MARGINALES

Vicente Muñoz Álvarez

 

 

© Vicente Múñoz Álvarez, 2015

© de esta edición para:

Literaturas Com Libros, 2020

Erres Proyectos Digitales, S.L.U.

Avenida de Menéndez Pelayo 85

28007 Madrid

 

Diseño de la colección: Benjamín Escalonilla

ISBN: 978-84-121602-6-0

 

 

 

 

A

José Antonio Ramos Sucre,

Joris-Karl Huysmans

y Howard Phillips Lovecraft,

aliento y faro de mi juventud.

 

Y a Norberto Luis Romero.

 

 

ÍNDICE

PREFACIO

PRÓLOGO A LA PRESENTE EDICIÓN

INTRO

VISIONARIOS Y MALDITOS

ELEMENTALES

MÍSTICOS Y PROFETAS

MONSTRUOS Y PRODIGIOS

 

 

 

PREFACIO

Marginales es el libro inacabado de Vicente Muñoz Álvarez. Es el libro inacabado y su apuesta más personal por la literatura. Marginales es, contrariamente a lo que se dice de él, el libro en el que el autor leonés se muestra más desnudo, porque a través de los personajes de cada uno de los 50 relatos de este bestiario, he podido ver su alma. Porque el alma nace vacía y se colma con los años, con las experiencias vividas y con las imaginadas una vez nos posee la ficción, cuando nos forjamos como personas. En Marginales podemos conocer el alimento intelectual de Vicente Muñoz Álvarez en la juventud: las películas y series de televisión de su vida, sus lecturas preferidas, la música con la que dejó que el ritmo le dominase; el alimento intelectual que, en suma, ha ido fraguando su aliento y su forma de entender el mundo. Sus pensamientos recurrentes, sus fobias, las bestias que pueblan sus noches. Por eso es el libro más personal, el más literario y, a la vez, el que nos ofrece su rostro verdadero. El lector podrá conocer entre líneas los demonios que atormentan al autor leonés y reconociéndolos, como Francis Bacon reconocía al animal que habita en el hombre de sus retratos, podrá entender su literatura. Pero no olviden, queridos lectores, que Marginales es un libro inacabado, que serán ustedes quienes reescriban en su cabeza cada uno de los relatos y que, quizá, encuentren el espíritu inquieto del autor allí o, quizá, sea su propia ferocidad la que se muestre. Al fin y al cabo, amigos lectores, en esta vida todos compartimos las mismas pesadillas.

 

Esteban Gutiérrez Gómez

 

 

PRÓLOGO A LA PRESENTE EDICIÓN

La versión del libro que el lector tiene ahora en sus manos es fruto de un largo proceso de reescritura que, en lo que a mí respecta, requiere una somera explicación.

Muchos de los relatos que lo integran datan del verano de 1991, momento a partir del cual fueron cobrando cuerpo y vida para una primera edición titulada Monstruos y prodigios, galardonada en el Certamen Letras Jóvenes de Castilla y León y publicada por la Junta, con ilustraciones de Joaquín Herrero Goas, en 1995.

Se trató, no obstante, de una versión reducida (reeditada en 2007 por Amargord Ediciones en formato de bolsillo) y ajustada en cuanto a extensión a las bases de aquel Certamen, que dejaba fuera gran parte de los relatos del libro tal y como al principio había sido concebido.

Una versión más completa del mismo, titulada El pueblo oscuro, se publicó en 1996 en la editorial barcelonesa Las palabras del pararrayos. Con una tirada de 200 ejemplares, el libro se agotó al poco de haber salido y se convirtió en prácticamente inencontrable.

En cualquier caso, no me satisfizo del todo en su día aquella versión, cargada de erratas tipográficas y no lo suficientemente pulida ni revisada.

A partir de entonces, algunos relatos del libro fueron incluidos diversas en antologías y revistas especializadas, quedando pendiente esa labor de reescritura que casi desde su publicación yo mismo me había propuesto.

Fue en el verano de 2005 cuando decidí finalmente volver a abordarlo. El escritor David Mardaras estaba gestionando por aquel entonces un interesante proyecto editorial (Letra Records) y me pidió un libro de relatos. Con ese pretexto me animé a reescribir desde la primera línea El pueblo oscuro,obteniendo, tras varias semanas de trabajo (durante un verano caluroso como pocos recuerdo), una versión bastante distinta a la original: los más de diez años transcurridos desde su gestación, el bagaje de experiencias y lecturas acumulado desde entonces, y mi propia evolución personal, cristalizaron en el presente libro, que poco tiene que ver, creo, con cualquier versión anterior. Además del propio título, modifiqué en gran parte el estilo de la primera edición, amplié el número de relatos hasta un total de cincuenta, corregí todas las erratas e imprecisiones de la misma y, muy especialmente, adapté (en la medida de lo posible) el lenguaje y el tono del texto a mi sensibilidad presente.

El libro, titulado definitivamente Marginales, permaneció no obstante durante más de dos años en mi cajón de inéditos, al no salir adelante la colección para la que en principio había sido reescrito, hasta que fue publicado, con ilustraciones de Mik Baro, por la editorial leonesa Eje Ediciones (posteriormente Eolas) en el año 2008.

Esta misma versión fue reeditada por Excodra Editorial en 2015, en castellano y en italiano (con traducción de Guido Micheli), y es también (sin las ilustraciones de Mik Baro, en este caso, y con algunos retoques añadidos) la que vuelve a reeditar hoy LcLibros.

En ella el lector encontrará ecos de voces para mí muy queridas: Ramos Sucre, J.K. Huysmans, H.P. Lovecratf y Norberto Luis Romero, a los que está dedicado, y Baudelaire, Rimbaud, Nerval, Poe, Paré, Machen, Blackwood, Dunsany, Yeats o Lautreamont, así como (cambiando radicalmente de registro y extremo) del cine independiente y gore, la psicodelia y el rock, el cómic, la prensa underground, la televisión y otras disciplinas tachadas como cultura pop(ular) o basura, que han sido para mi evolución personal igualmente determinantes.

En cualquier caso Marginales, tanto por su estilo como por su proceso de reelaboración continua, puede considerarse una rareza en mi bibliografía. Para empezar, el único libro de ficción pura (o eso quiero creer: no dejo de reconocerme una y otra vez en estas criaturas) que he publicado hasta el momento, siendo el resto de corte realista y autobiográfico. Pero sobre todo, y muy especialmente, por el tono decadente y onírico que le caracteriza, que nunca he vuelto a utilizar del mismo modo en mis libros. Un tono con el que he pretendido rendir un homenaje a algunos de mis maestros de juventud y a todo el acervo de alta y baja cultura que desde niño he ido devorando y asimilando en mi forma de entender la escritura.

Solo espero ahora que las siguientes páginas sean de vuestro agrado y os inquiete tanto leerlas como me inquietó en su día a mí escribirlas.

 

 

Vicente Muñoz Álvarez