Página de créditos

En defensa de la conversación


V.1: mayo de 2020

Título original: Reclaming Conversation: The Power of Talk in a Digital Age


© Sherry Turkle, 2015

© de la traducción, Joan Eloi Roca, 2017

© de esta edición, Futurbox Project, S. L., 2020

Todos los derechos reservados.


Diseño de cubierta: Taller de los Libros

Imagen de cubierta: Zhukova Valentyna


Publicado por Ático de los Libros

C/ Aragó, n.º 287, 2º 1ª

08009 Barcelona

info@aticodeloslibros.com

www.aticodeloslibros.com


ISBN: 978-84-18217-04-3

THEMA: JB

Conversión a ebook: Taller de los Libros


Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser efectuada con la autorización de los titulares, con excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita usar algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

En defensa de la conversación

El poder de la conversación en la era digita


Sherry Turkle

Traducción de Joan Eloi Roca
1

Sobre la autora

3


Sherry Turkle es una reconocida psicóloga e investigadora norteamericana, nacida en 1948 en Nueva York. Estudió Sociología y Psicología en la Universidad de Harvard. Actualmente, es profesora en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), donde fundó la Iniciativa sobre la Tecnología y el Yo. Además, ha escrito siete libros centrados en la interacción del ser humano con la tecnología, como por ejemplo, The Second Self: Computers and the Human Spirit (1984), La vida en la pantalla: la construcción de la identidad en la era de internet (1997) y Alone Together (2011).

En defensa de la conversación

¿Hemos sacrificado la conversación por la conexión?

Estamos sumidos en la cultura digital y en un estado de constante conexión. Hemos desarrollado afición por las interacciones sociales virtuales dentro de los ámbitos del trabajo, la familia, la amistad, la educación y las relaciones sentimentales, sin advertir el peligro que ello comporta. Casi sin darnos cuenta, hemos abandonado la conversación cara a cara.

Sherry Turkle, la principal especialista en la interacción entre las nuevas tecnologías y el ser humano, analiza en este libro las desastrosas consecuencias de la pérdida de la conversación que hemos experimentado en los últimos años, que hace peligrar lo que nos define como seres humanos.

En defensa de la conversación es una cautivadora apología del valor fundamental de las conversaciones cara a cara en todos los ámbitos de nuestra vida y una llamada a recuperar el terreno perdido.




«Un libro incisivo y brillante que explica el poder de la conversación.»

Howard Gardner


«Turkle no está en contra de la tecnología, sino a favor de la conversación.»

The Guardian


«Un libro persuasivo e íntimo que explora las sutilezas de las relaciones humanas.»

The Washington Post


«El libro de Turkle es ingenioso, está bien escrito y da mucho que pensar… Hablar no cuesta nada, pero la conversación no tiene precio.»

Boston Globe


«Recuerda qué está en juego cuando la máquina se impone a las conversaciones cara a cara, pero defiende que no es demasiado tarde para recuperarlas.»

Seattle Times

Contenido


Portada

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Página de créditos

Sobre este libro

En defensa de la conversación

Los diarios de la empatía

La huida de la conversación


Una silla

Soledad

Introspección


Dos sillas

Familia

Amistad

Romance


Tres sillas

Educación

Trabajo


El camino hacia delante

La plaza pública

Mejorar la oportunidad


¿Una cuarta silla?

El fin del olvido

Agradecimientos

Notas

Sobre la autora


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Notas


Los diarios de la empatía


1. Un estudio de 2015 de Pew Research demuestra que los usuarios jóvenes de teléfonos móviles «destacan de forma prominente a la hora de usar sus teléfonos para dos propósitos muy concretos: evitar el aburrimiento y evitar a la gente que los rodea». Aaron Smith, «U.S. Smartphone Use in 2015», Pew Research Center for Internet, Science, and Technology, 1 de abril de 2015, http://www.pewinternet.org/2015/04/01/us-smartphone-use-in-2015.


2. Macmillan Dictionary, sección Buzz-Word, «Phubbing», http://www.macmillanthedictionary.com/us/buzzword/entries/phubbing.html.


3. Rachel Carson, Silent Spring (Boston: Houghton Mifflin, 1962); Primavera Silenciosa (Madrid: Crítica, 2005), ed. en castellano.


4. I Forgot My Phone, cortometraje dirigido por Miles Crawford y escrito y protagonizado por Charlene deGuzman. Ejemplifica el nuevo reconocimiento. Se colgó en internet en agosto de 2013. Presenta la siguiente narrativa, que resulta una admonición sobre nuestra huida de la conversación:

Imagina un día en que la rutina de una joven se desarrolla con normalidad, con una excepción: se ha olvidado su teléfono. Despierta en brazos de su amante, que le acaricia el brazo sin prestar demasiada atención mientras revisa sus correos. En una fiesta de cumpleaños, los invitados pugnan por sacar la mejor foto del pastel. Cuando llega el momento del brindis de celebración, centran su atención en sacar fotos al champán. Una cena con amigos está en completo silencio: todo el mundo está pendiente de su teléfono. Cuando va a jugar a los bolos y hace un pleno, ninguno de sus amigos choca los cinco con ella: todos están escribiendo mensajes de texto. No puede compartir un momento de risa con su novio cuando salen a ver un espectáculo de comedia. Él ha reemplazado la risa real por una publicación «sobre la risa» que comparte con sus amigos de internet.

A los seis meses de haberse estrenado el cortometraje, contaba con cerca de cuarenta millones de visualizaciones. Para mí, esta popularidad es motivo para un cauteloso optimismo. La gente se reconoce en ese perturbador escenario y quizá está preparada para replantearse su relación con sus teléfonos. Véase I Forgot My Phone, https://www.youtube.com/watch?v=OINa46HeWg8.


5. Andrew Przybyliski y Netta Weinstein, «Can You Connect with Me Now? How the Presence of Mobile Communication Technology Influences Face-to-Face Conversation Quality», Journal of Social and Personal Relationships (2012): 1-10, doi:10.1177/0265407512453827; Shalini Misra, Lulu Cheng, Jamie Genevie et al., «The iPhone Effect: The Quality of In-Person Social Interactions in the Presence of Mobile Devices», Environment and Behavior (2014): 124, doi:10.1177/0013916514539755.


6. Esta frase está en un mural sobre la prevención del cáncer en Cambridge (Massachusetts); así resumían los que habían contribuido al mural el principio de precaución. Genevieve Howe, «Cambridge Mural Cries Out Against the Cancer Epidemic», Peacework Magazine (marzo de 1999), http://www.peaceworkmagazine.org/pwork/0399/039904.htm.


7. Sobre mis primeros estudios relativos a los niños y su relación con la cultura digital, véanse Sherry Turkle, The Second Self: Computers and the Human Spirit (Cambridge: The MIT Press, 2005 [1984]) y Life on the Screen: Identity and the Age of the Internet (Nueva York: Simon and Schuster, 1995); La vida en la pantalla: la construcción de la identidad en la era de internet (Barcelona: Paidós Ibérica, 1997), ed. en castellano.


8. Henry David Thoureau, Walden. Princeton: Princeton University Press, 2004 [1854], 140; Walden (Madrid: Cátedra, 2014 [1854]).


9. Timothy D. Wilson, David A. Reinhard, Erin C. Westgate et al., «Just Think: The Challenges of the Disengaged Mind», Science 345, n.º 6192 (2014): 75-77, doi:10.1126/science.1250830.


10. Por ejemplo, en un estudio, unos niños que habían pasado cinco días sin dispositivos electrónicos interpretaban correctamente las emociones que representaban las expresiones faciales e identificaban correctamente las emociones de actores en escenas grabadas de forma significativamente mejor que el grupo de control. Los autores escriben: «Los resultados sugieren que el tiempo empleado frente a la pantalla, incluso si se utiliza para interactuar socialmente, podría reducir el tiempo dedicado al desarrollo de habilidades para interpretar los indicios no verbales de las emociones humanas». Yalda T. Uhls, Minas Michikyan, Jordan Morris et al., «Five Days at Outdoor Education Camp Without Screens Improves Preteens Skills with Nonverbal Emotional Cues», Computers in Human Behaviour 39 (2014): 387-92, doi:0.1016/j.chb.2014.05.036.


11. Por ejemplo, un estudio de 2006 demostró que el número de estadounidenses que sentían que no tenían a nadie con quien hablar de temas importantes se había triplicado desde 1985 a 2004. Miller McPherson, Lynn Smith-Lovin y Matthew E. Brashears, «Social Isolation in America: Changes in Core Discussion Networks over Two Decades», American Sociological Review 71 (2006): 353-75, doi:10.1177/000312240607100301. Bowling Alone, de Robert Putnam (Nueva York: Simon and Schuster, 2001) describe el deterioro de la vida comunitaria estadounidense. Un artículo de mayo de 2012 publicado por Steven Marchie en The Atlantic que consideraba la relación entre las redes sociales y el aislamiento social inició un debate sobre «la paradoja de internet». Una mayor conexión nos puede hacer sentir más solos. «Is Facebook Making Us Lonely?» http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2012/05/is-facebook-making-us-lonely/308930.


12. Véase Sara Konrath, Edward H. O’Brien y Courtney Hsing, «Changes in Dispositional Empathy in American College Students over Time: A Meta-Analysis», Personality and Social Psychology Review 15, n.º 2 (mayo de 2011): 180-98, doi:10.1177/1088868310377395.


13. Faria Sana, Tina Weston y Nicholas J. Cepeda, «Laptop Multitasking Hinders Classroom Learning for Both Users and Nearby Peers», Computers and Education 62 (marzo de 2013): 24-31, doi:10.1016/j.compedu.2012.10.003.


14. En la Biblia, la palabra conversación hace referencia a la relación de uno con la comunidad como ciudadano. A mediados del siglo xiv, este término todavía deriva de palabras que significan «vivir juntos y tener tratos con otros» y también «forma de comportarse de una persona en el mundo». Dictionary.com, Online Etymology Dictionary, Douglas Harper, historiador, http://dictionary.reference.com/browse/conversation.


15. Cientos de conversaciones sobre la conversación conforman el material primario de este libro. Empiezo con las conversaciones de «una silla», que son las de la soledad y la introspección, y luego paso a las de «dos sillas», las de la amistad y la intimidad (conversaciones con la familia, los amigos y los amantes). Más tarde, continúo con las de las «tres sillas», las conversaciones con nuestros contactos sociales: las conversaciones que mantenemos sobre educación, trabajo y política. A menos que se explicite lo contrario, todas las entrevistas que cito se realizaron entre 2010 y 2015. A menos que cite fuentes o reuniones públicas, he modificado la identidad de las personas que he entrevistado y de las instituciones (escuelas, universidades y empresas) que he visitado.

Para analizar las conversaciones de «una y dos sillas», he hablado con ciento cincuenta jóvenes de edades comprendidas entre los trece y los treinta y pocos años. A algunos los he entrevistado en grupo, a otros, de forma individual, y a otros, con sus familias. La mayoría de las conversaciones en grupo han tenido lugar en una oficina o en una sala de reuniones. Pero algunas han sido «charlas en una cabaña» con niños en un campamento de verano, habitualmente reuniones de diez excursionistas en sus literas antes de apagar las luces. Además, veintisiete adultos han compartido conmigo sus conversaciones más memorables. Y también he entrevistado a sesenta y cuatro educadores de primaria y secundaria —profesores, asesores, psicólogos y directores de escuela—. En unos pocos momentos, para aportar una pequeña muestra de la historia reciente, he vuelto la vista atrás hacia los jóvenes que entrevisté entre 2008 y 2010. En esos casos, he trabajado con las más de trescientas entrevistas que registran los no tan lejanos días en que los mensajes de texto y las redes sociales eran nuevos.

Mis capítulos sobre las conversaciones de «tres sillas» se centran en la educación superior y el trabajo. Para el capítulo acerca de la educación, he entrevistado a profesores, directores y estudiantes de universidad. En este caso, el número de personas a las que he entrevistado es difícil de sumar, porque me he basado en conversaciones que he mantenido a lo largo de décadas de trabajo en una universidad.

Para mi capítulo sobre el trabajo, he hablado con toda una serie de profesionales, entre ellos abogados, doctores, arquitectos, consultores y miembros de la comunidad de servicios financieros. En una empresa de desarrollo de software, a la que yo me referiré como HeartTech, una agencia de diseño, a la que me referiré como Stoddard, y una consultoría, a la que me referiré como ReadyLearn, tuve la oportunidad de dirigir grupos focales así como realizar entrevistas individuales a una amplia variedad de trabajadores, desde ingenieros y programadores a directores financieros, arquitectos y auxiliares administrativos. Para el capítulo dedicado al trabajo, he hablado con un total de doscientos dos individuos.

Cuando hablo de las conversaciones en la plaza pública, hago especial énfasis en la sensibilidad política emergente de aquellos que han crecido con teléfonos móviles inteligentes, y acudo a los resultados obtenidos entre adolescentes y jóvenes adultos.


16. Durante las últimas tres décadas, me he dedicado al estudio de las conversaciones que mantenemos con máquinas inteligentes. Cientos de sujetos, niños y adultos, han participado en este proyecto. Para revisar mis estudios anteriores, véase Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other (Nueva York: Basic Books, 2011).





La huida de la conversación


1. Escuela de Derecho y Diplomacia Fletcher, «Eric Schmidt and Jared Cohen on “The New Digital Age”», 26 de febrero de 2014, vídeo de YouTube, https://www.youtube.com/watch?v=NYGzB7uveh0.


2. The Colbert Report, 17 de enero de 2011.


3. Andrew Przybyliski y Netta Weinstein, «Can You Connect with Me Now? How the Presence of Mobile Communication Technology Influences Face-to-Face Conversation Quality», Journal of Social and Personal Relationships (2012): 1-10, doi:10.1177/0265407512453827.


4. Shalini Misra, Lulu Cheng, Jamie Genevie et al., «The iPhone Effect: The Quality of In-Person Social Interactions in the Presence of Mobile Devices», Environment and Behavior (2014): 124, doi:10.1177/0013916514539755. Esta investigación se centra en el objeto de estudio de «Can You Connect with Me Now?», un experimento de laboratorio, que se analiza en un entorno natural, con resultados similares.


5. La psicóloga Sara Konrath reunió pruebas de setenta y dos estudios diferentes que sugieren que los niveles de empatía entre los universitarios estadounidenses se encuentran un cuarenta por ciento por debajo de los niveles registrados hace veinte años. Apunta a que, en los últimos diez años, se ha producido un descenso especialmente brusco. Ella y su equipo especulan acerca de la posibilidad de que esto pueda deberse a un aumento de la comunicación mediática: «Al pasar tanto tiempo interactuando con los demás online en lugar de hacerlo en la realidad, las dinámicas de las relaciones interpersonales, entre ellas la empatía, se pueden ver verdaderamente afectadas». Véase Sara Konrath, Edward H. O’Brien y Courtney Hsing, «Changes in Dispositional Empathy in American College Students over Time: A Meta-Analysis», Personality and Social Psychology Review 15, n.º 2 (mayo de 2011): 180-98, doi:10.1177/1088868310377395.


6. D. A. Christakis, J. Gilkerson, J. A. Richards et al., «Audible Television and Decreased Adult Words, Infant Vocalizations, and Conversational Turns: A Population-Based Study», Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine 163, n.º 6 (junio de 2009): 554-58, doi:10.1001/archpediatrics.2009.61.


7. No resulta sorprendente que en este estudio, las llamadas de vídeo ocuparan el segundo lugar y las llamadas de audio, el tercero en lo que respecta a la provocación de sentimientos de conexión. L. E. Sherman, M. Michikyan y Patricia Greenfield, «The Effects of Text, Audio, Video, and In-Person Communication on Bonding Between Friends», Cyberpsychology: Journal of Psychosocial Research on Cyberspace 7, n.º 2, artículo 1 (2013), doi:10.5817/CP2013-2-3.


8. El filósofo Emmanuel Lévinas afirma que la presencia de un rostro genera un compromiso ético humano. Véase Trascendencia e inteligibilidad. (Madrid: Encuentro, 2006), ed. en castellano.


9. El psicoanalista Donald W. Winnicott analiza esta idea en su obra; véase sobre todo «The Capacity to Be Alone», International Journal of Psychoanalysis 39, n.º 5 (septiembre-octubre de 1958): 416-20.


10. La presentación TED de Brené Brown sobre el poder de la debilidad es una de las conferencias TED más vistas. Se llevó a cabo en junio de 2010, y en febrero de 2015 ya contaba con más de veinte millones de visualizaciones. http://www.ted.com/talks/brene_brown_on_vulnerability?language=en.


11. Mark W. Becker, Reem Alzahabi y Christopher J. Hopwood, «Media Multitasking Is Associated with Symptoms of Depression and Social Anxiety», Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking 16, n.º 2 (5 de noviembre de 2012): 132-35, doi:10.1089/cyber.2012.0291.


12. El psicólogo especialista en medios de comunicación Clifford Nass, de la Universidad de Stanford, se encontraba trabajando en un estudio sobre los medios sociales y la empatía antes de su fallecimiento, en 2013. Véase el artículo de Elizabeth Cohen sobre la investigación de Clifford Nass: «Does Life Online Give You “Popcorn Brain”?», CNN, 23 de junio de 2011, http://www.cnn.com/2011/ HEALTH/06/23/tech.popcorn.brain.ep/index.html. Cuando se muestran fotografías de rostros a personas con la habilidad de realizar varias cosas a la vez, les cuesta identificar los sentimientos de las personas que aparecen en las fotografías. Cuando se les leen historias a estas mismas personas, tienen dificultades a la hora de identificar las emociones de los personajes de las historias y contestar qué harían ellos para que los personajes de esas historias se sintieran mejor. Véase Clifford Nass, «Is Facebook Stunting Your Child’s Growth?», Pacific Standard, 23 de abril de 2012, http://www.psmag.com/culture/is-facebook-stunting-your-childs-growth-40577. Véase también Eyal Ophir, Clifford Nass y Anthony Wagner, «Cognitive Control in Media Multitaskers», PNAS (Early Edition) 106, n.º 37 (2009): 1-5, doi:10.1073/pnas.0903620106.


13. Roy Pea, Clifford Nass, Lyn Meheula et al., «Media Use, Face-to-Face Communication, Media Multitasking, and Social Well-Being Among 8- to 12-Year-Old Girls», Developmental Psychology 48, n.º 2 (2012): 327-36, doi:10.1037/a0027030.


14. El estudio en que hasta un teléfono apagado encima de una mesa «cambia el tema de conversación» es «Can You Connect with Me Now?», de Przybyliski y Weinstein. Tal y como ya hemos mencionado, una segunda investigación tomó el objeto de estudio de «Can You Connect with Me Now?», un experimento de laboratorio, que se analiza en un entorno natural, con resultados similares. Fue en este segundo estudio en el que la presencia de un teléfono a la vista dio lugar a una cantidad menor de sentimientos de conexión empática entre los interlocutores de una conversación. Misra, Cheng, Genevie et al., «The iPhone Effect».


15. Sabemos que niños de distinta procedencia socioeconómica desarrollan habilidades de lenguaje distintas. Los que proceden de familias menos privilegiadas conocen menos palabras y tienen sistemas de procesamiento del lenguaje más lentos. Empiezan con desventaja en su capacidad para expresarse. Si los padres de toda clase y condición no dan importancia a la conversación, todos los niños empezarán con un déficit de lenguaje y un déficit en las habilidades interpersonales que aprendemos a través del lenguaje. Véase Anne Fernald, Virginia A. Marchman y Adriana Weisleder, «SES Differences in Language Processing Skill and Vocabulary Are Evident at Eighteen Months», Developmental Science 16, n.º 2 (2013): 234-48.


16. Este término fue acuñado por la experta en tecnología Linda Stone. Véase «Continuous Partial Attention», http://lindastone.net/qa/continuous-partial-attention.


17. Mark R. Dadds, Jennifer L. Allen, Bonamy R. Oliver et al., «Love, Eye Contact, and the Developmental Origins of Empathy Versus Psychopathy», British Journal of Psychiatry 200 (2012): 191-96, doi:0.1192/bjp.bp.110.085720.


18. Hay muchas traducciones de este ensayo y de este sentimiento. Véase, por ejemplo, Heinrich von Kleist, On the Gradual Production of Thoughts Whilst Speaking, David Constantine, ed. y trad. (Indianápolis: Hackett Publishing, 2004), 405.


19. De hecho, como ejemplo de cómo la conversación nos conduce a tener nuestras mejores ideas, Kleist utiliza la declaración de los derechos de una nación de Mirabeau al inicio de la Revolución Francesa. Mirabeau avanza a trompicones hacia la elocuencia porque tiene un interlocutor. Puede sentirse la emoción que embarga al público y a él mismo mientras habla.


20. Nicholas Carr señaló que nuestro deseo de interrupciones tiene una vertiente cognitiva y emocional. Dijo: «Queremos que nos interrumpan, porque cada interrupción nos aporta una información valiosa. Apagar estas alertas implica arriesgarnos a sentirnos desconectados o socialmente aislados». Carr, inspirado en Cory Doctorow, describió la experiencia de estar ante un ordenador como el hecho de estar «enchufado a un ecosistema de tecnologías de la interrupción». Véase The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains (Nueva York: W. W. Norton, 2010), 133-34, 91; Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? (Taurus, 2011), ed. en castellano.


21. Alex Kantrowitz, «John McCain Unapologetic After Playing iPhone Poker During Syria Hearing», Forbes, 3 de septiembre de 2013, http://www.forbes.com/sites/alexkantrowitz/2013/09/03/john-mccain-unapologetic-after-playing-iphone-poker-during-syria-hearing/.


22. Faria Sana, Tina Weston y Nicholas J. Cepeda, «Laptop Multitasking Hinders Classroom Learning for Both Users and Nearby Peers», Computers & Education 62 (marzo de 2013): 24-31, doi:10.1016/j.compedu.2012.10.003.


23. Sandi Mann y Rebekah Cadman, «Does Being Bored Make Us More Creative?», Creativity Research Journal 26, n.º 2 (2014): 165-73. Para un resumen de este tema, véase Scott Adams, «The Heady Thrill of Having Nothing to Do», Wall Street Journal, 6 de agosto de 2011, http://online.wsj.com/article/ SB100014240531119034545045764 86412642177904.html.


24. Para más información sobre sistemas de recompensa cerebral que intervienen en el comportamiento de búsqueda de información: Kent C. Berridge y Terry E. Robinson, «What Is the Role of Dopamine in Reward: Hedonic Impact, Reward Learning, or Incentive Salience?», Brain Research Reviews 28 (1998): 306-69. El debate acerca de cómo la vida online altera el cerebro ha tomado forma gracias al trabajo realizado por Nicholas Carr en Superficiales. El argumento es que cuanto más tiempo de nuestra vida pasamos en internet, mayor es nuestra incapacidad para soñar despiertos (y por extensión, para leer y conversar con total atención).


25. Nass estudió la vida online de mujeres jóvenes, de entre ocho y doce años, un período crítico en el desarrollo de la identidad y un sentido de identidad estable. Uno de los resultados de ese trabajo fue el siguiente artículo, del que es coautor: Pea, Nass, Meheula et al., «Media Use, Face-to-Face Communication, Media Multitasking, and Social Well-Being Among 8- to 12-Year-Old Girls».


26. Simon Baron-Cohen, que se ha dedicado a investigar la empatía, afirmó lo siguiente: «La empatía a menudo va de la mano del conocimiento de uno mismo. La gente muy empática no solo capta los sentimientos de los demás, sino que también sabe reflexionar sobre su propia conducta». Véase «Does Empathy Explain Cruelty?», Science Friday, 30 de septiembre de 2011, http://www.sciencefriday.com/guests/simon-baron-cohen.html#page/full-width-list/1. Respecto al argumento de Baron-Cohen sobre la decadencia de la empatía como causa de la crueldad personal y social, véase The Science of Evil: On Empathy and the Origins of Cruelty (Nueva York: Basic Books, 2012).


27. Nass, «Is Facebook Stunting Your Child’s Growth?». Para un análisis de la tendencia de la gente a recordar los acontecimientos negativos con más fuerza que los positivos: Roy F. Baumeister, Ellen Bratslavsky y Catrin Finkenauer, «Bad Is Stronger than Good», Review of General Psychology 5, n.º 4 (2001): 323-70, doi:10.1037//1089-2680.5.4.323. El trabajo de Antonio Damasio y sus colegas sugiere que ciertas emociones —por ejemplo, la admiración y la compasión— tardan, de hecho, más en procesarse a nivel neuronal que las respuestas al dolor físico. Véase Mary Helen Immordino-Yang, Andrea McColl, Hanna Damasio et al., «Neural Correlates of Admiration and Compassion», PNAS 10, n.º 19 (2009): 8021-26. En entornos de comunicación mediática, esto es importante porque las interacciones ocurren demasiado rápido para provocar respuestas empáticas. La investigadora que dirigió este estudio, Immordino-Yang, una antigua profesora de instituto, resumió su descubrimiento en una entrevista: «Si las cosas pasan demasiado deprisa, nunca experimentas del todo emociones sobre los estados psicológicos de los demás, y eso tiene implicaciones para tu moral». Un equipo dirigido por Antonio Damasio descubrió que, además, existía un vínculo entre la compasión y la red neuronal por defecto, la misma región que se activa cuando estás a solas con tus pensamientos. La admiración por la virtud y la compasión por el dolor social o psicológico se procesan en la red neuronal por defecto. Ambas son respuestas que se procesan con lentitud, aquellas que imposibilitamos mientras aceleramos en nuestra vida llena de buenas noticias. Véase Rick Nauert, «Twitter Tweets, Texting May Lack Compassion», Psych Central, 14 de abril de 2009, http://psychcentral.com/news/2009/04/14/twitter-tweets-texting-may-lack-compassion/5317.html).


28. Nass, «Is Facebook Stunting Your Child’s Growth?».


29. Este dato aparece en un estudio con un gran impacto sobre el uso del teléfono móvil realizado por Nokia en 2013. Por ejemplo, véase «Mobile Users Can’t Leave Their Phone Alone for Six Minutes and Check It up to 150 Times a Day», Mail Online, http://www.dailymail.co.uk/news/article-2276752/Mobile -users-leave-phone-minutes-check-150-times-day.html.


30. Este columpio se conoce como el iPad Apptivity Seat, una sillita para recién nacidos que incluye un soporte para iPad. A continuación, incluyo la descripción que aparece en Amazon: «Es una silla para el bebé relajante y divertida que se adapta a su crecimiento y que, además, hace un hueco para la tecnología». Cabe mencionar que la aparición del columpio recibió críticas. http://www.commercial freechildhood.org/action/tell-fisher-price-no-ipad-bouncy-seats-infants.


31. Los especialistas en marketing dependen totalmente de este hecho; estos números proceden de un informe publicado en coautoría por Ipsos MediaCT y Wikia (un servidor web y un servicio de alojamiento gratuito de páginas web basadas en la tecnología wiki): «Generation Z: The Limitless Generation Study of 1,200 Teen Wikia Users by Wikia and Ipsos MediaCT,” PR NewsWire, March 19, 2013, http://www.wikia.com/Generation_Z:_A_Look_at_the_Technology_and_Media_Habits_of_Today’s_Teens».


32. Amanda Lenhardt, «Teens, Smartphones, and Texting», Pew Research Center’s Internet & American Life Project, 19 de marzo de 2012, http://www.pewinternet.org/2012/03/19/teens-smartphones-texting.


33. Amanda Lenhardt, Rich Ling, Scott Campbell et al., «Teens and Mobile Phones», Pew Research Center’s Internet & American Life Project, 20 de abril de 2010, http://www.pewinternet.org/2010/04/20/teens-and-mobile-phones.


34. «Generation Z: The Limitless Generation Study of 1200 Teen Wikia Users by Wikia and Ipsos MediaCT», PR NewsWire.


35. Este descubrimiento es resultado de una investigación realizada por la empresa LEGO, de la que oí hablar por primera vez en la presentación de Sasha Strauss en las conferencias del Instituto Milken de mayo de 2014. «Capturing the “Cool Factor” in Consumer Tech», Currency of Ideas, mayo de 2014, http://currency-of-ideas.tumblr.com/post/84355392003/capturing-the-cool-factor-in-consumer-tech.


36. El veinticinco por ciento de los estudiantes de Standford utilizan una media de cuatro medios a la vez cuando los emplean. Clifford Nass, «The Myth of Multitasking», narrado por Ira Flatow, Talk of the Nation, National Public Radio, 10 de mayo de 2013, http://www.npr.org/2013/05/10/182861382/the-myth-of-multitasking.


37. Ophir, Nass y Wagner, «Cognitive Control in Media Multitaskers». Nuevos estudios sugieren que un pequeño porcentaje de la población —entre el uno y el dos por ciento— es capaz de realizar diferentes tareas a la vez. El rendimiento del noventa y ocho o noventa y nueve por ciento restante disminuye con cada nueva tarea que realizan, y lo que es más irónico: cuantas más tareas abarcamos a la vez, menor es nuestra capacidad de multitarea. Maria Konnikova, «Multitask Masters«, The New Yorker, 7 de mayo de 2014, http://www.newyorker.com/online/blogs/mariakonnikova/2014/05/multitask-masters.html?utm_source=tny&utm_medium=email&utm_campaign=dailyemail&mbid=nl_Daily%20(173).


38. Zheng Wang y John M. Tchernev, «The “Myth” of Media Multitasking: Reciprocal Dynamics of Media Multitasking, Personal Needs, and Gratifications», Journal of Communication 62 (2012): 493-513, doi:10.1111/j.1460-2466.2012.01641.x.


39. Becker, Alzahabi y Hopwood, «Media Multitasking Is Associated with Symptoms of Depression and Social Anxiety».


40. Pea, Nass, Meheula et al., «Media Use: Face-to-Face Communication, Media Multitasking, and Social Well-Being Among 8- to 12-Year-Old-Girls».


41. El neurocientífico Jaak Panskepp de la Universidad Estatal de Washington acuñó este término. Jaak Panskepp, Affective Neuroscience: The Foundations of Human and Animal Emotions (Oxford: Oxford University Press, 1998), 151. Para una visión generalista centrada en la neurociencia del uso de la tecnología, véase Emily Yoffe, «Seeking How the Brain Hardwires Us to Love Google, Twitter, and Texting. And Why That’s Dangerous», Slate, 12 de agosto de 2009, http://www.slate.com/articles/health_and_science/science/2009/08/seeking.html.


42. La fuente de esta evocadora frase es una conversación que mantuve con Emily Carlin.


43. Giles M. Phillips, «Are Mobile Users More Vigilant?», Proceedings of the 2014 ACM Conference on Web Science (2014): 289-90, doi:10.1145/2615569 .2615642.


44. Hay indicios que apuntan a que, dentro de la industria tecnológica, una nueva generación de diseñadores converge en este punto. Por ejemplo, Justin Rosenstein, el inventor del botón de «Me gusta» de Facebook, y Tristan Harris, que en la actualidad trabaja para Google, defienden un diseño que no intente robar y capturar nuestra atención, sino ayudarnos a vivir una vida plena. Este es un tipo de diseño que calcularía el éxito de una aplicación, según Harris, no a partir del tiempo que pasamos en ella, sino del «tiempo bien empleado que pasamos en ella». Véase Rosenstein en mayo de 2014, http://techcrunch.com/video/do-great-things-keynote-by-justin-rosenstein-of-asana/518220046/ y Harris en diciembre de 2014, https://www.youtube.com/watch?v=jT5r Rh9AZf4. Harris tiene la esperanza de que el «tiempo bien empleado» se convierta en un nuevo estándar dentro de la construcción de una marca, de la misma manera que la etiqueta «orgánico» es algo que los consumidores actuales buscan. Comunicación personal con la autora, 6 de abril de 2015.


45. Oxford English Dictionary (Oxford University Press, 2015, http://www.oed.com). http://www.oed.com/view/Entry/40748?rskey=URvqon&result=1&isAdvanced=false#eid.


46. Para un análisis de cómo las universidades intentan incluir la conversación en sus planes de estudios, véase «The University: The Social Emotional Well-Being of College Students», Aspen Ideas Festival, 1 de julio de 2014, http://www.aspenideas.org/session/social-emotional-well-being-college-students.


47. El psicoanalista Heinz Kohut, que escribió sobre el tema antes de que el término conectividad constante ni siquiera hubiese aparecido, describió que las personas frágiles —a los que llamaba «personalidades narcisistas»— no se caracterizan por un amor propio, sino por una conciencia del yo dañada. Intentan encontrar un apoyo para ellos mismos convirtiendo a otras personas en lo que Kohut denomina «objetos del yo». Cuando asume el papel de objeto del yo, esa persona es percibida por otra como una parte de sí misma, y por tanto, en perfecta sintonía con el frágil estado interior. La nueva tecnología de la comunicación facilita que las personas sean servidas como rodajas del yo, lo cual nos da la sensación de que para obtener lo que necesitamos de los demás, contamos con múltiples e inagotables opciones. Sobre la explicación de la necesidad de estas «rodajas», véase Paul Orenstein, ed., The Search for Self: Selected Writings of Heinz Kohut (1950-1978), vol. 2 (Nueva York: International Universities Press, 1978).


48. Estas comidas evitan la delincuencia y la drogadicción y predicen el éxito académico. Para un análisis de esta investigación, véase Barbara H. Fiese y Marlene Schwartz, «Reclaiming the Family Table: Mealtimes and Child Health and Well-Being», Society for Research in Child Development, Social Policy Report 22, n.º 4 (2008), http://srcd.org/sites/default/files/documents/22-4_fiese.pdf.


49. El anuncio de Facebook, con su ataque irónico a la conversación, es un indicio del momento cultural que vivimos, al igual que lo es el artículo de opinión, completamente en serio, del New York Times, «Is Family Dinner Overrated?». El artículo empieza con una conocida letanía de resultados positivos derivados de las comidas familiares y, después, señala lo evidente: no es la comida el factor clave, sino el hecho de que los padres «utilicen ese tiempo para conversar con sus hijos y conocer los detalles de su día a día». La conclusión del autor es la siguiente: «Si no eres capaz de hacer de las comidas familiares algo habitual, no te mortifiques: solo busca otra manera de conectar con tus hijos».

El objetivo de este artículo de opinión es recordar a los padres que conectar con sus hijos es esencial. Si no puedes hacerlo durante la hora de la comida, hazlo en otro momento. El mensaje que hay entre líneas es que ya que todos sabemos que la hora de la comida es importante, pero realmente no comemos juntos, lo que podríamos hacer quizá es empezar a conectar en otro sitio. Bien. Pero si eliminas la hora de la comida, tienes que encontrar otro espacio. Que los científicos sociales apunten que lo que importa de la cena es la conversación, y no la comida, no significa que la comida no sea importante. La comida es muy importante porque, tradicionalmente, es el momento que nuestra cultura le dedica a la familia para hablar entre sí. Quizá es más fácil soñar con que habrá «otro momento» para conectar con nuestros hijos que convertir la cocina y el comedor en un «espacio sagrado» para la conversación; este es el primer consejo que doy a los padres que me preguntan cómo educar a un niño social en un mundo digital. Ann Meier y Kelly Musick, «Is the Family Dinner Overrated?», New York Times, 29 de junio 2012, http://www.nytimes.com/2012/07/01/opinion/sunday/is-the-family-dinner-overrated.htm.


50. Benjamin N. Waber, People Analytics: How Social Sensing Technology Will Transform Business and What It Tells Us About the Future (Upper Saddle River, Nueva Jersey: FT Press, 2015), y Benjamin N. Waber, Daniel Olguin Olguin, Taemie Kim et al., «Productivity Through Coffee Breaks: Changing Social Networks by Changing Break Structure», Proceedings of the Thirtieth International Sunbelt Social Network Conference, Trento, Italia (2010), http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1586375.


51. En el verano de 2011, visité un retiro para administradores del sector de la educación superior centrado en la «productividad». Era evidente que este grupo creía que el problema era cómo responder a las demandas para «probar» que su sistema era efectivo en términos económicos. En mitad del debate se preguntaban cómo podrían los cursos online ayudarlos a medir la participación de los estudiantes y su aprendizaje de acuerdo a las medidas estándar.


52. Y en China, Microsoft ha lanzado XiaoIce, un sofisticado sistema de inteligencia artificial diseñado para chatear contigo en tu teléfono. Una publicación de un blog del día 5 de septiembre de 2014 nos da una idea de lo ambicioso que es este proyecto: «Simplemente añadiéndola al chat, la gente puede mantener una conversación extensa con ella. Pero XiaoIce está mucho más desarrollada que los chats en vivo que recuerdas. XiaoIce es una conversadora sofisticada con una personalidad singular. Realiza un análisis sentimental y es capaz de adaptar sus oraciones y sus respuestas de acuerdo a las intervenciones positivas y negativas de sus interlocutores humanos. Puede hacer bromas, recitar poesía, compartir historias de fantasmas, ofrecerte letras de canciones, leer números ganadores de la lotería y mucho más. Igual que una amiga, es capaz de mantener conversaciones extensas que pueden alcanzar los cien intercambios de información… Desde su lanzamiento, ha mantenido quinientos millones de conversaciones. La gente estaba asombrada […] por su personalidad y su sentido del humor. XiaoIce aparece en la primera posición de la lista de los principales medios influyentes de Weibo, y actualmente tiene más de 850 000 usuarios». Fuente: publicación de blog de Stefan Weitz, director sénior de Bing, «Meet XiaoIce, Cortana’s Little Sister», 5 de septiembre de 2014, http://blogs.bing.com/search/2014/09/05/meet-xiaoice-cortanas-little-sister.


53. Véase, por ejemplo, el influyente trabajo en este ámbito realizado por Rosalind W. Picard, Affective Computing (Cambridge: The MIT Press, 2000); Los ordenadores emocionales (Barcelona: Ariel, 1998), ed. en castellano.


54. Para más información sobre esto, véase Sherry Turkle, Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other (Nueva York: Basic Books, 2011), 106.


55. Este tópico es el tema que trata el crítico tecnológico Evgeny Morozov en To Save Everything, Click Here: The Folly of Technological Solutionism (Nueva York: Public Affairs, 2013); La locura del solucionismo tecnológico (Madrid: Katz Editores, 2015), ed. en castellano, donde denomina esta falacia «solucionismo».


56. Para un ejemplo de cómo una empresa insistió en que sus consultores se tomasen un «descanso predecible» del teléfono durante la semana laboral, véase el caso del Boston Consulting Group (BCG), una gran consultora internacional. Cabe destacar que el programa también incluía tiempo para hablar con sus grupos de amigos de la universidad y su equipo, para organizar el trabajo y apoyarlo. Véase Leslie A. Perlow, Sleeping with Your Smartphone (Cambridge: Harvard Business Review Press, 2012).


57. Véase, por ejemplo, digitaldetox.org. Ahí, las normas son: «No se permite el uso de tecnología digital. No se permite el uso de teléfonos, internet o pantallas. No se permite tener miedo a perderse cosas».


58. «Steve Jobs no dejaba que sus hijos utilizaran iPhones y aquí está el porqué». Inquisitr, 11 de septiembre de 2014, http://www.inquisitr.com/1468612. El jefe de diseño de Apple, Jonathan Ive, también limita el tiempo que pasan sus hijos delante de la pantalla. Véase Ian Parker, «The Shape of Things to Come», The New Yorker, 23 de febrero de 2015, http://www.newyorker.com/magazine/2015/02/23/shape-things-come.


59. Sara Konrath, «Harnessing Mobile Media for Good», Psychology Today, 18 de diciembre de 2013, http://www.psychologytoday.com/blog/the-empathy-gap/201312/harnessing-mobile-media-good.


60. Esta simple afirmación es un ejemplo de algo de lo que la gente no se da cuenta pero sabe «de memoria». Para una muestra de esto, de nuevo, véase la popularidad de la charla TED de Brené Brown sobre el poder de la debilidad, que cuenta con más de veinte millones de visualizaciones, http://www.ted.com/talks/brene_brown_on_vulnerability?language=en.





Soledad


1. «Louis C. K. Hates Cell Phones», 20 de septiembre de 2013, vídeo de YouTube, Conan O’Brien, publicado por Team CoCo, 20 de septiembre de 2013, https://www.youtube.com/watch?v=5HbYScltf1c.


2. Ibíd.


3. Susan Cain, Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking (Nueva York: Crown, 2012); El poder de los introvertidos (Barcelona: RBA, 2012), ed. en castellano.


4. Para un repaso de los estudios sobre la red neuronal por defecto realizados durante los últimos treinta años, véase Randy L. Buckner, Jessica R. Andrews-Hanna y Daniel L. Schacter, «The Brain’s Default Network: Anatomy, Function, and Relevance to Disease», Annals of the New York Academy of Sciences 1124 (2008): 1-38, doi:10.1196/annals.1440 .011. Los autores afirman que «la red neuronal por defecto está activa cuando los individuos participan en tareas centradas en ellos mismos como la recuperación de recuerdos autobiográficos, la visualización del futuro o la concepción de la perspectiva de otras personas». También discuten la existencia de posibles conexiones entre las alteraciones de la red neuronal por defecto y los trastornos del espectro autista: para ellos, las alteraciones que se producen en la red neuronal por defecto «pueden convertir la noción de la existencia de una mente centrada y distraída ambientalmente en una concepción de las ideas de otras personas».


5. Un estudio de 2012 afirmó que la media de mensajes (es decir, el usuario medio en un test) enviados durante un día cualquiera por un adolescente entre doce y diecisiete años ascendió desde los cincuenta en 2009 hasta los sesenta en 2011. Entre chicas de catorce a dieciocho años, la cifra alcanza los cien. Amanda Lenhardt, «Teens, Smartphones & Texting», 19 de marzo de 2012, Pew Research Center for Internet, Science, and Technology, http://www.pewinternet.org/2012/03/19/teens-smartphones-texting.


6. Donald W. Winnicott, «The Capacity to Be Alone», The Maturational Processes and the Facilitating Environment: Studies in the Theory of Emotional Development (Londres: The Hogarth Press and the Institute of Psycho-Analysis, 1965), 32.


7. Henry David Thoreau, Walden (Princeton: Princeton University Press, 2004 [1854]), 136; Walden (Madrid: Cátedra, 2014 [1854]), ed. en castellano.


8. Véase, por ejemplo, Kalina Christoff, Alan M. Gordon, Jonathan Smallwood et al., «Experience Sampling During fMRI Reveals Default Network and Executive System Contributions to Mind Wandering», Proceedings of the National Academy of Sciences 106, n.º 21 (26 de mayo de 2009): 8719-24, doi:10.1073/pnas.0900234106; véase también la visión de conjunto del estudio sobre los pensamientos inconexos en John Tierney, «Discovering the Virtues of Mind Wandering» New York Times (28 de junio de 2010), http://www.nytimes.com/2010/06/29/science/29tier.html?pagewanted=all&_r=0, y Josie Glausiusz, «Devoted to Distraction», Psychology Today, 1 de marzo de 2009, http://www.psychologytoday.com/articles/200903/devoted-distraction.


9. Para una visión de conjunto sobre nuestra historia de amor con la sociabilidad, hasta el punto de haberla convertido en una virtud cívica, véase Susan Cain, El poder de los introvertidos.


10. En El poder de los introvertidos, Susan Cain nos cuenta esta cautivadora historia: el trabajo original que ensalzaba la lluvia de ideas, el hecho de reunirse para generar ideas, fue llevado a cabo por Alex F. Osborn en los cuarenta y recogido en Your Creative Power (Nueva York: Scribner, 1948). En Group Genius: The Creative Power of Collaboration (Nueva York: Basic Books, 2007), de Keith Sawyer, el autor analiza los estudios de Osborn: estos demuestran que aunque la lluvia de ideas da lugar a más ideas, también da lugar a más malas ideas. Se motiva a la gente a participar con malas ideas para intervenir en la dinámica del grupo.


11. Las estadísticas del CDC indican que las lesiones no mortales que sufren niños de menos de cinco años subieron un doce por ciento de 2007 a 2010. Esto demuestra que la tendencia se ha revertido con respecto al descenso del número de accidentes que se produjo durante la década pasada. Véase Ben Worthen, «The Perils of Texting While Parenting», Wall Street Journal, 29 de septiembre 2012, http://online.wsj.com/news/articles/SB1000087239639044477240457758968364 4202996.


12. Erik Erikson, Identity and the Life Cycle (Nueva York: W. W. Norton, 1980 [1952]) y Childhood and Society (Nueva York: Norton, 1950); Infancia y Sociedad (Buenos Aires: Hormé-Paidós, 2009), ed. en castellano.


13. Véase, por ejemplo, el estudio sobre la tradición «construccionista» de los niños que se inician como programadores realizado por el grupo Seymour Papert’s Learning and Epistemology Group del MIT. La postura clásica de esta posición se encuentra recogida en el estudio del grupo publicado bajo el título Mindstorms: Children, Computers, and Powerful Ideas (Nueva York: Basic Books, 1980). Esta tradición constructivista continúa presente en los estudios del Lifelong Kindergarten Group del MIT y en el desarrollo del lenguaje de programación de Scratch llevado a cabo por Mitchel Resnick en el MIT. http://scratch.mit.edu/info/research.


14. Winnicott, «The Capacity to Be Alone», 29-37.


15. Esto quiere decir que los pensamientos requieren soledad. Es la conversación que nuestro yo mantiene con nuestro yo. Hannah Arendt, The Origins of Totalitarianism (Nueva York: Harcourt Brace Jovanovich, 1974), 174; Los orígenes del totalitarismo (Madrid: Alianza, 2015), ed. en castellano.


16. Paul Tillich, The Eternal Now (Nueva York: Scribner, 1963), 17-18.


17. «Nos priva de un padre que nos quiera y en quien podamos confiar, y, si nada sustituye esa falta, al final solemos virar hacia la soledad durante el resto de nuestra vida. Y no solo eso, sino que nuestra soledad seguramente nos haga sentirnos malhumorados, dudar de nosotros mismos, enfadarnos, ser pesimistas, tímidos e hipersensibles a la crítica». Judith Shulevitz, «The Science of Loneliness: How Isolation Can Kill You», New Republic, 13 de mayo de 2013, http://www.newrepublic.com/article/113176/science-loneliness-how-isolation-can-kill-you.


18. Citado de Sy Safransky, ed., Sunbeams: A Book of Quotations (Berkeley: North Atlantic Books, 1990), 42.


19. Rainer Maria Rilke, Cartas a un joven poeta (Madrid: Alianza, 2015 [1929]), ed. en castellano.


20. Reed Larson, «The Emergence of Solitude as a Constructive Domain of Experience in Early Adolescence», Child Development 68, n.º 1 (1997): 80-93.


21. Aquí veo una razón para ser optimistas. El creciente interés en la meditación y en las prácticas de la concentración en la atención y la conciencia —como práctica personal y, cada vez más, como algo que se incluye a la hora de crear una empresa— es en sí mismo un indicador de la voluntad de las personas y la organización de querer desarrollar la capacidad para la soledad. Para una visión del entusiasmo por la práctica de la concentración en la atención y la conciencia, véase David Gelles, Mindful WorkNew York Times,