Primera edición, 2005
Primera edición electrónica, 2018

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ÍNDICE

  1. PRESENTACIÓN
  2. INTRODUCCIÓN
  3. I. ESTRUCTURA INDUSTRIAL DEL SECTOR DE ALIMENTOS: PARTICIPACIÓN DE LAS PyME
    1. I.1. Factores macroeconómicos críticos que inciden en el desarrollo de la industria de alimentos en México
    2. I.2. La industria alimentaria en México
    3. I.3. El sector alimentario por rama de actividad económica
    4. I.4. Las clases económicas de mayor desempeño
    5. I.5. Los principales factores de competitividad en las ramas de mayor desarrollo
    6. I.6. Reflexiones finales sobre la industria de alimentos en México
  4. II. COMPETITIVIDAD
    1. II.1. Evaluación de la competitividad
    2. II.2. La competitividad de México
  5. III. POLÍTICA INDUSTRIAL
    1. III.1. Política industrial: concepto y principales enfoques
    2. III.2. Instrumentos de la política industrial
    3. III.3. Niveles de actuación del Estado en la política industrial
    4. III.4. Política industrial en México
  6. IV. METODOLOGÍA PARA EL TRABAJO DE CAMPO Y EL ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
    1. IV.1. Herramienta para medir la competitividad de las PyME manufactureras
    2. IV.2. Selección de las muestras
    3. IV.3. Tratamiento y análisis estadístico de los datos
  7. V. ANÁLISIS DE LA EFECTIVIDAD DE LOS INSTRUMENTOS DE POLÍTICA
    1. V.1. Características de los grupos estudiados
    2. V.2. Comparación de la competitividad de las muestras
    3. V.3. Desempeño de las empresas con apoyo en función del número de instrumentos de política industrial que han usado
  8. VI. IDENTIFICACIÓN DE ÁREAS ESTRATÉGICAS PARA LA COMPETITIVIDAD
    1. VI.1. Principales variables y correlaciones en el nivel de estrategia empresarial
    2. VI.2. Principales variables y correlaciones en el nivel de finanzas
    3. vi.3. Principales variables y correlaciones en el nivel de mercado
    4. VI.4. Principales variables y correlaciones en el nivel de tecnología
    5. VI.5. Principales variables y correlaciones en el nivel de operaciones
    6. VI.6. Principales variables y correlaciones en el nivel de cómputo
    7. VI.7. Resultados del análisis de varianza (Anova)
  9. VII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
  10. REFERENCIAS

PRESENTACIÓN

El Programa de Ciencia y Tecnología del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDECyT: www.cidecyt.org) fue creado con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Los objetivos del CIDECyT son: promover la investigación y la reflexión sobre la naturaleza del proceso innovador en la economía mexicana, alentar la discusión sobre la formulación e implementación de políticas públicas que coadyuven al desarrollo tecnológico y de las actividades de innovación en el país, así como contribuir a la creación de una comunidad de investigadores, gente de empresa, funcionarios públicos y personas interesadas en el desarrollo de la ciencia y la tecnología que sirva como un foro para el intercambio de experiencias relevantes.

El CIDECyT se propone ayudar a mejorar el diseño y la implementación de políticas públicas en materia de ciencia y tecnología en el país. Para cumplir con este objetivo, el programa busca aprovechar todas aquellas experiencias que permitan alcanzar de forma exitosa este fin.

Con la intención de difundir los resultados de estudios realizados sobre el desarrollo tecnológico y las actividades de innovación en México, el Programa de Ciencia y Tecnología del CIDE edita, en forma conjunta con el Fondo de Cultura Económica, libros sobre temas relacionados con el desarrollo tecnológico en México, del cual la obra que el lector tiene en sus manos forma parte.

LIC. CARLOS BAZDRESCH PARADA

Director del CIDECyT

DR. DAVID ROMO MURILLO

Coordinador del CIDECyT

INTRODUCCIÓN

Desde hace varias décadas se ha destacado la importancia de las pequeñas y medianas empresas (PyME) en la evolución industrial, económica y social de gran número de países, tanto desarrollados como en desarrollo, pues, entre otras características, actúan como un efectivo mecanismo de distribución de los ingresos hacia los estratos medios y bajos de las sociedades.

Sin embargo, la importancia que tienen las PyME no las exime de serios inconvenientes, entre los cuales destacan: su dificultad para la formación, consolidación y conservación de cuadros directivos; sus limitaciones para el desarrollo y adaptación de tecnología; su manejo de recursos financieros ineficientes; y sus dificultades para tener acceso a la información tecnológica y de mercado.

Adicionalmente, las pequeñas y medianas empresas, en particular las de países en desarrollo, encaran en la actualidad el enorme reto de integrarse dinámicamente al proceso de globalización cuando, en la mayoría de los casos, enfrentan cotidianamente importantes obstáculos que amenazan su subsistencia.

El problema de cómo enfrentar el proceso de la globalización se acrecienta cuando se combina con factores adversos tales como: un frágil poder de negociación (financiero, político y económico), una débil agremiación y cooperación, así como la carencia de mecanismos de apoyo estatal ágiles, suficientes y oportunos.

Más aún, es claro que el nuevo entorno económico y los patrones emergentes de competencia internacional exigen, por parte de las empresas en general y de las PyME en particular, sistemas productivos más eficientes en su conjunto que conformen un entorno propicio para la competitividad, aunque, por otro lado, también se reconoce que es al nivel de la empresa individual donde se generan las ventajas competitivas.

La naturaleza y dimensión de los retos que enfrentan las PyME, así como los beneficios que se tendrían si éstas fueran competitivas, han inducido a prácticamente todas las economías industrializadas a establecer políticas, estrategias y mecanismos de apoyo para las empresas pequeñas y medianas. Así, la introducción de los más diversos instrumentos de promoción y apoyo a las PyME se expresa a nivel de financiamiento, capacitación técnica y gerencial, acceso a la información, ventajas fiscales, subsidios a las actividades innovadoras y la exportación, programas de compras preferenciales del sector público, esquemas asociativos entre las PyME y de éstas con empresas grandes, elementos que facilitan la colaboración con universidades y centros de investigación y desarrollo, etcétera.

México no ha sido la excepción en este rubro. En un estudio reciente donde se comparan los instrumentos de promoción (también denominados instrumentos de política) de capacidades competitivas existentes en Estados Unidos, Canadá y México, se encontró que, al menos en concepto, este último país tiene los mismos tipos de instrumentos que sus socios comerciales para apoyar a las PyME. No obstante, sí se encontró una diferencia importante en el monto de los recursos aportados por cada uno de los gobiernos para implementar dichos mecanismos y en la forma en que éstos operan.

Además, hay que considerar que México inició desde la década de los ochenta un proceso de apertura acelerado que trajo como consecuencia diversas modificaciones a los programas de fomento diseñados por el Estado para el sector industrial. Así, se reformaron algunas legislaciones relevantes para la conformación del entorno en el que opera la industria, como son, por ejemplo, la de Propiedad Industrial, Inversión Extranjera, Derechos de Autor y Transferencia de Tecnología, entre otras.

Estos cambios no consiguieron los beneficios esperados, por lo que se ha generado todo un debate sobre si la política industrial y sus instrumentos han sido adecuados (tanto en su tipo como en su calidad y aplicación) para inducir un mejor desempeño de las empresas con la consecuente mejora a un nivel macroeconómico. Indudablemente, la respuesta del sector gubernamental a esta cuestión, en una clara defensa de sus acciones de política pública, ha sido un sí rotundo. Por su parte, el sector industrial presenta una posición dividida: hay quienes opinan que los instrumentos de política actuales conforman un marco congruente, completo, al alcance de todo el mundo y que, definitivamente, apoyan en forma positiva el desempeño de las compañías. Otras posiciones indican que los instrumentos actuales no son completos y presentan fallas importantes en su aplicación; adicionalmente, se encuentra la postura extrema en donde se indica que en estos momentos no hay ningún tipo de instrumento que beneficie a la industria.

En la literatura se han encontrado algunos estudios que tratan de determinar la eficacia de instrumentos de política industrial en México; sin embargo, la mayoría han centrado su atención en medir la influencia de éstos solamente en el desarrollo tecnológico de las empresas, dejando fuera otras áreas de crucial importancia. Asimismo, otros estudios han enfocado el problema desde una perspectiva macroeconómica, desviando su atención del sujeto de acción de la política industrial: la empresa.

Los factores indicados anteriormente llevaron a considerar la realización de una investigación fundamentada que permitiera dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿cómo es la competitividad de las PyME que han recibido apoyos gubernamentales, en comparación con la de pequeñas y medianas empresas que no los han utilizado? La premisa de este trabajo es que si los apoyos gubernamentales se conciben como una herramienta de promoción de las empresas, entonces debería existir una diferencia en la competitividad tal que la de empresas con apoyos gubernamentales debe ser mayor que la de empresas que no han recibido estos beneficios.

Así, en este trabajo se estudia, a nivel empírico, la efectividad de los instrumentos de política de apoyo a las PyME mediante un análisis de su impacto en la competitividad de un subsector manufacturero de gran importancia económica y social: la industria de alimentos. Para medir la competitividad se emplea un método de evaluación que considera las diversas áreas que integran la cadena de valor de una empresa manufacturera.

El objetivo central de este trabajo es: evaluar y analizar la competitividad de dos grupos de pequeñas y medianas empresas manufactureras del sector de alimentos, con la finalidad de observar si hay alguna diferencia entre ellas que se deba al hecho de que las empresas de uno de los grupos hayan usado programas gubernamentales de apoyo y las otras no. El propósito de la comparación es realizar recomendaciones de política industrial que favorezcan el mejor desempeño del sector estudiado.

Un resultado crucial de la investigación es que sí hay una diferencia de competitividad entre los grupos de empresas estudiados, aunque es muy pequeña debido a que los instrumentos de política actuales están orientados a solucionar problemas puntuales, no están coordinados y no son suficientes para cubrir las carencias empresariales.

Esta obra se divide en siete apartados. En el primero se analiza la estructura industrial nacional en la que se desenvuelven las pequeñas y medianas empresas de interés, con el propósito de identificar el entorno macroeconómico y de competencia en el que se desempeñan y, además, establecer su importancia y la forma en que interactúan con los otros estratos de empresas (micro y grandes).

La segunda y tercera sección están referidas a los aspectos conceptuales relacionados con esta investigación y que son: la competitividad y la política industrial. En el capítulo de competitividad se proporciona una visión general sobre los debates internacionales generados sobre el tema, observándose que hasta ahora no hay una definición única y mundialmente aceptada sobre este concepto, aunque se han realizado importantes avances en cuanto a definir indicadores de desempeño. También se hace hincapié en los tres diferentes niveles desde los cuales se puede abordar la competitividad: empresa, sector, nación; así como las formas en que se ha propuesto medirla. Este capítulo sirve como fundamento para aplicar, en la investigación, el concepto de la cadena de valor como base para desarrollar indicadores que permitan medir la competitividad a nivel de la empresa.

En el capítulo sobre política industrial, se efectúa una revisión de los diferentes conceptos sobre la intervención pública para fomentar el desempeño de la industria, así como las diversas posiciones acerca de si, en el contexto global actual, debe existir o no una política industrial, y en caso afirmativo, las características que ésta debe reunir para que sea eficaz. Asimismo, se definen los instrumentos de política que son el mecanismo que permite ejecutar la política industrial. Por último, se aborda la política industrial del país en los últimos años, lo que sirve de base para la propuesta metodológica de la investigación.

En el capítulo de metodología se definen los aspectos centrales que guían esta investigación: su objetivo, el método para seleccionar a las empresas, la descripción del instrumento para medir la competitividad de las empresas y la forma en que se analizarán los datos. Un aspecto central de este apartado es la descripción de cómo se emplea el análisis de correspondencias múltiples para identificar posibles correlaciones entre las variables, lo cual significa un aporte metodológico novedoso.

La presentación del análisis de los datos y los resultados obtenidos se divide en dos capítulos; en el capítulo V se presentan los resultados obtenidos a partir del cuestionario empleado para medir la competitividad. Se calcula el índice promedio de competitividad para las dos muestras y a partir de ello se constata que las empresas que han usado apoyos gubernamentales son ligeramente más competitivas que aquellas que no los han usado.

En ese mismo capítulo, se relaciona la competitividad de las empresas con los apoyos gubernamentales, el tipo y número de los apoyos solicitados y se observa que, de manera general, aquellas que han diversificado los programas de fomento son las más competitivas.

En el capítulo VI se presentan los resultados obtenidos aplicando el análisis de correspondencias múltiples a las variables manejadas, y se identifican las variables más significativas que ayudan a explicar el comportamiento de los dos grupos de empresas analizados. Entre las más importantes se encuentran las siguientes:

  • La capacitación del cuerpo gerencial para identificar objetivos estratégicos.
  • Manejo de fuentes de información relacionadas con apoyos gubernamentales.
  • Exploración y diversificación de fuentes de financiamiento.
  • El conocimiento detallado sobre los elementos de la tecnología que usa la empresa.
  • Vigilancia de los mercados.
  • Promoción de productos.
  • Participación de los trabajadores en las mejoras.
  • Uso diversificado del equipo de cómputo.
  • Estandarización de los procesos de operación.

A partir de los resultados obtenidos en el capítulo de conclusiones, se elaboran algunas recomendaciones de política industrial para las pequeñas y medianas empresas del sector de alimentos, en donde destaca la necesidad de contar con políticas continuas, con un fuerte énfasis sectorial, pero sobre todo donde la aplicación de sus instrumentos sea ágil y funcional.

PUNTOS DE REFERENCIA

LISTADO DE PÁGINAS

SECCIÓN DE OBRAS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA


LA POLÍTICA INDUSTRIAL COMO EJE CONDUCTOR DE LA COMPETITIVIDAD EN LAS PyME

Portada

Comité de Selección

Dr. Antonio Alonso

Dr. Francisco Bolívar Zapata

Dr. Javier Bracho

Dr. Juan Luis Cifuentes

Dra. Rosalinda Contreras

Dra. Julieta Fierro

Dr. Jorge Flores Valdés

Dr. Juan Ramón de la Fuente

Dr. Leopoldo García-Colín Scherer

Dr. Adolfo Guzmán Arenas

Dr. Gonzalo Halffter

Dr. Jaime Martuscelli

Dra. Isaura Meza

Dr. José Luis Morán López

Dr. Héctor Nava Jaimes

Dr. Manuel Peimbert

Dr. José Antonio de la Peña

Dr. Ruy Pérez Tamayo

Dr. Julio Rubio Oca

Dr. José Sarukhán

Dr. Guillermo Soberón

Dr. Elías Trabulse

Coordinadora

María del Carmen Farías R.

ROSARIO CASTAÑÓN IBARRA

LA POLÍTICA INDUSTRIAL COMO EJE CONDUCTOR DE LA COMPETITIVIDAD EN LAS PyME

        

CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DOCENCIA ECONÓMICAS

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


1 El término “industria alimentaria” se utiliza como sinónimo de “sector alimentario” y se emplea para designar a la actividad económica de “alimentos, bebidas y tabaco”, en la cual se incluyen las siguientes doce ramas económicas: industria de la carne; productos lácteos; conservas alimenticias; beneficio y molienda de cereales y otros productos agrícolas; productos de panadería; molienda de nixtamal y fabricación de tortillas; aceites y grasas comestibles; industria azucarera; cocoa, chocolate y artículos de confitería; otros productos alimenticios e industria de las bebidas. Se excluye la industria de alimentos preparados para animales.

2 Alimentos bebidas y tabaco; textiles, prendas de vestir e industrias del cuero; madera y productos de madera; papel, productos de papel, imprenta y editoriales; sustancias químicas, derivados del petróleo, productos de plástico y caucho; productos minerales no metálicos; industrias metálicas básicas; maquinaria y equipo; otras industrias manufactureras.

3 Entre 1980 y 1997 la producción nacional creció 16% mientras que las importaciones lo hicieron en 79%. Posteriormente, durante el periodo de vigencia del TLC, la producción creció 7% en contraste con una caída de 11% de las importaciones.

4 Un hectolitro equivale a 100 litros.


1 La globalización ha sido impulsada por tres procesos: a) reducción de aranceles y otras formas de protección de los mercados, como resultado de una liberalización comercial de escala mundial; b) la remoción de restricciones a los flujos transfronterizos de capital, como una expresión de la liberalización de los mercados de capitales; c) reducción de los costos de transacción, basada en los desarrollos en transporte y las tecnologías de la información.

2 Para la OCDE, el concepto de competitividad está íntimamente ligado a la capacidad para participar en el mercado internacional de bienes de alta tecnología, los cuales involucran un alto valor agregado (OCDE, 1996).

3 Autores como Paul Krugman (1994) afirman categóricamente que el concepto de competitividad debe emplearse para el análisis de empresas y no de naciones.

4 En México, Corona (1997), al analizar a empresas de base tecnológica, desarrolla un índice de innovación, difusión y competitividad (Índico) que contiene información sobre los resultados innovadores de la empresa y su dominio tecnológico, el cual abarca la capacidad y el esfuerzo asignados a actividades innovadoras.

5 Esta eficiencia global se entiende en función no solamente de los productos que genera la empresa, sino también de su capacidad de satisfacer las expectativas de sus consumidores y de cumplir con el marco regulatorio que la gobierna.

6 Esta visión integral fue la base para el diseño de la herramienta de evaluación que se aplicó en esta obra.

7 Este método ha sido utilizado por Álvarez (2002) para evaluar la competitividad de la industria siderúrgica mexicana, considerando los siguientes indicadores de desempeño: a) el valor de las exportaciones siderúrgicas de México a su socio comercial; b) el valor de las exportaciones totales de México a su socio comercial; c) el valor total de importaciones siderúrgicas del socio comercial; y d) el valor total de las importaciones del socio comercial.

8 La lista completa de los criterios de competitividad empleados para la elaboración del World Competitiveness Yearbook puede consultarse en www02.imd.ch/wcy/ criteria

9 De hecho, infortunadamente, para el informe de 2002 se reconoce a México como uno de los países en recesión y que ha perdido competitividad, pasando del lugar 36 al 41.

10 La definición de los niveles de competitividad empresarial se presenta a continuación: Emergente: habilidad para sobrevivir por medio de la improvisación en operación. Confiable: nivel de calidad repetible en las áreas principales de la empresa. Competente: áreas y personal especializado en el desarrollo de nuevos productos, procesos y servicios. Clase mundial: control total del ciclo de desarrollo de nuevos productos, gestión tecnológica y prospectiva (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Programa Especial de Ciencia y Tecnología 2001-2006).