1 Al escribir este libro tuve la plena convicción de que podía ayudarte. He intensificado la inercia de desarrollar cada día los9Principios.

2 He respetado los procesos de gestación. Escribí este libro, lo corregí, lo dejé descansar, lo releí y reescribí más de veinte veces.

3 Pensando en dejar algo que realmente pueda cambiar la vida de muchos.

4 Investigando, estudiando, desarrollando, elaborando esquemas, inventando situaciones y haciendo preguntas.

5 Creando mi propia manera de desarrollar la información y proporcionando una forma única de entender y aplicar los principios.

6 Sabiendo desde un principio a dónde quería llegar con esto.

7 Arraigando los 9 Principios a mis huesos y siendo parte de este libro que es como mi hijo.

8 Haciendo todo lo posible para lograr mi objetivo sin descanso.

9 Queriendo alcanzar un sueño que tengo desde que hago uso de razón.


La prueba de que esto funciona la tienes en tus manos. Mi libro ha llegado a ti…

Quindt, Nicolás Alejandro

9 principios fundamentales para lograrlo todo : superación personal y desarrollo del potencial humano / Nicolás Alejandro Quindt. - 1a ed . – Buenos Aires : el autor, 2015.

Libro digital

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-33-9657-1

1. Autoayuda. 2. Superación Personal. 3. Marketing. I. Título.

CDD 158.1

Corrección y revisión a cargo de Martín Torres.

© Nico Quindt2015

Queda hecho el depósito legal establecido por la ley 11.723.

letra



A Candela...

Si siempre dices la verdad, entonces nunca tendrás que acordarte de nada.

Si no hablas mal de las personas que no están, no tendrás que cuidar ni medir tus palabras.

Si crees en ti misma, no necesitarás creer en más nada.

Si luchas por tus sueños, no habrá rival que pueda vencerte.

Si das lo mejor, lo mejor vendrá.

Si ayudas a las personas que lo necesitan, nunca necesitarás pedir ayuda.

Si vives cada día como si fuese el último, no sentirás tristeza ni miedo a la hora de morir.

Si agradeces por todo lo que tienes, tendrás cada vez más para seguir agradeciendo.

Si amas una pequeñísima parte de lo que yo te amo, entonces tu amor será el más grande del mundo.


Nico Quindt

PRÓLOGO


Hemos determinado el mundo para que todo se haga por nosotros, nuestro propósito es nuestra comodidad y nuestra comodidad nos hace mediocres.

Buscamos maestros que nos enseñen, políticos que nos administren, policías que nos protejan y un dios que provea, y a estos mismos elementos los utilizamos también para culparlos de nuestros fracasos. Nos han enseñado además que ante cualquier problema debemos pedir ayuda, nos han convencido de que necesitamos la opinión de terceros para cualquier decisión que debamos tomar. Y mientras aceptamos estos patrones de conducta, nos vamos familiarizando cada vez más con el proceso de victimización, es decir, convertirnos en víctimas absolutas de todo. Dicho proceso parte de una frase categórica: “No puedo”, y a ella se le asocia otra palabra que acabará por enterrarnos: “No puedo solo”. De esta manera comienzan a hilvanarse los mecanismos que nos ahogarán en la mediocridad: “No nací para esto”, “no sé qué hacer”, “no puedo vivir sin ti”, “y ahora ¿qué hago?” ...

Una vez que aceptamos que nuestros triunfos dependen de un don divino o de la suerte, y no de nuestra persistencia, esfuerzo y constancia, con estas ideas nos auto-incapacitamos, le fijamos límites imaginarios a nuestro potencial, empezamos a preocuparnos desmedidamente por trivialidades, nos elaboramos todo tipo de problemas, porque vemos que quienes más sufren son los que reciben mayor atención, compasión y lástima. Y tal como expresa Wayne Dyer: “La gente prefiere ser compadecida que realizarse”. Relegamos todas nuestras decisiones a factores externos y allí nace la pregunta que nos estancará de por vida, a menos que dejemos de realizarla de manera definitiva, que mezcla un pedido de opinión con aprobación y supone una incapacidad: “¿Qué hago?”; y que se encuentra indefectiblemente con una respuesta más patética que la pregunta en sí: “No puedes”. Desde el momento en que aceptamos que los demás nos digan lo que debemos hacer o que nosotros les entreguemos el control de nuestras decisiones, damos inicio a que nos consideremos unos ineptos. No es casualidad que vayamos en busca de consejos con quien hace menos todavía que nosotros, por eso en este tipo de círculos, el líder siempre es el más mediocre de todos. Y así continuamos aceptando que todo es difícil, cuando no, imposible. Gastamos más energías en pensar cómo solucionar las cosas que en solucionarlas, nos preocupamos por todo y no nos ocupamos de nada. Nos ponemos en el lugar del más débil, intentamos comprender a todo aquel que se hunde a causa de sus propias decisiones, y así desparramamos compasión por doquier, evidenciando que es lo mismo que queremos recibir. Damos generosa piedad con la esperanza de que nos la regresen, y así, si todos nos hundimos en el mismo pantano, al menos no estamos solos, que es lo que más nos preocupa.

Gran parte de la razón por la cual pensamos de la manera en que lo hacemos podría provenir de la religión, los gobiernos, y las instituciones manipuladoras y caritativas que alientan el desmerito y nos enseñan a pedir, rogar, ponernos de rodillas, suplicar y agradecer; los sistemas organizados que contribuyen a generar esclavos de baja autoestima, soldados obedientes, trabajadores ignorantes que no se creen capaces de lograr nada, que no crean merecer nada, seres humildes, callados y estáticos; que obedezcan, vayan a la escuela, trabajen para comer, tengan hijos, paguen impuestos, voten, se jubilen y mueran. Pero si buscamos al verdadero culpable solo nos basta con mirar al espejo.


El niño aprende con una velocidad increíble, sus padres se sorprenden al ver cómo adquiere conocimientos constantemente y sueñan con el brillante futuro que sin duda le deparará. A medida que crece siente una enorme curiosidad por todo, pregunta, piensa, analiza, saca conclusiones que dejan con la boca abierta a quien lo oye… “Va a ser un genio” es el comentario unánime de todos los que le observan.


Cuarenta años más tarde está sentado frente al televisor, bebiendo cerveza, riendo de los mismos viejos chistes de siempre, que ya está harto de escuchar y que en realidad no le proporcionan una diversión auténtica. Se levanta, escucha las noticias, se indigna como si su indignación hiciera alguna diferencia, se queja sobre cosas que no puede cambiar, desayuna muy mal, si es que desayuna, para luego dirigirse hacia un trabajo que odia y al que no quiere volver jamás. Viaja hacinado de pie varias horas hasta llegar. Almuerza la misma comida insípida de todos los días, se lamenta de lo poco que gana maldiciendo a su jefe, pero hace veinte años que trabaja allí y nunca ha ahorrado o invertido en un negocio para poder independizarse o en información, en estudiar para poder salir de ese lugar.

Y un buen día, la empresa decide que ya no lo necesita y queda despedido. Sin saber hacia dónde ir se dirige sumiso y culposo tal como viene conduciéndose durante toda su vida. Ya es demasiado viejo para emprender algo nuevo, por lo que con el dinero que obtiene de indemnización se compra un automóvil que no puede mantener o pone un negocio que no sabe manejar y se funde. En el mismo trámite se divorcia de la única pareja que se conformó con él. No recuerda la última vez que leyó un buen libro, que miró una buena película, que se interesó por algo, que tuvo ganas de ser alguien y de hacer algo importante con su vida, no recuerda haberse sorprendido últimamente con nada… ¿Qué ha sucedido?


Desde pequeños los niños escriben sus nombres en las aulas de los colegios en todos los rincones. Sus padres y docentes piensan que es solo para llamar la atención, pero detrás de ese supuesto llamado de atención hay un mensaje encubierto: el niño quiere ser reconocido, quiere ser nombrado, quiere ser alguien, quiere importar, sueña con ser grande, único. Pero un día, varios años después, todos esos sueños se vieron doblegados por una realidad paralela en la que no es nadie, y sufre el paso del tiempo porque cada día es una nueva decepción con sí mismo y con lo que esperaba ser.


Se encuentra entonces conque su existencia se erosiona y se desgasta por falta de uso, de propósito. Sus facultades descansan en un sueño inducido, su talento se aletarga al mismo tiempo que el sentimiento de inutilidad se acrecienta dentro de sí. La TV le ha puesto la mente en blanco, el ocio adormeció su espíritu, demasiadas vacaciones que son demasiado largas, demasiados pasatiempos que le consumen el tiempo, demasiados descansos que le provocan aún más cansancio y así, recorriendo el camino del menor esfuerzo, logra una inactividad que es el desenlace de la victimización que consigue por la insistencia de los malos hábitos.

El desconocimiento de su potencial, la falta de respeto por sus sueños, la negligencia con la que ha abordado todos sus proyectos, la insolencia con que ha tratado su autoestima y el desprecio que tuvo para con sus talentos, fueron las causas principales de todos sus desaciertos. Allí reside el foco de la inconstancia y de la frustración, por esto jamás podrá detenerse a elaborar un plan de acción, una estrategia de éxito, porque ya no cree en nada, ni siquiera en sí mismo.


Pero un día se descubre en el fondo de la piscina o al borde del abismo, es como un pájaro bebé que se ha caído del nido y quiere más que nada regresar al nido, pero no se da cuenta que no necesita el nido, necesita volar… y debe decidir provocar un cambio en su vida para alcanzar sus más altas aspiraciones, para lograr sus máximos sueños y superar sus mayores retos. Y es ahí donde tiene que descubrir que solamente basta con aplicar los Principios que gobiernan los resultados que busca, para poder conseguirlos. Es ahí donde despierta del letargo, apresurado e histérico por la revelación de que ha perdido el más valioso tiempo en una inacción total…


9 Principios fundamentales para lograrlo todo


Te sientes muy mal, tu hijo ha muerto, se enfermó tu madre, te dejó tu pareja, quebró tu empresa. La depresión es la nueva epidemia que aqueja al mundo, y todas las expresiones de este padecimiento suelen manifestarse condensando un sinfín de variaciones que convergen en la degradación del ser. Te odias a ti mismo y tienes la sensación de que no vales nada, sensación que compruebas a cada paso, ya que como tu perspectiva es el fracaso, todo lo que haces es fracasar. De todas maneras, tus logros nunca son lo suficientemente importantes, ya que tu mundo emocional está en ruinas o al borde del derrumbe. Sientes una tristeza intensa y acongojante que te trae una melancolía tácita y un temor profundo y vergonzante. Te sofoca una ansiedad irritante y caprichosa. Tu intelecto se aletarga y no encuentra ninguna salida, estás confundido, aturdido, sin lograr concentrarte, tu memoria falla. Tu cuerpo, lo mismo que un muerto viviente, divaga tambaleando su deterioro, agotado por un insomnio acuciante, aturdido por la apatía o la irritabilidad, en una danza que alterna junto con una desbordante fragilidad, inquietud y pérdida de placer. La comida se vuelve insípida, la risa es un recuerdo lejano que ha sido reemplazado por un sentimiento de dolor tan insoportable, que la única solución parecería estar en el suicidio. Y la vida es eso que te va sucediendo mientras estás ocupado en todo esto. Escuchas hablar de “tú puedes”, de “superarte a ti mismo” y de “lograr todo lo que te propongas” y piensas si realmente todas esas idioteces servirán para algo. Te preguntas ¿cómo puedo lograrlo todo, si apenas puedo levantarme de la cama?


En ese momento una voz te visita dentro de tu espíritu y te dice ¿de qué otra forma podrías salir de la depresión sino es por tu fuerza de voluntad? Sino tuvieras en este momento la superación personal ¿qué otra cosa tienes para alcanzar tus sueños y deseos?

Para cada una de las cosas que vas a lograr en tu vida o que hayas logrado, debes o debiste esforzarte, practicar, aprender, intentar y fallar, analizar, volver a intentar, capacitarte, pensar, creer, motivarte y arriesgar. Eso, nada más que eso es superación personal.


Durante años me he estado preguntando la manera de poder llevar a cualquier persona que quiera sobresalir a donde realmente quiere estar. Me tomó muchísimo tiempo entender cómo funciona la mente humana, y la única certeza que me quedó de todo este trabajo fue que el universo se rige por principios, normas y leyes que no se pueden quebrar. Este libro trata de nueve de esos principios que he encontrado luego de un arduo trabajo-estudio y están apuntados exclusivamente a que, con ellos, puedas alcanzar todo lo quieras. Algo que siempre me hizo ruido de todos los instructores que he escuchado, seguido y leído en mi vida, fueron frases tales como: “controla tus emociones”, “mantente en estado óptimo todo el tiempo”, “no te deprimas” …

Sin duda suenan estupendas, ahora, si se muere tu hijo y tú no te deprimes, eres un psicópata. Si encuentras a tu pareja en la cama con tu mejor amigo y controlas tus emociones, hay algo que no está funcionando bien contigo.

Lo que ocurre es que tenemos una errónea asimilación de conceptos, la superación personal no significa que no vas a deprimirte nunca, significa tener el conocimiento necesario y la fuerza de voluntad para salir de la depresión. Significa enojarte, llorar, gritar, pero recuperar el control y no permitir que esa ira te domine.


¿Cómo puedes desarrollar tu potencial si estás deprimido? Es ahí donde puedes liberar todo tu potencial, es precisamente allí donde se ponen a prueba todos los conceptos aprendidos. Las mejores obras han surgido en la tristeza, el desengaño y el desamor. Es en esos momentos donde se demostrará si puedes o no.


En todos los seminarios siempre me encuentro con el mismo inconveniente. Tengo un enorme número de antagonistas de sea lo que sea que vaya yo a decir. A veces hasta me parece que siquiera importa de qué hable, ellos van a discutirme, contradecirme y nada más a eso van, a eso se dedican. Y hasta debo admitir que son muy buenos en lo que hacen, pero jamás los he oído exponer ninguna teoría interesante.

Si te digo que cierres los ojos para hacer un ejercicio y tú los mantienes abiertos, es similar a buscarle el truco al mago. Has pagado dinero por esto, si le buscas el truco al mago: o eres mago o eres un idiota. La gente por lo general niega todos los conceptos de superación personal, pero terminan admirando a quienes los desarrollan.

Muchas personas no admiten la importancia de la superación personal, desprecian esta información rotundamente, y luego vemos personas de sesenta años arruinadas, viviendo en asilos, dependiendo de los hijos o familiares para poder comer; padres que son odiados por sus hijos, mujeres que han quedado viudas y no tienen ninguna fuente de ingresos, no tienen una profesión y no saben hacer otra cosa que ocuparse de la casa. Siguiendo estos Principios es imposible que todo esto te suceda.

Déjate de objeciones


Si tuvieras una fórmula inapelable para el éxito no estarías leyendo este libro, así que déjate de objeciones. Me he cansado de oír objeciones toda la vida. Todo mundo puede dar mil razones de por qué las teorías de otros no funcionan, pero nadie es capaz de elaborar teorías por su propia cuenta. Todos niegan rotundamente las estrategias fundadas por gente que ha dedicado su vida al estudio de técnicas y métodos orientados a hacer mejor la vida de las personas, pero son incapaces de exponer de la nada, una estrategia propia. Forman ideas y refutaciones en base a discutir planes ajenos, pero nunca crearon su propio plan.

De modo que, si quieres avanzar en esta lectura, déjate de objeciones, negaciones y pretextos. “Eso no sirve”, “No creo que sea de esa manera”, “A mí eso no me ha dado resultado”, “Ahí te equivocas”, “Yo no estoy de acuerdo”. Esas excusas crónicas que te hunden en la inactividad y la pereza no hacen más que destruir tu inteligencia e insultar la inteligencia de los demás.


Este es el resultado del trabajo-estudio de años, lo que vas a leer a continuación lo he estado desarrollando y poniendo en práctica durante toda mi vida, y al fin siento en este libro, que tengo las herramientas para realmente ayudarte a que consigas lo que quieras y eso me ayudará a mí, a lograr lo que yo quiero. Mi objetivo no es que aprendas a llegar, mi objetivo es que aprendas a disfrutar el viaje.


De una vez, déjate de objetar las ideas de otros y ponte a trabajar en tus propias ideas, si eres tan bueno para refutar, deberías ser tan bueno para crear. Descubrirás que no eres tan bueno para crear, porque optaste por el camino más fácil, el de criticar.

De ahora en más utilizarás tu energía y la concentrarás en hacer, no en hablar.

Acumula buenas decisiones


Las buenas decisiones son efímeras, es decir que, si no eres constante en ellas, desaparecerán como las moscas en el invierno, de resultados a largo plazo, y requieren dos pasos:

a) Tomarlas: esto implica el conocimiento de que debo tomar una decisión, saber que debo resolver una situación, o mejorar una parte de mi vida.

b) Sostenerlas: esto quiere decir tener determinación y carácter. Sostener una decisión es una tarea difícil que requiere una fuerza inquebrantable de voluntad y persistencia.


Los resultados de una buena decisión pueden tardar toda una vida en dar a luz. Una buena decisión puedo tomarla hoy, pero necesito sostenerla y reafirmarla de aquí hasta que muestre el resultado deseado y nadie me asegura que lo hará.

En cambio, las malas decisiones se toman hoy y tienen efectos inmediatos, no necesitan ningún tipo de persistencia, sino que una vez tomadas persisten aun después de mucho tiempo.

Por esto mismo el proceso de decidir es una tarea que requiere una previsualización, estudio, perspectiva y análisis exhaustivo. Las decisiones no se pueden tomar a la ligera o en estado de exacerbación. Volver a tomar la decisión incorrecta es también destruir la buena decisión que habías tomado antes.

Ok, comprar este libro fue una mala decisión, leerlo será una pérdida de tiempo, ninguno de los Principios que nombraré a continuación te dará resultado, ni tendrá aplicación práctica en tu vida y yo ciertamente soy un estafador. Ahora, ¿cuánto tiempo has perdido en estupideces sin sentido, en conversaciones que no conducían a ningún sitio, en mirar programas de entretenimientos vacíos?

Quizás comprar este libro en particular haya sido una mala decisión, pero créeme que haber pensado en adquirir material para superarte a ti mismo, esa no fue precisamente una mala decisión.

Dedícale tiempo


Ya tienes este libro en las manos, todavía no puedes saber si los 9 Principios pueden ayudarte o no, ya que no has leído ninguno, pero te desafío a que le dediques el tiempo necesario, para leerlo, estudiarlo, comprenderlo y por sobre todo para aplicarlo. Saberlo y no aplicarlo es igual a no saberlo. Una persona que no lee vale lo mismo que una que no sabe leer. ¿Crees que una mujer que tiene ocho hijos descuidados sabe más de criar hijos que una mujer que no tiene ninguno? ¿Crees que un hombre que trabaja de vendedor hace veinte años y gana cierta cantidad de dinero sabe más de ventas que un hombre que recién comienza a trabajar de vendedor y gana lo mismo?


Tiempo     experiencia

Cantidad     calidad

No confundas vivir con durar.


No existen caminos rápidos ni estrategias mágicas. La gente se anota en los gimnasios en la primavera y espera estar en forma para el verano. Esto no es posible. Todos los procesos tienen un tiempo de gestación que hay que respetar. Nueve embarazadas no pueden tener un hijo en un mes.

De todos modos, el tiempo no tiene por qué ser una circunstancia o un factor negativo, si logramos disfrutar de lo que hacemos, el tiempo entonces será de valor y calidad. La clave consiste en disfrutar del viaje, la gente precipitada por lo general se la pasa añorando el mañana y las personas melancólicas pasan sus días recordando el pasado. Ninguno de los dos disfruta el presente.

Capacítate


Este material únicamente dará los pasos generales para lograr lo que quieres, pero este es solo el comienzo, luego tienes que adquirir el material acorde al área en el que quieres desarrollarte. Si piensas que la capacitación cuesta cara, prueba entonces con la ignorancia. La ignorancia y la necedad no son otra cosa más que decisiones. La información hoy día está al alcance de todo mundo, ya no tenemos la excusa de que no aprendemos porque no tenemos dinero, existen miles de alternativas para aprender, estudiar y capacitarse, costosas y gratuitas. Hay personas que ya no quieren aprender nada más, y aunque la información se multiplique de manera exponencial cada día y prácticamente cada hora y sea cada vez más accesible, hay gente que cerró su mente a seguir aprendiendo, sostienen que ya saben lo suficiente, o lo necesario para sobrellevar su vida o que son viejos para aprender cosas nuevas, como por ejemplo las relacionadas con la tecnología. Y olvidan que la información lo es todo, la información es lo único que me puede ayudar a decidir, yo puedo decidir en base a la información que tengo, sino tengo la suficiente información no puedo decidir libremente o de manera amplia, en cambio cuando yo conozco la información puedo tomar una decisión concreta que me ayude a forjar mi propio destino. Porque esa decisión sostenida con una determinación que no me permita volver atrás y apoyada por una fuerte disciplina puede ayudarme a alcanzarlo todo.

Entusiásmate


Si me gusta lo que hago, lo hago cada vez mejor y como soy bueno en lo que hago, cada vez me gusta más. Si en cambio creo que soy un fracasado, entonces elaboro una personalidad que fracasa y luego con cada fracaso reafirmo mi creencia de que soy un fracasado. Entusiásmate cada vez que vayas a realizar una acción que te acerque a tu meta y recuerda que en todo caso fracasan las acciones, no las personas.

El entusiasmo es generado por la pasión y la pasión proviene básicamente de dos cosas:

1) Motivación.

2) Placer.

La primera, como ya dijimos, parte de la información, esa información nos da un motivo, un impulso que nos obliga a ir en busca de eso que tanto queremos. Y la segunda es encontrar algo que realmente amamos hacer. Que se pueda combinar la obligación con la gratificación, el deber con el placer, que nuestro trabajo sea nuestro hobby, que esperemos ansiosos el momento de ir a trabajar y no el momento de dejar de trabajar, es signo de que hemos encontrado realmente lo que amamos, si lo amamos estaremos motivados a hacerlo, sentiremos placer y entusiasmo cada vez que tengamos la oportunidad de ponernos manos a la obra.

Cree


A partir de ahora quiero que me des una oportunidad, quiero que tengas fe en que todo lo que vas a leer, va a ayudarte de una u otra forma. Si ninguno de mis discursos te convence o entusiasma, al menos sabrás el tipo de técnicas que no debes utilizar para llegar a tus objetivos. Existen miles de autores, y aunque todos tenemos más o menos las mismas ideas, porque la lógica y el estudio nos ha conducido por diferentes caminos a las mismas conclusiones, ellos quizás puedan explicarse mejor que yo o puedan tener mejor llegada a ti, pero te insto a que sigas buscando, a que no te rindas. Si este material no llegara a ayudarte, te pido disculpas, pero no pierdas la fe. Sigue buscando y encontrarás.

Quizás la fe es el ingrediente más importante que debemos tener en cuenta. Si vamos en busca de algo sin creer en nosotros mismos, sin creer que lo podemos lograr es muy difícil que lo podamos conseguir. La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Persiste


Cuando éramos niños y no sabíamos andar en bicicleta, ¿hasta cuando dejamos de intentarlo? Seguramente hasta que lo logramos, de otro modo hoy no sabríamos andar en bicicleta. Entonces si cuando intentamos andar en bicicleta, no nos rendimos hasta que lo logramos, ¿por qué abandonamos otras cosas? ¿Por qué abandonamos nuestros sueños y objetivos?

Algo nos sucedió en el camino y suplantamos la confianza por limitaciones, el empuje por el desánimo y la ilusión por el desencanto. De niños no tenemos límites, creemos que todo es posible, por eso persistimos y alcanzamos nuestros objetivos, si tuviéramos que aprender a caminar de grandes, seguramente un 50% de la población mundial no sabría caminar. Porque cuando somos adultos la mayoría de nosotros intentamos las cosas un par de veces y si no las logramos, las abandonamos.

CÓMO ESTÁ DIAGRAMADO ESTE LIBRO


Este libro está diseñado bajo el Sistema de Inmersión que es casualmente el Principio número 7. Utilizaré tus sentidos para que la información quede impresa en tu mente subconsciente y no puedas olvidarla nunca más.

Por otra parte, lo he diagramado utilizando varios recursos para que la información que te ofrezco pueda ser asimilada por diferentes tipos de canales, independientemente de cuál sea tu forma de aprender más compatible.


Imaginativa: te pediré que imagines situaciones extraordinarias porque es el método que tiene el cerebro para imprimir recuerdos, a través de la asociación y la analogía. En estas situaciones que pretendo proyectar en tu mente y hacerte partícipe de ellas, lograrás comprender y tenerlas siempre presente, ya que nos resulta más fácil recordar un cuento que un concepto científico.


Teórica/explicativa: te explicaré detalladamente para que puedas comprender el contenido impreso en este texto, podrás llegar a través de secuencias lógicas a entender la congruencia de lo que quiero explicarte. He quitado todo lo que no pueda ser comprobado mediante el razonamiento y he dejado solo la información contundente que puede explicarse sola. Cuando la información es un silogismo de sí misma, no tiene objeciones dentro de la lógica.


Gráfica: diseñados para generar el impacto visual que pueda almacenar tu mente y simplificarte el proceso de aprendizaje, en concisos cuadros sinópticos o resúmenes de palabras clave para que puedas identificar visualmente los procesos que te permitirán recordar los conceptos.


Interactiva: serás parte de este libro respondiendo a los cuestionarios organizados para que examines tu vida y lo que estás haciendo con ella. Al responderlos podrás hacer una evaluación consistente dentro de ti mismo, que te permitirá reflexionar acerca de tu propia realidad.


Práctica: te daré actividades para que al realizarlas puedas poner en marcha cada uno de los principios.


Manipulativa