Tabla de Contenido

 

 

 

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Más que un requisito, un asunto serio

Mónica Patricia Borjas

COLECCIÓN ESCENARIOS PARA LA INFANCIA

Instituto de Estudios en Educación - IESE

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BORJAS, MÓNICA PATRICIA.

LUDOEVALUACIÓN EN LA EDUCACIÓN INFANTIL. MÁS QUE UN REQUISITO, UN ASUNTO SERIO / MÓNICA PATRICIA BORJAS. -- BARRANQUILLA, EDITORIAL

UNIVERSIDAD DEL NORTE, 2013.

72 P. : IL. BYN ; 24 CM.

INCLUYE REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (P. 71-72)

ISBN 978-958-741-398-4 (IMPRESO)

ISBN 978-958-741-399-1 (PDF)

ISBN 978-958-741-428-8 (epub)

1. EDUCACIÓN PREESCOLAR--EVALUACIÓN 2. EVALUACIÓN EDUCATIVA. I. TÍT.

(372.126 B734 ed. 23) (CO-BrUNB)

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WWW.UNINORTE.EDU.CO

KM 5, VÍA A PUERTO COLOMBIA

A.A. 1569, BARRANQUILLA (COLOMBIA)

© Editorial Universidad del Norte, 2013

Mónica Patricia Borjas

Coordinación editorial

Zoila Sotomayor O.

Diseño y diagramación

Munir Kharfan de los Reyes

Diseño de portada

Carolina Algarín

Corrección de textos

Farides Lugo

Desarrollo ePub

Lápiz Blanco S.A.S

 

© Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio reprografico,fónico o informático así como su transmisión por cualquier medio mecánico o electrónico, fotocopias, microfilm, offset, mimeográficou otros sin autorización previa y escrita de los titulares del copyright. La violación de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

La autora

MÓNICA PATRICIA BORJAS

Doctora en Diseño Curricular y Evaluación Educativa, Universidad de Valladolid (España). Especialista en la Enseñanza de las Ciencias y Licenciada en Educación con énfasis en Biología y Química, Universidad del Atlántico (Colombia). Docente investigadora de la Universidad del Norte (Colombia), vinculada al Grupo de Cognición y Educación del Instituto de Estudios en Educación (IESE). Además, tutora de proyectos de investigación en el Programa de Licenciatura Infantil y en la Maestría de Educación de la Universidad del Norte en temas relacionados con la Evaluación Educativa.

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"La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras"

 

JEAN JACQUES ROUSSEAU

Este texto invita a reflexionar sobre la evaluación y cómo esta es mucho más que un requisito, un medio de control, una serie de acciones técnicas y estandarizadas que validan otras. La evaluación va más allá de una situación de miedo y nerviosismo; de una forma de agresión intelectual. Es posible que antes de evaluar ya se piense que algo estará mal: ¿esto se debe a que cada vez nos alejamos más de la verdadera evaluación y del sentido formativo de la misma?

Aquí no se pretende hurgar en la herida, es decir, en las fallas que padece la evaluación tradicional; tampoco se pretender presentar un manual de quejas. Todo lo contrario, se explica y plantea una propuesta: la ludoevaluación1.

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Sabemos que la evaluación no puede ser vista desde una sola perspectiva y con un único sentido. Afortunadamente existen alternativas que rescatan el sentido humano de la evaluación de esos espacios donde estamos inmersos: un mundo de resultados respaldados por evidencias mesurables y de pretendida objetividad. Ahora podemos disfrutar y rescatar la alegría, sin perder esas evidencias solicitadas, pero dejando estas de ser un simple listado de requisitos.

La educación en general, sobre todo la evaluación, debe ser divertida y debe dejar marca en el espíritu de niñas y niños: no es necesario padecer, de ninguna manera, para o por aprender, sino ser feliz ante y por el conocimiento.

La ludoevaluación no es una serie de tareas a realizar, de recetas para aplicar o de cuadros a chulear. Por el contrario, es la participación del profesor, de niños y niñas en la toma de decisiones del quehacer cotidiano orientadas a promover, enriquecer y facilitar el aprendizaje. El sentido formativo de la ludoevaluación desde la infancia permite romper con esa tradición que plantea a la evaluación como un tiempo obligado, lleno de angustia; más bien nos lleva a convertirla en un evento festivo.

En una primera instancia la ludoevaluación puede parecer difícil o compleja de realizar; pero no es así. En este libro se hace una revisión teórica y práctica de la ludoevaluación, mostrando cómo se constituye en un modelo de evaluación factible y completo.

Es muy importante resaltar lo que la ludoevaluación logra hacer por el profesor, pues no hay que concebirla dedicada exclusivamente a los niños y niñas. El profesor, a través de ella, descubre todo el aprendizaje que le tienen reservados los niños y niñas en sus opiniones, propuestas y acciones; así puede reconocerse ya no como una autoridad, sino como un compañero que va entrelazando su pensamiento con la sorpresa que muestran los infantes al descubrir cosas nuevas. La ludoevaluación se enmarca en la búsqueda de la emancipación a través de la educación. En este sentido, esta forma de evaluar hace factible que el profesor se plantee la posibilidad de abandonar estructuras rígidas, preestablecidas y sin un significado, pues ya no se trata solo de cumplir con lo que recomiendan, sino de empezar a crear conjuntamente con los niños y las niñas nuevas formas de ser feliz en el aula.

La ludoevaluación se fundamenta en el diálogo, pero no únicamente el que se da mediante las palabras, sino el que se presenta en el compartir emociones, acciones y vivencias. Se ha establecido, por el orden de la costumbre, que a un tipo de educación debería corresponder cierta clase de evaluación, sin embargo, por medio de la ludoevaluación veremos que las tareas formativas implícitas en cada actividad, intercambio de ideas y participación pueden mejorar mucho los resultados, aun de la educación más tradicional e inflexible. La ludoevaluación es, en definitiva, algo serio: bienvenida y bienvenido.

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Hablamos de una propuesta alternativa a la evaluación tradicional propia de la educación bancaria, la cual considera que enseñar es más importante que aprender y que el aprendizaje se logra cuando el profesor deposita los conocimientos en el estudiante (Freire, 1992). La propuesta parte de la necesidad de re-crear la evaluación para darle un papel protagónico en la formación integral al niño y a la niña; de ahí el reconocimiento de su esencia formativa, gratificante y significativa. Una evaluación que posibilite el diálogo, el conocimiento y autoconocimiento; la autoestima y el aprendizaje colaborativo: esto es la ludoevaluación.

Etimológicamente la palabra evaluación procede del latín valere que significa "valorar". En el argot popular se asocia especialmente con medición, valoración, avalúo o juicios. En el ámbito educativo la evaluación también toma diferentes enfoques (técnico o instrumental; humanista, emancipador) de acuerdo a la visión o lentes de quien realiza este proceso. De allí y de cómo abordar la evaluación en el contexto escolarizado de la primera infancia nos ocuparemos de aquí en adelante.

En Colombia el decreto 2247 de 1997 en su artículo 14 expresa el carácter integral, sistemático, permanente, participativo y cualitativo que ha de tener la evaluación en el nivel preescolar. En este mismo decreto se señala que el principal propósito de esta experiencia se centra en conocer y comprender el estado del desarrollo integral del educando, sus avances, sus logros, sus dificultades, al mismo tiempo que se estimula el afianzamiento de valores, actitudes, aptitudes y hábitos. Esto es ratificado por el Ministerio de Educación Nacional a través de los planteamientos que expresa en el documento No. 13 "Aprender y Jugar": Instrumento Diagnóstico de Competencias Básicas en Transición. En este se reconoce la importancia de la evaluación para que los agentes educativos, en particular los docentes, tomen conciencia de las transformaciones que se van generando en su desarrollo integral, a través de la interacción que ellos, los niños y las niñas establecen consigo mismos, entre ellos, con los demás y con el mundo que les rodea. Pero, conocer a los niños y niñas solo será posible si nos damos la oportunidad y el espacio para suscribirnos al compromiso de observarlos, escucharlos y participar con ellos.

Como dijera Armstrong (2006), la auténtica evaluación requiere de la observación. Este proceso nos ofrece la posibilidad de "aprender cosas sobre los niños, lo que saben y son capaces de hacer, especialmente, cuando ocurre en contextos naturales como el aula, centros de ecuación infantil, patios y hogares" (Morrison, 2005, p. 38).

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