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© Universidad Nacional de Colombia, Sede MedeHin

Facultad de Ciencias Agrarias

© Dirección de Investigación y Extensión, Sede Medellín (DIME)

Editorial Universidad Nacional de Colombia

© León Darío Vélez Vargas

Primera edición, 2015

ISBN 978-958-775-425-4 (papel)

ISBN 978-958-775-426-1 (digital)

ISBN 978-958-775-427-8 (IBD)

Colección Agrarias

Edición

Editorial Universidad Nacional de Colombia

direditorial@unal.edu.co

www.facartes.unal.edu.co/fa

unal.edu.co

www.editorial.unal.edu.co

Pablo Emilio Daza Velásquez - Coordinador editorial

Ángela Pilone Herrera - Diseño de Colección

Bogotá, D. C., Colombia, 2015

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio

sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales

Imagen de la portada: León Darío Vélez Vargas

Campesinos en el municipio de San Vicente de Ferrer, Oriente antioqueño,

instalando el tutorado para el fríjol cargamanto. En este municipio salen entre

5 y 7 t de fríjol semanalmente, pese a que difícilmente en las fincas se encuentran

cultivos continuos mayores a una hectárea.


Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia

Vélez Vargas, León Darío, 1960-

Adaptabilidad y persistencia de las formas de producción campesina / León Darío Vélez

Vargas. -- Primera edición. -- Bogotá : Universidad Nacional de Colombia, 2015.

112 páginas : ilustraciones, diagramas, fotografías. -- (Agrarias)

Incluye referencias bibliográficas e índice

ISBN 978-958-775-425-4 (papel) -- ISBN 978-958-775-426-1 (digital). -

ISBN 978-958-775-427-8 (IBD)

1. Productividad agrícola -- Aspectos socioeconómicos 2. Agricultura -- Aspectos económicos 3. Campesinos -- Condiciones socioeconómicas -- Colombia 4. Sistemas agrícolas integrados  5. Economía campesina 6. Soberanía alimentaria -- Políticas gubernamentales -Colombia  7. Ecología Agrícola 8. Adaptación social -- Aspectos económicos I. Universidad Nacional de Colombia (Sede Medellín). Facultad de Ciencias Agrarias II. Título III. Serie

CDD-21 338.16 / 2015

AGRADECIMIENTOS

A todas las familias campesinas que me abrieron las puertas de sus casas para aprender de ellos y escribir lo que dice este libro. Espero retribuirles a través de aquellos profesionales que lean este texto y obtengan algún provecho para realizar un mejor trabajo con los campesinos.

Algo que nunca terminaré de hacer es aprender a leer.

A Juan Gastó y César Pérez, mis maestros.

PRÓLOGO

La ciencia genera a la vez conocimiento e ignorancia,

y uno de los agujeros negros que ha creado sistemáticamente consiste en difuminar

las maneras en que los campesinos actúan dentro del mundo moderno.

Jan van der Ploeg

Las instituciones que trabajan en la ruralidad con comunidades campesinas y en la formación de profesionales y técnicos para el sector agropecuario han privilegiado la orientación técnica, la cual conduce a la producción industrial-capitalista. Se ha dado poca importancia al conocimiento adecuado de otras formas de producción, como las campesinas, en cuanto a los aportes que hace al conjunto de la sociedad, sus estrategias productivas, su racionalidad y mecanismos de funcionamiento.

El desconocimiento o la incomprensión de las formas de producción campesina (FPC) conllevan que estas sean asumidas por las instituciones, profesionales y la sociedad en su conjunto, como atrasadas que deben dar paso a formas de producción empresariales de pequeña escala. Frecuentemente, esta transformación pone a los campesinos en situaciones de alta vulnerabilidad debido a cambios en sus estrategias productivas y en el manejo, tanto de sus parcelas y finca, como de los suelos, el agua y la biodiversidad; a los mayores costos de producción que los obligan a entrar en una espiral de endeudamiento; y a tener su producción comprometida con un mercado específico.

Estos cambios pueden llevar a que el campesino pierda sus factores y medios de producción, entre ellos la tierra; a que la sociedad y la economía pierdan una de sus más importantes válvulas de regulación de los desajustes propios del modelo económico vigente como el desempleo; el abastecimiento de alimentos en los ámbitos local, regional y nacional; la pérdida de la agrobiodiversidad; y la producción en nichos ecológicos, sociales y económicos no aprovechados por la producción industrial-capitalista.

El conocimiento de las FPC es necesario para la toma de decisiones acertadas sobre políticas de desarrollo rural, estrategias y programas productivos, investigación, innovación y generación tecnológica, asignación de recursos, formulación y evaluación de indicadores de desempeño, que contribuyan al desarrollo sostenible y al bienestar de la sociedad en su conjunto.

Este ensayo constituye una construcción conceptual de los elementos, características y mecanismos de funcionamiento de las FPC, que explican, en gran medida, su adaptabilidad y persistencia. Si bien la literatura sobre las FPC es abundante, no se encuentran textos que presenten, a manera de síntesis, un conocimiento básico sobre las FPC, dirigido a estudiantes, técnicos y profesionales no especialistas sobre el tema, que requieren de este conocimiento para trabajar con comunidades campesinas en procesos de desarrollo rural; en asistencia técnica en diferentes temáticas como las buenas prácticas agrícolas; en conservación, aprovechamiento y manejo del bosque, de la biodiversidad, de los ecosistemas y de otros recursos naturales. Este ensayo pretende contribuir a subsanar este vacío a partir de la síntesis analítica, coherente y sistemática de una extensa revisión de la literatura sobre el tema, enriquecida con la sistematización de experiencias del autor.

Otro propósito de este ensayo es abordar el análisis de la viabilidad de las formas de producción campesina en el actual escenario de apertura económica e integración de mercados en el contexto de la economía neoliberal, ya que los campesinos seguirán siendo una parte integral de nuestra realidad y, por tanto, hay que comprender sus formas de producción, su racionalidad y estrategias, en el contexto del siglo XXI.

Los elementos constitutivos, características y mecanismos de funcionamiento de las FPC se refieren a las metas, principios, lógica, racionalidad, estrategias, estructura y funcionalidad de la producción campesina, que han permitido su adaptabilidad, persistencia, viabilidad y desarrollo por más de un siglo, a pesar de los embates de los diferentes modelos económicos y los vaticinios apocalípticos que desde el siglo XIX se han hecho sobre su desintegración, al considerar a las FPC como un sector atrasado de la economía, que obstaculiza el desarrollo y, por tanto, se requiere su modernización, entendida como el tránsito a las formas de producción empresariales-capitalistas. En esta perspectiva, las FPC no merecerían más consideración que la derivada del análisis de los mecanismos que conducen a su modernización.

Para las instituciones y profesionales formados desde esta percepción, las diferencias entre la producción campesina y la producción de la empresa agrícola es solo un asunto de escala y de dotación de factores de producción, especialmente el capital. Por ello, las decisiones de qué, cómo y cuánto producir y la asignación de recursos estarían gobernadas por la misma lógica de manejo al aplicar a las FPC un modelo microeconómico idéntico al empresarial-capitalista. Es necesaria la percepción de la agricultura campesina como un segmento de la economía caracterizado por una lógica propia y distinta, la cual ha sido promulgada y demostrada desde los años setenta (Schejtman, 1980). Al respecto, Van der Ploeg concluye que:

[...] un mundo con campesinos es mejor que sin ellos. Su presencia se relaciona frecuentemente de manera positiva con la calidad de la vida en el campo, con la calidad de nuestros alimentos y con la necesidad de utilizar el agua, la energía y la tierra fértil, de manera sostenible y efectiva (2010, p. 13).

Para el logro de los objetivos propuestos, este ensayo se ha estructurado de la siguiente manera: inicialmente se presenta la concepción y las propuestas de modernización que para las FPC tiene el modelo socioeconómico vigente y los impactos que tendría sobre estas formas de producción, sobre el conjunto de la sociedad y sobre el medio ambiente. Esto se hace en la "introducción" a partir de varios estudios de caso en América Latina que permiten visibilizar la importancia de una adecuada comprensión de lo que son las FPC en su estructura y funcionalidad.

En el primer capítulo se demuestra cómo, a pesar de los vaticinios apocalípticos sobre las FPC, estamos asistiendo en la actualidad a un resurgimiento de su importancia y empoderamiento productivo y social en muchas regiones de América Latina y de Europa. La necesidad y vigencia de las FPC es evidente, entre otras razones, a partir de estadísticas sobre sus aportes a la soberanía y seguridad alimentaria, al uso sostenible, enriquecimiento y conservación de la agrobiodiversidad, por las características de su producción, por la ocupación y aprovechamiento que hace de amplios territorios con ecosistemas altamente vulnerables.

En el segundo capítulo, se cuestiona el enfoque economicista que ha prevalecido para el estudio y comprensión de las FPC y se plantea que dicho estudio y comprensión debe hacerse desde los enfoques socioantropológicos y agroecológicos. En esta perspectiva, los conceptos de cultura, meta, y cómo lograr esta meta, son fundamentales para poder comprender la racionalidad, estrategias y funcionalidad de las FPC. Esta compresión requiere identificar los componentes esenciales del argumento central que diferencia las FPC de otras formas de producción, y que constituyen el núcleo conceptual a partir del cual es posible analizar e interpretar las FPC. La construcción de ese núcleo conceptual se presenta en el tercer capítulo, donde se analizan las características de las FPC en cuanto a su objetivo básico, su funcionalidad como unidades de producción y consumo, sus recursos, la naturaleza de su conocimiento y el flujo tridimensional de su proceso productivo y de intercambio.

Finalmente, en el último capítulo, se analiza la persistencia y viabilidad de las FPC en función de la adaptabilidad, racionalidad y estrategias. La adaptabilidad se plantea en términos de los sistemas complejos adaptativos. En cuanto a la racionalidad y estrategias se discuten los aspectos centrales como son la estructura interna de los balances económicos, los mecanismos de compensación interna, el acceso a los recursos y el tejido social de relaciones.

INTRODUCCIÓN

El modelo socioeconómico vigente, fundamentado en el mercado, la industria y el capital, propone la modernización e integración de las FPC en términos de su conversión a la racionalidad empresarial-capitalista como productores agrícolas simples de mercancías en pequeña escala, con base en determinantes económicos, comerciales y tecnológicos (Piñeiro, 1986). Las propuestas modernizantes, que constituyen el paradigma dominante en América Latina (Departamento Nacional de Planeación, 2010; Van der Ploeg, 2010; Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2001; Rojas y Castillo, 1991; Grupo Esquel, 1989), buscan incrementar la productividad, las utilidades e ingresos monetarios por renglón productivo para los productores campesinos y como condición para su fortalecimiento, mediante la tecnificación fundamentada en la revolución verde, ahora revitalizada con los cultivos transgénicos. Las investigaciones demuestran que los objetivos propuestos no han sido alcanzados y, por el contrario, han profundizado las condiciones de pobreza de los campesinos y, en muchos casos, han derivado en la pérdida de las unidades de producción más vulnerables.

Las propuestas modernizantes desconocen los objetivos y particularidades de la producción campesina en cuanto a sus estilos de vida, organización socioeconómica y cultural, donde radica su fortaleza, la razón de su persistencia. Igualmente, estas propuestas han provocado trascendentales cambios en la estructura y funcionamiento de sus formas de producción, debido a la generalización de las relaciones mercantiles, a modificaciones en los tipos de relaciones familiares y de reciprocidad con la comunidad, al deterioro de las estrategias productivas y a la puesta en riesgo de la soberanía y seguridad alimentaria familiar, local y regional, todo lo cual ha promovido la descomposición de las FPC{1} (Cáceres et al., 2010; Ramírez, 2008; Gordillo, 2004; Neuburger, 2004; Spoors, 2001; David et al., 2001; Rosset, 2000; Valderrama y Mondragón, 1998; Bejarano, 1998; Rodríguez, 1996; Salgado, 1995; CIP, 1993; Van der Ploeg, 1992; Escobar, 1991; Rojas y Castillo, 1991; Forero, 1991; Baca, 1990; Franco, 1990; Eresue et al., 1990; Dale et al.,1990; Eresue y Herve, 1990; Grupo Esquel, 1989; Machado y Torres, 1987; Bejarano, 1987; Plaza, 1987; Siabato, 1986; Cepal y FAO, 1986; Gómez, 1981; Fajardo, 1981; Machado, 1981; Salazar, 1981; Zamosc, 1981; Gaitán, 1981; Kalmanovitz, 1978; Tosi, 1972).

A continuación, se presentan algunos estudios de caso que constatan la situación descrita. En Colombia, los programas de apoyo a las FPC, como fue el caso del Programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI), han tenido, eventualmente, alta prioridad en los planes de desarrollo de algunos gobiernos, como, por ejemplo, "Para Cerrar la Brecha 1975-1978", "Plan de Integración Nacional 1979-1982" y "Cambio con Equidad 1983-1986", al considerar estos programas instrumentos gubernamentales clave para alcanzar los objetivos de la política agropecuaria, orientados al incremento de la producción campesina de alimentos para los sectores populares urbanos y el mejoramiento de las condiciones de vida de los campesinos, mediante el incremento de la productividad (tecnificación), el crédito subsidiado y el mejoramiento de la infraestructura (Grupo Esquel, 1989).

Sin embargo, los estudios de Siabato (1986) demostraron que los resultados no fueron los esperados, ya que el aumento de ingresos, producción y productividad, así como el impacto sobre la oferta y los precios de los alimentos de la canasta popular urbana, fueron insignificantes, y paradójicamente, el proceso de descomposición de las economías campesinas se aceleró durante las décadas de mayor ejecución de los programas. Si, además, se considera que en los años 1978-1989 el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) destinó el 14,2 % de su presupuesto, el mayor en toda su historia, a la investigación y generación de tecnología para cultivos asociados, exclusivos de los campesinos, mientras que para los cultivos limpios, característicos de la agricultura empresarial, se destinó el 85,8 % (Arango, 1991), se concluye que estos programas tuvieron un enfoque empresarial y productivista, y que en la investigación y generación de tecnología, fue limitada la importancia dada a las características de la producción campesina, fundamentada en la diversidad de sus actividades productivas y no en la especialización.

Otras características de estos programas, que muestran su enfoque empresarial y productivista, fueron las condiciones en que se pactaron su viabilidad y la devolución de los créditos internacionales concedidos para su financiación, basados en las tasas internas de retorno, lo cual estaba lejos de las realidades campesinas en las que operaban los programas (Grupo Esquel, 1989).

Actualmente, en Colombia, la situación para la FPC no ha cambiado, lo cual se puede constatar al revisar el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, cuyo enfoque de política del sector agropecuario y desarrollo rural y sus lineamientos estratégicos tienen como objetivo

[...] involucrar a los pequeños productores y a la población rural en esquemas asociativos y de economía solidaria que faciliten su incorporación en procesos de empresarización y articulación con inversionistas privados, que mejoren su productividad y capacidad de negociación y faciliten su inserción en los mercados. Todo lo anterior permitirá a la población rural avanzar hacia esquemas productivos con un enfoque empresarial (Departamento Nacional de Planeación, 2010, p. 235).

Es decir que el futuro de las FPC es su descomposición. En la provincia de Córdoba, Argentina, el avance del capitalismo agrario a partir de los años noventa, mediante la expansión de la agricultura industrial en regiones ecológicamente marginales, donde predominaba la producción campesina, ha modificado y debilitado las estrategias productivas de los campesinos basadas en el pastoreo colectivo del ganado, la apropiación colectiva de servicios ecosistémicos representados en la fertilidad natural y la biodiversidad, y ha deteriorado el tejido social de las comunidades campesinas, lo que representa una pérdida importante del capital social construido durante generaciones, poniendo en riesgo su condición de productores, tornándolos en jornaleros en su propia tierra o desplazándolos a otras regiones (Cáceres et al., 2010).

Mayer y Glave (1996) presentan los resultados de un estudio comparativo sobre resistencia y viabilidad de las FPC, tomando como parámetros los balances económicos de pérdidas y ganancias, y el autoconsumo en economías campesinas en dos regiones productoras de papa (Solanum tuberosum