Vida saludable con: Zumoterapia

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I.S.B.N: 978-84-17477-50-9

Nota del Editor

La Zumoterapia se puede definir como una práctica nutricional basada en el poder terapéutico de los zumos o jugos (dependiendo del país en el cual nos encontremos los llamaremos de una forma u otra) de frutas y verduras.

Este método de tratamiento para curar y mejorar la salud no es algo nuevo, se lleva utilizando desde hace mucho tiempo. Los entendidos en el tema aseguran que la adecuada combinación de los nutrientes presentes en los zumos pueden prevenir y tratar determinados problemas de salud. En el caso de una enfermedad diagnosticada, la Zumoterapia se debe emplear únicamente como un complemento del tratamiento médico.

A continuación invitamos al lector a sumergirse en el entretenido y extraordinario universo de los zumos saludables.

Capítulo 1
Beneficios del zumo de frutas

El beneficio que nos ofrecen las frutas, las verduras y las hortalizas es incalculable. Durante todo el año, la naturaleza nos brinda frutos de temporada con los que podemos preparar zumos exquisitos —muchos de ellos con sabores extraordinarios— los cuales son una inmensa fuente de energía y salud natural para todas las personas a cualquier edad.

Entre sus múltiples bondades se encuentran que ayudan a nuestro organismo a habituarse al consumo de alimentos crudos, pero una de las más importantes es que la ingesta habitual de zumos de frutas y vegetales favorece la rápida y directa absorción de las vitaminas y minerales que necesita nuestro cuerpo.

Al ingerir zumo de frutas, verduras u hortalizas recién elaborado, un 95% de su contenido nutricional pasa directamente a nuestro torrente sanguíneo, es decir, que todas las vitaminas, minerales y elementos esenciales contenidos en él son absorbidos y asimilados muy rápidamente por nuestro organismo, de ahí su beneficio.

Se ha comprobado que:

• Ingerir zumos frescos, crudos y recién hechos, ayudan a la limpieza y eliminación de las toxinas, así como a regenerar y a tonificar nuestro organismo.

• Los zumos frescos cuando se ingieren en ayunas, son un gran potenciador de energía.

• Las personas que sufren de ciertos desórdenes digestivos pueden consumir zumos frescos sin problemas ya que son fáciles de asimilar, también las personas con problemas de masticación pueden consumir fácilmente todo tipo de vegetales si los convierten en zumos.

• Cuando las frutas, verduras y hortalizas son de origen ecológico se potencia su poder regenerador.

• Al ingerir zumos, ingerimos las sustancias activas de las plantas casi intactas, es decir, todas sus vitaminas, minerales, clorofila, enzimas, hidratos asimilables de carbono, antibióticos naturales y otras.

• Las enzimas contenidas en los vegetales son agentes fundamentales para potenciar las funciones metabólicas de nuestro organismo. Gracias a ellas digerimos y asimilamos los alimentos, y aprovechamos mejor el oxígeno tan necesario para nuestra existencia. Ya se han contabilizado miles de enzimas diferentes, las cuales “mueren” cuando son sometidas a temperaturas superiores a los 60°C, por ello es mejor consumirlos crudos.

• Ingerir zumos frescos ayuda a retardar el envejecimiento prematuro, ya que sus nutrientes favorecen el rejuvenecimiento celular. Un ejemplo de ello es el beta-caroteno presente en la zanahoria y otros vegetales, el cual es esencial para prevenir ciertas enfermedades. El beta-caroteno es antioxidante y ayuda a neutralizar los radicales libres, que son moléculas dañinas para nuestro cuerpo. Por esta razón el beta-caroteno es un gran protector de nuestras células y sus características genéticas, lo cual disminuye el riesgo de desarrollar ciertos tumores y enfermedades malignas.

Una de las cosas más importantes a tener en cuenta es que el zumo debe ser recién elaborado, es decir, debe ser preparado al momento mismo de su ingesta, ya que esta es la única manera de aprovechar “todos” sus nutrientes solubles.

Al preparar un zumo, el proceso de oxidación de los vegetales comienza de inmediato, y con esta oxidación la pérdida de las sustancias activas, nutritivas y curativas. Un ejemplo evidente es cuando cortamos una manzana y esta comienza a cambiar su color. Añadir zumo de limón puede ayudar a retardar la oxidación, sin embargo no la detiene. Otro detalle a considerar es que mientras menos ácido tenga el zumo recién elaborado este será más sensible al ataque de las bacterias, es decir, los fermentos comenzarán a descomponer las sustancias nutritivas y comenzará el proceso de putrefacción. El frío puede retrasar un poco este proceso, pero tampoco lo detendrá. Una vez destruidas las células vivas de los vegetales todos los microorganismos presentes en el ambiente: bacterias, levaduras, mohos, etc., llegarán en masa para alimentarse de esta fuente de alimento y reducirán muy rápidamente el valor nutritivo del zumo en cuestión.

¿Qué son los radicales libres?

Los radicales libres son moléculas que poseen un electrón sin par y recorren nuestro organismo buscando robar un electrón de las moléculas estables para completar su par y alcanzar así su propia estabilidad. La molécula que pierde el electrón se convierte de ese modo en otro radical libre que comienza a buscar otro electrón desatando una reacción en cadena.

Estas moléculas introducen oxígeno en las células favoreciendo la oxidación de sus partes y pueden dañar el código de ADN que existe en el núcleo de la célula, lo que provoca cambios que aceleran el envejecimiento del cuerpo. También hay enfermedades que se asocian al daño que generan los radicales libres: cáncer, enfermedad de Parkinson, enfermedades cardíacas, periodontitis, trastornos inflamatorios, cataratas, etc.

Los radicales libres pueden producirse por diversas causas, entre ellas, la radiación ultravioleta, la contaminación, el humo del tabaco, ciertas medicinas y aditivos químicos, también ciertas funciones corporales normales pueden generar radicales libres. Pero, ¿cómo protegernos de ellos? Existen algunos compuestos químicos llamados “antioxidantes” que protegen nuestras células fijándose al radical libre y expulsándolo de nuestro organismo.

¿Qué son los antioxidantes?

Son sustancias que protegen nuestro organismo de los radicales libres. Suelen ser minerales, vitaminas, clorofila, enzimas y ciertos pigmentos, y podemos encontrarlos de manera natural en las frutas, las verduras, los cereales.

Los antioxidantes se fijan a los radicales libres y los expulsan de nuestro cuerpo, protegiendo de este modo nuestras células y también nuestro organismo del entorno. Los más conocidos son el selenio, la vitamina C, la vitamina E y el beta-caroteno que se encuentra en algunos vegetales.

El consumo de hortalizas es fundamental para nuestra vida. Sus minerales son los responsables de que nuestros músculos, glándulas, tejidos y órganos se mantengan sanos y fuertes. En la actualidad se recomienda consumir mayor cantidad de hortalizas con beta-caroteno para reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Aparte de la zanahoria, el beta-caroteno puede encontrarse en las verduras que pertenecen a la familia de las crucíferas: brócoli, repollo, coliflor, coles de Bruselas, berro, espinaca, etc.

La American Cancer Society (Sociedad Americana contra el Cáncer) recomienda el consumo de estas hortalizas una vez al día y señala que el consumo de crucíferas “reduce la incidencia de cáncer de estómago, esófago y colon”. Estudios realizados muestran cómo estos vegetales inhiben el efecto de algunas sustancias cancerígenas en animales en el laboratorio.

Otro elemento valiosísimo para el ser humano y que solo se encuentra en las plantas es la clorofila. Esta actúa positivamente sobre las glándulas suprarrenales, oxigena la sangre, descongestiona los nódulos linfáticos, además, se considera que detiene el crecimiento de ciertos tumores y que ayuda a limpiar las arterias obstruidas. No hay manera de producir clorofila en un laboratorio pero podemos consumirla al ingerir vegetales de hoja verde como las espinacas y el brócoli.

A continuación, algunas recomendaciones:

• Al preparar zumos con vegetales germinados, es recomendable envolverlos en una hoja de repollo o de lechuga antes de licuarlos.

• No es conveniente beber más de medio vaso = 125 cc de zumo de remolacha.

• Cuando se combinan frutas todo es posible, pero al combinar verduras y vegetales se deben tener en cuenta algunos detalles: estos deben combinarse con frutas de sabor dulce y suave, como la zanahoria, la manzana, la mandarina, en caso contrario, pueden resultar zumos de sabores muy fuertes y no tan agradables, que en muchas ocasiones podrían resultar indigestos. Por otra parte, llene aproximadamente una cuarta parte del vaso de la licuadora con zumo verde y el resto que sea de frutas dulces que ayuden a mejorar el sabor, tales como la zanahoria y la manzana.

• En muy contados casos, los zumos de verduras ya preparados pueden ser preferibles a los recién hechos. Esto se debe al enriquecimiento natural —por fermentación— de ácido láctico. Eso si, asegúrese de que sean zumos de excelente calidad.

• Si desea hacer una cura depurativa, los zumos con fermentados de verdura son ideales para ingerirlos en el desayuno.

• Existen zumos que son ideales para consumir en ayunas ya que tienen un alto contenido de sustancias “base”, las cuales ayudan a contrarrestar la hiperacidez del organismo. Un ejemplo es la relación sodio-potasio que contribuye a la eliminación de líquidos, limpia el tejido conjuntivo y estimula los procesos digestivos, todo con un contenido energético de 12 a 40 kilocalorías por ml de zumo. Estos pueden diluirse con un poco de agua en proporciones variables de acuerdo al tipo de zumo y son ideales para consumir en el desayuno.

Mejor en zumo

Si existen otras maneras de consumir los vegetales, frutas y hortalizas: en ensaladas, cocidos, etc., ¿por qué es mejor consumirlos en zumo?

El zumo es una de las mejores formas de aprovechar todas las virtudes, vitaminas, enzimas y minerales que se pierden habitualmente al someter a cocción estos alimentos. Un zumo recién elaborado con vegetales, frutas y hortalizas frescas —y crudas— ayuda a limpiar y a regenerar mejor nuestro organismo ya que sus principios vitales se asimilan mejor y muy rápidamente.

Cómo hacer los mejores zumos

• Antes que nada, se deben seleccionar vegetales de la mejor calidad. Las frutas y vegetales maduros, provenientes de cultivos ecológicos, suelen ser la mejor alternativa de elección.

• Se deben seleccionar y comprar frutas y vegetales de temporada. De este modo tendremos garantía de frescura y de cosecha en condiciones naturales.

• Los vegetales, frutas y hortalizas deben lavarse enteros, sin cortar, debajo del chorro de agua.

• Para extraer el zumo de frutas, verduras y hortalizas, los equipos más adecuados son los exprimidores que separan el líquido por presión o por centrifugación. Aquellos que actúan por vaporización es mejor descartarlos.

• Eliminar las partes dañadas y cortar las frutas y verduras de gran tamaño en trozos más pequeños. Exprimirlos de inmediato. Recuerde que una vez cortadas, las frutas y verduras comienzan a oxidarse y a perder propiedades.

Cuándo y en qué cantidad
debemos consumir zumos

Por razones de precio y de conservación, lo ideal es consumir frutas y vegetales de la estación. Sufren menos en el proceso de almacenamiento y maduran de forma natural. Además, la naturaleza nos ofrece en cada estación aquello que es más conveniente para nuestra salud. Más adelante encontrará múltiples recetas para cada estación del año.

Así mismo, hay momentos del día que son más favorables para consumir los zumos:

• Es conveniente consumir los zumos en ayunas o media hora antes de la comida. Si se consumen después se corre el riesgo de dificultar o interrumpir la digestión.

• Los cítricos es conveniente consumirlos en la mañana porque ayudan a regular la función intestinal y a tonificar nuestro organismo para comenzar el día.

• Ciertas verduras y hortalizas, como el apio, la zanahoria y la lechuga, ofrecen un efecto sedante, por lo que se recomienda consumir su zumo por la noche para ayudar a conciliar el sueño.

Por otro lado, aparte de las comidas, es recomendable ingerir varios vasos de zumo al día. Tomar de medio a un litro de zumo, es decir, de dos a cuatro vasos diarios, nos aportarán una buena cantidad de antioxidantes, vitaminas y minerales.

Si está haciendo una cura terapéutica a base de zumos, debe consumirlos en ayunas y aumentar la cantidad de 1 a 4 litros.

Si quiere aumentar los efectos beneficiosos, le sugerimos la variedad, ingerir zumos tanto de frutas como de vegetales, así como probar diversas frutas y diversos vegetales.

Si consume muchos zumos ácidos, recomendamos usar una pajita para evitar que el ácido ataque el esmalte dental.

Zumos para el bebé

Es recomendable, durante los primeros seis meses de vida, que el bebé ingiera solo leche materna, la cual le proporcionará todos los nutrientes y defensas que necesita su organismo. También se debe tener en cuenta que el sistema digestivo del bebé está formándose aún y que durante ese tiempo no puede asimilar bien ciertos alimentos. La recomendación, antes de darle zumos, es consultar al pediatra. No es conveniente hacer experimentos de tolerancia por recomendaciones de terceras personas. Piense que la salud del bebé es lo más importante.

Zumos concentrados

Cuando encontramos en el supermercado un zumo que dice “preparado a base de concentrado”, suele estar elaborado a base de pulpa de fruta a la cual se le ha extraído el agua por evaporación, proceso que reduce su volumen y permite su transporte a menor costo. Posteriormente, antes de envasar nuevamente el zumo en botellas o envases de otro tipo, este es reconstituido con agua.

La calidad de estos zumos dependerá de la metodología utilizada para evaporar el agua y no perder el valor nutricional de la fruta. También puede influir en menor grado la calidad del agua utilizada para su dilución. No se recomiendan con fines terapéuticos.

Zumos comerciales

Hay momentos en que no tenemos la posibilidad de tomarnos un zumo fresco recién elaborado, por lo que podemos recurrir a los zumos envasados que encontramos en el mercado. En este caso lo más importante es la calidad del mismo.

Hay negocios que ofrecen zumos que satisfacen ciertos requisitos de calidad y que pueden superar a los zumos comerciales. En algunos casos son zumos elaborados 100 por ciento de fruta natural, la cual puede provenir de cultivos ecológicos. En este caso, es importante la seriedad del negocio.

Se debe considerar que un cultivo adecuado y una buena selección de la materia prima pueden compensar la pérdida de nutrientes que sufre el zumo durante el proceso de envasado y almacenamiento. Ciertos fabricantes, a fin de mantener el máximo de los nutrientes, añaden ácido láctico como conservante, lo cual puede ser beneficioso. Así mismo, hay fabricantes cuyo proceso de conservación garantiza que no se pierdan las sustancias nutritivas por descomposición. En otros casos, existen controles de laboratorio que garantizan que las frutas y verduras sean cosechadas en el momento que el contenido de nutrientes se encuentre al máximo. Sin embargo, debemos asegurarnos de que estos zumos no tengan azúcar o edulcorantes añadidos —información que suele venir señalada en la etiqueta.

Estos zumos son más resistentes al proceso de oxidación y pueden consumirse en varias tomas al día una vez abierta la botella.

Zumos de vegetales

Se sabe de la existencia de estos zumos en tiendas dietéticas en Alemania, desde 1919. En este caso, se debe tener la precaución de seleccionar aquellos que no provienen de zumos concentrados diluidos. Así mismo, su conservación debería estar garantizada por un proceso de pasteurización. El fabricante debería utilizar, preferentemente, vegetales cultivados biológicamente, de este modo el riesgo de residuos tóxicos e indeseables quedaría reducido. Un ejemplo de toxicidad es la limpieza de los vegetales con sosa cáustica. Del mismo modo, el licuado enzimático de los vegetales —método con el que se aumenta el rendimiento de los zumos— debería quedar descartado por la pérdida de calidad del mismo.

Zumos fermentados

Estos son zumos que se obtienen de la zanahoria, la remolacha, el apio y la col fermentada cuando son sometidas a un procedimiento especial. Al zumo de estos vegetales se les agrega ácido láctico puro de cultivo junto a una solución salina. Las bacterias beneficiosas del ácido láctico hacen fermentar los hidratos de carbono presentes en los vegetales mencionados formando ácido láctico dextrógiro.

Estos zumos no son muy fáciles de encontrar, pero son una excelente variedad de los zumos de vegetales disponibles en el mercado.