1 Sermo sancti Augustini cum pagani ingrederentur.

2 La Asociación Memores Domini es una asociación de fieles laicos, hombres y mujeres, que «se comprometen ante Dios a vivir la Memoria de Cristo en el trabajo». Se trata de una asociación eclesial privada universal, reconocida por decreto del Pontificio Consejo para los Laicos el 8 de diciembre de 1988.

3 Ver aquí en p. 28.

4 L. Giussani, El sentido religioso, Ediciones Encuentro, Madrid 2008, X edición.

5 L. Giussani, Toda la tierra desea ver tu rostro (de próxima aparición en Ediciones Encuentro).

6 Hch 17, 28: «pues en él vivimos, nos movemos y existimos».

7 L. Wittgenstein, citado en E. Bianchi (Ed.), Il libro delle preghiere, Einaudi, Turín 1997, p. VIII.

8 Lc 11,1.

9 Sant 5,13: «¿Está sufriendo alguno de vosotros? Rece. ¿Está contento? Cante».

10 Lc 1,46.

11 L. Giussani, El sentido religioso, op. cit., p. 153.

12 Ibidem, p. 153.

13 Ibidem, p. 82.

14 L. Giussani, Toda la tierra desea ver tu rostro, op. cit.

15 Ibidem, p 58.

16 L. Giussani, L’avvenimento cristiano, BUR, Milán 1993, p. 44.

17 L. Giussani, El sentido religioso, op. cit., p. 161.

18 Cf. «Vivir religiosamente significa estar siempre a la escucha», en M. Louise von Franz, Alchimie, Boringhieri, Turín 1984, p. 75.

19 «He aquí la premisa de cualquier acción: la vigilancia; se llama oración continua», en L. Giussani, Para vivir la Liturgia: un testimonio, Encuentro, Madrid 2007, p. 20.

20 Sal 44,2.

21 Sal 40,2.

22 Expresión frecuente en las inscripciones cristianas.

23 Lc 22,19; 1Cor 11,24-25.

24 L. Giussani, Tutta la terra desidera il tuo volto, San Paolo, op. cit., p. 9.

25 Ibidem.

26 Cf. E. Toaff – A. Elkann, Essere ebreo, Bompiani, Milán, 1994, p. 40.

27 L. Giussani, Noi siamo degli ebrei, en «La Repubblica», 2 de enero 1999, p. 13; publicado en Huellas, Revista de Comunión y Liberación en lengua española, n. 1/1999, Editorial.

28 Liturgia romana, oración sobre las ofrendas.

29 Sal 119,127.

30 Sal 119,97.

31 Sal 146,2.

32 Sal 119,27.

33 Sal 119,82-84.

34 Cf. Mt 26,37-39; Mc 14,33-36.

35 Cf. Is 6.

36 Cf. Jer 1.

37 Cf. Sal 38,13. Sal 119,110: «Los malvados me tendieron un lazo, pero no me desvié de tus mandatos».

38 Sal 119,87.

39 Cf. Sal 119,136.

40 Cf. Sal 22,20-22. Sal 35,2-4: «Empuña el escudo y la adarga, levántate y ven en mi auxilio; blande la lanza y la pica contra mis perseguidores; di a mi alma: “Yo soy tu salvación”. Sean confundidos y avergonzados los que atentan contra mi vida; retrocedan y sean humillados quienes traman mi derrota». Sal 70,2-3: «Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme. Sufran una derrota ignominiosa los que me persiguen a muerte; vuelvan la espalda afrentados los que traman mi daño».

41 Cf. Sal 22,31-32. Sal 119,89-90: «Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo; tu fidelidad, de generación en generación».

42 Cf. Sal 119,92.

43 Cf. Sal 119,94-96.

44 Cf. Sal 119,94.

45 Cf. 2Cor 7,10.

46 Cf. Sal 119,94.

47 Ibidem.

48 Sal 119,176.

49 1Jn 1,8.

50 Cf. Sal 16,10. Sal 71,20: «Me hiciste pasar por peligros, muchos y graves: de nuevo me darás la vida, me harás subir de lo hondo de la tierra». Sal 118,17: «No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor».

51 Cf. Flp 1,23-25: «Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros».

52 «Il n’est pas d’idéal auquel nous puissions nous sacrifier, car des tous nous connaissons les mensonges, nous qui ne savons point ce qu’est la vérité» (A. Malraux, La Tentation de l’Occident, Bernard Grasset, París 1926, p. 216).

53 Don Giussani se refiere a los Memores Domini cuya vocación, según reza su Estatuto, es «vivir la memoria de Cristo en el trabajo».

54 El autor, ya en edad avanzada, se refiere a su experiencia personal.

55 Cartas de Abelardo a Eloísa, Carta VIII, 14.

56 Sal 131,1. Ver aquí texto y comentario en pp. 152-154.

57 Cf. Jn 14,1.

58 Traducción española del himno de vísperas del monasterio Trapense de Vitorchiano (Italia) para el Tiempo de Cuaresma, Liberados del yugo del mal.

59 Don Giussani hace referencia a una asamblea de los universitarios de Comunión y Liberación, en la que un chico empezó su intervención hablando de Cristo con estas palabras: «Aquel que está entre nosotros».

60 El autor está hablando a los Memores Domini y hace referencia a las casas de la asociación. Por “casa” se entiende una convivencia estable entre los Memores Domini, cuyo número varía generalmente entre tres y doce personas. En la casa Cristo es afirmado como Señor de todo, como razón última de toda acción y de la convivencia.

61 Sal 34,18-19.

62 Es tan original la aportación religiosa del pueblo de Israel en la historia que inevitablemente introduce una lucha en la experiencia humana y un combate contra toda idolatría. De ahí todas las imágenes guerreras en los salmos. En el Nuevo Testamento esta lucha permanece, pero Cristo la asume sobre sí mismo. Las imágenes guerreras dejan paso, ahora, a la obediencia del Hijo y a la docilidad del Cordero.

63 Cf. Lc 24,25.

64 La convivencia vocacional de los Memores Domini.

65 Cf. Sal 22,16: «mi garganta está seca como una teja, la lengua se me pega al paladar; me aprietas contra el polvo de la muerte».

66 Lc 22,42.

67 Cf. 2Pe 1,19.

68 El autor hace referencia a las personas consagradas que proclaman la gloria de Cristo con su misma forma de vida, incluso en momentos en que su conciencia pueda estar oscurecida.

69 Jn 8,44.

70 Sal 140,6: «Los soberbios me esconden trampas, los perversos me tienden una red y por el camino me colocan lazos».

71 Cf. Sal 19,8-10: «La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye a los ignorantes. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. El temor del Señor es puro y eternamente estable, los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos».

72 Is 43,18-19.

73 Cf. Is 35,8.

74 El autor hace referencia al camino que implica la vocación de entrega a Cristo en virginidad.

75 El autor cita la carta de una memor Domini.

76 Jn 15,10-11. «Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

77 Cf. Sal 131,2. Ver aquí texto y comentario en pp. 152-154.

78 Sal 143,5. Ver aquí texto y comentario en pp. 164-166.

79 Don Giussani se dirige a los Memores Domini.

80 En un retiro espiritual.

81 En este mismo sentido se expresa la oración de poscomunión de la semana XXIV del Tiempo Ordinario: «La acción de este sacramento penetre en nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que sea su fuerza, no nuestro sentimiento, quien mueva nuestra vida».

82 Cf. Jn 8,44.

83 Don Giussani se refiere a las casas de los Memores Domini.

84 Oración colecta del domingo XVII del Tiempo Ordinario.

85 Cf. Sal 63,2-3. Ver más adelante el texto y el comentario en pp. 84-88.

86 Jn 15,5.

87 Cf. 1Cor 8,6; Col 1,17; Ap 4,11.

88 Cf. Gal 2,20.

89 Ibidem.

90 Don Giussani se refiere a la vocación de entrega Dios en virginidad.

91 Cf. Lc 24,25.

92 La lectura del día estaba tomada del capítulo 6 de Jeremías (v. 16).

93 Aquí don Giussani está pensando en su vida ya entrada en años.

94 «La grâce (…) plus mystérieuse encore et qui va plus profondément peut-être que la beauté, la grâce, plus arbitraire encore, plus libre, plus souveraine, plus parfaitement illogique et gratuite, inquiétante aussi, comme tout ce qui est donné, gratuitement […]. Puissance de la grâce. Puissance éternelle du sang éternel. D’un sang éternel, celui de Jésus-Christ» (Ch. Péguy, Devant les accidents de la gloire temporelle, en Oeuvres en prose (1898-1908), Gallimard, París 1959, p. 1206).

95 Cf. Jn 3,8.

96 «Ce qu’il y a de plus imprévu, c’est toujours l’événement. Il suffit d’avoir un peu vécu soi-même hors des livres des historiens pour savoir, pour avoir éprouvé que tout ce qu’on monte est générelment ce qui arrive le moins, et ce qu’on ne monte pas est généralement ce qui arrive» (Ch. Péguy, Pensées, Gallimard, París 1934, p. 45).

97 Don Giussani se refiere a las casas de los Memores Domini.

98 Se hace referencia al momento de la «profesión» que sanciona la admisión definitiva de los aspirantes a la asociación Memores Domini.

99 Cf. Ap 2,28; 22,16.

100 Término contemplado en la Real Academia de la Lengua Española (RAE): alegría, regocijo, deleite.

101 Jn 15,11.

102 Jn 13,1.

103 Col 3,11.

104 Don Giussani utiliza la palabra “hilaridad” que la RAE define como «expresión tranquila y plácida del gozo y satisfacción del ánimo».

105 Ver aquí nota 47 sobre el momento de la «profesión» en la Asociación laical Memores Domini.

106 Luisella Cambieri fue una de las primeras chicas que en Italia entraron a formar parte del Grupo Adulto, el nombre informal con el que se designaban entonces a los Memores Domini. Murió jovencísima, atropellada por un coche en la calle, en octubre de 1975.

107 Cf. Is 29,13.

108 Sal 133,1.

109 Cf. Benedictus o Cántico de Zacarías en Lc 1, 68-79.

110 El autor se refiere al momento de oración personal diaria que la regla de los Memores Domini denomina «hora de silencio».

111 Cf. «La vida destruye a la muerte,/ el Amor ha lavado el pecado,/ y Cristo, esplendor de la gloria,/ alumbra ya nuestra mañana», en La luz de la aurora ya brilla, himno litúrgico del Monasterio Trapense de Vitorchiano para los Laudes del Tiempo de Pascua.

112 Cf. 1Jn 5,4: «pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe».

113 Don Giussani remite a otro verso del himno litúrgico citado anteriormente: La luz de la aurora ya brilla.

114 Cf. E. Mounier, Cartas desde el dolor, Ediciones Encuentro, Madrid 1998.

115 Don Giussani se refiere al sacrificio de la forma natural del afecto que requiere la virginidad y que el mundo considera a menudo como un menos.

116 Cf. Jn 5,17.

117 Mc 16,15.

118 Os 11,8.

119 Don Giussani está introduciendo un retiro espiritual.

120 El texto de la secuencia gregoriana Omni die: «Omni die, dic Mariae mea laudes anima;/ eius festa, eius gesta, cole splendidíssima.// Pulchra tota, sine nota cuiuscúmque máculae,/ fac me múndum et iucúmdum Te laudare sédule.// Ut sim cástus et modéstus, dúlcis, blándus, sóbrius,/ píus, réctus, circunspéctus, simultátim néscius.// Erudítus et munítus dívinis elóquiis,/ timorátus et ornátus sácris exercítiis.// Virgo santa, cerne quanta perferámus júgiter/ tentaménta, et susténta nos ut stemus fórtiter.// Esto tútrix et adiútrix christiáni pópuli;/ pácem présta, ne molésta nos pertúrbent saécula. Amén».

Cada día, alma mía, canta las alabanzas de María;/ venera sus fiestas y sus misterios resplandecientes.// Toda pura sin el signo de una sola mancha,/ haz que te alabe con corazón puro y sereno.// Haz que permanezca casto, modesto, tierno, paciente, sobrio,/ devoto, leal, sagaz y, al tiempo, sencillo.// Haz que sea cultivado y reforzado por la palabra de Dios,/ atento y fiel en el seguimiento del Señor.// Virgen Santa, protégenos de los peligros que siempre encontraremos;/ sé sostén, a fin de que estemos firmes y seguros.// Protege y ayuda al pueblo cristiano;/ danos la paz, a fin de que los tiempos oscuros no nos turben. Amén.

121 Cf. Mt 10,30: «Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados».

Cf. San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, vv. 106-110: «en sólo aquel cabello/ que en mi cuello volar consideraste;/ mirástele en mi cuello,/ y en él preso quedaste,/ y en uno de mis ojos te llagaste».

122 Cf. Hb 11,9-10: «Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas, y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa, mientras esperaban la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios».

123 Mt, 4,4.

124 Ver aquí texto y comentario en pp. 136-138.

125 El libro que contiene los rezos de la Liturgia de las Horas.

126 Mt 24,35; Mc 13,31; Lc 21,33.

127 Cf. Lc 18,7.

128 Ne 8,2-5.9-10.

129 Jn 16,13.

130 Es 20,2.

131 Ibidem.

132 Rm 8,9.

133 Gal 5,25.

134 Cf. Sal 119,27; 30-33; 101; 104; 128.

135 Es 19,9.

136 Es. 19,3-25.

137 Is 49,14.

138 Is 49,15.

139 Ibidem.

140 Cf. Mt 22,37-40.

141 Ch. Péguy, «Oración de residencia», una de las Cinco oraciones en la catedral de Chartres.

142 Cf. Gal 2,20.

143 1Jn 3,20.

144 Jn 3,16.

145 Gn 1,26.

146 J.H. Newman, Apologia pro vita sua, Encuentro, Madrid 2010, p. 51. Se trata de una percepción y experiencia centrales en la espiritualidad de Newman. El sermón titulado “La individualidad del alma” constituye un excelente comentario a este pasaje (Sermones parroquiales 4).

147 Cf. L. Wittgenstein, Vermischte Bemerkungen, Suhrkamp, Frankfurt 1984, p. 488.

148 Jn 5,17.

149 Oración de poscomunión, Solemnidad de la Epifanía del Señor según el Rito ambrosiano.

150 Ef 1,10.

151 Ez 37,12.

152 Cf. Ecl 1,2.

153 Salmo 27,10. Ver aquí texto y comentario en pp. 45-48.

154 Don Giussani cita un pasaje de la película Dies irae de C.T. Dreyer.

155 Cf. Mt 12,31.

156 Mt 6,10; Lc 11,2.

157 Sal 119,73. Ver aquí texto y comentario en pp. 134-135.

158 Cf. Sal 1,2-3.

159 Cf. Ex 6,7; 29,45-46; Lev 26,12.

160 Cf. Jn 13,25.

161 2Cor 4, 8-9; Cf. 6, 8-10.

162 Cf. Is 66,13: «Como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo».

Luigi Giussani

¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?

Título original: Che cos’è l’uomo perché te ne curi?

© Fraternità di Comunione e Liberazione, 2000

© Ediciones Encuentro, S. A., Madrid, 2017

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Colección 100XUNO, nº 16

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