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Cine, bioética y profesionalismo

Cine, bioética y profesionalismo

 

Resumen

Cine, bioética y profesionalismo hace parte de la serie “El cine en la enseñanza de la bioética” y es producto del semillero de investigación en Bioética y Bioderecho de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, que pertenece al grupo de investigación en Educación Médica y en Ciencias de la Salud. El propósito de esta serie es brindar elementos a los profesionales de la salud, desde la bioética para la toma de decisiones en los distintos ámbitos del ejercicio profesional en atención en salud, teniendo como hilo conductor el cine como herramienta de aprendizaje. Cada capítulo es el resultado de la investigación conjunta de estudiantes y profesores investigadores.

Este primer libro está compuesto por siete capítulos en los cuales, a través del análisis de aspectos relevantes de la relación médico paciente, se reflexiona sobre el concepto de profesionalismo y los elementos que lo constituyen.

Palabras clave: Bioética, didáctica de la enseñanza, estudios de medicina, relaciones médico-paciente, competencia profesional.

 

Cinema, bioethics, and professionalism

 

Abstract

Cinema, bioethics, and professionalism is part of the series “Cinema in teaching bioethics” and is the product of the Research Incubator Program in Bioethics and Biolaw of the School of Medicine and Health Sciences at the Universidad del Rosario, which is part of the Research Group in Medical Education and Health Sciences. The purpose of this series is to provide health professionals, from the field of bioethics, with tools for decision-making in different areas of professional practice in health care, using the common thread of cinema as a learning tool. Each chapter is the result of a joint research effort between students and researcher-professors.

This first book is composed of seven chapters which, through analyzing relevant aspects of the doctor-patient relationship, reflect on the concept of professionalism and what constitute it.

Keywords: Bioethics, didactics of teaching, medical studies, doctor-patient relationship, professional competence.

 

 

 

Citación sugerida

Pinto Bustamante BJ, Gómez Córdoba AI. (eds.). Cine, bioética y profesionalismo. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario. 2018.

DOI: dx.doi.org/10.12804/lm9789587840292

 

Cine, bioética y profesionalismo

 

 

 

 

 

 

BORIS JULIÁN PINTO BUSTAMANTE

ANA ISABEL GÓMEZ CÓRDOBA

—Editores académicos—

 

 

Cine, bioética y profesionalismo / Pinto Bustamante, Boris Julián y Gómez Córdoba, Ana Isabel; editores académicos [y otros] -- Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2018.

xxiv, 204 páginas.

Incluye referencias bibliográficas.

Cine como Asunto / Bioética / Relaciones Médico-Paciente / Competencia Profesional / Consentimiento Informado / I. Pinto Bustamante, Boris Julián / II. Pérez Gómez, Alicia / III. Gómez Córdoba, Ana Isabel / IV. Yaya, Carlos / V. Amado C., César David / VI. Martínez T., Diana Patricia / VII. Vargas, Isabella / VIII. Nasiff Cabrales, Laura Sofía / IX. Torregrosa Almonacid, Lilian / X. Trujillo Guerrero, Luisa / XI. Torres Narváez, Martha Rocío / XII. Rincón Roncancio, Mónica / XIII. Ramírez Mateus, Nataly Alejandra / XIV. Ramírez Mateus, Nataly / XV. Quesada, Nelson Daniel / XVI. Quintero Sandoval, Óscar de Jesús / XVII. Quintero Acuña, Silvia Alejandra / XVIII. Martínez, Valeria /XIX. Universidad del Rosario. / XX. Título. / XXI. Serie.

174.2  SCDD 20

Catalogación en la fuente -- Universidad del Rosario. CRAI

LAC  Diciembre 13 de 2017

 

Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995

 

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©  Editorial Universidad del Rosario

©  Universidad del Rosario

© Varios autores

 

 

 

Editorial Universidad del Rosario

Carrera 7 Nº 12B-41, oficina 501 • Teléfono 297 02 00

editorial.urosario.edu.co

Primera edición: Bogotá D. C., abril de 2018

 

ISBN: 978-958-784-028-5 (impreso)

ISBN: 978-958-784-029-2 (ePub)

ISBN: 978-958-784-030-8 (pdf)

DOI: dx.doi.org/10.12804/lm9789587840292

 

Coordinación editorial: Editorial Universidad
del Rosario

Corrección de estilo: Ludwing Cepeda Aparicio

Diseño de cubierta y diagramación:
Precolombi EU-David Reyes

Desarrollo ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

 

Los conceptos y opiniones de esta obra son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no comprometen a la universidad ni sus políticas institucionales.

 

El contenido de este libro fue sometido al proceso de evaluación de pares, para garantizar los altos estándares académicos. Para conocer las políticas completas visitar: editorial.urosario.edu.co

 

Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo por escrito de la Editorial Universidad del Rosario.

Autores

 

 

 

 

 

Boris Julián Pinto Bustamante. Médico cirujano, especialista y magíster en Bioética de la Universidad El Bosque, especialista en Creación Narrativa, candidato a doctorado en Bioética de la Universidad El Bosque. Profesor investigador en Bioética de la misma universidad. Profesor principal de carrera de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Ana Isabel Gómez Córdoba. Médica pediatra, especialista en Gerencia en Salud Pública y Derecho Médico Sanitario de la Universidad del Rosario, magíster en Bioética de la Universidad El Bosque, doctora en Ciencias Jurídicas de la Pontificia Universidad Javeriana. Profesora titular. Vicedecana de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, y codirectora de la Especialización de Derecho Médico Sanitario de la Universidad del Rosario.

 

Sergio Andrés Amaya Peña. Médico, psicólogo, profesor auxiliar de carrera de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Martha Rocío Torres Narváez. Fisioterapeuta. Profesora principal de carrera de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Lilian Torregrosa Almonacid. Cirujana general. Cirujana de mama y tejidos blandos de la Universidad Javeriana, especialista en Bioética, magíster en Bioética de la misma universidad. Actualmente es directora del Departamento de Cirugía y Especialidades de la Pontificia Universidad Javeriana, Hospital Universitario San Ignacio.

 

Mónica Rincón Roncancio. Especialista en Medicina Física y Rehabilitación, bioeticista. Jefe del Servicio de Rehabilitación de la Fundación Cardioinfantil, Instituto de Cardiología. Docente en la Universidad del Rosario en Universidad de La Sabana.

 

Diana Patricia Martínez T. Médica especialista en Medicina Física y Rehabilitación, bioeticista.

 

Luis Octavio Tierradentro García. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Luisa Fernanda Trujillo Guerrero. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Laura Sofía Nasiff Cabrales. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Óscar Quintero Sandoval. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Isabella Vargas Parada. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Carlos Julián Yaya Quezada. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

César Amado. Estudiante de Medicina. Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Valeria Martínez Rojas. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

 

Alicia Marcela Pérez Gómez. Médica interna de la Universidad El Bosque.

 

Nataly Alejandra Ramírez Mateus. Médica interna de la Universidad El Bosque.

 

Silvia Alejandra Quintero Acuña. Médica interna de la Universidad El Bosque.

 

Nelson Daniel Quesada Jiménez. Médica interna de la Universidad El Bosque.

Introducción

 

 

ANA ISABEL GÓMEZ CÓRDOBA

 

 

 

 

 

Qué maravilloso reto es acompañar a un joven a descubrir su identidad profesional y crecer como persona y ciudadano. Esa es la razón de ser de las personas que conformamos la comunidad académica de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, a la que pertenece el grupo de investigación en educación, en la línea de bioética y bioderecho y su semillero de investigación.

Pellegrini define a la medicina como «la más humana de las artes, la más artística de las ciencias y la más científica de las humanidades» [1]. En esta frase se condensan los retos que demanda la formación de los médicos y los demás profesionales de la salud. El profesionalismo exige un conjunto de elementos como son: la maestría, la autonomía, el autocontrol y el altruismo. Las profesiones de salud comparten una serie de principios, valores y virtudes reconocidos y esperados por la sociedad mediante un contrato social.

La profesionalidad según la Real Academia Española se define como “la cualidad de la persona u organismo que ejerce su actividad con capacidad y aplicación relevantes” [2]. En el ámbito de las ciencias de la salud se habla de profesionalismo para referirse a la moral que caracteriza a un grupo de profesionales dedicados al cuidado de la salud ­humana, que es la base del contrato social entre las profesiones como la medicina, la enfermería, la fisioterapia, la terapia ocupacional, la fonoaudiología y la odontología, entre otras y la sociedad. El profesionalismo tiene como elementos fundamentales, la maestría, la autonomía y la autoregulación profesional, y el altruismo [3].

En el caso de los profesionales de la salud, y en especial de los médicos, el proceso de formación es el resultado de la combinación de currículos formales, informales y ocultos que tienen como fin la adquisición de una identidad profesional por parte del estudiante.

Wald ofrece una hermosa definición del concepto de identidad profesional médica, como «un viaje transformativo a través del cual se integran los conocimientos, las habilidades, los valores y comportamientos de un competente y humanístico médico quien posee una identidad única y un núcleo de valores. Este proceso continuo personal y profesional se alimenta a través de la mentoría, la autorreflexión y experiencias que afirman las mejores prácticas, tradiciones y ética de la profesión médica. La educación de todo estudiante de medicina está fundamentada en la formación de la identidad profesional» [4].

Parte fundamental de este proceso lo constituye la educación en bioética, cuyas finalidades han sido objeto de profundos debates. Algunos consideran que su propósito principal debe ser la adquisición de virtudes profesionales por parte de los jóvenes médicos, mientras otros orientan su contribución a la promoción de conocimientos, habilidades y actitudes que permitan al profesional analizar y resolver los problemas éticos de la práctica profesional, de tal forma que desarrollen un razonamiento articulado que les permita encontrar respuestas en pro de la mejora de la calidad de vida y la salud de las personas, sus familias y comunidades [5].

No obstante, a pesar de los esfuerzos que se hacen a través del currículo formal, algunos estudios evidencian resultados descorazonadores. Las mediciones del desarrollo y el razonamiento moral muestran que estas variables disminuyen a lo largo de la formación médica, lo que sugiere que la experiencia educativa está inhibiendo la capacidad del juicio moral en lugar de facilitarla. Las explicaciones que se dan a este fenómeno son diversas, y de todas ellas posiblemente la más acertada sea el poder que tiene el currículo oculto negativo en la adquisición de la identidad profesional, la cual es, sin lugar a dudas, el resultado de un fenómeno de socialización [6].

El currículo oculto se entiende como el conjunto de influencias que se dan a lo largo de la formación profesional, que depende de la cultura de las instituciones u organizaciones donde se forman los profesionales de la salud, y que incluyen costumbres y rituales implícitos que se comunican de manera no explícita. Los valores, actitudes y comportamientos que los estudiantes observan en los diferentes ámbitos de formación contrastan permanentemente con el currículo formal que se imparte en las aulas de clase [7].

Resulta entonces un reto para los educadores transmitir a lo largo del proceso formativo los valores, actitudes y comportamientos que hacen parte de la verdadera identidad profesional, aquella que acercará a los facultativos a la dimensión humana de sus pacientes y sus familias. Se deben buscar entonces formas innovadoras, creativas que garanticen que los estudiantes no sucumban durante los años de pregrado y posgrado al proceso de devaluación moral, que muchas veces resulta en la adquisición de una identidad profesional distorsionada que les hace olvidar las motivaciones que los llevaron a elegir la medicina como su profesión.

Estamos de acuerdo con Sally C. Mahood cuando afirma que recibimos personas con una mente abierta, curiosos intelectualmente, empáticos, idealistas, preocupados por el cuidado compasivo de los otros y, lenta e inexorablemente, los vemos convertirse en médicos con una mente cerrada, que se concentran en los hechos, con desapego emocional, cínicos, arrogantes y con una identidad profesional ritualizada [8].

En este orden de ideas, las humanidades juegan un papel fundamental en la adquisición de la identidad profesional, debido a que su objeto de análisis es la comprensión del ­complejo proceso de la salud-enfermedad, como un fenómeno dinámico, histórico y cultural que le permite al profesional de la salud aproximarse a la comprensión de los valores del paciente.

Son diversas las humanidades que se conjugan durante el proceso de educación médica: las ciencias humanas, sociales o socio-humanísticas, las humanidades médicas y las artes, entre otras. Todas ellas buscan instalar en el epicentro de la educación al ser humano y a su mundo de valores; permiten además el desarrollo profesional más allá de la mera adquisición de conocimientos y habilidades. En palabras de Pedro Laín Entralgo: «En el caso de los hombres de ciencia y los técnicos no creadores, sirve para que unos y otros sean plenamente hombres —para que también lo sean de un modo intelectual y ético, y no sólo de un modo biológico y operativo— desde aquello y en aquello a que aplican su particular ciencia y su particular técnica, para que reconozcan las consecuencias de sus acciones; en el caso de los hombres de ciencia y los técnicos creadores, para descubrir nuevos horizontes de su haber e incluso, en determinadas ocasiones, nuevos temas de investigación» [9].

La Universidad del Rosario, y dentro de ella la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud (EMCS), se ha caracterizado durante su proceso histórico por su interés en la formación integral y el desarrollo de la sensibilidad ética como atributos distintivos de sus egresados. En la Escuela confluyen estudiantes y docentes interesados en las más diversas ciencias sociales y las artes, quienes se ocupan de aspectos no abordados tradicionalmente por las ciencias naturales, como son los valores religiosos, culturales, sociales, morales, estéticos y económicos de las comunidades humanas.

De todas las ciencias humanas y las artes, el semillero de investigación en Bioética y Bioderecho, conformado por docentes de diversas disciplinas y estudiantes de distintas profesiones de la salud y el derecho, consideró que el séptimo arte, el cine, y en algunos casos su hermana menor, la televisión, son un instrumento poderoso para lograr contrarrestar el currículo oculto negativo y evitar la disonancia cognitiva entre lo que se aprende en las aulas y lo que se observa en los campos de práctica y en la vida cotidiana.

El cine ha sido empleado como herramienta didáctica en la educación médica en diversas universidades, e incluso cuenta con publicaciones especializadas en el tema; además, es conocido el poder que tienen los medios audiovisuales para la adquisición de información, el aprendizaje en profundidad y la comprensión de conceptos abstractos.

En el editorial «Medicina y cine: ¿por qué?», de José Elías García Sánchez, Ignacio Trujillano Martín y Enrique García Sánchez [10], del primer ejemplar de la Revista Cine y Medicina de la Universidad de Salamanca, los autores explican cómo en esta forma de arte, gracias a las imágenes y sonidos, se escenifican todas las historias humanas: el nacimiento, la vida y la muerte, así como el proceso salud-enfermedad. El cine tiene un gran valor formativo al exponer los elementos científicos del proceso salud-enfermedad, en el ámbito de la atención y de la investigación, pero también encuentra su mayor relevancia al mostrar las vivencias del paciente y su familia, y aproximarse así, de primera mano, a la pluralidad de las ideas, valores y necesidades necesarios para la comprensión de las experiencias vitales de otras personas [11].

El cine aporta también al desarrollo del juicio moral. Annaswamy Nalini explica que «la percepción moral es el primer paso en el desempeño moral, es una condición ­previa esencial para el juicio y la acción moral. El juicio moral pertenece al dominio cognitivo y se refiere al conocimiento de las normas y principios que orientan las deliberaciones morales. La percepción moral requiere de empatía, que pertenece al dominio de lo afectivo» [12].

Por esta razón, si pretendemos desarrollar el juicio moral en nuestros jóvenes doctores, debemos exponerlos al mundo de las emociones de las personas que los rodean y a las propias, y permitirles dar el primer paso necesario para el razonamiento moral: la empatía. El cine, al promover la percepción de la realidad de los otros, así como sus emociones y sentimientos, permite también el reconocimiento de las actitudes y comportamientos profesionales, incluidas las competencias comunicacionales. Finalmente, el cine permite cumplir uno de los mayores propósitos de la educación: el de la lúdica, el que el aprender produzca gozo y sea una fuente de placer. El que la industria cultural sea también industria del deseo.

Al interior del grupo de estudios en Bioética y Bioderecho iniciamos tímidamente con la inclusión en nuestras clases, a lo largo del currículo, de segmentos de películas que escenificaban diversas problemáticas éticas de la práctica profesional en salud y que servían como hilo conductor para la discusión y aprendizaje activo con nuestros estudiantes. Al constatar su interés por este recurso pedagógico decidimos formalizar este conocimiento y planteamos un proyecto de investigación en cine y bioética que se concretaría en la edición de cuatro libros, cada uno de ellos dedicado a una temática específica en bioética clínica, biomedicina e investigación.

En la construcción de cada uno de los capítulos trabajaron sinérgicamente profesionales de distintas disciplinas y facultades (medicina, terapia ocupacional, fisioterapia, psicología, derecho), como estudiantes de la EMCS y de Jurisprudencia que pertenecen al semillero en investigación en Bioética y Bioderecho. Profesores y estudiantes identificaron los contenidos técnico-científicos más relevantes en cada una de las temáticas y seleccionaron las películas y los fragmentos que dentro de estas sustentarían la reflexión.

Para la confección de los capítulos se propuso una metodología general para la estructuración de cada tema, a partir de la identificación de los hechos relevantes de cada tópico (delimitación de categorías teóricas, aclaración de conceptos), la identificación de los valores en conflicto ejemplificados en las distintas secuencias narrativas, y la identificación de los cursos de acción (siguiendo tanto el marco deontológico y normativo, como la ética de la virtud, o de los máximos morales). No obstante, al tratarse de un libro escrito por varios autores, cada uno de ellos ha tenido la autonomía para articular estos elementos en cada capítulo según el tema particular y recurriendo a diversas estrategias de escritura, al tiempo que respetan la estructura general propuesta inicialmente. De igual forma, se ha sugerido para cada capítulo una película guía, y otras películas adicionales como apoyo a la exposición de los diferentes temas. Cada autor ha tenido la libertad de incorporar esas sugerencias a su producto según su propia perspectiva.

Si bien el primer capítulo ofrece una perspectiva hermenéutica y reflexiva sobre una película específica (The Dark Knight), los otros capítulos se enfocan más en la utilidad del cine como estrategia didáctica a propósito de temas puntuales. Cabe recordar que este es el propósito principal de este libro: más que realizar un análisis semiótico-hermenéutico de las obras cinematográficas desde una perspectiva bioética, pretendemos la elaboración de un compendio de temas útiles para la enseñanza de la bioética y del derecho médico sanitario, aprovechando el papel mimético, lúdico y catártico de la narrativa cinematográfica como estrategia que permite la dinamización de conceptos abstractos para la promoción de la deliberación, la reflexión y la expresión de emociones y sentimientos a propósito de los temas y situaciones descritas en cada narración [13]. No pretendemos asumir que toda narrativa audiovisual sea un fiel reflejo de la realidad o una proyección de lo que «debe ser» el profesionalismo o la bioética. Por el contrario, será posible encontrar en diversas narraciones contradicciones, imprecisiones y ambigüedades que podrán ser analizadas y confrontadas a partir de la experiencia. Quizá uno de los atributos más interesantes de las prácticas narrativas (cine, literatura, poesía, teatro, etc.), particularmente de las obras maestras, sea su capacidad para promover la auscultación de los valores prevalentes de una época. Ha sido una magnífica experiencia ver a nuestros jóvenes investigadores adentrándose en el mundo de la investigación y la publicación con tanto entusiasmo y empeño.

El proyecto Cine y bioética fue ganador de un fondo de investigaciones y del premio a mejor póster en el semillero de investigadores de la Universidad del Rosario en el año 2016, y el libro que hoy les presentamos, titulado Cine, bioética y profesionalismo, es el primero de la colección «El cine y la enseñanza de la bioética», que en su conjunto tiene como objetivo brindar elementos a los profesionales de la salud, desde la bioética y el bioderecho, para la toma de decisiones en los distintos ámbitos del ejercicio profesional de la atención en salud, empleando como hilo conductor el cine como insumo didáctico.

Este libro está compuesto por siete capítulos: «La ética en Ciudad Gótica», el cual ofrece una ­lectura hermenéutica de la película The Dark Knight, así como de algunas de las novelas gráficas que inspiraron la película. En este capítulo se abordan problemáticas éticas como la movilización del miedo con propósitos políticos, el ­problema de la ­integridad moral y la tensión egoísmo/cooperación a partir de la teoría de juegos; «Tres doctores y sus pacientes» discute las transformaciones de la relación profesional de la salud-paciente y del acto médico a lo largo del tiempo a partir de las películas Patch Adams, The Doctor y El señor doctor; «El deber en la encrucijada: profesionalismo y conflictos de interés» examina la contradicción entre deber profesional y conflictos de interés en el contexto de la práctica médica y de la investigación. Para ejemplificar esta tensión analiza las historias reales llevadas al cine en las películas La verdad oculta, El amor y otras drogas, Una mujer audaz (Erin Brockovich) y El informante.

«Consentimiento informado: el despertar de la autonomía» aborda el proceso de consentimiento informado como acto jurídico y como elemento fundamental del acto médico y de las buenas prácticas en investigación, tanto en sus alcances generales como en el contexto normativo del entorno colombiano. Para tal efecto, aprovecha la película Despertares, basada en la obra homónima del neurólogo Oliver Sacks; «Secretos compartidos: intimidad y privacidad en la práctica profesional» analiza los conceptos de secreto profesional y protección integral de datos personales, sus alcances, límites y excepciones, como expresiones del derecho a la intimidad, a partir de películas como Actos privados, Mi secreto me condena, Secretos compartidos, entre otras; «Mi vida sin mí: el arte de la comunicación en la práctica médica» aborda la comunicación de malas noticias como competencia fundamental de la práctica médica, particularmente en los escenarios en el final de la vida. La película escogida para este propósito es Mi vida sin mí. «Mentes intensas: los niños y las niñas piden la palabra» examina las peculiaridades de la relación profesional de la salud-paciente en el contexto de la atención en pediatría, los referentes normativos a propósito de los derechos de los niños y las niñas y la neurobiología de las emociones en los procesos de toma de decisiones. En este capítulo algunas de las películas seleccionadas son: Flor del desierto, Farinelli, Cartas a Dios, La decisión más difícil e Intensa-mente.

Este libro sale a la luz gracias al liderazgo del Dr. ­Boris Pinto, a quien agradecemos su experticia, generosidad e ­inmensa capacidad de trabajo, así como al apoyo de los miembros de la Editorial de la Universidad del Rosario liderada por el Dr. Juan Felipe Córdoba, a quienes expresamos nuestros sentimientos de gratitud.

Esperamos que los capítulos que presentamos a continuación inspiren a los lectores a identificar y reflexionar sobre los principios, valores, virtudes y comportamientos que hacen parte de la identidad de las profesiones relacionadas con el cuidado de la salud; que experimenten a través del ­cine la infinidad de emociones que integran el alma humana y se reafirmen en su vocación profesional y en su propósito de consagrar su ejercicio médico al servicio de los otros.

 

Bibliografía

  1. Pellegrino E. The medical profession as a moral community. Bulletin of the New York Academy of Medicine. 1990; 66(3).
  2. Diccionario de la Lengua Española, disponible en: http://dle.rae.es/?id=UHxectl
  3. Patiño Restrepo JF. El profesionalismo médico. Rev Colomb Cir. 2004; 19(3).
  4. Hedy S. Wald professional identity (trans) formation in medical education: reflection, relationship, resilience. Academic Medicine. 2015; 90(6).
  5. Erich H. Education, practice and bioethics: growing barriers to ethical practice. Health Care Analysis. 2003; 11(2).
  6. Darko H, Marušić M, Marušić A. Regression of moral reasoning during medical education: combined design study to evaluate the effect of clinical study years. PLoS ONE. 2011; 6(3):e17406.
  7. Lindberg O. Undergraduate socialization in medical education: ideals of professional physicians Practice. Learning in Health and Social Care. 2009; 8(4):241-249.
  8. Mahood SC. Medical education Beware the hidden curriculum. Canadian Family Physician. 2011; 57(9):983-5.
  9. Laín P. Técnica y humanismo en la formación del hombre actual. En: Santiago-Otero H (ed.). Humanismo y tecnología en el mundo actual. Actas de las Jornadas Internacionales de Investigación Humanística (Madrid 11-16 de abril de 1977). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas; 1979.
  10. García Sánchez JE, Trujillano I y García E. Medicina y cine ¿Por qué? Revista de Medicina y Cine. 2005; 1(1).
  11. Icart-Isern MT, Acopi. Metodología de la investigación y cine comercial: claves de una experiencia docente. Educación Médica. 2008; 11(1):13-18.
  12. Nalini A. The significance of the hidden curriculum in medical ethics: literature review with focus on students’ experiences. . 2013; 3(4).
  13. Colt H, Quadrelli S y Friedman L. The picture of health: medical ethics and the movies. New York: Oxford University Press; 2011.

La ética en Ciudad Gótica

 

 

BORIS JULIÁN PINTO BUSTAMANTE*

CARLOS YAYA**

 

* Médico cirujano, especialista y magíster en Bioética, y candidato a doctor en Bioética, Universidad El Bosque. Profesor investigador en Bioética de la misma universidad. Profesor principal de carrera, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad del Rosario.

** Estudiante de Medicina, Semillero Bioética y Bioderecho, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad del Rosario.

 

 

 

Resumen

Este capítulo presenta, desde distintas perspectivas, una exploración ética del personaje Batman, a partir del filme The Dark Knight. La película, así como la novela gráfica, proponen una hipótesis central: los arreglos institucionales, el Estado social de derecho y la cultura, como proyecciones generales de la sensatez y la cordura, son un artificio inútil que puede colapsar ante la irrupción del caos y el terror que amenazan la supervivencia individual. Este colapso instauraría el estado de guerra hobbesiano en lugar de la lucidez de los arreglos sociales. El análisis propone algunos ejes fundamentales: la indagación por la capitalización de los sentimientos morales con proyección política (miedo), el cuestionamiento del dualismo entre lucidez-orden social/locura-caos social, representado por Batman y el Guasón como antípodas de una misma fuerza interdependiente que se consume y se retroalimenta, el problema ético de la integridad moral representado por el caso Harvey Dent y el experimento social del Guasón para corroborar su hipótesis en la secuencia de los ferris descrita en The Dark Knight.

Palabras clave: ética, cine como asunto, juegos experimentales, normas sociales, conducta cooperativa.

 

Abstract

This article presents, from different points of view, an ethical exploration of Batman as portrayed in the film The Dark Knight. The film, as well as in the graphic novels on which it is based, proposes a central hypothesis regarding general projections of reason and sanity such as institutional arrangements, the social condition of right and culture, as useless tools, for these may collapse before the irruption of chaos and terror that threaten individual survival. Such collapse would restore Hobbes’ state of war instead of the clarity of the social arrangements. This analysis puts forward some fundamental concepts: the capitalization of moral feelings as a political tool and the dualism between sanity and chaos as social order and chaos represented by Batman and the Joker as antipodes of the same interdependent force that consumes and feedback itself, the ethical issue regarding Harvey Dent’s moral integrity, and the Joker’s social experiment to prove his hypothesis in the ferries sequence depicted in The Dark Knight.

Keywords: Ethics, Motion Pictures as Topic, Games, Experimental, Social Norms, Cooperative Behavior.

 

 

Introducción

Las películas dirigidas por Christopher Nolan, Batman Begins, The Dark Knight y Dark Knight Rises, recogen diversos elementos de la compleja historia del personaje creado por DC Comics en 1939, con las licencias que exige una adaptación cinematográfica en el siglo XXI. Son múltiples las lecturas que se pueden hacer desde la psicología y la filosofía moral sobre los conflictos éticos que plantean las secuencias narrativas descritas en la trilogía. El propósito de este capítulo es identificar algunos de los conflictos éticos descritos en la trilogía, particularmente en la película Batman: The Dark Knight (2008, dirigida por Cristopher Nolan). El documento desarrollará el análisis ético de esta película a partir de los siguientes ejes de estudio: la descripción del héroe, la ambivalencia moral, el miedo como proyecto político, el problema de la integridad y la teoría de juegos en la toma de decisiones morales.

 

Batman: la máscara del héroe

La primera entrega, Batman Begins, se apoya en las historietas Year One (1989) y The Long Halloween (1998). The Dark Knight (2008), si bien retoma ingredientes de diversas etapas, se apoya en tres novelas gráficas: The Killing Joke (1988), The Long Halloween (1998) y Dark Victory (1999). En la primera película aparece el origen de Batman: tras salir de un teatro, Jon Chill, en el intento por robar un collar de perlas, asesina al doctor Thomas Wayne y a su esposa, Martha, en presencia del niño Bruce Wayne, quien entonces cuenta con ocho años de edad y quien se convertirá en el hombre murciélago. Este ha sido un elemento en común en las diferentes tramas que se han publicado sobre Batman, tanto la versión original de DC Comics (escrita por Bob Kane y Bill Finger) como la versión para The Brave and the Bold de Murray Boltinoff, y la adaptación para televisión Gotham, de la cadena de televisión Fox.

Batman, si bien no es el único héroe sin superpoderes (la mayoría de los vigilantes, a excepción del Dr. Manhattan, comparten este rasgo), sí ha logrado explotar este atributo como su marca distintiva frente a otros superhéroes legendarios, quienes, o bien provienen de un planeta distante (Superman), o han sufrido los impresionantes efectos de un accidente científico (Spiderman, Flash), o reciben sus superpoderes a partir de elementos cargados con una fuerza mágica presente en el universo —Starheart— (el anillo de poder que usa Linterna Verde, en las primeras versiones del cómic), o despliegan capacidades superiores gracias a la manipulación genética (como es el caso de Azrael —Jean Paul Valley, quien en la saga de los años noventa, The Sword of Azrael, se convierte en un sucesor de Batman, entrenado por el mismo Bruce Wayne, para defender a Ciudad Gótica en caso de que Batman falte).

A diferencia de estos superhéroes, el Batman clásico construye su poder a partir de distintas cualidades: capacidad detectivesca (según el modelo Sherlock Holmes), disciplina física y mental e innovación tecnológica en la lucha contra el crimen. Tampoco utiliza armas de fuego (aunque en algunas versiones del cómic y en la adaptación cinematográfica Dawn of Justice este rasgo se traiciona) [1]. Su traje es una especie de exoesqueleto inteligente, dotado de artilugios que le permiten hacer lo que Spiderman haría con su red o Superman con sus poderes extraterrestres.