Bonnus track

Sin ella estaríamos perdidos


Como esta historia fue originalmente escrita para Wattpad y para toda esa tanda de fracasadas pobres que leen allí porque seguramente no tienen dinero para adquirir el libro en físico, esta tercera temporada fue bastante corta así que este es un capítulo extra para rellenar un poco. De modo que utilizaré este espacio para continuar contando lo maravillosa que soy. Así que este capítulo va de regalo.


11 años atrás…

Les voy a contar una pequeña historia. Cuando era niña, mi madre quería que yo fuese más sociable, de modo que invitó para mi cumpleaños número siete a todos mis compañeros de escuela e inclusive a algunas niñas del vecindario.
—¡¡Madre!! No me hagas esto… la casa se llenará de gente que no quiero ver —le supliqué.
Ella seguía preparando bocados y bandejas con comida para esos mugrosos.
—Papá, dile a mamá que se cancela el cumpleaños…
—Se cancela el cumpleaños, Sophy no quiere ver niñas apestosas aquí y yo tampoco.
—No se cancela nada —me dijo cortante y se dirigió a mi padre— Austin, no puedes hacer todo lo que ella quiera, el día que yo no esté no sé qué van a hacer ustedes dos…
—Lo que ella quiera…
—Tú eres el padre, ella es una niña, no puede hacer lo que le venga en gana.
—No tener la casa llena de apestosos es lo que también yo quiero.
—No es sano que esté aislada del mundo.
—No está aislada, ella se entretiene con sus muñecas y juguetes —me defendió mi padre adorado.
—Tiene a una muñeca Barbie y a todas las demás muñecas arrodilladas y esclavizadas. Juega a que la Barbie es ella y las otras muñecas son sus amigas… —replicó mi madre como una aguafiestas.
—Esas idiotas no son mis amigas —interrumpí.
—Sophia, aunque no se sepan vestir y no entiendan cuántas calorías hay que ingerir en cada comida eso no te da derecho a esclavizarlas.
—Algún día van a ser mis esclavas.
—Mira Sophia, van a venir tus compañeras y vas a tener tu fiesta de cumpleaños como una niña normal, si cuando crezcas no quieres invitar a nadie y ser una antisocial y vivir aislada lo haces, pero ahora yo soy tu madre y aunque no soy una madre convencional tampoco soy una irresponsable, una nena de siete años no toma decisiones en mi casa, fin de la conversación.
—Es verdad, —expresé pensativa— soy la mejor no necesito fiesta de cumpleaños, no necesito a nadie en el mundo ¿cómo no lo supe antes?
—Sal de mi vista… —dijo Karin.
—Ok, solo no quiero ver a mi prima…
—Ella no vendrá… —sostuvo mi madre algo apenada.

Los apestosos comenzaron a llegar, mi padre los miraba con ganas de asesinarlos.
—Pasen y vayan directo a la piscina electrificada —dijo Austin a los primeros niños que llegaron.
—Es broma —corrigió mi madre.
—Por supuesto que es broma… —comentó mi padre algo nervioso y se apresuró hacia donde estaban las llaves eléctricas— solo voy a bajar este interruptor para ahorrar energía.

Karin se tomó el rostro y salió enojada. Yo no podía parar de reírme, Austin sí que me entendía, pero estaba loco.
—Si no fuese por tu madre ambos estuviéramos presos, nosotros no encajamos en este mundo de gente común, ellos y sus reglas y su falta de sentido del humor me dan pena —me comentó mi padre por lo bajo.
—Austin, deja de apañar en todo a Sophia, quiero que sea una buena niña, con buen gusto para vestirse y cuerpo perfecto como el mío, pero no una antipática odiosa —se quejó mi madre.
—Ya deja de preocuparte, Sophia tiene buen corazón…
—¿Eso crees? Mírala…

Yo estaba tratando de alcanzar el interruptor mientras los niños se metían a la piscina.


*

Al fin por las últimas horas de la tarde, mis insoportables compañeros se fueron. Mi madre se sentó y me llamó a su lado.
—Ya eres una nena grande y es hora de hablarte de algunas cosas importantes —dijo mi madre. Mi padre se sentó junto a ella y la abrazó.
—¿Sabes cuál es el secreto para que tu padre y yo seamos tan felices?
—¿Porque son hermosos?
—Sí, somos hermosos —aseguró Austin.
—¡Noo! Bueno sí, pero esa no es la razón principal —comentó Karin— es porque nos respetamos, dimos nuestra palabra de amarnos y respetarnos y la cumplimos. La palabra es lo más valioso de este mundo y la amistad y el amor, y la última Bugatti Veyron y la ropa de Hèrmes. En fin, Sophia a ti no te hace falta nada, por eso no recibes regalos en tu cumpleaños, tú no eres una niña idiota como las demás que se ponen a llorar…
—Yo jamás lloro —afirmé.
—El único regalo que voy a darte es que te voy a enseñar algo importante para tu vida, que nunca debes olvidar: jamás debes actuar fuera de tu honor, siquiera con tus enemigos te está permitido faltar a tu palabra, vencer a tu enemigo no es ganarle de cualquier forma y a costa de cualquier cosa, vencerlos es derrotarlos conservando tu integridad. Nunca se te olvide, no traiciones jamás, haz lo que tengas que hacer para ayudar a tus amigos y juégate la vida por la persona que ames.

Esa era mi madre, la mujer más maravillosa del mundo. Siempre me emocionaba. La abracé con fuerzas.
—Y recuerda que yo siempre voy a estar a tu lado, para cuidarte y aconsejarte —concluyó.

Desgraciadamente una enfermedad la obligó a no poder cumplir con su promesa, hoy que la necesito más que nunca.



Bueno ya con eso es suficiente, cumplí con la cantidad mínima de páginas para que esto parezca un libro y no una revista. Si quieren más, aguarden la próxima temporada y no me molesten.


Sin cariño: Sophia.

Nico Quindt

La más odiada 3

Quindt, Nicolás Alejandro
La más odiada 3 / Nicolás Alejandro Quindt ; ilustrado por Nicolás Alejandro Quindt. - 1a ed . – Buenos Aires : Nicolás Alejandro Quindt, 2018.
Libro digital,
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-42-7010-8
1. Novelas Románticas. 2. Literatura Infantil y Juvenil. I. Quindt, Nicolás Alejandro, ilus. II. Título.
CDD A860.9283
© Nico Quindt2018
Queda hecho el depósito legal establecido por la ley 11.723.

1

V.I.P.


Déjame decirte algo estúpida perra, sí a ti que estás leyendo… oh ¿te vas a ofender? Pues ya sabrás de sobra lo poco que me importa. Primero, me sorprende que sepas leer… si eres de las que me odian, seguramente eres una perdedora, y si eres de las que me aman, seguramente también eres una perdedora, pero al menos tienes buen gusto. Si combinas jean con jean, vete ya de mi novela y trata de lanzarte a un pozo así nadie tiene que verte por la calle. Si eres un chico, bueno creo que eres un perdedor, y un poco gay leyendo novelas para chicas, pero no tan infeliz como el resto de los chicos.

Llegamos a mi tercera temporada. Nunca creí que iba a soportarlas tanto, la verdad es que son fastidiosas, leyendo como idiotas todo lo que cuento, comentando como fracasadas en mis redes sociales acerca de lo perfecta que soy, como si yo no lo supiera…

Ok, preparen sus ojos para recibir el regalo de contemplar mi belleza y de vivir mis aventuras super geniales que solo yo puedo vivirlas de la manera fantástica que las vivo… y aquí vamos:

No salí de mi cuarto en todo el maldito día. Mi secretaria golpeaba la puerta de tanto en tanto para ver si yo estaba bien. Estaba recostada leyendo una revista de modas.
—Sophia ¿estás bien?
Me puse de pie y me dirigí frente al espejo.
—¿Qué pregunta es esa? —Balbuceé— estoy más que bien, estoy esplendida.
—Tienes que salir, es tu cumpleaños, no puedes pasarlo encerrada en esa habitación, al menos salgamos a comer algo —dijo mi secretaria del otro lado de la puerta de mi habitación.
—Sí, ya sé que es mi cumpleaños e iba a festejarlo en “mi” empresa, humillando y mandando a “mis” esclavos y ahora estoy aquí como una loser total… nunca me había sentido tan… tan como el resto de las chicas a las que les suceden cosas de fracasadas. Y todo por el estúpido de mi padre y la zorra de Maddison que tuvieron que conducir con imprudencia y morirse, y dejarme sola a enfrentar a estos buitres…
—Saldrás de esto Sophia…
—No lo sé, mi escritor me odia, y todo porque le dije que era un idiota, seguro va a hacerme sufrir los 11 capítulos de esta temporada pulgosa, para que estas lectoras infelices que no tienen nada mejor que hacer con su vida se entretengan.
—Ya, mi niña… abre la puerta, hay alguien que quiere verte.
—Sophia —oí la voz estridente— te pregunté si habías hecho algo que estuviera fuera de la ley, el directorio iba a hurgar hasta debajo de tu cama para encontrar la manera de sacarte del camino, y en lugar de decirme la verdad… —gritó la psicóloga.
—Tranquila señora fracaso…
—¿Cómo puedes estar tan tranquila?
—Porque soy la protagonista de este libro, no va a dejar que nada malo me suceda mi escritorcito hermoso, genio de mi vida, lo amo… ahora dígame ¿qué puedo hacer para frenar esto? —Pregunté.

@NicoQuindt: Eso me sonó a manipulación…
@SophiaLaurent: Noooo, es un halago sincero y super duper verdadero… ¡¡eres el mejor!!
@NicoQuindt: awww entonces sí…
@SophiaLaurent: “Idiota” … ups ¿eso lo dije o lo pensé?

—Aguarda, voy a llamar a tu abogado —la psicóloga buscó en sus contactos y marcó el número de mi abogado super caro y exclusivo.
—Ok, espero.

Mientras yo esperaba recostada en mi cama esculpiendo mis uñas, la psicóloga habló un rato con el abogado.
—Necesitarás una confesión por escrito del profesor que te dio la termita, pero eso implica que lo despidan de su trabajo y que nunca más pueda ejercer como docente —aclaró la voz del abogado desde el teléfono.
—¡No escucho nada! —Grité.
—¡Que tienes que conseguir una confesión escrita del profesor que te dio la termita!
—¡Bueno, no me grites perra! —Le advertí— pues voy a conseguir esa confesión y luego los voy a despedir uno por uno, no saben lo que les espera… y quiero que sepan lo que les espera, así que escríbeles un texto avisándoles lo que les espera, así comienzan a temerme desde ahora.

El plan estaba en marcha…
Paso número uno: conseguir la confesión del profesor demente.
Paso número dos: descubrir las debilidades de cada uno de los miembros del directorio.
Paso tres: destruirlos.

Aun no les he mencionado quienes son los tres idiotas del directorio de mi empresa, bueno les cuento:

Kate Strovatelli
Perfil: 2,4 kilos de más, abdomen de embarazada, piernas fláccidas.
Debilidad: ser una estúpida.

Wilson Fiore