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Siglo XXI / Serie Historia de Europa / 11

J. A. S. Grenville

La Europa remodelada

1848-1878

Traducción: Bárbara McShane y Javier Alfaya

Revisión de la traducción: Cristina Piña

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Mientras en Francia Napoleón III conduce a la restaurada monarquía a la república del Segundo Imperio y Cavour y Garibaldi remodelan el mapa de una Italia unificada, Bismarck, con su Ejército, domina tanto Alemania como el firmamento europeo. En las décadas centrales del siglo XIX, Europa experimenta uno de los periodos más convulsos de su historia en el que el nuevo impulso revolucionario pierde fuerza frente a los vestigios del Antiguo Régimen. Sofocadas las revoluciones populares de 1848, se inicia una etapa de reformas autoritarias impuestas desde los estratos más altos de la sociedad que buscaron reavivar y reforzar los viejos sistemas de gobierno; a la postre, esas reformas acabaron por alimentar el espíritu nacionalista. La modernización europea tuvo que esperar hasta el siglo XX para cambiar el mundo.

J. A. S. Grenville, renombrado historiador de la Europa contemporánea, examina en el presente libro los movimientos sociales y sus conflictos desde una perspectiva tanto europea como nacional. Además de este enfoque sociohistórico, el autor también realiza un retrato riguroso y fascinante de los protagonistas de los eventos que alteraron Europa, desgranando sus ideas y ambiciones.

J. A. S. Grenville (1928-2011) fue profesor de Historia Internacional en la Universidad de Leeds y dirigió el Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Birmingham. Entre sus obras más conocidas destacan Lord Salisbury and foreign policy (1964), Politics, Strategy and American Diplomacy, 1873-1917 (junto a G. B. Young, 1966), The major international treaties 1914-1973 (junto a B. Wasserstein, 1974), A World History of the 20th Century (2005) y The Jews of Hamburg: The Death of a Civilization from 1790 to the Holocaust (2011).

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RAG

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Título original

Europe Reshaped, 1848-1878

La edición en lengua española de esta obra ha sido autorizada por John Wiley & Sons Limited. La traducción es responsabilidad de Siglo XXI de España Editores, S. A.

© Herederos de J. A. S. Grenville, 1976, 2000

© Siglo XXI de España Editores, S. A., 1979, 2018

para lengua española

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.sigloxxieditores.com

ISBN: 978-84-323-1928-0

MAPAS

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PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN

La primera edición de La Europa remodelada, 1848-1878 lleva muchos años utilizándose y ha sido objeto de varias reimpresiones. La disposición de la nueva editorial, Blackwell, a reajustar el texto ha permitido revisarlo. Mi primera consideración fue si hoy habría escogido la misma estructura. Por razones de claridad, y para reflejar la Europa sobre la que escribía, la decisión de organizar el libro en torno a las divisiones nacionales era y sigue siendo, creo, el mejor sistema.

¿Debería, en segundo lugar, ampliar el análisis histórico, incluyendo aspectos de historia social tales como el ocio o la cultura? La Europa remodelada no puede jactarse de ser una «historia total». Dicho enfoque es de gran valor, pero en un estudio relativamente breve, abarcar muchos más aspectos del cambio histórico no permitiría suficiente detalle, y llevaría, por consiguiente, a plantear meras generalizaciones de los importantes acontecimientos aquí estudiados.

La decisión de concentrarme en las «grandes potencias» y de abordar los países más pequeños principalmente en relación con ellas se explica en el prefacio a la primera edición. En esta edición he intentado abordar al menos brevemente las naciones más pequeñas desde una perspectiva distinta a la de meros peones disputados por sus vecinos más grandes. La bibliografía añade ahora referencias a buenas historias nacionales de los países tratados menos ampliamente en este libro.

Había dos aspectos que exigían una revisión sustancial. En la Gran Bretaña de 1970, al hablar de Europa se hacía referencia a la Europa continental del otro lado del canal. Hoy ya no es así. En los últimos años de la época victoriana, contemporáneos como Gladstone creían que Gran Bretaña era el modelo, con su gobierno parlamentario soberano, su libre comercio y sus libertades, y que, a medida que los continentales avanzasen en la senda de la civilización, otras naciones seguirían su ejemplo, algunas antes, otras después. ¿Qué frenó y revirtió dicho avance en el continente europeo? ¿En qué medida era ya evidente la divergencia entre Gran Bretaña y la Europa continental durante el tercer cuarto del siglo? Este aspecto de la historia moderna de Europa apenas se toca en la primera edición. En dicha edición, Gran Bretaña aparecía solo cuando afectaba brevemente a la remodelación de la Europa continental y por lo general en una función secundaria, excepto en el caso de Crimea. En esta edición he añadido dos capítulos: el XI, «Gran Bretaña: una reforma cautelosa en la década autoritaria», y el XIX, «La “Pax Britannica” interior y exterior». Muestran que a largo plazo las diferencias crecientes entre la evolución continental y británica fueron más significativas que las aparentes similitudes.

En esta nueva edición es necesario señalar otro cambio. En la «Introducción» de la primera edición intentaba dar una visión de conjunto. Solo se hacía una referencia breve a la importancia de influencias subyacentes tan fundamentales como el crecimiento de la población. En esta edición se analiza con mayor profundidad el impacto de la Revolución industrial y de las tendencias demográficas, que fueron fundamentales para los cambios que se estaban produciendo. La breve introducción original se ha convertido en el capítulo I, «Europa de 1848-1878».

Por último, a la luz de los estudios más recientes, he revisado algunos de mis puntos de vista. En mi propio trabajo como historiador he escrito libros basados principalmente en investigación de archivo de la que otros historiadores han podido aprovechar para redactar útiles síntesis generales. En La Europa remodelada ha ocurrido lo contrario, y estoy en deuda con los muchos trabajos excelentemente investigados de mis colegas. La bibliografía proporciona un indicativo de esa deuda. Podría ampliarse para incluir libros que no he leído en su totalidad ni en parte. Agradezco también al personal de edición de Blackwell el cuidado puesto en la producción de esta nueva edición, en concreto a Pauline Roberts que se tomó tanto interés y trabajo en mecanografiar las sustanciales adiciones y alteraciones.

J. A. S. G.

Instituto de Estudios Alemanes,

Universidad de Birmingham, marzo de 1999

PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN

Al escribir este volumen no encontré dificultades en aceptar el propósito general declarado de la Fontana History of Europe. Hay necesidad y espacio para una historia narrativa de lo que se solía llamar una «historia política». Aunque hoy la historia social y económica ocupan un espacio más importante que cuando se concibió esta serie, me pareció que bastaba con resaltar algunos aspectos. He intentado clarificar, basándome en la mayor cantidad posible de investigaciones recientes que he podido dominar, los grandes cambios políticos e internacionales de los años comprendidos entre 1848 y 1878. Una revalorización así se ha hecho especialmente necesaria en los últimos veinte años debido a la elevada calidad de los numerosos trabajos de erudición publicados. Toda historia general está inevitablemente en deuda con las pacientes investigaciones de muchos historiadores y al examinar explicaciones a veces controvertidas, he intentado seguir un camino razonable y claro. Objetivo importante de un volumen de este tipo es presentar una síntesis.

Una crítica que tiene cierto fundamento es la de que los historiadores que pretenden ofrecer una historia «europea» generalmente terminan por escribir la historia de las «grandes potencias» europeas. Lo que se puede decir en su favor es que la gran mayoría de los pueblos europeos en el tercer cuarto del siglo XIX eran súbditos de una u otra de las grandes potencias. Además, al analizar las fuerzas del cambio, los pequeños Estados pueden ser estudiados en sus relaciones con las grandes potencias. Esto no quiere decir que se deba estudiar la historia de Francia con preferencia a la de Suiza o a la de España.

Mi elección de temas no estuvo dictada, pues, por el chauvinismo de las «grandes potencias», sino más bien por la consideración práctica de que era preferible tratar en profundidad algunos de los principales problemas en lugar de hacer un relato de tipo enciclopédico de todas las regiones de Europa. También me parece poco deseable, al considerar este periodo del siglo XIX, intentar meter por la fuerza todos los problemas dentro de un molde «europeo». La fuerza divisoria del nacionalismo dominó la historia de esos años y es necesario estudiar los conflictos sociales en relación con el lugar o región donde se produjeron. Por otra parte, en aquellos lugares donde un movimiento como las «revoluciones de 1848» se pueden considerar tanto desde un punto de vista europeo como local, he intentado hacerlo así.

Quiero expresar mi agradecimiento a los bibliotecarios de la London Library, del British Museum y de la biblioteca de la Birmingham University, a los numerosos estudiantes que durante los últimos veinte años, en clases prácticas y en ensayos, han planteado cuestiones importantes, y a mis colegas que han discutido conmigo aspectos de la historia europea. Richard Ollard no solo fue perspicaz en sus comentarios editoriales, sino que me alentó infatigablemente cuando circunstancias personales dificultaron la terminación de este libro. Junto con los demás autores de esta serie, estoy en deuda con el profesor J. H. Plumb, que leyó el manuscrito. Miss Claire Lakin pasó a máquina el difícil manuscrito a la vez que se ocupaba de muchas otras tareas. Me alegra tener esta oportunidad de expresar mi gratitud por su ayuda. Miss Gillian Briggs tuvo que volver a pasar a máquina el texto mecanografiado con sus numerosísimas correcciones y lo hizo de buen grado, a pesar de que el aspecto de este era con frecuencia horrible.

Finalmente, quiero dedicar este libro a Patricia, mi mujer, que consiguió que el libro fuera terminado serena y felizmente.

J. A. S. G.

Birmingham, julio de 1975