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La versión digital del libro TVmorfosis 8, Periodismo en la era de la posverdad se generó en noviembre de 2019, en Estudio Sagahón, CDMX.

Agradecemos la colaboración de la Operadora del Sistema Universitario de Radio y Televisión de la Universidad de Guadalajara para la producción de este libro.

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Coordinador
GUILLERMO OROZCO

TVMORFOSIS 8

Periodismo en la era de la posverdad

Guillermo Orozco Gómez

Carlos A. Scolari

Gabriel Torres Espinoza

Cynthia Ottaviano

Adriana Solórzano

Lorna Chacón Martínez

Darwin Franco

Colección Tendencias

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Bienvenidos a la conversación

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En Tintable difundimos temas de comunicación desarrollados por los autores más importantes y prestigiosos a través de medios impresos y digitales; además, incorporamos a nuevos especialistas enfocados en las perspectivas emergentes de la comunicación.

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TVmorfosis 8. Periodismo en la era de la posverdad / coordinador Guillermo Orozco Gómez – México: Productora de Contenidos Culturales Sagahón Repoll, 2019.
ePub. – (Colec. Tendencias)

ISBN 978-607-8346-38-7

1. Periodismo. 2. Posverdad. 3. Fake News. 4. Información. 5. Noticias. 6. Audiencias. 7. Alfabetización mediática. I. Orozco Gómez, Guillermo, coord. VIII. Ser.

D.R. © 2019, Productora de Contenidos Culturales
Sagahón Repoll, S. de R.L. de C.V.
Concepción Béistegui 2103-C4
Colonia Narvarte
México, cdmx

D.R. © 2019, Guillermo Orozco Gómez, Adriana Solórzano, Carlos A. Scolari, Cynthia Ottaviano, Darwin Franco, Gabriel Torres Espinoza, Lorna Chacón Martínez

TVMorfosis es una marca registrada
de la Universidad de Guadalajara

Diseño de la colección
Estudio Sagahón / Leonel Sagahón

Cuidado de la edición
Roberto Barajas

Corrección de estilo y de pruebas
Astrid Velasco y Ana Teresa Luna

Imagen de portada
Carmina Salas

Formación y captura
Carmina Salas

Primera edición
Noviembre de 2019

ISBN: 978-607-8346-38-7

Hecho en México / Made in Mexico

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Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito de la editorial.

CONTENIDO

Prólogo

Periodismo en la era de la posverdad

Guillermo Orozco Gómez

LA POSVERDAD ¿UN RESULTADO INEVITABLE DEL EJERCICIO PERIODÍSTICO?

El signo sirve para mentir (Diez verdades)

Carlos A. Scolari

Periodismo pictográfico e infográfico y posverdad

Gabriel Torres Espinoza

NUEVOS DESAFÍOS DE LAS AUDIENCIAS FRENTE A LA POSVERDAD

Hacia una comunicación digital automatizada: algoritmos, inteligencia artificial y fake news como nuevos desafíos de las audiencias

Cynthia Ottaviano

Alfabetización mediática e informacional, derecho de las audiencias frente a las fake news

Adriana Solórzano

ALTERNATIVAS A LA POSVERDAD: PERIODISMO COLABORATIVO Y MEDIOS INDEPENDIENTES

El periodismo como revolución de los integrados

Lorna Chacón Martínez

#AlianzaDeMedios: Una apuesta por el periodismo colaborativo entre medios digitales independientes de México

Darwin Franco

Los autores

PRÓLOGO PERIODISMO EN LA ERA DE LA POSVERDAD

Guillermo Orozco Gómez

El escenario informativo contemporáneo parece incomprensible. Cada vez más se sabe —porque se hace evidente o se descubre— que está plagado de información falsa, inexacta, incompleta, sesgada, parcial, contaminada, sin fundamento, exagerada, etcétera. También se advierte con mayor frecuencia la circulación de fake news y posverdades sobre los acontecimientos y sobre las posiciones dominantes para que los ciudadanos hagamos sentido de ellas.

Este escenario mediático, analógico y digital, en el que se encuentran las sociedades actuales, es un excelente caldo de cultivo para producir y diseminar información en cualquier sentido, en cualquier momento y hacia cualquier público. Los ciudadanos tienen la infraestructura tecnológica y cada vez más el “saber hacer” y, además, se hallan conectados para constituir, reconstruir y propagar información de manera espontánea y sin la preocupación o probabilidad de verificar los hechos que la sostienen y la validan. Al mismo tiempo, se fortalecen las asociaciones de ciudadanos y de periodistas democráticos que se vinculan para enfrentar la creciente manipulación informativa contemporánea y para realizar un nuevo tipo de periodismo.

Con las posibilidades de la tecnología digital, los hechos se inventan, se producen virtualmente o se insinúan y, una vez que están circulando, se recargan con interpretaciones, afectos, reacciones de los participantes en los mismos procesos informativos. Así, la información parece resurgir en cada envío, recepción e intercambio haciendo que sus referentes se pierdan en el camino y empiecen a suplantarse por la imaginación, el deseo, las emociones o los miedos de los interlocutores o por las condiciones particulares de poder, despoder y desinformación en los escenarios en los que tienen lugar los intercambios informativos.

Visto así, en abstracto, la posverdad parecería algo inevitable, casi necesario y hasta comprensible en los procesos actúales de comunicación, dados los elementos varios con los que se cuenta para inventar, producir, procesar, manipular, diseminar y recibir información.

No obstante, la posverdad no es un producto espontáneo de los procesos comunicativos actuales. Es, como lo abordan los autores en los diversos capítulos de este libro, desde algo que puede ser propiciado dadas las características múltiples de los signos y sus procesos de significación e interpretación, hasta y sobre todo, algo intencionado, construido, pensado y planeado para comunicar de cierta manera un hecho, real o ficticio, y dotarlo de un contexto particular y de un sentido específico para ser interpretado y asumido.

La posverdad se nutre para su credibilidad tanto de “noticias falseadas”, o sea de interpretaciones de los hechos, como de “falsas noticias” o fake news, es decir, lo que no ocurrió, en cuya confección se usan recursos lingüísticos y técnicas periodísticas variadas de producción, como lo muestran varios autores de este libro.

Pero la posverdad ¿puede resultar también del encuentro fortuito entre públicos e información? Debido a la ambigüedad intrínseca de todo signo o a la que inevitablemente surge en el mismo ejercicio periodístico al buscar “formar opinión” y facilitar la compresión de un acontecimiento para lo cual se destacan —y ocultan— elementos o personajes del acontecimiento mismo y se elaboran síntesis. Un tema que queda para la reflexión de los lectores.

Los textos seleccionados para este volumen se han agrupado a través de tres temas centrales.

La posverdad ¿un resultado inevitable del ejercicio periodístico?

En el primer capítulo, "El signo sirve para mentir (Diez verdades), Carlos A. Scolari, su autor, a través de presentar y discutir “algunas verdades” conocidas internacionalmente como noticias va haciendo evidente su parte falsa que a veces ocultan las mismas verdades precisamente con ciertos hechos, construyendo así estrategias de desinformación para esconder los verdaderos acontecimientos y sus significados, y ofrecer a cambio una referencia real, aunque ésta no corresponda con la realidad en cuestión. Una referencia que se convierte en posverdad. En su presentación, Scolari deja claro que el asunto de la posverdad no es meramente algo relativo al hecho o acontecimiento en sí mismo, ni a su ausencia como fuente noticiosa, sino también a la selección y exclusión a la vez, de hechos, lo que resulta en una imagen o una idea totalmente diferentes a la realidad y totalmente acordes a las consignas para manejar la percepción de esa realidad a partir de construir otros hechos relacionados al principal.

Situándose en el terreno de la construcción y difusión visual de los acontecimientos, más que de su simple información, Gabriel Torres aborda en su capítulo: “Periodismo pictográfico e infográfico y posverdad” una caracterización de estos lenguajes como constructores de la realidad percibida por los comunicadores. Lenguajes en sí mismos que no buscan relatar, sino provocar una comprensión de los hechos a partir de resaltar elementos clave de un acontecimiento o sintetizar en imágenes la secuencia noticiosa que se describe. La diferencia, hace notar el autor, es que en un periodismo pictográfico, el periodista ofrece una caricatura política que necesariamente destaca y privilegia algún aspecto para enganchar al lector, mientras que con el periodismo infográfico se busca facilitar la comprensión de una información amplia y compleja, apoyándose también en síntesis, imágenes y otros recursos visuales. Ambos procedimientos abren, aun sin proponérselo, la posibilidad de que en el intercambio entre emisor y receptor se formen posverdades.

Nuevos desafíos de las audiencias frente a la posverdad

En su capítulo “Hacia una comunicación digital automatizada: algoritmos, inteligencia artificial y fake news como nuevos desafíos de las audiencias”, Cynthia Ottaviano encuadra la problemática de la posverdad en conexión con la inteligencia artificial y los algoritmos. Para ello, presenta casos de la Inteligencia artificial, uno sobre la creación de rostros que parecen reales, pero que no lo son, y otro que evalúa las posibilidades de construcción de “hechos” futuros con pretendida certeza de serlo, los cuales se presentan así a las audiencias. Este capítulo constituye una exploración de diversos elementos que contribuyen a construir “realidades” y posverdades científicamente posibles, como futuros inevitables para ciertos sectores de ciudadanos. Frente a este análisis, la autora elabora una propuesta que contrarreste esa nueva manera de construir noticias por suceder con ciudadanos reales y construya estrategias para los defensores de las audiencias. En este capítulo se enfatiza la importancia de atender el tema de la posverdad como uno de los ámbitos centrales de las defensorías de las audiencias.

En el capítulo, “Alfabetización mediática e informacional, derecho de las audiencias frente a las fake news”, Adriana Solórzano se enfoca en la educación de las audiencias como un derecho en sí mismo y como estrategia para lidiar con las fake news y la posverdad. Partiendo de la “búsqueda de la verdad” como fin de un esfuerzo tanto de alfabetización como de análisis de las interacciones de las audiencias con la información, la autora sustenta su propuesta en una teoría consecuencialista de la libertad de expresión que supone que en el mercado de las ideas se impondrá “lo racional-verdadero o lo válido...”. Desde esta posición hermenéutica, en el capítulo, se aborda el tema entre acontecimientos, libertad de expresión y verdad como un tema central y polémico en la definición de lo que es verdadero, o sea de lo que no es falso. Lo verdadero no es necesariamente visible, pero sí debe de ser entendible —sugiere—, porque la libertad de expresión junto con la de interpretación juegan un papel determinante en la construcción de posverdades para y desde las audiencias.

Alternativas a la posverdad: periodismo colaborativo y medios independientes

En el capítulo, “El periodismo como revolución de los integrados”, Lorna Chacón aborda una discusión sobre el impacto que el nuevo periodismo “desde los ciudadanos” tiene en la construcción y apropiación de su realidad. Enfatiza que a través de las redes sociales y no como meros espectadores del cine y la tv, los ciudadanos audiencia hoy están teniendo su propia percepción y reconstrucción de la realidad circundante. Con base en las ideas de Umberto Eco, la autora propone entender el momento como una transición de “apocalípticos a nuevos integrados”, en donde éstos se han apropiado la tarea de reportar la realidad, reconstruyendo y construyendo acontecimientos cargados de significado. La autora propone enfocarse en el periodismo en línea, como una forma nueva de participar de la realidad y en la construcción de su difusión y percepción por los ciudadanos audiencia contemporáneos.

Se cierra este libro con la propuesta de una alternativa ciudadana a la posverdad. El capítulo de Darwin Franco: “#AlianzaDeMedios: Una apuesta por el periodismo colaborativo entre medios digitales independientes de México”, muestra cómo once medios independientes ubicados en nueve estados en México conforman una alianza sui generis, ya que en este país, año tras año, la tendencia no ha sido la diversificación de nuevos medios digitales; al contrario, la norma ha sido la compra de éstos por parte de los grandes monopolios mediáticos, principalmente Televisa. Cobijados por la red de Periodistas de a Pie, organización de periodistas independientes más importantes en este país, y financiados por Open Society Foundation. Estos once medios han destacado por dar una cobertura crítica y con perspectiva de derechos humanos, la cual recupera historias, además de que realizan investigaciones que poca cabida tienen en los medios tradicionales, ya que su objetivo es señalar a quienes sistemáticamente violentan los derechos de las personas, para lo cual construyen megaproyectos desde una perspectiva social.

Los capítulos aquí reunidos ofrecen una variedad de entradas y salidas al tema mayor motivo de este libro: posverdad. Y ponen sobre sus páginas información, análisis, juicios, casos específicos ejemplares y procesos de reflexión que coadyuvan no sólo a forjarse una mejor comprensión de la posverdad que nos circunda, sino de estrategias y propuestas para reforzar desde las mismas audiencias elementos de juicio y valoración de la información y el papel de ciertos actores en la construcción noticiosa de hoy.

Guadalajara, 25 de julio de 2019.

LA POSVERDAD ¿UN RESULTADO INEVITABLE DEL EJERCICIO PERIODÍSTICO?

EL SIGNO SIRVE PARA MENTIR (DIEZ VERDADES)

Carlos A. Scolari

Verdad núm. 1

En el año 2010, la revista Time eligió a Mark Zuckerberg como Person of the year. Seis años más tarde, el Oxford English Dictionary consideró que el concepto de post-truth merecía ser reconocido como la “Word of the Year”. Un hilo muy visible, creado en un telar británico, une ambos hechos. Ese hilo se llama Cambridge Analytica.

El 21 de marzo de 2018, BBC News difundió una noticia titulada “5 claves para entender el escándalo de Cambridge Analytica que hizo que Facebook perdiera US$37.000 millones en un día”. Esas cinco claves pueden ser leídas como una nota al pie de estas diez verdades. La que sigue es una síntesis de esas cinco claves:

1. ¿Qué es Cambridge Analytica?

Cambridge Analytica es una empresa londinense que utiliza el análisis de datos para desarrollar campañas para marcas y políticos que buscan, según su página web, “cambiar el comportamiento de la audiencia”. Desde hace “más de veinticinco años”, la empresa ha trabajado en “más de 100 campañas” en cinco continentes, incluyendo países de América Latina como Argentina, Brasil, Colombia y México.

2. ¿Cómo consiguió millones de datos privados?

En 2013, el profesor de la Universidad de Cambridge, Aleksandr Kogan, desarrolló un test de personalidad en forma de aplicación de Facebook. Más de 250 000 usuarios lo completaron, aunque implicaba el acceso a la información personal y de la red de amigos sin el consentimiento de estos últimos. Casi sin querer, Kogan se hizo con actualizaciones de estado, “me gusta” y mensajes privados del 15 por ciento de la población de Estados Unidos, y se los vendió a Cambridge Analytica.

3. ¿Cuál fue su rol en las elecciones de Estados Unidos?

La empresa cruzó los datos del test de Kogan con la información de Facebook para inferir perfiles psicológicos de cada usuario. De esta manera, Cambridge Analytica logró saber cuál debía ser el contenido, tema y tono de un mensaje para influir en el voto de los usuarios de forma casi individualizada. La empresa no se limitó a enviar publicidad personalizada: durante la campaña de Donald Trump desarrolló fake news que luego replicó a través de redes sociales, blogs y medios de comunicación.

¿Quién contrató a Cambridge Analytica durante la campaña de Donald Trump? Stephen Bannon, el Goebbels 2.0 de la ultraderecha global.

4. ¿Cómo el escándalo trascendió la frontera de Estados Unidos?

El canal británico Channel 4 News informó que Cambridge Analytica ofrecía servicios de desinformación para desacreditar a dirigentes políticos utilizando a prostitutas y exagentes secretos.

Alex Tayler, jefe de datos de la empresa, le explicó a un periodista infiltrado cómo funcionaban: “Si estás recolectando información de personas y estás haciendo un perfil de ellos, eso te da más conocimiento que puedes usar para saber cómo segmentar la población para darles mensajes sobre temas que les importan, y usar un lenguaje e imágenes con los que es probable que se involucren […] Lo hemos hecho en México, lo hemos hecho en Malasia y ahora nos estamos moviendo en Brasil, China, Australia”.

5. ¿Por qué Facebook no hizo nada?

Ante las acusaciones e investigaciones que venían de ambos lados del A tlántico, Facebook miró para arriba y se puso a silbar. La empresa de Mark Zuckerberg aseguró que nunca se alcanzó a vulnerar su seguridad: “los usuarios cedieron su información; no hubo infiltración en los sistemas y no hubo robo de contraseñas ni de información sensible”, dijo un pobre portavoz que la empresa mandó al frente para que pusiera the face frente a las cámaras.

Para muestra, un botón de like. Sigamos con las otras verdades.

Verdad núm. 2

La mentira es tan vieja como la verdad. En algún lugar de la sabana africana, hace cientos de miles de años, un Homo sapiens mintió por primera vez. Es muy probable que esa primera mentira tuviera una función meramente de supervivencia, por ejemplo, para ocultar la presencia de una buena fuente de recursos o para salvar la vida de un integrante de su propia tribu. En este contexto, podría decirse que un individuo que tiene la capacidad de mentir posee una ventaja evolutiva muy importante respecto a otros sujetos de su misma especie que no saben mentir. Mentir para sobrevivir.

Algún lector podría recordarme que la mentira está mal vista y a menudo ha sido castigada por las religiones. Por ejemplo, el Antiguo Testamento es muy claro al respecto: “No hurtaréis, ni engañaréis, ni os mentiréis unos a otros” (Levítico 19:11). Sin embargo, entre el antropoide mentiroso africano, que no tenía pruritos éticos o religiosos, y el beato que respeta a rajatabla las Sagradas Escrituras, hay todo tipo de especies. Y a pesar de la amenaza de castigo divino, los Homo sapiens seguimos contando mentiras con una cierta regularidad:

—¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?

—Por supuestooooo…

Mentir para salvarse.

Verdad núm. 3

“El signo sirve para mentir”, escribió alguna vez Umberto Eco. Dos consecuencias:

Primera consecuencia