derecho a corregirla, a enderezarla, desde su más alta posición moral.

En ciencias sociales se entiende el género como la construcción mental que asigna funciones y roles personales e interpersonales diferenciados en función del sexo. Un mecanismo típico de las ideologías hegemónicas en Occidente consiste en presentar como naturales las relaciones sociales de poder.

La violencia de género, que es un problema de Estado, tiene orígenes estructurales.

El varón maltratador, y en gran número, tiene como aliado al miedo y como cómplice al sexismo.

Una mujer, por el hecho de serlo, se convierte en víctima potencial.

Las normas culturales que caracterizan el nivel macrosistémico también atraviesan las instituciones (exosistema), y el núcleo familiar (microsistema) que configuran espacios donde se aprenden los roles machistas a lo largo de la psicohistoria (plano individual).

La desigualdad de género no es algo exógeno a las personas, llega a interiorizarse como elemento que constituye y estructura la personalidad.

Para alcanzar la igualdad de género hay que tomar decisiones políticas. Las cosas no cambian por sí solas.

No, no es una “perogrullada”, las víctimas de los maltratos son siempre víctimas. La conducta agresiva lo es del agresor y poco tiene que ver, o poco debería tener que ver con lo que la víctima diga o deje de decir, haga o deje de hacer.

Pues claro que los maltratos en la relación de pareja son una forma de conducta socialmente aprendida que se refuerza ideológica y culturalmente, y que se puede y debe prevenir y reducir. En realidad, lo que se aprende socialmente es que la violencia es eficaz en prácticamente todos los ámbitos, también en la relación de pareja.

¡Percatémonos de que en gran medida las negativas de las mujeres no se respetan o se interpretan como un reto!

La fuente del gravísimo problema está en la educación, los juzgados son la UVI de esta enfermedad social, que genéricamente transmite un 50% de la población y la padece el otro 50%.

En la Grecia Clásica surgió el primer antecedente del mito de la media naranja, en el relato de Aristófanes sobre las “almas gemelas”.

El binomio amor/sufrimiento, cuenta con un largo recorrido histórico y perturbador.

Hay erróneas y perturbadoras creencias que han de ser extirpadas en todo lugar y ocasión: “No es para tanto”. “Son casos aislados”. “Es una cuestión privada”. “Afecta solo a clases desfavorecidas”. “Son mujeres frágiles, que aguantan porque lo desean”. “Es una violencia bidireccional”. “Son hombres enfermos”. “La causa es el alcohol y otras drogas”. “Era tranquilo hasta que dio con ella”. “A todo se llama ahora violencia”. “Las mujeres se aprovechan de los hombres para quedarse con todo, incluidos los hijos”. “Las leyes están del lado de las mujeres y perjudican a los varones”. “Hay muchas denuncias falsas”.

Concebir a la pareja como un objeto de su posesión, o como un objeto interno de ellos mismos, es partir de un todo tan erróneo como peligroso.

Cuando las mujeres han tomado el camino de la libertad y la autonomía, es cuando encuentran a hombres que a título individual intentan impedirlo. También hay un movimiento colectivo para cercenar este derecho, es el caso de los talibanes o de los feminicidios de Centroamérica.

En los medios de comunicación en 2015, solo el 24% de las noticias se referían a mujeres, frente al 76% que se referían a hombres. De esas mujeres la mayoría eran amas de casa, vecinas y estudiantes.

La violencia de género es una violencia de continuidad.

“La mujer no nace, se hace”.

Simone de BEAUVOIR, 1949

1 Puede verse la relación completa de las leyes y su fecha de publicación en la pág. 132.

2 Macroencuesta de violencia contra la mujer 2015. Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

3 Véase Diario Montañés de 25/11/2014: http://www.eldiariomontanes.es/cantabria/201411/25/dicen-hombres-sobre-violencia-20141124210733.html

4 La Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado incluye datos sobre denuncias falsas. El dato está disponible en la web fiscal.es.