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Hemos hecho todo lo posible para que la información que se ofrece en este libro sea completa y exacta. Sin embargo, ni la editorial ni el autor se proponen aconsejar ni prestar ningún tipo de servicio profesional al lector. El contenido de esta obra no pretende sustituir la consulta al médico. Todo lo relacionado con la salud requiere supervisión médica. Ni la editorial ni el autor se hacen responsables de ningún daño ni pérdida debidos supuestamente a cualquier información o sugerencia contenida en este libro.

Título original: The New Arthritis Cure: Eliminate Arthritis and Fibromyalgia Pain Permanently

Traducido del inglés por Antonio Luis Gómez Molero

Diseño de portada: Editorial Sirio S.A.

Composición ePub por Editorial Sirio S.A.

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portadilla

Capítulo 1

LA ARTRITIS TIENE CURA

«¡Los resultados son extraordinarios! –exclama Barbara–. Llevaba diez años con dolor crónico». Tras seguir durante solo cuatro semanas el programa de este libro, afirma:

Estos son los resultados que he observado hasta ahora. La compresión del nervio y el pie pendular (incapacidad de levantar el pie a la altura del tobillo) han desaparecido y están documentados. Reversión documentada de la osteoartritis de la columna vertebral y las rodillas. Evité pasar por una quinta operación de columna y la amenaza de una segunda fusión. Recuperé mi capacidad para hacer ejercicio. Puedo bajar unas escaleras sin dolor, sin cojear ni arrastrar la pierna. ¡Además soy capaz de caminar más de tres kilómetros sin que me duela la rodilla! Mis problemas anteriores están bien documentados mediante resonancias magnéticas y exploraciones PET que mostraban la compresión del nervio, la falta de reflejo del tobillo, el pie pendular y la incapacidad para resistir presión hacia abajo sobre el pulgar del pie y sobre el pie. Luego, tan solo cuatro semanas más tarde, tuve una emg perfectamente normal; podía levantar el pie al andar, y tenía un reflejo del tobillo normal y bastante fuerza en el pulgar, el pie y el tobillo. La cuestión es que todo esto está tan bien documentado que mis médicos se quedaron totalmente sorprendidos y se mostraron muy interesados. El médico que me hizo la emg quería que le dijera el nombre de tu libro, y mi cirujano también.

Sylvia tuvo una experiencia parecida. Dice lo siguiente:

He estado sufriendo de artritis en las rodillas como mínimo durante los diez últimos años, y de dolor en la zona lumbar al menos dos décadas. He probado varios medicamentos alopáticos y conseguí un alivio temporal. Empecé con tu programa y observé cómo se producían cambios milagrosos. En cinco días mi artritis de rodillas y el dolor de la zona lumbar estuvieron completamente curados. ¡Es sencillamente increíble!

«Empecé hace unos meses –cuenta Tracy–. La artritis de los dedos ha desaparecido y no ha vuelto a afectarme. También han desaparecido otros dolores crónicos aparte de los que sufría en los dedos».

¿Padeces osteoartritis, artritis reumatoide, gota o fibromialgia? Si es así, en esta obra puedes encontrar la solución que estabas buscando.

El título del libro, Cómo curar la artritis, es una afirmación bastante osada ya que promete «curar» una enfermedad que la ciencia médica aún no ha logrado entender del todo, y mucho menos curar. Pero es un título completamente acertado. La información que encontrarás aquí puede proporcionarte una cura completa, o al menos una mejora significativa, de la mayoría de las formas de la artritis.

¿Cómo puedo hacer una afirmación tan atrevida cuando ningún otro libro o tratamiento se acercan siquiera a dar una solución? La razón es que la mayoría de los médicos cree que la artritis es incurable. No entienden la causa; por consiguiente, no saben dónde buscar el remedio.

En este libro aprenderás qué es exactamente lo que causa la artritis y qué puedes hacer para curarla. Este método funciona porque trata la raíz del problema, no los síntomas. Una vez que se solucionan los factores que la causan, ¡la enfermedad desaparece! Así de sencillo.

Existen muchos métodos para tratar la artritis, tanto con la medicina tradicional como de forma alternativa. En la primera, el tratamiento se centra en aliviar los síntomas con medicamentos antiinflamatorios y calmantes. Este enfoque no se ocupa de solucionar el problema; tan solo enmascara los síntomas mientras la enfermedad progresa y se agrava. Llega un momento en que el enfermo queda impedido o tiene que someterse a un procedimiento de cirugía invasiva, una medida lamentable y drástica para un problema que tiene una solución sencilla.

Los remedios naturales o alternativos adoptan un enfoque diferente. Su filosofía básica es que si mejoras la salud de la totalidad del individuo, los propios poderes de recuperación del cuerpo podrán encargarse de la cura. Aunque esta perspectiva es acertada, se pueden adoptar diversos enfoques para mejorar la salud con distintos grados de éxito. Seguir una dieta sana es un elemento fundamental para mejorar la salud. Pero ¿en qué consiste una dieta sana? Para algunos, en una dieta vegetariana baja en calorías, mientras que para otros se trata de una dieta moderada en grasas y baja en hidratos de carbono. Y todavía hay otros que proclaman las virtudes de la dieta macrobiótica, una dieta acorde con el grupo sanguíneo o cualquiera de la infinidad de dietas que cada cierto tiempo se ponen de moda. ¿Qué dieta elegirías tú?

Aunque tengas la suerte de elegir una dieta que realmente te ayude a mejorar tu salud, no hay ninguna garantía de que esto por sí solo te proporcione una cura. A menudo, en casos en los que una enfermedad degenerativa como la artritis se ha vuelto crónica, la dieta por sí sola no es suficiente para revertir todo el daño y lograr una recuperación completa en un periodo de tiempo razonable. Hace falta algo más para estimular la reparación y acelerar la curación.

Existen un sinfín de remedios naturales que aparentemente ayudan a quienes padecen artritis, como por ejemplo comer ajo crudo o beber soluciones de vinagre y miel. Al parecer, estos remedios caseros funcionan en algunos casos, o por lo menos alivian los síntomas. Sin embargo, aun cuando funcionen, no proporcionan un alivio duradero porque no se ocupan de la causa subyacente. Estos remedios deben usarse a diario para impedir que los síntomas vuelvan a reproducirse.

También se emplean métodos de desintoxicación y ayuno. Desde hace mucho tiempo se sabe que los ayunos en los que solo se consume agua o zumos son eficaces para reducir los síntomas asociados con la artritis. Esto está bien documentado en publicaciones de estudios médicos. No obstante, en el momento en que termina el ayuno y el paciente vuelve a su alimentación normal, la artritis regresa. Solo cuando al ayuno le sigue una dieta compuesta principalmente por alimentos naturales, frescos (en vez de cereales refinados, dulces y alimentos envasados), hay alguna esperanza de mantener la artritis a raya. Pero hace falta seguir con la dieta durante toda la vida; de lo contrario, es probable que la enfermedad se reproduzca.

Como la artritis puede controlarse por medio de una dieta estricta, algunos investigadores han propuesto que se produce como resultado de una reacción alérgica. Algo en la dieta causa la enfermedad. Esto no se ha comprobado nunca, y como verás en este libro, las alergias no son la causa. Aunque las alergias alimenticias pueden predisponer a la artritis, o agravarla, lo hacen al interferir en la función inmunitaria y deprimirla.

La única manera de conseguir una cura permanente para esta enfermedad es tratar su causa subyacente. Lo curioso es que la ciencia conoce la causa desde hace más de cien años. Desde principios del siglo XX los investigadores observaron una estrecha relación entre artritis e infección. Los microorganismos invaden el tejido articular, causando inflamación, lesiones y dolor: los síntomas habituales de la artritis. Alteran la composición química de la sangre, produciendo todos los marcadores que utilizan los médicos para categorizar las varias formas de artritis.

Se han identificado docenas de bacterias, virus y hongos que pueden invadir los tejidos de las articulaciones y causar artritis. Estos microorganismos han aparecido en la sangre y en los tejidos articulares de quienes sufren las formas de artritis más comunes, entre ellas la osteoartritis, la artritis reumatoide y la gota. Existe incluso una conexión entre infección y fibromialgia.

Es bien conocido el hecho de que las infecciones agudas como la enfermedad de Lyme, la gonorrea, la salmonela, la neumonía y otras parecidas pueden causar artritis, y con frecuencia lo hacen. La artritis se desarrolla durante la aparición de la enfermedad, o al poco tiempo de que aparezca. A menudo después de que se controle la infección sistémica y la salud se restablezca, la artritis continúa y se vuelve crónica, un efecto residual de la infección. Lo que hasta ahora no había sido tan evidente es que las infecciones menos fuertes o menos notables también pueden provocar una artritis crónica. Las infecciones del conducto urinario, las causadas por hongos (cándida), la gripe, e incluso las periodontales (dentales) pueden activar los procesos que conducen a la artritis.

El hecho de que la infección sea una de las causas principales de la artritis no es algo nuevo, ni siquiera controvertido. La cuestión que de verdad nos interesa es cómo la tratamos. Hasta ahora el tratamiento ha consistido casi enteramente en medicamentos antiinflamatorios y calmantes, que no hacen absolutamente nada para detener la enfermedad. También se han usado antibióticos con diferentes grados de éxito. Pero aun así, como descubrirás enseguida, no son la solución.

Conocer la causa nos permite formular un plan de acción, un «plan de batalla contra la artritis», por así decirlo, para detener su avance y potenciar la regeneración y la recuperación. Sí, la artritis tiene cura. En este libro verás las pruebas de la conexión con la infección y descubrirás cómo y por qué afectan las infecciones a la salud de las articulaciones. Y lo que es más importante, te mostraré los pasos que debes dar con el fin de detener el proceso de la enfermedad y recuperar la salud.

Capítulo 3

¿QUÉ CAUSA LA ARTRITIS?