Para Francisco Niño y Guillermo Romero que
me tendieron el puente a su corazón y me enseñan
día a día a encontrar la paz y la alegría

Prólogo

Hace años, cuando un paciente le preguntó a un neurólogo famoso cuáles vitaminas debía tomar como complemento a las medicinas que le había recetado, el médico le contestó: ‘Haga un buen mercado’. Yo estaba presente y lo miré con escepticismo. Entendí que él creía en un poder que en ese tiempo yo consideraba era un pensamiento mágico y en el que yo tenía poca fe.

Ahora, después de mucho tiempo de investigación en el tema de los poderes, bondades y beneficios de los alimentos, reconozco que el médico tenía toda la razón. A la mano tenemos infinidad de alimentos que le hacen bien a la salud y a la belleza. Muchos alimentos como las naranjas, los pimientos y los tomates están plenos de vitamina C, que con sus poderes antioxidantes retrasan el envejecimiento. Además ayudan a combatir los virus y suben las defensas. Los nuevos alimentos, llamados hasta hace poco los alimentos del futuro, como las algas y los germinados están llenos de nutrientes y sustancias saludables, esenciales para el buen desarrollo y mantenimiento del organismo.

La papaína que contiene la papaya es un milagro para el estómago, su consumo habitual contribuye a la buena digestión y puede ayudar a sanar las úlceras. La lista es interminable.

Las civilizaciones egipcia, griega y romana, cuya sabiduría ha traspasado el tiempo, conocían los poderes de muchos alimentos, como la miel y las uvas. Ellos nos dejaron un legado de sabiduría sobre el tema de inconmensurable utilidad. Nuestros aborígenes consumían combinaciones, como el maíz con los fríjoles, que forman proteínas casi perfectas y por tanto, saludables.

Este libro que tiene en sus manos es otra puerta a la salud. Cincuenta alimentos que son un tesoro para el organismo, que pueden prevenir y –con la ayuda de los medicamentos- ayudar a curar distintas dolencias. Para ello es importante la constancia y la decisión. También seguir las indicaciones de un especialista.

Agradecimientos

Quiero agradecer, nuevamente, la confianza que los editores han tenido en mí; el empeño, concentración y alegría de Rosa Aura Riaño, asistente de investigación, que le dio al proceso de creación de este libro, a la solidaridad que Pilar Muñoz de Gómez siempre me ha brindado y a la constante participación de mis amigos en esta maravillosa aventura, escribir.

¡Salud!

Jimena Gómez Villa

Este aceite se extrae del fruto de la oliva o aceituna y es la base de la dieta mediterránea, una de las más sanas que conocemos. Sus maravillas para la salud parecen no tener fin; por eso el aceite de oliva se ha sostenido durante milenios como un alimento preciado e insustituible. La cualidad de sus grasas se asemeja a las que se encuentran en la leche materna, alimento cuya excelencia no tiene igual

El mejor aceite de oliva es el extra virgen, fruto de la primera presión o centrifugación en frío. Así conserva todo su contenido de vitamina E, betacaroteno y polifenol (potentes antioxidantes que previenen el envejecimiento). Es importante resaltar que, a diferencia de otras grasas, como los aceite de soya, maíz o palma, que son el resultado de procesos químicos, el aceite de oliva se extrae por medios físicos. Para las frituras es excelente, porque aguanta temperaturas más altas que cualquier otro aceite, y los resultados son más crujientes, menos grasosos.

Últimamente fue declarado de gran utilidad contra la obesidad, pues al agregarlo a las comidas produce una sensación de saciedad y permite consumir tranquilamente las porciones adecuadas para reducir peso.

Ayuda a las funciones cerebrales y equilibra el sistema nervioso, razones por las cuales es excelente para los estudiantes y todos aquellos que estén sometidos a labores arduas y estresantes.

El aceite de oliva es muy apreciado porque ataca una de las condiciones que más afecta a las personas de este siglo: el colesterol. Su maravilla –en este caso– radica en que baja el colesterol malo, sin hacer lo mismo con el bueno. Así previene males en las arterias y en el corazón. Una prueba de lo anterior es que los habitantes de la región mediterránea son los que sufren de menos enfermedades arteriales en el mundo.

Este aceite no afecta el páncreas, ni el hígado, ni la vesícula biliar. Por el contrario, ayuda a regular el azúcar en la sangre y es un depurativo para la digestión.

Aguacate,

crisol de propiedades

Otro de los regalos de América para el mundo es el aguacate. Un alimento antiquísimo que tiene una gran cantidad de elementos que lo hacen una poderosa fuente de energía. Su relación con la libido es milenaria. Hay quienes afirman que mezclar medio aguacate pelado y triturado con una cucharada de miel de abejas da como resultado viagra vegetal . En Centro América aseguran que la cáscara y la semilla del aguacate, tostadas, molidas y combinadas crean una pócima que aumenta el poder sexual.

La pulpa de esta fruta es una gran fuente de energía, proteínas y minerales. La clorofila que contiene ayuda a elevar los glóbulos rojos en la sangre y es excelente para personas anémicas, convalecientes y para las madres lactantes. Su consumo habitual reduce el colesterol malo de la sangre, ayuda a disolver los cálculos de la vesícula y mitiga los dolores de reumatismo y artritis.

El aguacate contiene grandes cantidades de vitamina E que sirve para retardar el envejecimiento. Lleno de vitaminas del grupo B, es ideal para combatir las enfermedades cardíacas, y en ese caso se recomienda consumir dos aguacates por semana. Es un alimento ideal para los vegetarianos: una porción de aguacate tiene igual valor nutritivo que una porción de carne.

Puede ayudar a controlar uno de los males de este siglo, la anorexia, y sirve en casos de anemia, raquitismo y pérdida de peso. Aunque contiene una gran cantidad de calorías, es recomendable consumirlo por su excelente valor nutritivo. Uno de los mitos alrededor del aguacate es que eleva el colesterol sanguíneo, nada más lejos de la verdad.

El aguacate es muy útil en caso de cansancio mental y estrés, sus componentes son ideales para tener una vida sana ya que elevan el sistema inmunológico y ayudan a la digestión de los alimentos.

No es indigesto o pesado, esto es un mito que nació en la conquista por el descrédito que los españoles le daban a las plantas originarias de América.

Ahuyama

el sol que nutre

La ahuyama es una planta rastrera originaria de América. Su familia extensa incluye las sandías, los melones, los pepinos y los calabacines, entre otros alimentos. Su flor es bella y, en algunas especies, comestible ¡deliciosa!

Existen ahuyamas que llegan a pesar hasta quince kilos, pero las mejores, pequeñas y redondeadas, de pulpa amarillo intenso, son las más nutritivas. El hermoso color que las caracteriza se debe a la gran presencia de betacarotenos, sustancias que el organismo transforma en vitamina A y que son excelentes para la vista, la piel y el sistema inmunológico.

La ahuyama es excelente para quienes quieren bajar de peso, pues además de ser muy alimenticia tiene un bajo contenido calórico y un efecto diurético. Su alta concentración de agua y fibra regulan la digestión. Como si fuera poco, contiene sustancias que recogen las toxinas en el intestino y las eliminan en forma de sales biliares y grasas, otra de las razones por la que es útil para las personas que quieren liberarse de los kilos de más.

Este alimento es muy digestivo y tiene un leve efecto laxante por la fibra que contiene. El puré de ahuyama es uno de los primeros alimentos que se les da a los bebés debido a que es de muy fácil digestión.

Tiene poderes nutritivos tan arraigados que la cocción no disminuye ni acaba con sus nutrientes. Se puede preparar de muchas maneras: en purés, sopas, tortas. Va bien con la sal y el azúcar, y combina de manera excelente con la canela.

Las semillas son tan fantásticas como la pulpa. Tostadas, son un excelente tentempié que aporta proteínas vegetales y otras sustancias que reparan las células del organismo, estimulan el crecimiento y rejuvenecen. Podría pensarse que la ahuyama creció originalmente junto a la fuente de la juventud.

Ajo,

alimento venerado
hace milenios

El ajo fue un alimento determinante entre las civilizaciones griegas y egipcias, quienes conocían varias de sus virtudes, entre ellas, sus fuertes poderes desinfectantes.

Rico en vitamina C, ácido fólico, yodo, magnesio y fósforo, el ajo es un verdadero botiquín de salud.

Tiene gran número de propiedades terapéuticas, baja el colesterol malo de la sangre y aumenta el bueno. Un diente de ajo diario es suficiente para tal fin. Comer dos o tres dientes de ajo cada día ayuda a prevenir los infartos de miocardio, pues reduce la formación de coágulos sanguíneos.

El ajo crudo contiene un potente antibiótico que combate las bacterias y los virus.

Propicia la acción de las vitaminas, es excelente para los hipertensos y, como es un condimento natural, es un buen sustituto para la sal.

Es fantástico para las vías respiratorias y un gran remedio contra el resfriado. La sopa de ajo preparada con tres dientes de ajo hervidos en agua ayuda a despedir a la gripa.

El ajo crudo o cocido favorece la digestión difícil estimulando la mucosa gástrica. Desde lejanos tiempos, ha sido considerado un excelente remedio contra los parásitos y las amibas. También para las lombrices en los niños.

Se dice que posee un leve efecto tranquilizante; tiene una acción positiva sobre el estado de ánimo y concede una sensación de bienestar. Se cree que tantas preparaciones basadas en este alimento actúan de la misma manera y tal vez eso se debe a los altos niveles de felicidad de razas como la española.

El ajo es utilizado para mitigar el cansancio mental, muy útil para los estudiantes y todos aquellos sometidos a un alto nivel de estrés.

Por el yodo que contiene puede aumentar la actividad de la glándula tiroides, por eso es excelente para las personas que sufren hipotiroidismo.

Alcachofa,

mil hojas de salud