image

image

image

Cadavid R., Juan H.

Hidráulica de canales : fundamentos / Juan H. Cadavid R. — Medellín : Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2006.

390 p. ; 24 cm.— (Colección académica)

Incluye lista de símbolos.

Incluye bibliografía.

ISBN 958-8281-28-8

  1. Canales (Ingeniería hidráulica) 2. Dinámica de fluidos 3. Contadores de fluidos 4. Canales 5. Estructuras hidráulicas

I. Tít. II. Serie

627.13 cd 20 ed.

A1083947

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

HIDRÁULICA DE CANALES FUNDAMENTOS

Primera edición: julio de 2006

Tercera reimpresión: febrero de 2015

©  Juan H. Cadavid R.

©  Fondo Editorial Universidad EAFIT

Carrera 48A No. 10 sur - 107

Tel.: 261 95 23, Medellín

http://www.eafit.edu.co/fondoeditorial

e-mail: fonedit@eafit.edu.co

ISBN: 978-958-8281-28-8

Imagen de la carátula: Descarga de la Central Hidroeléctrica de La Tasajera en inmediaciones del municipio de Girardota (Antioquia). Fotografía realizada por el profesor Jesús Alberto Pérez Mesa (EAFIT).

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin la autorización escrita de la editorial.

Editado en Medellín, Colombia

Diseño epub:

Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Para Tomás Cadavid,
con afecto y agradecimiento.

CONTENIDO

PRÓLOGO

CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN A LA HIDRÁULICA DE CANALES

1.1. LA HIDRÁULICA EN LA MECÁNICA Y EN LA INGENIERÍA

1.1.1 ORÍGENES

1.1.2 HIDRÁULICA

1.1.3 INGENIERÍA HIDRÁULICA

1.1.4 EL MÉTODO DE LA HIDRÁULICA

1.1.5 DIVISIÓN DE LA HIDRÁULICA

1.1.5.1 DEFINICIÓN DE CONDUCCIÓN

1.1.5.2 TIPOS DE FLUJO

1.1.5.3 CANAL

1.1.5.4 HIDRÁULICA DE TUBERÍAS E HIDRÁULICA DE CANALES

1.2 CONCEPTOS BÁSICOS

1.2.1 NOCIONES GEOMÉTRICAS

1.2.1.1 CONFIGURACIÓN GEOMÉTRICA

1.2.1.2 SECCIÓN HIDRÁULICA

1.2.2 ASPECTOS DE DINÁMICA DE FLUIDOS

1.2.2.1 VELOCIDAD

1.2.2.2 ECUACIÓN DE CONTINUIDAD

1.2.2.3 CAUDAL

1.2.2.4 CLASIFICACIÓN CINEMÁTICA DEL FLUJO EN CANALES

1.2.2.5 COEFICIENTES DE CORIOLIS Y BOUSSINESQ

1.2.2.6 REGÍMENES DE FLUJO

1.3 EJERCICIOS PROPUESTOS

CAPÍTULO 2
PRINCIPIO DE ENERGÍA EN HIDRÁULICA DE CANALES

2.1 DISTRIBUCIÓN DE PRESIÓN EN UN CANAL

2.1.1 DISTRIBUCIÓN HIDROSTÁTICA DE PRESIONES

2.1.2 DISTRIBUCIÓN DE PRESIONES EN UN CANAL DE FONDO RECTO

2.1.3 DISTRIBUCIÓN DE PRESIONES EN UN CANAL DE FONDO CURVO

2.2 PRINCIPIO DE ENERGÍA

2.2.1 CARGA HIDRÁULICA

2.2.2 PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DE ENERGÍA

2.3 ENERGÍA ESPECÍFICA

2.3.1 DEFINICIÓN

2.3.2 FUNCIÓN DE ENERGÍA ESPECÍFICA

2.3.2.1 DEFINICIÓN

2.3.2.2 FORMAS PARTICULARES DE LA FUNCIÓN

2.3.2.3 CURVA DE LA FUNCIÓN DE ENERGÍA ESPECÍFICA

2.4 EJERCICIOS PROPUESTOS

CAPÍTULO 3
FLUJO CRÍTICO

3.1 CARACTERÍSTICAS

3.2 CÁLCULO DEL FLUJO CRÍTICO

3.2.1 ECUACIÓN DEL FLUJO CRÍTICO

3.2.2 CÁLCULO DE LA PROFUNDIDAD CRÍTICA

3.2.2.1 CANAL RECTANGULAR

3.2.2.2 CANAL TRIANGULAR

3.2.2.3 CANAL TRAPEZOIDAL

3.2.3 EVALUACIÓN DE LA ENERGÍA CRÍTICA

3.2.3.1 CANAL RECTANGULAR

3.2.3.2 CANAL TRIANGULAR

3.3 CONCEPTO DE ENERGÍA MÍNIMA

3.3.1 TRANSICIONES

3.3.1.1 TRANSFORMACIONES ENERGÉTICAS EN TRANSICIONES

3.4 ACCESIBILIDAD DEL FLUJO

3.5 CHOQUE HIDRÁULICO

3.5.1 CHOQUE HIDRÁULICO INDUCIDO POR UN REPECHO

3.5.1.1 CHOQUE HIDRÁULICO EN UN REPECHO CON FLUJO SUBCRÍTICO

3.5.1.2 CHOQUE HIDRÁULICO EN UN REPECHO CON FLUJO SUPERCRÍTICO

3.5.2 CHOQUE HIDRÁULICO EN UNA REDUCCIÓN TRANSVERSAL

3.5.3 LIMITACIONES Y ALCANCES DEL MÉTODO DE ANÁLISIS

3.5.4 CARACTERÍSTICAS DE UN CHOQUE HIDRÁULICO

3.6 EJERCICIOS PROPUESTOS

CAPÍTULO 4
ESTRUCTURAS DE CONTROL DEL FLUJO

4.1 CAUDAL Y FLUJO CRÍTICO

4.1.1 CALIBRACIÓN DEL CAUDAL

4.1.2 CAUDAL CRÍTICO

4.2 BREVE NOCIÓN SOBRE ORIFICIOS

4.2.1 ECUACIÓN DEL CAUDAL DE UN ORIFICIO

4.2.1.1 ECUACIÓN DEL CAUDAL PARA UN ORIFICIO PEQUEÑO

4.2.1.2 ECUACIÓN DE UN ORIFICIO GRANDE

4.2.2 ACERCA DE LOS COEFICIENTES DE ORIFICIO

4.2.2.1 EVALUACIÓN PRÁCTICA

4.2.2.2 SIGNIFICADO HIDRÁULICO DEL COEFICIENTE DE DESCARGA

4.3 COMPUERTA

4.3.1 ECUACIÓN DE UNA COMPUERTA

4.3.2 COEFICIENTES DE LA COMPUERTA

4.3.3 OPERACIÓN DE LA COMPUERTA COMO CONTROL HIDRÁULICO

4.4 VERTEDERO

4.4.1 DEFINICIONES

4.4.2 FUNCIONAMIENTO

4.4.3 ECUACIÓN DE VERTEDERO

4.4.3.1 ECUACIÓN DE UN VERTEDERO RECTANGULAR

4.4.3.2 ECUACIÓN DE UN VERTEDERO TRIANGULAR

4.4.4 EVALUACIÓN DEL COEFICIENTE DE DESCARGA

4.4.4.1 COEFICIENTE DE DESCARGA DE UN VERTEDERO RECTANGULAR

4.4.4.2 COEFICIENTE DE DESCARGA DE UN VERTEDERO TRIANGULAR

4.4.5 OPERACIÓN DE UN VERTEDERO COMO CONTROL HIDRÁULICO

4.4.6 CONCLUSIONES

4.5 EJERCICIOS PROPUESTOS

CAPÍTULO 5
PRINCIPIO DE MOMENTUN EN HIDRÁULICA DE CANALES

5.1 ECUACIÓN DE CONSERVACIÓN DEL MOMENTUM

5.2 FUNCIÓN DE MOMENTUM

5.2.1 DEFINICIÓN

5.2.2 FORMAS PARTICULARES DE LA FUNCIÓN DE MOMENTUM

5.2.2.1 RECTANGULAR

5.2.2.2 TRIANGULAR

5.2.2.3 TRAPEZOIDAL

5.2.3 CURVA DE LA FUNCIÓN DE MOMENTUM

5.3 RESALTO HIDRÁULICO

5.3.1 DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS

5.3.2 ECUACIÓN DEL RESALTO HIDRÁULICO

5.3.2.1 ECUACIONES PARTICULARES DEL RESALTO HIDRÁULICO

5.3.3 APLICACIONES DEL RESALTO HIDRÁULICO

5.3.4 TIPOS DE RESALTO HIDRÁULICO

5.4 EJERCICIOS PROPUESTOS

CAPÍTULO 6
FLUJO UNIFORME

6.1 CARACTERÍSTICAS

6.2 CÁLCULO DEL FLUJO UNIFORME

6.2.1 ECUACIÓN DEL FLUJO UNIFORME

6.2.2 PROFUNDIDAD NORMAL

6.2.3 EVALUACIÓN DEL COEFICIENTE DE MANNING

6.2.3.1 EN CANALES PRISMÁTICOS

6.2.3.2 EN CANALES NO PRISMÁTICOS

6.2.3.3 CANALES CON RUGOSIDAD VARIABLE

6.3 FLUJO UNIFORME Y FLUJO CRÍTICO

6.3.1 PENDIENTE CRÍTICA

6.3.2 TIPOS DE CANAL

6.3.3 ZONAS DE UN CANAL

6.4 APLICACIONES DEL FLUJO UNIFORME

6.5 EJERCICIOS PROPUESTOS

CAPÍTULO 7
FLUJO GRADUALMENTE VARIADO

7.1 PERFIL DE FLUJO

7.2 ECUACIÓN DIFERENCIAL DEL FGV

7.2.1 HIPÓTESIS GENERALES

7.2.2 DEDUCCIÓN DE LA ECUACIÓN DIFERENCIAL DEL FGV

7.2.2.1 PRIMERA FORMA DE LA ECUACIÓN DIFERENCIAL DEL FGV

7.2.2.2 SEGUNDA FORMA DE LA ECUACIÓN DIFERENCIAL DEL FGV

7.2.2.3 TERCERA FORMA DE LA ECUACIÓN DIFERENCIAL DEL FGV

7.2.2.4 CUARTA FORMA DE LA ECUACIÓN DIFERENCIAL DEL FGV

7.3 TIPOS DE PERFIL DE FLUJO

7.3.1 ANÁLISIS DE LOS PERFILES DE FLUJO

7.3.1.1 PERFILES DE FLUJO DE UN CANAL TIPO S

7.3.1.2 PERFILES DE FLUJO DE UN CANAL TIPO M

7.3.2 CARACTERÍSTICAS DE LOS PERFILES DE FLUJO

7.4 INTEGRACIÓN DE LA ECUACIÓN DIFERENCIAL

7.4.1 MÉTODO DIRECTO DE LOS PASOS

7.4.2 MÉTODO ESTÁNDAR DE LOS PASOS

7.5 EL CÁLCULO DE UN PERFIL DE FLUJO

7.5.1 CANAL DE UN SOLO TRAMO

7.5.1.1 TABULACIÓN DEL CÁLCULO POR EL MÉTODO DIRECTO DE LOS PASOS

7.5.1.2 TABULACIÓN DEL CÁLCULO POR EL MÉTODO ESTÁNDAR DE LOS PASOS

7.5.2 CANAL DE VARIOS TRAMOS

7.6 EJERCICIOS PROPUESTOS

LISTA DE SÍMBOLOS

BIBLIOGRAFÍA

NOTAS AL PIE

PRÓLOGO

Los conceptos son los instrumentos con que andamos entre las cosas.

José Ortega y Gasset
(El Quehacer del Hombre)

En la época en que me formaba como ingeniero reflexionaba a menudo acerca de la dificultad, que juzgaba exagerada, de algunos de los cursos que componían el currículo en cuestión. No lograba comprender cómo era posible que una aplicación exhaustiva e intensiva al estudio no derivara en mejores réditos académicos.

No caí por entonces en el lugar común de culpar al profesor a cargo. Más bien quedé convencido de que se trataba en realidad de verdaderos desafíos para el intelecto.

Una de estas materias se denominaba Flujo a Superficie Libre que es, prácticamente, equivalente a la denominación de Hidráulica de Canales. Cuando me gradué y ejercí la consultoría percibí una cierta dificultad a la hora de llevar sus conceptos a la práctica. Me resultaba sorprendente, y paradójico, que su nivel de complejidad pareciera más elevado que el de la propia mecánica de fluidos.

Por aquellos años comencé a abandonar la hipótesis del insalvable obstáculo cognitivo para intuir, más bien, que tan abrumadores problemas podrían derivarse del empleo de una metodología inadecuada en la enseñanza de esta asignatura, atribuible en parte a una evidente ruptura en la cadena de los conocimientos de base, y en alguna medida a la incapacidad docente para reconocer y enfocar las nociones esenciales.

Tiempo después, con ocasión de un postgrado realizado, retomé a fondo el estudio del asunto. Me serví de la literatura clásica empleada habitualmente en la cátedra universitaria y en la consultoría, pero tuve la fortuna de toparme con unas notas de clase en las que lo conceptual era manejado con un mejor detalle. Tal obra se denomina Appunti dalle Lezioni di Idromeccanica Applicata del profesor Augusto Ghetti a la sazón docente emérito de la Universidad de Padua.

Esta labor me llevó a entender, que amén de la poca destreza del profesor, una buena parte de la complejidad podría también achacarse a un pobre manejo del conocimiento de base en esta literatura. Y no es que la juzgue de baja calidad; lo que ocurre es que andan más interesados en suministrar procedimientos de apoyo al consultor que en la formación de un ingeniero.

Cuando me vinculé a la Universidad Eafit, como profesor de planta, no estaba entre los planes impartir la materia de hidráulica. En la aplicación docente inicial tuve la feliz oportunidad de trabajar directamente con las inquietudes epistemológicas ya relatadas. Se pretendía retomar, poner en evidencia y llevar a la práctica académica el indiscutible encadenamiento lógico que vincula las disciplinas de la mecánica de fluidos, la mecánica del medio continuo y la dinámica de sólidos rígidos. Pensaba, y pienso, que la clave para adquirir una adecuada destreza en la mecánica de fluidos reside en un buen entendimiento de los principios básicos de la mecánica.

Dos años después tuve la ocasión de impartir por primera vez un curso de hidráulica de canales. Se convirtió en una experiencia muy agradable, al extremo que lo convertí en mi preferido. Lo he servido en 27 oportunidades hasta la fecha y he faltado a esta cita sólo en dos ocasiones, en sendos periodos sabáticos.

La actuación en las materias que dirijo se basa en un principio rector que las vicisitudes y tribulaciones de la formación académica así como las reflexiones y conclusiones de la madurez sembraron en mí: enseño como me hubiera gustado que me enseñaran a mi.

Para llevarlo a cabo, divido el trabajo en el aula en dos grandes frentes destinados al suministro y fortalecimiento de una sólida herramienta conceptual y al desarrollo de aplicaciones de tipo práctico, muchas de ellas tomadas del ejercicio como consultor.

Ha sido una dura, y a veces incomprendida labor, la de hacerle entender al discípulo que la clave para resolver cualquier problema reside en la adquisición y comprensión del concepto. Cuando esto se da, sucede que ha instalado en su mente un mapa de la asignatura o de una rama del conocimiento en particular. Con ello la resolución de un problema práctico llega a ser casi un proceso automático.

En algunas ocasiones hubo respuesta positiva y en otras no. Pasado todo este tiempo, puedo decir que el balance de los resultados tiene un cariz agridulce. Esto me hizo algunas veces dudar acerca de los beneficios del método. Durante un tiempo trastabillé y cambié el procedimiento al dar más importancia a las aplicaciones que a la conceptualización. Por supuesto, éste fracasó, y los mismos estudiantes se encargaron de sugerirme que retomara la antigua metodología.

El libro que usted amable lector tiene entre sus manos se originó, pues, en esas añejas reflexiones sobre la enseñanza de la ingeniería y se fermentó en las vivencias de casi quince años de ejercicio de la cátedra de hidráulica de canales. Su intención no es otra que entregarle una ayuda y un método para acercarlo a la comprensión de este tema. Pretendo, también, dejar la huella de un estilo de enseñar. He pensado siempre que esto debe ser parte del quehacer del académico, independientemente de la existencia, en las diversas áreas formativas, de un amplio soporte bibliográfico. En este sentido, su esfuerzo debe estar dirigido a crear una literatura propia, que sobresalga por una presentación del conocimiento, a la vez coherente y pedagógica.

Su estructura se aparta bastante de la de los textos tradicionales, que abordan muchos contenidos y por lo mismo dedican escaso espacio a la parte fundamental. De esta idea central procede el titulo dado a la obra: Hidráulica de Canales – Fundamentos. Se centra pues en la parte formativa y no se enfoca en las aplicaciones avanzadas y específicas, en la que son bastante prolijos los tratados clásicos.

Podría decir, sin temor a equivocarme, que este libro contiene un relato bastante pormenorizado de lo expuesto en el aula, esto es, una especie de memoria de las sesiones de los últimos catorce años. En este sentido, no sobra hacerlo notar, existe una muy buena correspondencia entre la obra y el curso de la Universidad EAFIT.

Fue un trabajo intenso, iniciado a comienzos de febrero de 2005 y terminado a mediados de diciembre del mismo año. Hasta entonces no había escrito línea alguna y hoy pienso que el texto brotó en el momento justo, no antes.

Este libro ha sido concebido también para servir en la iniciación y divulgación de esta temática y no solamente con fines de apoyo pedagógico. Por esta razón es muchas veces insistente y repetitivo en determinados contenidos, así como abundante en notas aclaratorias y complementarias de pie de página. Créame lector: no sobran, y en eso reside la clave para que cumpla con los propósitos para los que fue elaborado.

El haber tenido una amplia relación con la disciplina, ya sea como aprendiz, ingeniero o docente me llevó a concluir que hay una noción fundamental que obstaculiza la adquisición cómoda del conocimiento en la hidráulica de canales: la de energía específica. Resulta, por lo demás, novedosa ya que no se le menciona ni en la mecánica de fluidos, ni en la hidráulica de tuberías. Se trata de una reformulación, o adaptación, del principio clásico de energía, que en una primera impresión se muestra como algo sencillo, pero que a la hora de la aplicación le crea numerosas dificultades al estudiante, especialmente porque la relación carga y profundidad (carga de presión) deja de ser unívoca.

Hay además un concepto definitivo en la hidráulica de canales, así mismo inédito, que a mi modo de ver se presenta tarde en los tratados tradicionales: el de control hidráulico. Su temprana introducción, como una noción derivada de la similaridad de Froude, contribuye a vadear, en muy buena medida, las complejidades que introduce la energía específica.

El texto articula una secuencia de siete capítulos que detallan los conocimientos mínimos que debe tener un ingeniero civil en formación de pregrado y en esta temática.

El primero acerca el asunto a sus raíces más próximas, en el campo de la mecánica y de la ingeniería. Con ello delimita el trabajo y al mismo tiempo le da al estudiante una idea con relación a los conocimientos esenciales para acometer el estudio. Incluye además algún repaso de tópicos neurálgicos, que la experiencia docente aconseja realizar. Así mismo, entrega tempranamente, en beneficio de la economía expositiva, aquellos contenidos básicos que no exigen mucho trabajo, así como ciertas nociones fundamentales que llevan a mejorar el entendimiento de algunas más complejas. Es el caso, por ejemplo, del mencionado control hidráulico.

Los tres siguientes capítulos se ocupan de conceptos relativos a la energía. Así, el segundo incorpora la noción de energía específica y formaliza la definición de control hidráulico. Se asume allí que el flujo es ideal. El tercero trabaja in extenso el concepto fundamental del flujo crítico y presenta sus aplicaciones más inmediatas. En el cuarto se discute en profundidad acerca de las estructuras para control del flujo como la compuerta y el vertedero.

El capítulo quinto discurre en el principio de conservación del momentum lineal aplicado a canales, y muy especialmente en el interesante y llamativo fenómeno del resalto hidráulico.

El sexto formaliza la noción de flujo uniforme. En conjunto, éste y el de flujo crítico conducen al de flujo de referencia, indispensable para abordar el último capítulo.

Éste se denomina flujo gradualmente variado y tiene como objetivo final el cálculo detallado del trazado vertical de la superficie libre de una canal, o perfil de flujo. Se trata, en suma, de una aplicación más avanzada del concepto de energía pues aquí se toman en cuenta las denominadas pérdidas hidráulicas.

El contenido no obstante ser apenas fundamental llega a ser extenso. Por eso resulta paradójico que se considere en un modo tan simple en la literatura clásica.

Más allá de lo conceptual, sin lo cual considero es imposible intentar aplicaciones prácticas, la obra contiene una serie de ejemplos resueltos y numerosos ejercicios propuestos.

La lectura del libro requiere, imprescindiblemente, de un conocimiento básico de la mecánica de fluidos y de la hidráulica de tuberías.

Quisiera, finalmente, expresar un especial agradecimiento a la Universidad Eafit por haber alentado y patrocinado la realización de este Proyecto, al conceder el tiempo y recursos logísticos necesarios para su ejecución. Así mismo, a Tomás Cadavid por la comprensión y paciencia con mi aplicación a este empeño durante los fines de semana y las vacaciones. A Rita Inés Calle, estudiante de último semestre de ingeniería civil, por haber tenido la amabilidad de leer el texto desde la óptica del aprendiz, objetivo primordial de este proyecto, de hacer valiosas sugerencias, y de cazar gazapos y errores tipográficos.

Juan H. Cadavid R.
Medellín, Antioquia
Diciembre de 2005

L’objectif premier pour un éducateur est de former des autodidactes.
Frère Daniel de Montmollin

1.

INTRODUCCIÓN A LA HIDRÁULICA DE CANALES

Este capítulo tiene como objeto preparar el desarrollo de los temas esenciales de la hidráulica de canales.

En una primera parte se discute acerca de la relación entre la hidráulica de canales y la mecánica de fluidos. Se muestra que la hidráulica, en un sentido general, se gestó y adquirió un perfil propio como parte del intento por hacer aplicables los principios de la mecánica de fluidos a problemas prácticos de transporte de líquidos. Así mismo se da una mirada al vínculo de la hidráulica con la ingeniería en general y con la civil en particular. Este preámbulo es inevitable porque lleva a delimitar el objeto específico del libro y a mostrar un camino por recorrer.

En la segunda parte, el lector toma contacto con el material mínimo que le facilitará adentrarse en el estudio del libro. Se hace especial énfasis en dos grandes categorías: la concepción geométrica del canal y las nociones de base de la mecánica de fluidos. Estos conceptos pueden entregarse tempranamente, porque no demandan un tratamiento muy exhaustivo y sería innecesario aplazarlos y dedicarles mucho espacio. Hace parte también de los contenidos iniciales una presentación novedosa, y provisional, de otros conceptos como son la definición de los regímenes subcrítico, crítico y supercrítico, derivados de la similaridad de Froude, y de la noción fundamental de control hidráulico. Si no se hiciera así, la exposición venidera resultaría más ardua y complicada.

1.1. LA HIDRÁULICA EN LA MECÁNICA Y LA INGENIERÍA

1.1.1 ORÍGENES

El líquido es uno de los estados en que se manifiesta la materia. El hombre tiene contacto cotidiano con diversas variedades de ellos. Aparecen como alimento, en el fenómeno lluvia-escorrentía, como combustibles, en el funcionamiento del propio cuerpo, o en toda clase de procesos industriales. Para su aprovechamiento se requiere almacenarlos o transportarlos. La comprensión y modelación de estos procesos encaja dentro de la mecánica de fluidos, una rama más especializada de la mecánica del medio continuo.

La mecánica de fluidos se estructura alrededor de cuatro principios de conservación que conducen a sendas ecuaciones y la hacen aplicable a situaciones de índole práctico. Éstos son:

Principio de conservación de la energía
Principio de conservación del momentun lineal
Principio de conservación del momentun angular
Principio de conservación de la masa

Los tres primeros principios se emplean en las aplicaciones de la mecánica clásica (newtoniana), con alguna de las siguientes idealizaciones del cuerpo libre: partícula, cuerpo rígido o sistema de partículas. El resultado es la determinación de las variables cinemáticas.

Las dificultades operativas inherentes a sistemas de muchas partículas requieren de otro tipo de idealización del cuerpo libre, llamado medio continuo y por tanto de una nueva especialización de la mecánica: la mecánica del medio continuo (o del medio deformable). Es allí donde justamente comienza a hacerse necesario el cuarto principio, el cual se consolida en la mecánica de fluidos donde llega a ser imprescindible. La conservación de la masa se reduce a la del volumen en aquellas aplicaciones donde el fluido se comporta como incompresible. El principio se conoce, en consecuencia, como de la continuidad.

El número de salidas esperables se reducen a las variables de velocidad y de presión en las aplicaciones de la mecánica de fluidos y el problema se considera cerrado cuando éstas se conocen.

Así mismo, el concepto - más general - de medio continuo se transforma en el de campo de flujo al pasar a la mecánica de fluidos. La aplicación de las ecuaciones de conservación se realiza sobre una zona específica del campo de flujo, llamada volumen de control.

Existen dos versiones, que se utilizan de acuerdo con el grado de precisión esperado en una aplicación:

Volumen de control diferencial
Volumen de control finito

Un volumen de control diferencial posee la misma estructura geométrica del elemento mínimo de análisis empleado en la mecánica del medio continuo, esto es, la del diferencial de volumen asociado a los diferentes sistemas de coordenadas utilizados en el cálculo infinitesimal (por ejemplo el cubo, en el cartesiano). El campo de flujo queda, por ende, dividido en un sinnúmero de ellos.

Un volumen de control finito cubre zonas amplias (finitas) del campo de flujo en estudio y se adapta, consecuentemente, a la forma de elementos empleados en el transporte y almacenamiento de fluidos, como son tuberías, canales, fuselajes, alas, hélices, bombas, turbinas, tanques, embalses, etc. Esto es, los objetos prácticos que se encuentran en algunas aplicaciones de la ingeniería.

Cada variedad de volumen de control requiere que las ecuaciones de conservación se escriban en forma apropiada. Se trata por tanto, de ecuaciones diferenciales en derivadas parciales en el caso de uno diferencial y de ecuaciones integrales en el de uno integral. Esta especificidad lleva a hablar de un enfoque diferencial y de un enfoque integral de la mecánica de fluidos. El problema de la modelación de líquidos adquiere así un nuevo grado de particularización.

El enfoque – o método - diferencial sirve para determinar la velocidad y la presión en cada punto y en cada tiempo del campo de flujo. Por ello se les denomina, más apropiadamente, campo de velocidades y campo de presiones. Es factible acceder a soluciones cerradas (o analíticas) de las ecuaciones que caracterizan este tipo de problemas al emplear la hipótesis de fluido ideal (hidrodinámica clásica) o también en algunas situaciones, muy particulares, de flujo laminar. Es preciso recurrir a procedimientos numéricos en la mayoría de las circunstancias, pero, aún así, no es siempre posible lograr una solución, en virtud de la carencia de modelos teóricos para describir la turbulencia y por la irregularidad de algunas condiciones de borde1. Por estas razones, resulta ser un problema bastante especializado y no asequible a la formación primaria del ingeniero.

Una primera mirada sobre la estructura de las ecuaciones de conservación escritas en forma integral deja una impresión de complejidad y dificultad similares a las halladas en el caso del enfoque diferencial. Y las tiene. De hecho hay todavía mucho por hacer para disponer de metodologías de cálculo con base en esta clase de ecuaciones.

No obstante, estas complejas ecuaciones pueden ser reducidas a simples expresiones algebraicas, si se asume que el fluido es incompresible (líquido) y que los valores promedios de la velocidad y de la presión representan adecuadamente el comportamiento de esos campos sobre las superficies que delimitan un volumen de control. Con estas hipótesis han sido obtenidas las conocidas expresiones para la continuidad y para la energía por unidad de peso (teorema de Bernoulli):

image

image

La utilidad práctica de este sistema de ecuaciones es bien conocida. Permite calcular, a partir de cantidades de referencia, valores (promedio) de velocidad y presión sobre áreas finitas del volumen de control.

Las complejidades expuestas para el método diferencial hicieron, históricamente, difícil la tarea de aproximar la mecánica de fluidos a la ingeniería. Ese acercamiento ha sido posible gracias al método integral. En él se encuentra la base teórica de lo que en principio podría denominarse hidráulica.

1.1.2 HIDRÁULICA

La hidráulica sería, en consecuencia, la aplicación del método integral de la mecánica de fluidos a aquellos problemas de la vida práctica en que intervienen líquidos2. Podría agregarse – no sin cierta reserva- que ésta es la rama aplicada de la mecánica de los fluidos incompresibles3.

1.1.3 INGENIERÍA HIDRÁULICA

La ingeniería es quien se ocupa hoy en día de la solución de problemas prácticos en que intervienen líquidos. Estaría, por consiguiente, plenamente justificada una asociación entre hidráulica e ingeniería4. Se da así en la práctica. De allí que se hable en forma corriente de ingeniería hidráulica, en el caso específico de la ingeniería civil, y se presente como una de las especializaciones de esta rama de la ingeniería.

Así vista, la hidráulica comprendería los métodos para efectuar cálculos y llegar a resultados cuantitativos indispensables para solucionar cualquier problema en que intervenga un líquido. Por eso es una actividad esencialmente práctica, cuyos rudimentos debe conocer cualquier ingeniero.

1.1.4 EL MÉTODO DE LA HIDRÁULICA

A pesar de esta visión esencialmente práctica, es complicado deslindar totalmente la hidráulica de la mecánica de fluidos. Es aún más difícil delimitar una frontera precisa; determinar dónde acaba la mecánica de fluidos y comienza la hidráulica.

Sin embargo, hay un aspecto que podría dar alguna luz en este asunto.

Las situaciones reales a que se enfrenta la ingeniería distan –por lo general– bastante de las idealizaciones con que trabajan –un poco en abstracto– la física y las ramas más especializadas de ella. No bastó entonces con que la mecánica de fluidos hubiera provisto a la hidráulica de una herramienta operativa para que ésta se hubiera incorporado activamente a la ingeniería. Ha habido que realizar un trabajo complementario, que ha permitido adaptar, poco a poco, las ecuaciones de conservación a los problemas reales que maneja la ingeniería. Por eso, muchas expresiones empleadas en la hidráulica contienen coeficientes de corrección que hacen que las estimaciones obtenidas a partir de expresiones analíticas coincidan con las observadas.

Se puede ilustrar esta situación, por ejemplo, con la modificación realizada al teorema de Bernoulli, el cual, en su formulación original, ignora la carga hidráulica perdida (para el movimiento) hf. La célebre ecuación de Darcy se utiliza para calcularla en sistemas a presión:

image

El término f es el conocido factor de fricción. Las expresiones de que se dispone actualmente para evaluarlo, son el producto final de un trabajo monumental detrás del que hubo altas dosis de labor analítica, aproximación fenomenológica, experimentación y heurística.

Éste es sólo un logro de la utilización del método experimental (que hace uso intensivo de la teoría de modelos y del análisis dimensional), el cual llega a ser fundamental para la hidráulica, quizá mucho más que para la mecánica de fluidos.

En este sentido, podría decirse que la frontera entre la mecánica de fluidos y la hidráulica la marca el hecho que ésta tiene que tener, necesariamente, un carácter más experimental que aquella, pues la experimentación es la única alternativa para franquear el abismo citado entre la física y la ingeniería.

Podría afirmarse, por consiguiente, que el término método hidráulico es casi un sinónimo de método experimental; una manera alternativa de acercarse a los fenómenos físicos de los líquidos. Por lo demás, ha sido así a lo largo de la historia de la humanidad. Por ello, cabría también concebir la hidráulica como una evolución separada de la mecánica de fluidos.

Este hecho y la mencionada asociación de la hidráulica con la ingeniería, han llevado históricamente a plantearse el interrogante si la hidráulica debe considerarse una ciencia o por el contrario una técnica. En este caso tampoco es posible dar una respuesta absoluta. Tiene mucho de ciencia gracias a su vínculo metodológico con la mecánica de fluidos y bastante de técnica por su aplicación ingenieril.

1.1.5 DIVISIÓN DE LA HIDRÁULICA

En principio parece innecesario establecer una división de la hidráulica. No obstante su carácter práctico, más que su enfoque experimental, lo hacen aconsejable.

Se puede elaborar con base en dos aspectos que aparecen en cualquier proyecto de ingeniería hidráulica:

El objeto necesario para transportar el líquido (conducción)
Las modalidades como se transporta (tipos de flujo)

1.1.5.1 DEFINICIÓN DE CONDUCCIÓN5

Es un volumen de control finito que sirve para movilizar un líquido entre dos puntos.

En el caso específico de la ingeniería, es la estructura usada para conducir un líquido desde una fuente de alimentación (origen) hasta un sitio seleccionado (destino). Se distinguen dos variedades, según la forma de construirlas:

CONDUCCIÓN CERRADA

El líquido no se expone a la intemperie. Se trata, en consecuencia, de tuberías, túneles o alcantarillas de cajón (“box culvert”).

CONDUCCIÓN ABIERTA

El flujo se desarrolla expuesto a la intemperie. Las corrientes naturales son una clase especial de conducción abierta.

1.1.5.2 TIPOS DE FLUJO

FLUJO A PRESIÓN

Se establece cuando el líquido y el contorno sólido se encuentran en contacto a lo largo de todo el perímetro transversal de la conducción y no hay presencia de gas en esa interfase. El área del conducto, Ao, y la del flujo, Af, coinciden en tal condición, (Figura 1.1a). De esto se sigue que el flujo ejerce una presión manométrica no nula sobre la totalidad de la pared sólida que encierra al área Ao. Por ello, si se perforara la conducción en su parte superior se proyectaría un chorro vertical. Se dice, por tanto, que el flujo se halla totalmente confinado en el conducto; de ahí el nombre alterno que se da a esta modalidad de flujo: flujo confinado6.

image

FIGURA 1.1

FLUJO A SUPERFICIE LIBRE

En circunstancias apropiadas, un líquido puede fluir en una conducción cerrada sin hacer contacto completamente con el contorno sólido que lo contiene (Figura 1.1b). En estas condiciones, se hace indispensable distinguir el área del flujo de aquella del conducto (figura 1.1b):

Ao > Af

El área del flujo ejerce una presión manométrica positiva sobre el contorno sólido. La zona ubicada hacia abajo, a partir del límite superior de la conducción, y cuya área es Al (figura 1.1b) contiene únicamente aire y está sometida, en consecuencia, a una presión manométrica nula7. En particular, el límite inferior del área Al lo marca el nivel del líquido presente en la sección:

At = AoAf

La superficie que interseca este nivel, queda, por ende, libre de una presión diferente de la del aire, y por este hecho se le denomina superficie libre. De esto se sigue que existe un flujo a superficie libre cuando el líquido tiene algún contacto con una interfase gaseosa.

FUNCIONAMIENTO DE CONDUCCIONES ABIERTAS Y CERRADAS

En una conducción abierta, el funcionamiento como flujo a superficie libre es el único posible. No puede presurizarse nunca, pues lo impide la ausencia de una pared sólida en la parte superior. Por el contrario, una cerrada opera según ambas modalidades de flujo. Así:

1. La conducción trabaja a presión algunas veces. En otras lo hace a superficie libre. Es claro que ambos funcionamientos tienen que ocurrir en forma no simultánea.

Considérese, a manera de ejemplo, la siguiente situación de índole práctica. Un embalse y una captación que empalma con una tubería. Tómense dos periodos hidrológicos extremos: uno de verano y otro de invierno. Los aportes hidrológicos deben ser escasos en el primero (figura 1.2b), por tanto el nivel es insuficiente en el embalse para conformar flujo a presión dentro de la tubería, y, en consecuencia, se establece en ella un flujo a superficie libre. Por el contrario, la abundancia de líquido en el invierno hace que el nivel crezca en el embalse hasta valores que permitan producir flujo a presión en la conducción (figura 1.2a). La transición de un periodo hidrológico hacia otro podría determinar, pues, el cambio de una variedad de flujo en otra.

image

FIGURA 1.2

2. La conducción opera a presión en una zona específica, y en otra a superficie libre. Se habla entonces de un funcionamiento mixto.

Esta condición se recrea en la figura 1.3. El flujo a superficie libre cubre la zona izquierda de la brida8. Se halla presurizado a la derecha de ella.

Los siguientes son los factores que fijan, en general, los tipos de operación señalados:

Sección transversal
Caudal
Clase de estructura de captación
Estructuras hidráulicas a lo largo del canal
Pendiente y rugosidad

image

FIGURA 1.3

1.1.5.3 CANAL

La articulación entre el concepto de conducción y modalidad de flujo, lleva inmediatamente a establecer una definición formal de canal:

Un canal es toda conducción abierta o cerrada, que exhibe un funcionamiento de flujo a superficie libre9. Es bueno insistir en que se trata de una enunciación basada únicamente en el modo de operar del conducto y de ninguna manera en aspectos geométricos o constructivos.

De acuerdo con lo afirmado, una conducción cerrada puede funcionar en ciertos sectores como tubería o como canal. Por ejemplo, en el caso ya citado, de la figura 1.310.

TIPOS DE CANAL

Como se verá a lo largo de este libro, existe más de una modalidad de clasificación para canales. La más elemental se obtiene cuando se emplea, como criterio, el procedimiento utilizado para crearlos:

Canales naturales
Canales artificiales

CANALES NATURALES

Hacen parte de esta categoría aquellos que la acción exclusiva de los agentes de la naturaleza (en particular la erosión)11 ha conformado a lo largo del tiempo. Esto es, las corrientes naturales12 como:

Ríos
Arroyos y quebradas
Estuarios

CANALES ARTIFICIALES

Los canales proyectados y construidos por el hombre:

Vías navegables
Sistemas de Alcantarillado
Cunetas
Vertederos de excedencias
Aforadores
Obras de rectificación para corrientes naturales
Conducciones para abastecimiento de agua potable
Canaletas
Acequias
Canales para riego

1.1.5.4 HIDRÁULICA DE TUBERÍAS E HIDRÁULICA DE CANALES

Se denomina hidráulica de tuberías a aquella rama que comprende la teoría hidráulica y los procedimientos destinados al diseño de conducciones que operan presurizadas.

El término de tuberías induciría a pensar, en principio, que sólo se toma en cuenta a las conducciones de sección circular. Excluiría, por ello, aquellas que utilicen otra variedad de sección transversal, como un “box culvert”, por ejemplo.

No es así realmente. Ocurre que el denominativo de hidráulica de tuberías se ha impuesto ampliamente en la práctica de la ingeniería, en vista del empleo intensivo, en flujo a presión, de conducciones circulares. Por tanto, parecería más conveniente, desde un punto de vista metodológico, usar el término hidráulica de conductos a presión. La designación hidráulica del flujo a presión se oye también, así como la de hidráulica del flujo confinado.

Se llama hidráulica de canales a la rama que comprende la teoría y los procedimientos para el diseño de conducciones que transportan flujo a superficie libre. Si bien este término luce menos restrictivo que el de hidráulica de tuberías, podría inducir a pensar que sólo se ocupa de flujo a la intemperie. El término canal abierto (traducción del inglés open channel) empleado en forma corriente por muchos ingenieros contribuye notablemente a alentar esta confusión. No obstante, hay en este sentido menos problema, pues los canales cerrados no constituyen la aplicación más común. Menos frecuente es la utilización de la denominación hidráulica de los conductos a superficie libre.

En esta obra, dado su carácter práctico, se hará mención habitual de los términos, hidráulica de tuberías e hidráulica de canales. Ambas designaciones poseen la ventaja adicional de referir el trabajo hidráulico a objetos muy familiares para el ingeniero.

La hidráulica de tuberías dispone actualmente de una teoría consolidada y comprobada que parece haber ya resuelto en forma satisfactoria el complejo problema del cálculo del factor fricción. A esto ha contribuido, sin duda, el hecho de que la rugosidad superficial sea en muchas ocasiones una variable fácil de establecer, especialmente en el caso de las tuberías nuevas (es un dato de fábrica). Los procedimientos de diseño están suficientemente probados, son relativamente simples y poseen buena confiabilidad. La equivalencia entre el área de la sección y el área del flujo, admite expresar las ecuaciones de conservación en función de términos algebraicos, en lugar de diferenciales. El desarrollo logrado en los últimos años ha permitido, además, acceder a soluciones rápidas en computador para sistemas de tuberías y así convertir muchos diseños en asunto de rutina.

En la práctica de la hidráulica de canales, se encuentra una amplia gama de materiales aptos para conformar la pared sólida, que hacen factible la existencia de un sinnúmero de rugosidades superficiales13, especialmente en los canales naturales. Por ello hoy en día, para evaluar la energía disipada, sólo se puede aplicar parcialmente una metodología similar a la usada en la hidráulica de tuberías. A esta dificultad hay que agregarle la variabilidad del área del flujo a lo largo del canal, la cual obliga a plantear la ecuación de energía en forma diferencial14. Los aspectos citados impiden que la teoría de la hidráulica de canales y los métodos de diseño sean tan sencillos, como sucede en la de tuberías. Así mismo, los procedimientos no están tan normalizados, y se depende bastante de la experiencia y buen criterio del proyectista.

Las características expuestas han determinado que se produzca tradicionalmente la división de la hidráulica en las citadas ramas. Se hace necesario tenerla en cuenta tanto para efectos de aplicación práctica como de enseñanza. En ésta parece más conveniente proceder así, por razones de índole pedagógica15.

A esta estratificación ha contribuido también, sin duda, el hecho que la hidráulica de canales sea un tema particularmente afín a la esfera aplicativa de la ingeniería civil, mientras que la hidráulica de tuberías, que también le atañe a ella, aparece en otras variedades de la ingeniería como son la ingeniería mecánica, la sanitaria y en menor grado en la ingeniería industrial y la química16.

En la práctica de la ingeniería civil, un canal se proyecta exclusivamente para transportar agua o mezclas de ella con sedimentos, sólidos o líquidos de desecho17.

1.2. CONCEPTOS BÁSICOS

Una vez se ha dado una ilustración suficiente acerca del tema y alcance de este libro, conviene adentrarse en aquellas nociones de base que servirán de soporte a los contenidos por examinar en los siguientes capítulos.

Por motivos de índole metodológica, se ha creído aconsejable someterlas a la consideración del lector divididas en dos categorías: nociones geométricas y nociones de dinámica de fluidos. Con relación a esta última, vale la pena aclarar que se trata de revisar rápidamente algunos conceptos que no requieren de gran profundización, y así mismo, de introducir otros indispensables para abordar los temas por venir.

1.2.1 NOCIONES GEOMÉTRICAS

1.2.1.1 CONFIGURACIÓN GEOMÉTRICA

Un canal, al ser una conducción, no posee una configuración geométrica muy diferente de las ya conocidas y tratadas en la hidráulica de tuberías.

Como tipo específico de conducto que es, el cuerpo del canal está limitado en un sentido general por dos puntos extremos o condiciones de borde. Éstas pueden corresponder, en algunas aplicaciones, a otro canal, conducción a presión u otra clase de estructura hidráulica.

Un canal queda caracterizado en su aspecto geométrico por un eje longitudinal y una sección transversal.

EJE LONGITUDINAL DE UN CANAL

Corresponde al trazado tridimensional. Lo definen los puntos que forman el fondo de éste. Se referencia habitualmente al sistema coordenado cartesiano usado en topografía. Por ejemplo, un punto m cualquiera sobre el eje queda identificado por la terna (Xm,Ym,Zm). La coordenada Zm es, por consiguiente, la cota del fondo de un canal.

En la práctica –como en el caso de la ingeniería de vías– se utilizan proyecciones del eje sobre el plano horizontal XY y el vertical XZ. Equivalen, respectivamente, al alineamiento horizontal y vertical empleados en esta rama de la ingeniería civil.

Es costumbre servirse de la proyección XZ para los desarrollos teóricos y para la aplicación de la hidráulica de canales. Por ende, un canal idealizado se ve como el ilustrado en la figura 1.4.

El fondo tiene una inclinación respecto al eje X, denotada por medio del ángulo θ. A partir de éste se calcula la pendiente, la cual se indicará de aquí en adelante por So.

image

FIGURA 1.4

SECCIÓN TRANSVERSAL

Una sección transversal en un punto de un canal (m en la figura 1.4) puede ser, en principio, cualquier plano originado en el eje transversal perpendicular al eje longitudinal. Resulta evidente que es posible trazar allí muchos de ellos, pero en la práctica interesan únicamente dos.

El primero es normal al fondo del canal (según la línea n de la figura 1.4). El segundo, el que contiene una línea paralela al eje coordenado vertical (ζ en la figura 1.4)18.

Si se acepta que las líneas de flujo son paralelas al fondo, éstas intersecan el plano de n en forma perpendicular. Éste es, por tanto, el mismo utilizado para aplicar la ecuación de la continuidad (sección transversal del flujo). Por su parte, el de ζ alberga la carga hidráulica usada con la ecuación de energía.

Acorde a lo expuesto parecería necesario utilizar dos tipos de sección transversal en la hidráulica de canales.

Ambas se encuentran vinculadas por medio de una simple relación geométrica, que emplea las líneas representativas de cada plano. Éstas cortan la superficie libre, en los puntos r y k y de esta manera se definen las líneas d, y (figura 1.4).

En el triángulo mkr rectángulo en r (figura 1.4) se verifica que:

image

Las dos variedades de sección transversal difieren en función del coseno del ángulo θ, de acuerdo con la anterior ecuación. Por ende, sólo coinciden cuando éste valga 1, esto es, para el caso de un canal horizontal. Si el ángulo crece – y el canal se hace más empinado -esta diferencia se incrementa correlativamente.

Es factible, no obstante, utilizar en la mayoría de las aplicaciones prácticas una única clase de sección transversal. Dos aspectos fundamentales justifican esta simplificación:

1. La influencia de la pendiente en el diseño de canales. La estabilidad del canal exige usar valores pequeños de ella.

2. La relación entre el ángulo θ y la pendiente del canal. Para las pendientes aconsejables (según 1.) el ángulo correspondiente tiene que ser pequeño y la diferencia longitudinal de las líneas d, y llega, consecuentemente, a ser despreciable (ecuación 1.1).

Estos dos aspectos serán examinados más profundamente a continuación.

INFLUENCIA DE LA PENDIENTE EN EL DISEÑO DE UN CANAL

Un canal transporta, en general, los flujos de la naturaleza o hidrológicos. Es decir, la escorrentía superficial más el material que desprende (eventualmente) de la superficie del terreno que transita antes de alcanzar un canal. En estas condiciones, el flujo en canales es bifásico en un sentido estricto, aunque se haga abstracción de ello en el diseño19. Esta fase sólida puede estar formada por diversos tamaños de la curva granulométrica. La acción combinada de los granos de la fracción gruesa de la curva y de la velocidad con que son arrastrados produce un efecto abrasivo sobre las paredes. Esto podría resultar muy comprometedor para la estabilidad de la sección transversal, sobre todo si ésta no ha sido protegido con un recubrimiento sino simplemente excavada en tierra.

Controlar los contenidos de la fracción sólida requiere de unas soluciones que podrían incrementar bastante los costos de un proyecto20. Lo usual, por consiguiente, es que, en el diseño, se consiga una velocidad media inferior a la máxima tolerable21.

Por otra parte, la pendiente es una variable que influye apreciablemente sobre el valor de la velocidad media del canal, V. Ello no ocurre en el flujo a presión. En el capítulo 6 se muestra que ambas se relacionan de acuerdo con la siguiente expresión:

image

De ella, resulta evidente que un incremento de la pendiente causa un aumento proporcional de la velocidad en la sección transversal. Por tanto, el mantener la pendiente del canal dentro de magnitudes razonables permite conseguir velocidades aceptables.

La simplicidad constructiva requiere que el eje de un canal se adapte, de la manera más aproximada posible, a la pendiente del terreno que va a recorrer22.

En consecuencia, es sencillo lograr valores apropiados para la pendiente de un canal en proyectos ubicados en zonas topográficamente planas. No así, en el caso de los localizados en las montañosas (canales recubiertos), donde fijar una magnitud aceptable para ella implica eludir la inclinación natural del terreno. Esto obliga a construir el canal soportado en pórticos, los cuales podrían tener un carácter monumental y así elevar el costo del proyecto hasta tornarlo inviable. En estas situaciones, una solución más económica consistiría en hacerlo de varios tramos, con pendientes que garanticen la velocidad máxima admisible, y conectados por medio de pequeñas caídas verticales (canal en escalones) (figura 1.5).

image

FIGURA 1.5

En caso de no poder eludir la pendiente del terreno, se acude a otras opciones como una estructura de caída o un canal en tabiques (figura 1.6). En ambos tipos se dispone, a manera de obstáculo, de unos bloques sobre el fondo del canal, con el fin de que el flujo impacte contra ellos y así posibilitar que la velocidad alcance el valor deseado.

image

FIGURA 1.6

Una idea del efecto de la pendiente sobre la velocidad puede apreciarse en la tabla 1.1. Contiene las magnitudes de velocidad media calculadas23 para un canal rectangular recubierto con un hormigón de buen acabado. Se examinaron pendientes comprendidas entre 0 % y 10 %, dos anchos de la sección y cuatro caudales diferentes.

image

TABLA 1.1

Para la pendiente del 5 % (y superiores) se observa que el valor límite de la velocidad, 3 ms-1, resulta, en general, superado24. También para algunos inferiores, aunque es menos frecuente.

Toda la discusión lleva a concluir que el límite práctico de velocidad máxima exige proyectar canales con una pendiente pequeña.

RELACIÓN ENTRE LA PENDIENTE Y EL ÁNGULO DEL CANAL

La pendiente del 5 % equivale a un ángulo θ = 2.862° y el coseno respectivo es 0.9988. En un canal que tenga esta pendiente, si d = 2 m entonces y = 2.002 m (ecuación 1.1). Esto es, existe una diferencia de 2 mm entre la longitud de ambas líneas y un error porcentual del 0.125 %. Es claro que en este caso no hay una necesidad práctica de marcar una distinción entre la sección transversal normal y la vertical.

La tabla 1.2 ayuda finalmente a consolidar esta idea. Incluye los errores inducidos por varios valores de pendiente (hasta 10 %)25. Se observa que el error porcentual para una pendiente del 10 % es inferior al que producen muchas de las aproximaciones introducidas en el diseño.

image

TABLA 1.2

Para el rango de pendientes analizado (esto es, para canales de pendiente no grande), la diferencia entre los dos tipos posibles de sección transversal llega a ser irrelevante. Por ende, sólo es preciso utilizar una de ellas y desechar la otra.

El sentido práctico de la ingeniería sugiere el empleo de la sección vertical, sobre todo por la facilidad que representa tomar medidas en esta dirección. En conclusión:

En la mayor parte de las aplicaciones prácticas de la hidráulica de canales carece de sentido distinguir las dos variedades de sección transversal. Por tanto, se entenderá de aquí en adelante que la sección transversal de un canal es la correspondiente al plano vertical que interseca el cuerpo de éste. Esto implica aceptar que ésta se use así mismo con la ecuación de continuidad.

TIPOS DE SECCIÓN TRANSVERSAL EMPLEADAS EN CANALES

Los canales artificiales se construyen con unas secciones transversales cuya forma obedece a uno, o unos, entre los siguientes criterios: una aplicación específica, economía, topografía, resistencia estructural o estabilidad geotécnica. A continuación se presenta una descripción de las clases utilizadas con mayor frecuencia:

SECCIÓN RECTANGULAR