Edición para e-book: Aldo R. Gutiérrez Rivera
Edición y corrección: Neyda Izquierdo Ramos
Diseño de cubierta: Dayán Martínez Chorens
Fotografías de cubierta: Ernesto Pérez Rodríguez, José Antonio Bormey, Boudousa y Alicia M. González
Fotografía de contracubierta: Ernesto Pérez Rodríguez
Realización: Yuleidys Fernández Lago
Diseño interior y emplane digital: Madeline Martí del Sol
Conversión a ebook: Alejandro Villar Saavedra
© Teresita Gómez Vallejo, 2013
© Sobre la presente edición:
Editorial Científico-Técnica, 2017
ISBN 978-959-05-1032-8
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RUTH CASA EDITORIAL
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Este libro está dedicado a todos los lectores que se interesen en iniciarse en el oficio de curtidor de pieles.
Como podrán ver, en estas páginas está de manifiesto mi intención social por poner en las manos de todos los lectores cubanos cómo proceder en las técnicas de curtido de las pieles, con métodos al alcance de todos y, por supuesto, contando con la tenacidad y el empeño de los que quieran dedicarse a este oficio tan milenario como la historia misma de la humanidad.
La autora
Si pensamos unos minutos en cómo son nuestros órganos, enseguida nos damos cuenta que de todos ellos, la piel es el mayor.
Esta reflexión es también válida para todos los animales que rodean al hombre.
La piel cuenta con diferentes espesores y diríamos que este varía entre 0,5 mm, que corresponde a la piel de los párpados, y hasta 4 mm en los talones.
Si nos referimos a la piel humana su peso aproximado sería de unos 5 kg.
La piel, como ya hemos dicho, es esa coraza protectora que aísla al organismo tanto de animales como de los seres humanos, protegiéndolos del medio que los rodea y, a la vez, convirtiéndose en un sistema de comunicación con el entorno; en cada especie, la piel estará adaptada para vivir en el medio que rodea al ser vivo que la posea.
Para brindar las referencias de las distintas capas que componen la piel, la anatomía toma como base material de estudio a la piel humana y, en muchas ocasiones, cuando se refiere a la piel en su conjunto se le nombra como sistema tegumentario.
Para estudiar la piel, los biólogos lo hacen desde afuera hacia adentro, es decir, desde la superficie que está más en contacto con el medio hasta la más profunda, o sea, la más cercana a los demás órganos.
Estas capas de la piel, siguiendo el orden en que se estudian, son las siguientes:
— La epidermis
— La dermis
— La hipodermis
En medicina, los dermatólogos y otros especialistas que estudian la piel acostumbran, por razones prácticas, comenzar por las dos capas más próximas al medio: la epidermis y la dermis, porque de ellas dependen varias estructuras a las que se les llama los anexos cutáneos, de los que podemos citar los pelos que recubren la piel, las glándulas sudoríparas, las uñas y otros.
Estas estructuras son muy complejas y están presentes en el sentido del tacto en los dedos, en los labios, y a través de ellas se sienten diferentes sensaciones.
Aunque el tema que nos ocupa es algo diferente, porque trataremos de cómo procesar y curtir el mejor subproducto que nos brinda el reino animal, no debemos dejar de mencionar algunas enfermedades que perjudican tanto a la piel animal como a la de los seres humanos.
Estas enfermedades de la piel en la mayoría de los casos son denominadas dermatitis y dentro de ellas se destaca la llamada seborrea.
En la piel del hombre se producen mayores secreciones sebáceas que en las pieles de las mujeres. La causa de esta mayor producción sebácea en los varones se debe a que la secreción de las hormonas sexuales masculinas (andrógenos) es mayor.
Según los estudios de la histología, la estructura general de la piel es la siguiente:
— Los corpúsculos de Meissner son las partes de la piel que están libres de vellos, como son yemas de los dedos, palmas de las manos, plantas de los pies, labios, punta de la lengua, pezones, glande y clítoris (estos dos últimos considerados de tacto fino).
— Los corpúsculos de Krause, que proporcionan la sensación de frío.
— Los corpúsculos de Pacini, relacionados con la presión.
— Los corpúsculos de Ruffini, donde se ha podido localizar la sensación de calor.
— Los corpúsculos de Merkel, que son los registradores del tacto superficial.
Los estudiosos de la piel distinguen dos tipos:
1. La piel fina o blanda. Esta piel tiene la característica de no poseer un estrato lúcido y la encontramos en los párpados y en toda la zona de los genitales.
2. La piel gruesa. Esta piel la encontramos en los labios, la palma de las manos y la planta de los pies, su principal característica es poseer un estrato córneo muy desarrollado en comparación con el resto de la piel de otras partes del cuerpo.
En su formación entran los estratos córneo, lúcido, granuloso, el llamado espinoso y, por último, el basal.
Esta capa de la piel está compuesta en su gran mayoría por los queratinocitos que se encuentran segmentados y en el llamado estrato córneo.
Otro componente muy importante de la epidermis son los melanocitos (también llamados pigmentocitos), que dan el color o la pigmentación a la piel.
Al estudio de la piel le han dedicado cientos de horas de trabajo grandes científicos de toda la humanidad. Los nombres referidos a la piel, que aparecen en este libro, han sido objeto de estos estudios y llevan el nombre del científico que probó su existencia, sus características dentro de la piel y sobre los aportes que crearon las bases necesarias para que la medicina pudiera perfeccionar los medicamentos que necesitan las diferentes partes de la piel. Otras de las tantas funciones que tiene la piel, además de cubrir el cuerpo, es encargarse de su protección, su respiración, el paso de la luz y una característica de la mayor importancia: reconocer la aparición de patógenos que puedan atacarla.