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Escobedo David, Luis Rodolfo

Milicias guerrilleras : estudios empíricos y financieros / Luis Rodolfo Escobedo David, Jenny Paola Lis-Gutiérrez, Doris Aguilera-Hernández ; Gerardo Barbosa Castillo, Magdalena Correa Henao y Andrés Rolando Ciro Gómez (editores). - Bogotá: Universidad Externado de Colombia : Ejército Nacional de Colombia. 2017.

410 páginas : mapas, gráficos ; 21 cm. Ejército, Institucionalidad y Sociedad : 5

Incluye referencias bibliográficas al final de cada capítulo

ISBN: 9789587728460

1. Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Historia 2. Ejército de Liberación Nacional – Historia 3. Ejército de Liberación Nacional – Historia 4. Guerrillas -- Colombia| -- 1964-2012 5. Milicias – Historia – Colombia -- 1964-2012 6. Colombia – Milicia – Historia -- 1964-2012 I. Lis-Gutiérrez, Jenny Paola II. Aguilera-Hernández, Doris III. Barbosa Castillo, Gerardo, editor IV. Correa Henao, Magdalena, editora V. Ciro Gómez, Andrés Rolando, editor VI. Universidad Externado de Colombia VII. Título VII. Serie.

323.04 SCDD 21

Catalogación en la fuente -- Universidad Externado de Colombia. Biblioteca. EAP.

Noviembre de 2017

ISBN 978-958-772-846-0

© 2017, GERARDO BARBOSA CASTILLO, MAGDALENA CORREA HENAO Y ANDRÉS ROLANDO CIRO GÓMEZ (EDITORES)

© 2017, EJÉRCITO NACIONAL DE COLOMBIA

© 2017, UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

Calle 12 n.º 1-17 Este, Bogotá

Teléfono (57-1) 342 0288

publicaciones@uexternado.edu.co

www.uexternado.edu.co

Primera edición: noviembre de 2017

Diseño de cubierta: Departamento de Publicaciones

Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de esta obra, sin autorización expresa y por escrito del Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad de los autores.

Diseño epub:

CONTENIDO

PRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓN

A PROPÓSITO DEL TRABAJO DE CAMPO

CAPÍTULO 1
ELEMENTOS PARA LA COMPRENSIÓN DE LAS MILICIAS EN ORGANIZACIONES INSURGENTES EN COLOMBIA

Introducción

1. El concepto de milicia

2. Las milicias en las FARC-EP y el ELN

2.1. Preceptos del funcionamiento de las milicias

2.2. Los escenarios de desempeño de las milicias

2.2.1. Escenario político y armado

2.2.2. Escenario financiero

Conclusiones

Referencias

CAPÍTULO 2
LAS MILICIAS Y SU IMPORTANCIA EN LAS FARC-EP

1. Las redes clandestinas de apoyo y los núcleos de solidaridad (1964 a 1978) como antecedentes de las Milicias Bolivarianas y las Milicias Populares

2. 1979 a 1993: nacimiento de las milicias

2.1. El surgimiento oficial de las Milicias Bolivarianas y Populares

2.2. Los cambios a raíz de la Octava Conferencia de 1993 para las milicias

3. 1994 a 2002: el papel de las milicias en la dimensión armada y política

3.1. Reorganización de las FARC-EP

3.2. El Partido Comunista Clandestino Colombiano (PCCC) y el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia (MBNC)

4. 2003 A 2015: fase de incremento de los milicianos y disminución de los guerrilleros en armas

Conclusiones

Referencias

CAPÍTULO 3
PARTICIPACIÓN DE LAS MILICIAS EN LAS ESTRUCTURAS DE BLOQUES DE FRENTES Y COMANDOS CONJUNTOS DE LAS FARC-EP (2005-2016)

1. A propósito de los bloques de frentes en las FARC-EP

1.1. Origen de los bloques de frentes en las FARC-EP

1.1.1. Bloque Oriental “Comandante Jorge Briceño”

1.1.2. Bloque Sur “Raúl Reyes”

1.1.3. Comando Conjunto de Occidente

1.1.4. Comando Conjunto Central “Adán Izquierdo”

1.1.5. Bloque Noroccidental “Efraín Guzmán” (antiguo “Iván Ríos” o “José María Córdoba”)

1.1.6. Bloque Magdalena Medio

1.1.7. Bloque Caribe “Martín Caballero”

1.2. Composición de las FARC-EP entre milicianos y guerrilleros entre 2005 y 2016

2. Análisis de la estructura por bloques de frentes

2.1. Bloque Oriental “Comandante Jorge Briceño”

2.2. Bloque Sur “Raúl Reyes”

2.3. Comando Conjunto de Occidente

2.4. Comando Conjunto Central “Adán Izquierdo”

2.5. Bloque Noroccidental “Efraín Guzmán” (antiguo “Iván Ríos” o “José María Córdoba”)

2.6. Bloque Magdalena Medio

2.7. Bloque Caribe “Martín Caballero”

3. Síntesis

Conclusiones

Referencias

CAPÍTULO 4
APROXIMACIÓN A LAS MILICIAS DE LAS FARC-EP, EL ELN Y EL EPL, Y ELSISTEMA DE PUNTOSDEL CLAN DEL GOLFO: LOS CASOS DE CAUCA, ARAUCA Y URABÁ

Introducción

1. Las milicias de las FARC-EP y el ELN en el Departamento del Cauca

1.1. Las milicias de las FARC-EP en el nororiente del Cauca en torno al narcotráfico y los corredores de movilidad

1.2. Generalidades sobre las milicias del nororiente

1.3. El narcotráfico en el nororiente y su relación con las milicias de las FARC-EP

1.4. El papel de la Compañía Política Ambrosio González en la organización de la política en el nororiente

1.5. Generalidades de las estructuras de las FARC-EP en el noroccidente y el suroccidente

1.6. Narcotráfico y oro en el occidente y estructuras y milicias de las FARC-EP

1.7. Milicias y corredores de movilidad en el Cauca y entre el oriente del país y el Pacífico

1.8. Las milicias del ELN en el municipio de El Tambo

2. El caso de Arauca: las milicias del ELN y las FARC-EP

2.1. Ubicación espacial de las milicias

2.2. Orígenes del ELN y relaciones con la población en Arauca

2.3. La expansión de las FARC-EP en Arauca

2.4. Las disputas entre las FARC-EP y el ELN

2.5. Generalidades del ELN en el período reciente

2.6. Las milicias del ELN

2.6.1. Composición: milicianos vs. guerrilleros

2.6.2. Las milicias y la política

2.6.3. Las milicias y las finanzas

2.6.4. Las milicias y lo armado

2.7. Breves notas sobre las milicias de las FARC-EP en Arauca

3. Las milicias de las FARC-EP en el Urabá y el “sistema de puntos” del Clan del Golfo (antes denominado “Los Urabeños”)

3.1. Antecedentes para comprender la coyuntura actual

3.2. La desmovilización de los grupos de autodefensas y la persistencia de redes criminales

Conclusiones

Referencias

CAPÍTULO 5
EVOLUCIÓN DEL ESQUEMA DE FINANCIAMIENTO DE LAS FARC-EP (1964-2012)

1. 20 de julio de 1964 a 18 de enero de 1978

2. 18 de enero de 1978 a 11 de abril de 1993

3. 11 de abril de 1993 a 21 de febrero de 2002

4. 22 de febrero de 2002 a 4 de septiembre de 2012

5. Síntesis de la evolución

A manera de conclusión

Referencias

Anexos

CAPÍTULO 6
ESQUEMA FINANCIERO DE LOS BLOQUES DE FRENTES Y COMANDOS CONJUNTOS DE LAS FARC-EP (1964-2012)

Introducción

1. Bloque Oriental “Comandante Jorge Briceño”

2. Bloque Sur “Raúl Reyes”

3. Bloque Noroccidental “Efraín Guzmán” (antiguo “Iván Ríos” o “José María Córdoba”)

4. Comando Conjunto de Occidente

5. Bloque Magdalena Medio

6. Bloque Caribe “Martín Caballero”

7. Comando Conjunto Central “Adán Izquierdo”

Conclusiones

Referencias

Anexo 1

Anexo 2

RESÚMENES DE LOS CAPÍTULOS

NOTAS AL PIE

PERFILES DE LOS AUTORES

PRESENTACIÓN

El Ejército colombiano del siglo XXI cerró una brecha histórica que lo mantenía aislado de la academia, y tendió un puente que preservará con el celo con el que defiende sus más valiosos activos. La colección que aquí se presenta es una conquista de ese inestimable empeño.

Luego de casi dos siglos de evolución, el Ejército Nacional atesoró conocimientos que hasta hace pocos años permanecieron en silencio y a la espera de ser discutidos, controvertidos, repensados y puestos al servicio de la sociedad. Los cuarteles reclamaron de la academia ejercicios reflexivos cercanos a las realidades de la Fuerza y a la naturaleza del conflicto. En múltiples ocasiones se demandó, con vehemencia, que los análisis de los intelectuales se posaran sobre los desafíos de la cotidianidad de quienes tenemos sobre los hombros la tarea de proteger la soberanía e integridad del pueblo colombiano.

Las iniciativas que, a través del Comité de Altos Estudios para el Fortalecimiento Institucional –CAEFI–, impulsa el Ejército en estas materias son la satisfacción de ese compromiso aplazado y la forma de hacer prevalecer los ejercicios constructivos por sobre la pasividad de los reclamos. Esta convicción respecto de la trascendencia de esa metafórica simbiosis entre el Ejército y la academia es la razón por la que podemos ofrecer la segunda entrega de la colección “Ejército, Institucionalidad y Sociedad”.

El heroísmo de los hombres y mujeres que integran el Ejército de Colombia es el propio de los guerreros más arrojados en el campo de batalla. En las filas de la institución militan ciudadanos conscientes del significado del carácter y la capacidad, que abrazan el valor de la dignidad humana en la interacción personal y el de la democracia en el ejercicio de cualquier poder.

En el área de operaciones, los integrantes de la Fuerza tienen que hacer uso de su racionalidad, y ofrecer incluso su vida para preservar los más caros principios de humanidad que la sociedad ha reconocido como supremos; fuera de aquella, deben tener la grandeza, honestidad y entereza para dar cuenta de sus actuaciones y responder, cuando ello derive de la aplicación de los parámetros de justicia, por las conductas que repelan a su condición de garantes de los derechos humanos.

Sin embargo, demostrar los elementos objetivos capaces de dar cuenta de las razones de sus elecciones en la guerra no siempre es tarea menor. Son crecientes los casos en que las situaciones que enfrenta un soldado superan las hipótesis más complejas de la literatura sobre el tema; en estos eventos, la balanza no suele inclinarse a su favor.

Un caso paradigmático de esta referencia es el de las milicias. Su condición camaleónica, la multiplicidad de formas de delinquir y su estrategia en la confrontación, las hacen invisibles y desconocidas. Esta circunstancia tiene hondas repercusiones, no solo a la hora de llevar ante la justicia a quienes las integran, sino también en el momento de imputar responsabilidad a los miembros de la Fuerza Pública por hechos ocurridos en el desarrollo de operaciones militares contra ellas; y más importante, al estructurar las políticas públicas que impidan que perpetúen su accionar y amenacen la estabilidad y las condiciones que demanda el posacuerdo. Los dos primeros libros de esta nueva serie de la colección pretenden responder a estos propósitos.

El volumen 5, titulado Milicias guerrilleras: estudios empíricos y financieros, presenta un conjunto de análisis acerca del funcionamiento de las estructuras clandestinas de algunos grupos armados, con énfasis en las milicias, su contribución al crecimiento de las FARC-EP y sus diferentes roles en las organizaciones a las que pertenecen, todo ello haciendo uso de la representación espacial y la cartografía estadística. Este volumen finaliza con dos estudios enfocados en la dimensión financiera de las FARC-EP, sus bloques de frentes y comandos conjuntos. Mediante la revisión de los documentos rectores de dicha organización y otras fuentes primarias se reproduce su sistema de recaudo y el uso de sus recursos, lo cual evidencia el avance de un plan estratégico de finanzas que permitió establecer una economía de guerra mixta, es decir, la consecución en paralelo de recursos ilegales y legales.

El volumen 6, nominado Milicias guerrilleras: análisis jurídicos, está compuesto por cuatro estudios relacionados con el volumen anterior, que retoman desde diferentes perspectivas del derecho las cuestiones más problemáticas de la actuación de estructuras clandestinas y la subsistencia de diferentes grupos armados ilegales en el período de posacuerdo. Este volumen aborda, en primera instancia, la responsabilidad penal aplicable a los milicianos, y posteriormente examina la efectiva implementación de la garantía de no repetición, desde las perspectivas del derecho constitucional, transicional y el derecho internacional humanitario, habida cuenta del riesgo que supone para el cumplimento de los Acuerdos de Paz la mutación de las milicias y la permanencia de otras organizaciones delictivas en el territorio nacional.

Una de las líneas temáticas fundamentales de la colección es analizada en el volumen 7, titulado Justicia, verdad, reparación y garantía de no repetición, en el cual se estudian materias de interés fundamental para la implementación del Acuerdo, relativas al acceso a la información para la reconstrucción de la verdad; la diferencia de naturaleza entre la memoria individual y la colectiva, y el desafío de enfrentar relatos divergentes o contradictorios alrededor de los mismos en el establecimiento de la verdad; al igual que la cuestión de la revisión en sede penal de sentencias como consecuencia de pronunciamientos de organismos internacionales.

Así mismo, se aborda el derecho de reparación mediante el análisis de los principios de igualdad, a la vez que se definen los elementos estructurales para el establecimiento de un programa de reparación administrativo efectivo y sostenible para las víctimas militares desde la perspectiva del derecho constitucional, en el marco de los Acuerdos de Paz. Este volumen se cierra con un estudio sobre las garantías de no repetición desde una mirada de género, con desarrollos y propuestas dirigidas particularmente al Ejército Nacional.

La riqueza de las cavilaciones y el rigor de las mismas hacen posible abrir el debate y dan cuenta de la pluralidad de visiones y la riqueza de las argumentaciones, al tiempo que reflejan la independencia de sus autores y el respeto con el que se reciben todas las posturas.

El conocimiento que en estos textos se condensa es producto del trabajo arduo y responsable de sus autores, a quienes expresamos nuestra más franca gratitud. Y también del esfuerzo y dedicación de los miembros de la Fuerza que componen el CAEFI, al igual que de todos aquellos militares que desde las más variadas responsabilidades construyen patria, a quienes profesamos admiración y respeto. Finalmente, es fruto asimismo del compromiso de la Universidad Externado de Colombia, casa de estudios que cree decididamente en la potencialidad de esta alianza entre el Ejército Nacional y la academia, en la transparencia de los fines que la animan y en la ineludible tarea de continuar alentando iniciativas que permitan que los diversos saberes sean puestos al servicio de una causa común: la apuesta convencida y firme por la construcción de una paz estable y duradera.

General Alberto José Mejía Ferrero

Comandante del Ejército Nacional

INTRODUCCIÓN

Este quinto volumen de la colección “Ejército, Institucionalidad y Sociedad” aborda una de las categorías más complejas del proceso de justicia transicional por el que avanza Colombia. Como en las publicaciones anteriores, los textos que integran este volumen, elaborados por Luis Rodolfo Escobedo David, Jenny Paola Lis-Gutiérrez y Doris Aguilera-Hernández, dan continuidad al esfuerzo institucional del Ejército Nacional de impulsar un proyecto de investigación y reflexión con dos propósitos específicos. El primero de ellos, contribuir a la construcción de una paz estable y duradera, como resultado de diversos análisis enmarcados en el proceso de justicia transicional que den cuenta de la observancia de los estándares internacionales y de los derechos a la justicia, la verdad, la reparación y la no repetición. El segundo, promover el fortalecimiento institucional de la Fuerza, para responder a un entorno calificado como “VICA” (volátil, incierto, complejo y ambiguo), que se enmarca en la reflexión académica e imparcial sobre la naturaleza del conflicto armado colombiano y los desafíos del post acuerdo. En este punto cabe resaltar que el Ejército Nacional ha considerado que estas investigaciones, necesarias para la institución y para el país en general, deben desarrollarse por académicos independientes, en el pleno respeto de sus opiniones.

El presente libro, titulado Milicias guerrilleras: estudios empíricos y financieros, está compuesto por seis textos: “Elementos para la comprensión de las milicias en organizaciones insurgentes en Colombia”, “Las milicias y su importancia en las FARC-EP”, “Participación de las milicias en las estructuras de bloques de frentes y comandos conjuntos de las FARC-EP (2005-2016)”, “Aproximación a las milicias de las FARC-EP, el ELN y el EPL, y el ‘sistema de puntos’ del Clan del Golfo: los casos de Cauca, Arauca y Urabá”, “Evolución del esquema de financiamiento de las FARC-EP (1964-2012)”, “Esquema financiero de los bloques de frentes y comandos conjuntos de las FARC-EP (1964-2012)”.

En “Elementos para la comprensión de las milicias en organizaciones insurgentes en Colombia”, los autores se proponen responder cuáles son los preceptos o principios de las milicias guerrilleras en Colombia y las dimensiones en que operan. Este documento propone la definición de un marco conceptual, para un mejor análisis de la categoría de milicias, su origen y las actividades desempeñadas en grupos armados ilegales. En el texto se realiza inicialmente una revisión del concepto de milicia para, posteriormente, enunciar y desarrollar los preceptos del funcionamiento de las milicias y los escenarios de desempeño de las mismas, para los casos de las FARC-EP y el ELN.

Dentro de los hallazgos del capítulo cabe destacar que los tres aspectos fundamentales para el funcionamiento de las milicias en Colombia son el secreto, la compartimentación y la verticalidad. Igualmente, se identificó que estas estructuras siguen un modelo que va desde las que presentan un alto grado de organización y control por parte del grupo armado al que pertenecen, hasta las que tienen una organización precaria y son escasamente controladas. Finalmente, se estableció que el accionar de los milicianos transcurre en las esferas política, armada y financiera, es decir, todas las relacionadas con las actividades estratégicas de los grupos guerrilleros.

Por su parte, en el documento “Las milicias y su importancia en las FARC-EP” se pretende responder a la cuestión de cuál fue el rol de las milicias en la evolución de las FARC-EP. Para el desarrollo de este trabajo se utilizaron entrevistas a milicianos y guerrilleros desmovilizados, así como a integrantes activos de las Fuerzas Militares. Igualmente, se llevó a cabo un estudio de fuentes primarias como los documentos internos de las FARC-EP (relativos a plenos y conferencias), ello con el fin de considerar el contexto del accionar de esta organización. El marco temporal empleado por los autores comprende cuatro períodos: (i) 1964 a 1978 (antecedentes); (ii) 1979 a 1993 (surgimiento de las milicias); (iii) 1994 a 2002 (fortalecimiento de las milicias en las dimensiones armada y política), y (iv) 2003 a 2015 (crecimiento de los milicianos).

El texto resalta la distinción entre las Milicias Bolivarianas y las Milicias Populares. Las segundas, por su naturaleza, no tuvieron acceso a las armas; eran numerosas y colaboraban con información y logística, pero no se articularon de lleno al componente armado como sí lo hicieron las primeras. El estudio concluye que existe el riesgo de que las milicias que anteriormente formaban parte de las FARC-EP tengan una continuidad en su existencia y accionar, incorporándose a otras guerrillas: ELN o EPL, o bien a organizaciones criminales, o aun que muten a nuevas organizaciones de esta índole. En la medida que los milicianos están acostumbrados a depender de un superior y a ser un eslabón entre la población y la organización, es posible que haya una porción significativa que se incorpore a otros andamiajes. Esto es más posible en zonas con presencia de economías ilegales (coca, marihuana, oro) y otras agrupaciones: ELN, EPL, Clan del Golfo y otras expresiones del crimen organizado.

En “Participación de las milicias en las estructuras de bloques de frentes y comandos conjuntos de las FARC-EP (2005-2016)”, los autores responden a la pregunta de cuáles han sido los cambios en la composición entre milicianos y efectivos en armas de las FARC-EP, entre 2005 y 2016, en cada uno de los bloques de frentes o comandos conjuntos. Inicialmente se presenta la información relativa a la creación de cada bloque, para pasar luego a analizar el comportamiento del número de milicianos y guerrilleros en cada una de estas estructuras. El documento finaliza con una síntesis asociada a la correlación entre el número de efectivos y milicianos en las diferentes estructuras.

En este trabajo se logró establecer que el comportamiento en el número de milicianos en los bloques Oriental y Sur explicaba en gran parte (más del 70%) las cifras agregadas de milicianos a nivel nacional, entre 2005 y 2016. Esta correlación estaba implícita en las responsabilidades de los bloques en el plan estratégico de las FARC-EP (territorialidad, ubicación estratégica, sus fuentes de recursos y cantidad de estructuras armadas que la componían, entre otros).

De otro lado, a partir de las entrevistas se identificó que las actividades de las milicias en los bloques correspondían principalmente a las relacionadas con la “vigilancia” en lo que respecta al dominio de lo armado, el mantenimiento de corredores de movilidad, la ampliación y diversificación de redes de apoyo, el suministro de logística, la consecución de recursos financieros, la participación en actividades directas relacionadas con la cadena del narcotráfico, la promoción del trabajo político organizativo y el control de comunidades.

En el capítulo titulado “Aproximación a las milicias de las FARC-EP, el ELN y el EPL, y el ‘sistema de puntos’ del Clan del Golfo: los casos de Cauca, Arauca y Urabá”, se continúa con el esfuerzo de describir y visibilizar el funcionamiento de las estructuras clandestinas de algunos grupos armados (FARC-EP, ELN, EPL y Clan del Golfo), haciendo énfasis en las milicias y profundizando en sus relaciones con los componentes armado, político y financiero de las estructuras a las que pertenecen.

Este documento se enmarca en una investigación directa (de campo), con propósitos descriptivos y explicativos dirigidos a establecer cuál ha sido el comportamiento de las redes de apoyo (milicias y “sistema de puntos”) en el caso de Cauca (FARC-EP y ELN), Arauca (FARC-EP y ELN) y Urabá (FARC-EP, EPL y Clan del Golfo). Desde esta perspectiva, el trabajo de campo buscó aproximarse a las milicias existentes en cada uno de los departamentos o regiones estudiados, recogiendo información no solamente sobre las FARC-EP, sino también sobre otras estructuras. Un hecho que se evidenció en el trabajo de campo es que parte de la organización social y/o indígena se ha imbricado con economías ilegales, lo que explica por qué, cuando las autoridades legítimas actúan, la que reacciona es la comunidad organizada.

El texto permite comprender el funcionamiento de estas estructuras en los ámbitos del suministro de logística, “vigilancia”, construcción de corredores de movilidad, organización política y trabajo de masas, y consecución de recursos financieros. Por lo anterior, el capítulo se estructura desde una perspectiva comparada entre las FARC-EP, el ELN y el EPL, y el denominado “sistema de puntos” del Clan del Golfo. Se comienza con el caso de Cauca (FARC-EP y ELN), seguido de la dinámica en Arauca (FARC-EP y ELN), se continúa con el comportamiento de Urabá (FARC-EP, EPL y Clan del Golfo) y se finaliza con un análisis comparado de los tres casos.

Por su parte, el capítulo “Evolución del esquema de financiamiento de las FARC-EP (1964-2012)” tiene el propósito de reconstruir la evolución del esquema de recaudo y uso de recursos de las FARC-EP, desde su creación, a partir de los documentos rectores y otras fuentes primarias. Con el fin de responder a la pregunta de investigación y tener puntos de comparación con el capítulo “Las milicias y su importancia en las FARC-EP”, se acudió a la misma periodización del texto en mención.

En este capítulo se identificó que a medida que se incrementaba el número de efectivos y milicianos también existían cambios en los mecanismos de recaudo financiero. Esto se explica porque entre mayor volumen de integrantes, mayor expansión territorial y aumento en la capacidad de recaudo. Igualmente, se concluyó que la política financiera de las FARC-EP presentaba una relación estrecha con la estrategia armada y política de la organización, y se evidenció la evolución de un plan estratégico de finanzas, llegando a establecer una economía de guerra mixta, en la cual, paralelo a la consecución de recursos ilegales, se usaron medios de finanzas legales.

El libro concluye con el capítulo “Esquema financiero de los bloques de frentes y comandos conjuntos de las FARC-EP (1964-2012)”. En él se evidencia que desde su Primera Conferencia, en 1965, las FARC-EP diseñaron una estrategia para la obtención de recursos económicos que les permitiera llegar a “la toma del poder”, que incluía el sostenimiento de hombres, adquisición de material de guerra, recursos para el despliegue sobre el territorio nacional y una reserva monetaria. Este trabajo analiza la política financiera de cada uno de los bloques de frentes y comandos conjuntos de las FARC-EP, a partir de los documentos rectores y otras fuentes primarias.

Los autores identificaron que el manejo de la información financiera de las diferentes estructuras no era simétrico, lo que hace difícil su comparabilidad. Si bien fue posible identificar algunas fuentes de financiamiento común, el resto de actividades se derivaron de las condiciones económicas de su área de influencia, la ubicación geográfica de cada estructura y algunas de las directrices promulgadas en las conferencias nacionales guerrilleras. La fortaleza financiera de los bloques de frentes y la contribución al plan estratégico de cada uno de ellos le permitieron a la organización guerrillera: sostener su lucha revolucionaria en contra del Estado; fortalecer la capacidad armada; ocupar extensas zonas del país; consolidar una reserva financiera, y el diseño de planes políticos. Igualmente, el control territorial y la relación con las masas, en sus áreas de influencia, favoreció el establecimiento de nexos con otros grupos delincuenciales en Colombia y en el exterior, para el fortalecimiento de economías ilegales mixtas (asociadas a actividades ilícitas y lícitas camufladas) a la par de la consolidación del entorno armado y político.

Dentro de las conclusiones generales de la publicación debe destacarse que, si bien una gran parte del componente armado de las FARC-EP hará tránsito a la vida civil y se acogerá a la institucionalidad, un conjunto muy variado de pobladores, de simpatizantes, de cuadros políticos va a permanecer en las regiones que quedaron vaciadas de integrantes en armas. Sumado a lo anterior se encuentra el hecho de que las economías de guerra mixtas persisten en algunos municipios, lo que se convierte en factor de inestabilidad e incertidumbre en los ámbitos nacional e internacional. De allí la importancia del control institucional del territorio por parte de los diferentes organismos del Estado, y de la implementación de políticas de reintegración oportunas y de una paz sostenible e incluyente.

El conjunto de reflexiones que el libro ofrece es indudablemente un valioso insumo para que la comunidad académica, las instituciones nacionales e internacionales y demás actores interesados en el post acuerdo puedan aproximarse a la comprensión del fenómeno de las milicias, otras estructuras clandestinas y las economías ilegales que permitieron la perpetuación de la violencia en el país. Esperamos que los interesados encuentren estimulante su lectura y que ella motive una reflexión más informada y crítica sobre el futuro de Colombia.

Gerardo Barbosa Castillo y Magdalena Correa Henao

A PROPÓSITO DEL TRABAJO DE CAMPO

El trabajo de campo comprendió dos fases. En la primera se llevaron a cabo entrevistas a desmovilizados (tanto guerrilleros como milicianos) en dos hogares del Programa de Atención Humanitaria al Desmovilizado (PAHD), ubicados en los departamentos de Meta y Cundinamarca, durante agosto de 2016. En esta fase se realizaron 5 entrevistas, las cuales se complementaron con 20 relatos de personal previamente desmovilizado.

La segunda fase se realizó entre los meses de agosto y octubre de 2016, visitando los siguientes lugares:

Arauca, y con entrevistas vía skype a integrantes de unidades del Ejército en Tame, Arauquita, Saravena y Fortul.

Miranda, Tambo, Caloto y Corinto (Departamento del Cauca).

Apartadó, San Pedro de Urabá, Carepa, Mutatá, Chigorodó y Dabeiba (Antioquia).

El estudio se propuso descifrar y visibilizar el funcionamiento de algunas de las estructuras clandestinas de las guerrillas en Cauca y Arauca que se movilizaban entre la población civil, haciendo énfasis en las milicias y profundizando en sus relaciones con los componentes armado, político y financiero de la estructura a la que pertenecían. Así mismo, se buscó identificar los principales aspectos del funcionamiento del denominado “sistema de puntos” de las bandas criminales (Bacrim) en Urabá, por ser una de sus principales áreas de influencia.

Con anterioridad a la visita de las zonas indicadas, se remitía un cuestionario dirigido a personal de oficiales y suboficiales de unidades del Ejército Nacional, ubicadas en las zonas objeto de estudio. El instrumento estaba compuesto de preguntas abiertas acerca del funcionamiento de las redes de apoyo clandestinas de las diferentes organizaciones delictivas, en la jurisdicción.

La duración de cada visita osciló entre 3 y 5 días, e incluyó:

Entrevistas realizadas a personal de la Fuerza Pública (cerca de 70 oficiales y suboficiales).

Escucha de las exposiciones de las respuestas a los cuestionarios enviados previamente.

Entrevistas a guerrilleros desmovilizados, entre ellos alias “Karina” y alias “Monoleche”, y a 10 milicianos desmovilizados.

Es importante aclarar que la información recopilada, así como las interpretaciones derivadas del estudio, no comprometen a las Fuerzas Militares, ya que todas las afirmaciones y argumentos aquí planteados son responsabilidad exclusiva de los autores.

CAPÍTULO 1
ELEMENTOS PARA LA COMPRENSIÓN DE LAS MILICIAS EN ORGANIZACIONES INSURGENTES EN COLOMBIA

Luis Rodolfo Escobedo David

Doris Aguilera-Hernández

Jenny Paola Lis-Gutiérrez

INTRODUCCIÓN

Dentro del conflicto armado colombiano, algunos de los actores más importantes y menos visibilizados son los milicianos y sus redes de apoyo. Para entenderlos se requiere un marco de análisis con diversas capas, ya que se precisa encontrar un terreno común entre el enfoque tradicional de “análisis de capacidades armadas/militares”, empleado por los comandantes militares y los especialistas en inteligencia para entender el estilo de guerra de un adversario, y un enfoque más dinámico anclado en las narrativas históricas, antropológicas y culturales de los actores armados no estatales (Shultz y Dew, 2006).

En este capítulo inicial se intenta responder cuáles son los preceptos o principios de las milicias guerrilleras en Colombia y las dimensiones donde operan. Esto dado que la definición de un marco conceptual es necesaria para un mejor análisis de la categoría de las milicias, su origen y las actividades que desempeñan (aron) en grupos armados ilegales.

Para la identificación y exposición de dichas características se recurrió a: (i) la revisión documental de las conferencias y plenos de las FARC-EP y al Congreso y los plenos del ELN, (ii) entrevistas a milicianos y guerrilleros desmovilizados, y a integrantes activos de las Fuerzas Militares1. Estos recursos permitirán identificar las estructuras organizativas, las estrategias, las relaciones con otros actores y las comunidades de los milicianos.

Este documento se encuentra organizado en tres secciones. En la primera de ellas se presenta una revisión sobre el concepto de milicia. En la segunda se enuncian los preceptos del funcionamiento de las milicias y los escenarios de desempeño de las milicias, para los casos de las FARC-EP y el ELN.

1. EL CONCEPTO DE MILICIA

Antes de abordar las características básicas de las milicias, en este capítulo se presenta la noción y evolución del concepto de milicias. De acuerdo con Bernal (2017), el término “milicia” deriva del latín militĭa, que se refiere al servicio o a la profesión militar; y según Alden, Thakur y Arnold (2011), la palabra “milicia” surgió inicialmente en el contexto de la historia estadounidense y británica, para referirse a un cuerpo de reserva de ciudadanos inscritos en el servicio militar, que solo actuaban en caso de emergencia.

En el decenio de 1980, el concepto de milicia estaba asociado con un cuerpo de ciudadanos inscritos como una fuerza militar, pero que no se dedicaban al servicio real excepto en emergencias y eran identificadas como complemento de las fuerzas regulares (Hollweg, 1982). Para esta época se consideraban como características de las milicias los siguientes rasgos:

Su conformación no era permanente.

Sus miembros se sometían a una formación básica inicial y luego regresaban a sus ocupaciones civiles. Posteriormente, se realizaban ejercicios de entrenamiento breves.

Desde la perspectiva del derecho internacional la cuestión ha sido si sus miembros tenían o no la condición de participantes legales en las hostilidades.

Con la terminación de la Guerra Fría hacia comienzo de la década de 1990, Kaldor (2006; 2013) identifica el surgimiento de un entorno multipolar que ofreció oportunidades para la introducción de nuevos discursos y el uso táctico de la ideología por diversos actores participantes en el conflicto, entre ellos las milicias.

En el período contemporáneo, el término se ha utilizado desde diferentes perspectivas:

Descripción de grupos armados privados o paramilitares que se organizan en defensa de un orden político específico (Alden, Thakur y Arnold, 2011).

Grupos que se desarrollan en contextos en los cuales la autoridad central se ha debilitado considerablemente. En tales casos, las formaciones armadas que se establecieron corresponden a señores de la guerra, caudillos tribales o regionales, señores de la droga u otros (Bernal, 2017; Alden, Thakur y Arnold, 2011).

Estructuras clandestinas y “revolucionarias” que se mueven en la legalidad.

En cualquiera de los tres casos pueden llegar a convertirse en “spoilers” para los procesos de paz2, como en Camboya, Mozambique, Angola y Somalia. En este sentido, Alden, Thakur y Arnold (2011) consideran que una de las más graves alteraciones de las transiciones a la paz es el accionar de las milicias, dado que:

Estas fuerzas no estatutarias ocupan una posición incierta y profundamente controvertida en el cambiante panorama del conflicto.

Pueden operar bajo tres enfoques: ideológico (Bayart, 2000), conductista (Collier y Hoeffler, 1998) y sistémico (Policzer, 2002).

En el escenario internacional pudieron surgir de los gobiernos buscando la defensa de su territorio o fomentadas por actores externos en búsqueda de intereses propios.

Están vinculadas de diversas maneras a economías criminales, la mayor parte de ellas internacionales3 (Collier y Hoeffler, 1998), o basadas en la explotación oportunista de los recursos de base territorial (Gurr, 1970; 1993).

Encarnan una nueva dimensión en la guerra que trasciende las disputas clásicas interestatales e intraestatales (gobierno/guerrilla) del pasado.

Se distinguen de los combatientes más tradicionales en su modo operativo, especialmente su disposición a participar en tácticas violentas que desafían las normas internacionales de conflicto y su propensión a adoptar la conveniencia en la creación de alianzas.

Dado que estas entidades armadas son propensas a perpetuar el conflicto en términos de intereses locales, las milicias son difíciles de manejar en el contexto de las transiciones de la guerra a la paz.

Los enfoques convencionales para la gestión y resolución de conflictos promulgados por la comunidad internacional son singularmente inadecuados al abordar el tema de las milicias.

Para el caso colombiano, Ferro y Ramón (2002) definen a las milicias como un mecanismo de trabajo político y militar, con estructura propia y dependientes de la estructura jerárquica de las organizaciones insurgentes a las que pertenecen. Por su parte, según Martínez Cortés (2012) debe realizarse una distinción entre grupos de apoyo y milicias. Los primeros corresponderían a “grupos dirigidos a cubrir diferentes aspectos en los cuales se puedan presentar vulnerabilidades” (p. 4). Las segundas cumplen un papel neurálgico en la organización ya que “son organizaciones de tipo armado, dirigidas y controladas por la subversión para apoyar su accionar delictivo” (p. 4).

En este marco existen tres tipos de milicianos: urbano, suburbano y rural. En todos los casos son clandestinos, entrenados en las esferas política y armada (ya que pueden ser armadas pero estar compuestas por civiles, de acuerdo con Ferro y Ramón, 2002), y cumplen funciones especiales de vigilancia, logística y apoyo operativo a la organización (Martínez Cortés, 2012), pudiendo participar en hechos violentos coordinados por los superiores.

Desde la anterior perspectiva, la interpretación de las milicias en Colombia estaría amparada en los enfoques conductista y sistémico, en la medida que se incluye la explotación de los recursos territoriales y pueden ser entendidas como organizaciones sociales con una dinámica de control interno, que están supeditadas a procesos coercitivos.

Las labores de vigilancia en los territorios eran realizadas por milicias locales, también conocidas como milicias tácticas, las cuales realizaban actividades adicionales de control de la población (Martínez Cortés, 2012), ya que en muchos casos se convirtieron en eslabones de articulación entre la población y la organización (Ferro y Ramón, 2002).

La importancia de las milicias en el contexto del post-acuerdo radica en que su participación se considera crucial para el mantenimiento del acuerdo de paz, dado que las milicias intervienen en distintas actividades como comercio de armas, narcóticos, redes de prostitución y minería ilegal, entre otros. En cualquier caso los impactos de las actividades mencionadas sobre la población civil son devastadores, asociados a la violencia, como en los casos de África, Medio Oriente, América Latina y Asia (Alden, Thakur y Arnold, 2011).

2. LAS MILICIAS EN LAS FARC-EP Y EL ELN

La lectura de las conclusiones de siete conferencias de las FARC-EP (1966, 1969, 1970, 1974, 1978, 1982 y 1993) permite sintetizar tres aspectos sobre las milicias4:

1. Los núcleos de solidaridad5 (familias farianas) y las redes clandestinas que servían de apoyo a los primeros destacamentos armados, es decir, los embriones de las milicias, hacían parte de un todo armado y político.

2. A pesar de que se movían entre la población y hacían parte de ella, tenían un carácter clandestino.

3. Desde sus inicios se integraron verticalmente y dependían de los mandos de la guerrilla.

En la organización fariana existían dos tipos de milicias: las populares (FARC-EP, 1987) y las bolivarianas (FARC-EP, 1987; 1989). En 1987, las milicias fueron mencionadas por primera vez en las conclusiones y en los manuales de las FARC-EP, asignándoseles funciones que se circunscribían a la esfera política y armada. En años posteriores se amplió su accionar a la consecución de recursos financieros, llegando incluso a servir de testaferros, como se verá en otro documento del presente libro.

Por su parte, el ELN ha planteado como su principal estructura organizativa en la línea de masas a la milicia popular, que empezó a denominarse de este modo a partir de la Asamblea Nacional “Camilo Torres” de 1986. La milicia popular fue definida en dicho documento como “organización político militar de masas, para orientar y desarrollar una actividad en una área determinada, sus funciones son fundamentalmente de defensa de las masas y tienen un carácter básicamente militar [léase armado]”.

En una etapa más avanzada estos grupos adquieren un rol móvil desarrollando labores de exploración, recolección de información, creación de nuevos grupos de autodefensas, ajusticiamientos y expropiaciones (ELN, 1986). La milicia popular es considerada la escuela de formación en las áreas política y armada de los frentes de masas. Además se encargan de organizar unidades militares que actúan en coordinación con el ejército revolucionario en diversas acciones propias de la guerra (ELN, 1986).

Por otra parte, se desempeñan en acciones de defensa frente a las acciones de la Fuerza Pública, ataques, hostigamientos, labores de abastecimiento y retaguardia de la guerra. En el Segundo Congreso del ELN, en 1989, se plantea la necesidad de crear milicias urbanas y suburbanas en zonas estratégicas de las ciudades para acercarse a la población, realizar un trabajo directo y lograr una base de apoyo (Dirección Nacional UCELN, 1990).

A partir de la Asamblea Nacional “Camilo Torres” de 1986 las milicias se denominan “Milicias Populares”. Así mismo, en los documentos rectores del ELN (ELN, 1986; 1996; 2006; Dirección Nacional UCELN, 1990) se establece la importancia de las milicias en la dimensión política (trabajo de masas) y el apoyo en las acciones armadas de esta organización, resaltando los siguientes aspectos:

Se afirma que el “ejército revolucionario” debe estar articulado a la organización militar de masas o “Milicias Populares” (ELN, 1986, p. 64).

Las milicias son fundamentales en la organización política de masas en el ámbito rural y urbano.

En los planes de estudio de esta guerrilla para las milicias se hace hincapié en actividades relacionadas con el control de la zona, apoyo y cooperación armada (Dirección Nacional UCELN, 1990).

Como parte de su accionar en las fronteras se incluye a las milicias en la coordinación con movimientos de países vecinos.

En el objetivo de insurrección de las masas, las Milicias Populares del ELN desempeñan un rol significativo mediante su cercanía a las masas.

Guerrilleros y milicianos están articulados, y cuando sea necesario, estos se transformarán en contingentes armados.

En la estructura general del ELN se caracterizan como el vínculo entre la lucha amplia y la lucha armada de la guerra popular.

Junto con otras estructuras del ELN, las milicias son importantes en la determinación de líneas de avance estratégicas en expansión territorial, zonas de operación urbanas y suburbanas, retaguardia en ciudades y línea de comunicaciones.

El objetivo es que las milicias estén integradas por personas sobresalientes, dirigentes, activistas, dado que su función principal es coordinar el control de un territorio específico (región, fábricas, colegios, universidades, entre otros).

Las milicias constituyen el eje de organización de grandes masas en confrontaciones directas, especialmente a nivel urbano y suburbano.

Si bien la guerrilla de las FARC-EP siguió la doctrina del marxismo-leninismo de corte maoísta y el ELN la del marxismo-leninismo de corte procastrista, la verificación de los documentos de dichos grupos permitió identificar tres preceptos comunes para el desarrollo de sus guerrillas: el secreto, la compartimentación y la verticalidad. Igualmente, en ambos casos las milicias hacían parte del ámbito político, armado y financiero.

En este contexto el objetivo de los milicianos en ambos casos ha sido: (i) neutralizar la inteligencia6 que ejerce el Estado colombiano (“el enemigo”7), (ii) evitar ser detectados y (iii) proteger el conjunto de la organización (Laverde Palma, 2016).

2.1. Preceptos del funcionamiento de las milicias

A continuación se exponen los tres aspectos fundamentales para el funcionamiento de las milicias en Colombia: el secreto, la compartimentación y la verticalidad.

El primero de los componentes que debe revisarse en el funcionamiento de las milicias es el principio del secreto, el cual se aplica frente a la sociedad en general. Este aspecto indica que deben ser secretas la vinculación y las actividades que se realizan dentro de la organización, incluyendo hechos, acciones, ideas, planes, documentos y materiales, que deben conocer muy pocas personas.

La compartimentación es un principio que existe para proteger la organización. Se trata de evitar que un miliciano, al “caer en manos del enemigo”, pueda transferir información del conjunto de la organización. Los milicianos no deben comunicar a ningún otro integrante las tareas que les son encomendadas por sus mandos, y solo el directo interesado debe saber lo necesario para desarrollar su trabajo.

Los milicianos se organizan en células, pero no existe ningún tipo de comunicación entre ellas en el caso de las FARC. En el caso del ELN, el principio de la compartimentación debe abarcar también las relaciones entre una estructura que se mueve en la órbita de lo legal y una que se mueve en lo ilegal dentro de la organización.

Por su parte, los milicianos se deben integrar con la organización solo verticalmente. Dicho en otros términos, hay muchas escuadras que funcionan bajo el esquema de células, conformadas por entre tres y cinco milicianos, pero en ningún momento se produce una comunicación entre ellas para el caso de las FARC-EP. Ahora bien, en referencia al ELN, los representantes de las milicias (del componente político y del componente armado) tienen comunicación ocasional entre ellos en las asambleas de comisión y de frente que se realizan con cierta regularidad para desarrollar las actividades de control y enfocar los planes político-armados de la organización.

Las milicias se comunican con sus mandos superiores, y a su turno estos transmiten sus orientaciones utilizando el mismo conducto. En la Gráfica 1 se muestra el lugar que ocupan las milicias en la estructura de mando y control de las FARC-EP. Las milicias aparecen en el organigrama de las FARC-EP inscritas en la dimensión armada, de la estructura denominada frente (léase rural o urbano)8, sin que se excluya su participación en el componente político. En consecuencia, se integraban verticalmente en esas dos dimensiones a las estructuras de las guerrillas, bien sea a un frente, una columna, una compañía móvil o un bloque de frentes.

Gráfica 1

Lugar que ocupan las milicias en la estructura de mando y control de las FARC-EP

Image

Fuente: elaboración propia, con base en FARC-EP (1978; 1993).

Hay que partir del principio de la verticalidad para entender cómo se lee el esquema. En el marco de las definiciones del esquema que representa la Organización de Mando y Control de las FARC-EP aparece arriba la Conferencia Nacional Guerrillera, de la que se desprende el Estado Mayor Central, del que a su turno depende el Secretariado Nacional. De este último se derivan tres divisiones: el componente armado, el Partido Comunista Clandestino (PCCC) y el Movimiento Bolivariano. El segundo y el tercero, a diferencia del primero, cumplen funciones principalmente políticas o de organización de masas.

Del componente armado se desprenden a su turno dos estructuras: los bloques de frentes y los bloques móviles. El primero de estos tiene una composición compleja, mientras que el segundo se subdivide en columnas móviles y compañías móviles. Por su parte, el bloque de frentes tiene frentes urbanos y frentes rurales. Este último está conformado por las compañías, columnas, guerrillas, escuadras9, las Unidades Tácticas de Combate (UTC), las Milicias Bolivarianas y las Milicias Populares.

Después de 1987, cuando las milicias fueron mencionadas por primera vez en las conclusiones y en los manuales de las FARC-EP, cumplieron misiones que en lo esencial se circunscribían a la esfera política y armada. En efecto, contribuyeron a la creación y ampliación de redes de apoyo, garantizaron los corredores de movilidad y participaron en la consecución de finanzas.

Si bien los corredores de movilidad remiten al componente armado, no es menos cierto que para lograr su cometido deben buscar el apoyo de la población, un asunto esencialmente político. Lo mismo ocurre con la creación y ampliación de redes de apoyo, un asunto político, indispensable para cumplir con una misión en la órbita de lo armado. Las finanzas remiten a lo económico, pero su consecución pasa por lo político, puesto que se requiere tener control sobre la población de la que se extraen los recursos, y esto a su turno se logra con un componente coercitivo.

Es difícil precisar el papel del miliciano de las FARC-EP en lo financiero. Generalmente los encargados de estas tareas hacían parte de la comisión de finanzas. El miliciano vigilaba que los responsables del recaudo de las cuotas no se apoderaran de los dineros recogidos. No obstante, en entrevistas se afirmó que los milicianos participaban directamente en las tareas de orden financiero. Obviamente, en la medida que lo hacían, se quemaban, es decir que eran identificados por la población y potencialmente podían ser reportados a las autoridades.

Ahora bien, la relación de las milicias en el caso del ELN se muestra en la Gráfica 2