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Introducción . . . . . . . . . . . . 6

1. Una página en blanco . . . . . . 8

2. Los sonidos del silencio . . . . . 10

3. Dinosaurios y Dragones . . . . . 12

4. ¿Qué es ese olor? . . . . . . . . 14

5. ¿Qué tan profundo es lo profundo? . . . . . . . . . 16

6. Pegamento . . . . . . . . . . . 18

7. Más rápido que la luz . . . . . . 20

8. Una herramienta para Dios . . . 22

9. Huesudo . . . . . . . . . . . . 24

10. La historia de las estrellas . . . 26

11. Yakety–Yak . . . . . . . . . . . 28

12. El contador de estrellas . . . . . 30

13. Aun las rocas . . . . . . . . . . 32

14. Desde chico . . . . . . . . . . 34

15. ¡Grandes bolas de fuego! . . . . 36

16. Tronco y ramas . . . . . . . . . 38

17. Oídos para oír . . . . . . . . . . 40

18. Lleno de poder . . . . . . . . . 42

19. Gracia del tamaño del universo . . . . . . . . . . . 44

20. Escalar montañas . . . . . . . 46

21. ¡Alguien te observa! . . . . . . 48

22. Iluminar el mundo . . . . . . . 50

23. Descansar bajo la sombra . . . 52

24. Toda la creación canta . . . . . 54

25. ¿Demasiado ocupado? . . . . . 56

26. Brilla . . . . . . . . . . . . . . 58

27. La tierra se mueve… ¡bajo mis pies! . . . . . . . . . . 60

28. Tesoros que perduran . . . . . 62

29. Hijo de poder . . . . . . . . . 64

30. El factor asombro . . . . . . . 66

31. Cuando las estrellas mueren . . 68

32. La belleza interior . . . . . . . 70

33. El caballito de mar . . . . . . . 72

34. Jugo de escarabajos . . . . . . 74

35. ¿Un milagro? ¡Sí, eso eres tú! . . 76

36. Ojo, mucho ojo . . . . . . . . . 78

37. ¿Cuál camino? . . . . . . . . . 80

38. Un Dios gigante . . . . . . . . 82

39. Peligro: ¡Veneno! . . . . . . . . 84

40. Una situación peluda . . . . . 86

41. Sigue al líder . . . . . . . . . . 88

42. Palmear las Pléyades . . . . . . 90

43. Hermoso e inquebrantable . . . 92

44. Probar y ver . . . . . . . . . . 94

45. Derribando el « Big Bang » . . . 96

46. Respira . . . . . . . . . . . . . 98

47. Con los pies sobre la tierra . . 100

48. No te pares en Saturno . . . . 102

49. ¿Quién está ahí? . . . . . . . 104

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CONTENIDO

50. Incontables . . . . . . . . . 106

51. Átomos, electrones, quarks y cosas . . . . . . . . 108

52. No solo uno más entre el montón . . . . . . . 110

53. Ilumínalo . . . . . . . . . . . 112

54. Perfectamente planeado y creado . . . . . . . . . . . 114

55. Nace una estrella . . . . . . . 116

56. En familia . . . . . . . . . . 118

57. Gruñidos y quejidos . . . . . . 120

58. El planificador . . . . . . . . 122

59. Amigos poco probables . . . 124

60. Los grandes lloran . . . . . 126

61. Torcido . . . . . . . . . . . . 128

62. Eclipsado . . . . . . . . . . . 130

63. ¡Cuidado! ¡Va a estallar! . . . 132

64. ¡Tan grande! . . . . . . . . . 134

65. Roca dinosaurio . . . . . . . . 136

66. Todos juntos . . . . . . . . . 138

67. ¡Una auténtica joya! . . . . . 140

68. Lo que no sabías acerca de la piel . . . . . . . 142

69. Sólido como una roca . . . . 144

70. ¡Increíble! . . . . . . . . . . 146

71. Justo el tamaño correcto . . . 148

72. Poder cerebral . . . . . . . . 150

73. Neblina . . . . . . . . . . . . 152

74. ¿Quién caza a quién? . . . . 154

75. Es universal . . . . . . . . . . 156

76. Las olas . . . . . . . . . . . . 158

77. El tenue punto azul . . . . . . 160

78. Colmilludo . . . . . . . . . . 162

79. Atracción magnética . . . . . 164

80. ¿Duro de corazón? . . . . . . 166

81. Relámpagos . . . . . . . . . 168

82. ¿Cómo dices? . . . . . . . . 170

83. Solo en la Tierra . . . . . . . 172

84. Florece donde estás plantado . . . . . . . . . . . 174

85. Las telarañas que tejemos . . 176

86. Conéctate al poder . . . . . 178

87. Espéralo . . . . . . . . . . . 180

88. Musculoso . . . . . . . . . . 182

89. Lo que Dios ve . . . . . . . . 184

90. Una mente para ver . . . . . 186

91. Que llueva, que llueva . . . . 188

92. ¿Quieres jugar? . . . . . . . 190

93. El corazón del asunto . . . . 192

94. ¿Hacia dónde sopla el viento? . . . . . . . . . . . 194

95. Lo que los científicos no saben . . . . . . . . . . . 196

96. El supremo sobreviviente . . 198

97. Solución a la contaminación . 200

98. Agua, agua en todas partes . . 202

99. Fructífero . . . . . . . . . . 204

100. Aquí está tu cambio . . . . 206

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INTRODUCCIÓN

¿Cuándo fue la última vez que dijiste «¡Asombroso!»? Quizá esta- bas hablando de tu estrella deportiva favorita, tu comida favorita o tus tenis favoritos. Creo que las papas fritas, los tenis y las estrellas de básquetbol son asombrosos, pero en este libro quiero contarte sobre lo más asombroso de este mundo: el gran Dios que creó nuestro increíble universo y todo lo que en él existe.

La Palabra de Dios, la Biblia, nos dice que los cielos proclaman la gloria de Dios y su creatividad cada día y noche. Las estrellas no hablan con pala- bras como lo hacemos nosotros, pero lo grandes que son y la forma en que brillan, nos hablan de que el Dios que las creó es asombroso y poderoso. Por eso es importante y divertido pasar tiempo explorando y aprendiendo acerca de todo lo que Dios ha creado. Entre más aprendemos sobre lo que Dios ha creado, más podemos aprender acerca de él.

Es ocasiones, me gusta pensar acerca de Dios como un científico con su bata blanca, ansioso por compartir con nosotros todas las increíbles cosas que ha hecho en su laboratorio universal que es indescriptible e infinitamente gran- de. ¿Sabes algo? Dios no solo ama la ciencia, ¡él es el científico por excelencia!

A través de este libro, vamos a explorar el increíble y asombrosamente in- descriptible universo que Dios creó y sostiene en sus manos. Le pedí a ciertos amigos que nos ayuden a través de este viaje: Evyn, Raz, Norah, Joshua, Clarke y Adelynn. Estos niños, así como tú, están ansiosos por aprender acerca de todo lo que Dios ha creado.

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Cada día, leeremos juntos sobre diferentes aspectos de la creación de Dios, desde el espacio, la tierra, los animales, los seres humanos. Juntos ve- remos imágenes e ilustraciones de la vida real, aprenderemos hechos científi- cos, y oraremos a nuestro Creador.

Si quieres enfocarte en una parte específica del Universo por un rato, siéntete en libertad de explorar este libro como gustes. Los cuatro temas prin- cipales de los que hablaremos serán:

El espacio: páginas 8, 10, 20, 26, 30, 36, 44, 48, 52, 54, 58, 68, 74, 90, 96, 102, 116, 122, 130, 134, 140, 148, 156, 160, 172, 196

La Tierra: páginas 14, 16, 32, 38, 46, 50, 60, 62, 64, 70, 82, 92, 100, 106, 110, 128, 132, 136, 144, 152, 158, 164, 166, 168, 174, 178, 188, 194, 200, 202

Los animales: páginas 12, 22, 28, 42, 56, 66, 72, 80, 84, 88, 94, 104, 112, 114, 118, 124, 154, 162, 176, 180, 186, 190, 198, 206

Los seres humanos: páginas 18, 24, 34, 40, 76, 78, 86, 98, 108, 120, 126, 138, 142, 146, 150, 170, 182, 184, 192, 204

Mi oración es que puedas ser verdaderamente sorprendido y asombrado conforme aprendes que, el Creador que hizo la Betelgeuse, una de las estrellas más grandes que conocemos, también te creó a TI; desde el número de cabellos en tu cabeza hasta el color de los dedos de tus pies. Este indescriptible Creador te conoce y te ama más de lo que cualquier persona jamás podría hacerlo.

¡Diviértete en tu viaje!

Pastor Louie

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UNA PÁGINA EN BLANCO

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía [...]. Entonces Dios dijo: “Que haya luz”; y hubo luz.

Génesis 1:1 3

Toda imagen e historia comienza con una página en blanco. Nada hay en ella, y puedes hacer lo que quieras ahí. Eso es exactamente lo que sucedió cuando Dios «se sentó» a crear la Tierra, el universo y todo lo que hay en él. Dios empezó con una página en blanco. De hecho, ni siquiera había una página, solo oscuridad y nada más, excepto Dios. Luego, él empezó a crear, y

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fue exactamente lo que quería. Los planetas giraban en el espacio, las estrellas se extendían por el cielo y galaxia sobre galaxia por todo el universo.

A través del universo y aquí en la tierra, ¡Dios muestra su creatividad para ser indescriptible e increíblemente asombroso! ¿Quién más podría imaginar a la jirafa con su cuello largo y llena de lunares? ¿Quién más podría poner el rugido en la boca del león y el ronroneo en la panza del gatito? ¿Quién más podría inventar los insectos palo, los perezosos, dragones marinos, ornitorrincos o coloridos camarones? (En verdad necesitas ver a estos tipos. ¡Son increíbles!).

Dios es infinitamente creativo, eso quiere decir que su creatividad no tiene fin. Y Dios muestra su creatividad en ti. comenzaste como una hoja en blanco en su libro, y él comenzó a escribir tu historia incluso antes de que nacieras. ¡Será una historia buenísima! ¿No lo crees? Solo fíjate en algunas de las asombrosas historias que él ya escribió para personas «comunes» como tú: David derribando a Goliat, Daniel durmiendo con leones y Ester salvando a su pueblo. Dios tiene una historia increíble en sus planes para ti, ¡ya verás!

¡Dios, el universo entero muestra tu creatividad! Y yo confío en que es- tás creando una historia maravillosa para mí.

Los perezosos son tan lentos que se mueven solo 1,98 metros por minuto. Incluso sus estómagos son tan lentos, que les toma un promedio de 16 días para digerir las ramitas, frutas, hojas, insectos y lagartijas que se comen. Pasan casi toda su vida colgados boca abajo de los árboles, de los cuales se bajan una vez a la semana aproximadamente, solo para ir al baño… ¡iuk!

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LOS SONIDOS DEL SILENCIO

Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.

Salmos 5:3

¿Sabías que podrías estar justo al lado de una persona en el espacio, gri- tando con todos tus pulmones, y esa persona no oiría nada? No es porque los cascos espaciales lo impidan. Es porque las voces viajan como ondas de sonido , y necesitan algo en que viajar, como la atmósfera terrestre. Como no hay atmós- fera en el espacio, las ondas de sonido no tienen un medio para viajar; así que los

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astronautas tienen que hablar entre ellos usando un tipo diferente de ondas: las ondas de radio, las cuales no necesitan una atmósfera para trasladarse.

Pero Dios no necesita ondas de sonido ni ondas de radio para escucharnos, porque la oración es lo que lleva nuestras voces a Dios. Así que, si el Dios que creó el universo entero está listo para escucharnos en lo que sea que queramos decirle, ¿por qué no oramos más?

Parte de la respuesta es que nos distraemos y nos ocupamos. Nuestras ocupaciones de escuela, iglesia, deportes, familia, amigos y un montón de otras cosas, se nos atraviesan. Además, tenemos mensajes de texto, videojuegos, series de televisión, películas y la computadora. En promedio, pasamos casi 8 horas al día mirando algún tipo de pantalla, sea la televisión, la computadora o el celular. ¡Son casi 60 horas a la semana!

En medio de toda esa diversión y cosas fascinantes, Dios nos llama a estar quietos (Salmo 46:10) y orar a él. Orar es cuando lo alabamos por quien es él, le agradecemos por lo que nos ha dado, y le pedimos aquello que necesitamos.

Inténtalo hoy; encuentra un lugar especial donde puedas estar a solas con Dios. En el patio de tu casa, en un parque, en la bañera, en un rinconcito de tu cuarto. Quédate quieto, habla con Dios y escúchalo cuando te responde. Y recuerda, normalmente Dios habla a través de un susurro, con una voz bajita, así que, asegúrate de escuchar atentamente.

Dios, gracias por querer pasar tiempo conmigo. Gracias porque siempre me escuchas y respondes mis oraciones.

La oración es tan importante que Jesús —el propio Hijo de Dios— tomó tiempo para orar. Conoce algunas de las maneras en que Jesús oró, en Lucas 5:16, Lucas 6:12 y Mateo 14:23.

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DINOSAURIOS Y DRAGONES

…sean fuertes en el Señor y en su gran poder. Pónganse toda la armadura de Dios…

Efesios 6:10 11

¿Sabías que hay dinosaurios y dragones en la Biblia? Veámoslo en Job 41:

«¿Puedes capturar al Leviatán con un anzuelo o poner un lazo alrededor de su quijada? [...] Si le pones la mano encima, te dará una batalla que no olvidarás. [...] Las escamas en su lomo son como hileras de escudos fuertemente selladas. [...] De su boca saltan relámpagos; destellan llamas de fuego. [...] No hay espada que pueda detenerlo ni lanza, ni dardo, ni jabalina. El hierro no es más que paja para esa criatura, [...] ninguna otra criatura es tan intrépida» (1, 8, 15, 19, 26-27, 33).

Mucha gente ha dicho que Leviatán es solo un cocodrilo. ¡Pero esa des- cripción no suena a ningún cocodrilo que yo haya visto! Más bien, se me ocurre la palabra «dragón». Y luego, leemos esto en Job 40:

«Mira a Behemot. [...] ¡Cuánta fuerza hay en sus lomos! ¡Su poder está en los músculos de su vientre! Su rabo se mece como un cedro; los tendones de sus muslos se entrelazan. Sus huesos son como barras de bronce; sus piernas parecen barrotes de hierro». (vv. 15-18, NVI).

Nuevamente, algunas personas dicen que Behemot es un elefante. Pero, ¿has visto alguna vez un elefante con rabo como un cedro?

Dios ha creado algunas cosas sorprendentemente fuertes. Pero lo más fuerte de todo, es algo que Dios ha hecho solo para ti; se llama la armadura de

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Dios, y es más fuerte incluso que las escamas del lomo de Leviatán (Job 41:15). Esta armadura tiene piezas para cubrir cada parte de ti —incluidos tu mente y corazón— con el poder de Dios y su verdad. Te protegerá del diablo y todas sus mentiras (lee más sobre la armadura en Efesios 6:10-18). Entonces, como un caballero que se prepara para la batalla, ponte tu armadura cada día. ¿Cómo? ¡Orando y leyendo la verdad de la Palabra de Dios cada día!

¡Gracias Dios, por tu armadura! Enséñame cómo ponérmela y cómo usarla cada uno de mis días.

El ácido de tu estómago es tan potente que puede derretir metal. Pero una armadura de mucosa protege tu estómago y lo reviste para que el ácido permanezca ahí, y ¡solo desintegre lo que debe desintegrar!

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¿QUÉ ES ESE OLOR?

¡Ay de ustedes, [...] hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos muertos y de podredumbre.

Mateo 23:27, nvi

¿No huele esa flor… horrible? La mayoría de las flores huelen delicioso, pero si hueles este monstruo —el «aro gigante»— correrías. ¿Por qué? Bueno, piensa en su apodo, «flor de cadáver», y eso te dará una idea de por qué

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huele tan mal. En caso de que no lo sepas, un cadáver es un cuerpo descompuesto, muerto. ¡Qué asco!

Esta flor crece en Indonesia y es una de las más grandes y extrañas del mundo. ¡Su tallo puede crecer hasta cuatro metros y medio de altura, y su flor puede tener casi un metro de ancho! Pero incluso con este asombroso tamaño, la flor de cadáver es mejor conocida por su horrible olor, ¡su flor huele a podrido! De hecho, hasta se ve podrida. Pero toda esta asquerosidad la hace sumamente irresistible para los insectos, los cuales la planta necesita para polinizar, para poder reproducirse y hacer más flores grandes y apestosas.

La parte exterior de la flor es bonita, aunque huele a carne podrida. De hecho, es la hipócrita del mundo de las plantas. ¿Qué es un hipócrita ? —te preguntarás. Es una palabra dominguera para alguien que pretende ser bueno solo cuando los demás lo están viendo. Pero cuando nadie lo ve, hace lo que no es correcto. También se los llama doble cara o falsos, su interior y su exterior no coinciden. ¿Alguna vez has conocido a alguien así? Jesús dijo que esa no es una manera correcta de vivir. Nuestras palabras y acciones deberían ser siempre buenas y amables, sin importar si alguien nos está viendo o no. Esa es una vida cuyo aroma será muy dulce.

Amado Dios, no quiero que mi vida sea falsa, de doble cara o que huela a podrido. Llena mi corazón con tu amor y ayúdame a hacer lo correcto incluso cuando nadie me está viendo.

La Venus atrapamoscas es una de las plantas más mortíferas, si eres un insecto. Sus hojas son como una trampa con bisagras; cuando un insecto entra, le hace «cosquillas» al vello de las hojas de la planta, y se activa la trampa. ¡Las hojas se cierran, dejando atrapado al insecto, que entonces es digerido lentamente!

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¿QUÉ TAN PROFUNDO ES LO PROFUNDO?

Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos.

salmos 139:1 2

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Los océanos son lugares hermosos, asom- brosos y misteriosos, al menos para nosotros. Dios, por supuesto, ¡sabe todo acerca de ellos! Y aunque los océanos cubren más del 70 % de la superficie de la Tierra, solo hemos explorado el 5 % de ellos. Esto, en parte, debido a lo profundos que son. La profundidad promedio del océano es de 3688 metros, ¡más de 3 kilómetros!

Algunas partes del océano son tan pro- fundas que los científicos no han podido aún explorarlas. Pero lo que han alcanzado a explorar los ha llevado a sorprendentes descubrimientos, como el pez luna gigante, que puede llegar a pesar hasta 2300 kilos; el pez de colmillos largos, cuyos colmillos lo hacen ver como una criatura salida de una película de terror; y el pez globo, que se ve como... bueno… un globo pegajoso de 30 centímetros. Los científicos creen que hay millones de especies aún por descubrir en lo pro- fundo del mar. Y aunque nosotros todavía no conozcamos todos los misterios de las profundidades del mar, podemos estar seguros que Dios sí.

Dios también conoce todos los misterios de los lugares más profundos de tu mente. Él conoce cada pensamiento, incluso antes de que lo pienses, los buenos y los no tan buenos. Dios entiende que hay momentos cuando un mal pensamiento se filtrará en tu mente, incluso sin que lo quieras. No te rindas ni te desanimes, pero tampoco sigas dándole vueltas a esos pensamientos; «captúralos» y «llévalos a la obediencia a Cristo» (2 Corintios 5:10). Puede ser complicado hacerlo, pero pídele ayuda a Dios, ¡y él te ayudará a hacerlo!

Señor, sabes todo sobre mí, incluso cada pensamiento que está en mi mente. Ayúdame a capturar cualquier pensamiento malo que quiera en- trar a mi mente, y en vez de eso, llena mi mente con pensamientos de ti.

La parte más profunda del mar (que conocemos) está localizada dentro de la Fosa Mariana, en el Océano Pacífico. Es llamada el abismo Challenger, y tiene aproximadamente 10 900 metros de profundidad. Si dejáramos caer el Monte Everest, la montaña más alta del mundo, dentro del abismo Challenger, quedaría cubierto por casi 2 kilómetros de agua.

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PEGAMENTO

[Cristo] ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación.

Colosenses 1:17

¿Has visto albañiles construir un edificio con ladrillos? No solo colocan un ladrillo sobre otro; necesitan alguna especie de pegamento que mantenga unidos los ladrillos. El pegamento para los ladrillos se llama mortero .

Del mismo modo, tu cuerpo está conformado por 37,2 billones de peque- ños ladrillos llamados células . Y al igual que una construcción, esas células necesitan algún tipo de pegamento para mantenerse unidas. Ese pegamento se llama laminina .

La laminina mantiene tu cuerpo unido, y lo más sorprendente es cómo luce esta sustancia. Cuando observas la laminina (se necesita un microscopio de electrones para eso), te darás cuenta que parece una cruz .

¿Por qué eso es tan importante? Porque es otro recordatorio de que somos creación de Dios. Verás, Dios ha dejado sus huellas en todo lo que ha creado. La Biblia nos dice que incluso cuando no podemos ver las cualidades invisibles de Dios —su asombroso poder y su santidad— podemos ver su creación y saber que él es real (Romanos 1:20). Jesús estaba con Dios de la creación, y «por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que

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podemos ver y las que no podemos ver, [...] y [él] mantiene unida toda la creación (Colosenses 1:16-17).

La laminina es una imagen de lo que Jesús nos dice en su Palabra: él es el pegamento que mantiene unido nuestro cuerpo, nuestra alma y todo lo que somos. Entonces, cuando sientes que estás teniendo el peor de tus días, piensa en la laminina y recuerda que Jesús te mantiene a ti y a todas las cosas unidas.

Señor, cuando comience a preocuparme sobre las cosas que están sucediendo en mi vida y a mi alrededor, ayúdame a recordar que eres el Señor de todo, y que eres el que hace que todo se manten- ga unido y completo, incluido yo.

El primer uso del pegamento fue alquitrán de corteza de abedul, que se usaba para fabricar lanzas. Los primeros registros escritos del uso del pegamento provienen de Egipto. Los jeroglíficos muestran que el ataúd del faraón Tutankamón fue sellado con pegamento hecho a base de huesos de animales y piel.

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MÁS RÁPIDO QUE LA LUZ

Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz.

Génesis 1:3

¿Deseaste alguna vez haber estado allí cuando Dios creó el mundo? ¿Qué tan asombroso habría sido ver cómo Dios hizo todo? Nos hubiera dejado ano- nadados, sin aliento. ¿Por qué? Porque cuando Dios dijo: «Que haya luz», no fue solo como encender el interruptor de la luz, ¡para nada! Fue más como una explosión de luz, que superaría lo que tus ojos pudieran ver.

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