Portada-fuertes-y-debiles.jpg

Pastoral y persona

Las personas que progresan son, al mismo tiempo, fuertes y débiles.

Existen dos tentaciones comunes que nos impiden disfrutar de una vida plena: acomodarnos por miedo a perder la seguridad o aferrarnos a cualquier forma de poder. El verdadero crecimiento, según Andy Crouch, se halla al recorrer un camino por el que debemos actuar tanto con vulnerabilidad como con fortaleza.

Esta inusual pareja de actitudes se hace visible en los líderes más sobresalientes, pues son personas que usan su autoridad para el beneficio de otros y también muestran una voluntad enorme para encarar y superar las etapas de sufrimiento. El mayor ejemplo es Jesús, quien, aun teniendo un poder inimaginable, se expuso al hambre, al ridículo, a la tortura y a la muerte. Lejos de ser opuestos, la fortaleza y la vulnerabilidad deben practicarse conjuntamente en cada vida individual y en toda comunidad. Solo cuando las unimos podemos experimentar en todo su esplendor el florecimiento para el cual hemos sido creados.

Andy Crouch, conocido por su manera característica de analizar los hechos, de contar historias, y su forma de presentar la realidad con un toque de esperanza, nos muestra cómo andar por este camino de modo que podamos reflejar la imagen de Dios a través de nosotros. No solo para nuestro propio crecimiento, sino también por amor a los demás.

EL AUTOR

Andy Crouch: Máster en Divinidad por la Boston University School of Theology, es director ejecutivo de Christianity Today. Ha escrito para Time y The Wall Street Journal, y es autor de libros de gran repercusión: Crear cultura y Playing God.

“Este libro va a producir un impacto profundo en nuestro mundo. Está construido sobre una clave diáfana, profunda y capaz de revolucionar la vida y que abre vastas posibilidades para el florecimiento humano. Con la calidad y elegancia de un clásico y absolutamente iluminador”.

John Ortberg, pastor principal de la Iglesia presbiteriana de Menlo Park, autor de Guarda tu alma.

“¡Andy Crouch lo ha conseguido nuevamente! Fuertes y débiles es un libro intelectualmente perspicaz, socialmente relevante y proféticamente apasionado que nos muestra cómo multiplicar nuestro poder para crear un mundo en el que personas de cada tribu y nación puedan florecer y alcanzar el pleno potencial dotado por Dios. ¡Me encanta!”.

Brenda Salter McNeil, Seattle Pacific University, autora de Roadmap to Reconciliation.

“La Palabra de Dios enfatiza muchísimo el juego recíproco que se produce entre la debilidad y la fuerza, como también entre otros opuestos que nos conducen a las más grandes oportunidades para florecer. Todo el proceso de discipulado parece centrarse en estos opuestos. Cuando experimentamos la pobreza, comprendemos las riquezas que Dios nos concede. Cuando experimentamos la indefensión, ¡reconocemos el poder de su fuerza! Este excelente libro de Andy Crouch nos ofrece claves para comprender todo esto más claramente”.

Ravi I. Jayakaran, director de Community Transformations, e3 Partners, responsable de estimulación de la misión integral del Movimiento de Lausana.

“Este libro me ha desafiado a pensar de una manera auténtica como líder y a incorporar mi ser real en el trabajo del liderazgo. Andy Crouch ofrece un marco sencillo pero profundo que examina la relación importante que hay entre la autoridad y la vulnerabilidad, y cómo distintos tipos de combinación pueden, o ayudar, u obstaculizar el florecimiento humano. Esta hoja de ruta expone los peligros, en los que es tan fácil caer, como la evasión y la explotación, mientras que nos recuerda que la fuerza reside en la vulnerabilidad y en el sufrimiento. Fuertes y débiles es una guía alentadora para cualquiera que esté buscando vivir en contra de una cultura de la seguridad y que quiera embarcarse en una vida de riesgo significativo y florecimiento”.

Jena Lee Nardella, cofundadora de la misión Blood:Water, autora de One Thousand Wells.










A la memoria de Steve,

con alegría

Andy Crouch

Autor de Crear cultura

Fuertes y débiles

Una vida abierta al amor, al riesgo
y al crecimiento auténtico

Índice

Prólogo a la serie

1. Más allá de una alternativa falsa

2. Florecimiento

3. Sufrimiento

4. Evasión

5. Explotación

Interludio - La senda del florecimiento

6. Vulnerabilidad oculta

7. Descenso a la muerte

8. Rumbo al cuadrante superior derecho

Agradecimientos

Preguntas para el coloquio

Iglesias y entidades colaboradoras en la publicación de esta serie

Prólogo a la serie

Un sermón hay que prepararlo con la Biblia en una mano y el periódico en la otra.

Esta frase, atribuida al teólogo suizo Karl Barth, describe muy gráficamente una condición importante para la proclamación del mensaje cristiano: nuestra comunicación ha de ser relevante. Ya sea desde el púlpito o en la conversación personal hemos de buscar llegar al auditorio, conectar con la persona que tenemos delante. Sin duda, la Palabra de Dios tiene poder en sí misma (Hebreos 4:12) y el Espíritu Santo es el que produce convicción de pecado (Juan 16:8), pero ello no nos exime de nuestra responsabilidad que es transmitir el mensaje de Cristo de la forma más adecuada según el momento, el lugar y las circunstancias.

John Stott, predicador y teólogo inglés, describe esta misma necesidad con el concepto de la doble escucha. En su libro El Cristiano contemporáneo dice: Somos llamados a la difícil e incluso dolorosa tarea de la doble escucha. Es decir, hemos de escuchar con cuidado (aunque por supuesto con grados distintos de respeto) tanto a la antigua Palabra como al mundo moderno. (…). Es mi convicción firme que solo en la medida en que sepamos desarrollar esta doble escucha podremos evitar los errores contrapuestos de la falta de fidelidad a la Palabra o la irrelevancia.

La necesidad de la “doble escucha” no es, por tanto, un asunto menor. De hecho tiene una clara base bíblica. Podríamos citar numerosos ejemplos, desde el relevante mensaje de los profetas en el Antiguo Testamento -siempre encarnado en la vida real- hasta nuestro gran modelo el Señor Jesús, maestro supremo en llegar al fondo del corazón humano. Jesús podía responder a los problemas, las preguntas y las necesidades de la gente porque antes sabía lo que había en su interior. Por supuesto, nosotros no poseemos este grado divino de discernimiento, pero somos llamados a imitarle en el principio de fondo: cuanto más conozcamos a nuestro interlocutor, más relevante será la comunicación de nuestro mensaje.

La predicación del apóstol Pablo en el Areópago (Hechos 17) constituye en este sentido un ejemplo formidable de relevancia cultural y de interacción con “la plaza pública”. Su discurso no es solo una obra maestra de evangelización a un auditorio culto, sino que refleja esta preocupación por llegar a los oyentes de la forma más adecuada posible. Esta es precisamente la razón por la que esta serie lleva por nombre Ágora, en alusión a la plaza pública de Atenas donde Pablo nos legó un modelo y un reto a la vez.

¿Cómo podemos ser relevantes hoy? El modelo de Pablo en el ágora revela dos actitudes que fueron una constante en su ministerio: la disposición a conocer y a escuchar. Desde un punto de vista humano (aparte del papel indispensable del E.S.), estas dos cualidades jugaron un papel clave en los éxitos misioneros del apóstol. ¿Por qué? Hay una forma de identificación con el mundo que es buena y necesaria por cuanto nos permite tender puentes. El mismo Pablo lo expresa de forma inequívoca precisamente en un contexto de testimonio y predicación: A todos me he hecho todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del Evangelio (1 Corintios 9:22-23). Es una identificación que busca ahondar en el mundo del otro, conocer qué piensa y por qué, cómo ha llegado hasta aquí tanto en lo personal (su biografía) como en lo cultural (su cosmovisión). Pablo era un profundo conocedor de los valores, las creencias, los ídolos, la historia, la literatura, en una palabra, la cultura de los atenienses. Sabía cómo pensaban y sentían, entendía su forma de ser (Romanos 12:2). Tal conocimiento le permitía evitar la dimensión negativa de la identificación como es el conformarse (amoldarse), el hacerse como ellos (en palabras de Jesús, Mateo 6:8); pero a la vez tender puentes de contacto con aquel auditorio tan intelectual como pagano.

Un análisis cuidadoso del discurso en el Areópago nos muestra cómo Pablo practica la “doble escucha” de forma admirable en cuatro aspectos. Son pasos progresivos e interdependientes: habla su lenguaje, vence sus prejuicios, atrae su atención y tiende puentes de diálogo. Luego, una vez ha logrado encontrar un terreno común, les confronta con la luz del Evangelio con tanta claridad como antes se ha referido a sus poetas y a sus creencias. Finalmente provoca una reacción, ya sea positiva o de rechazo, reacción que es respuesta natural a una predicación relevante.

Pablo era, además, un buen escuchador como se desprende de su intensa actividad apologética en Corinto (Hechos 18:4) o en Éfeso (Hechos 19: 8-9). Para “discutir” y “persuadir” se requiere saber escuchar. La escucha es una capacidad profundamente humana. De hecho es el rasgo distintivo que diferencia al ser humano de los animales en la comunicación. Un animal puede oír, pero no escuchar; puede comunicarse a través de sonidos más o menos elaborados, pero no tiene la reflexión que requiere la escucha. El escuchar nos hace humanos, genuinamente humanos, porque potencia lo más singular en la comunicación entre las personas. Por ello hablamos de la “doble escucha” como una actitud imprescindible en una presentación relevante del Evangelio.

Así pues, la lectura de la Palabra de Dios debe ir acompañada de una lectura atenta de la realidad en el mundo con los ojos de Dios. Esta doble lectura (escucha) no es un lujo ni un pasatiempo reservado a unos pocos intelectuales. Es el deber de todo creyente que se toma en serio la exhortación de ser sal y luz en este mundo corrompido y que anda a tientas en medio de mucha oscuridad. La lectura de la realidad, sin embargo, no se logra solo por la simple observación, sino también con la reflexión de textos elaborados por autores expertos. Por ello y para ello se ha ideado esta serie. Los diferentes volúmenes de Ágora van destinados a toda la iglesia, empezando por sus líderes. Con esta serie de libros  queremos conocer nuestra cultura, escucharla y entenderla, reconocer, celebrar y potenciar los puntos que tenemos en común a fin de que el Evangelio ilumine las zonas oscuras, alejadas de la luz de Cristo.

Es mi deseo y mi oración que el esfuerzo de Editorial Andamio con este proyecto se vea correspondido por una amplia acogida y, sobre todo, un profundo provecho de parte del pueblo evangélico de habla hispana. Estamos convencidos de que la Palabra antigua sigue siendo vigente para el mundo moderno. Ágora es una excelente ayuda para testificar con la Biblia en una mano y “el periódico” en la otra.

Pablo Martínez Vila